Se denomina ciencia cognitiva al estudio científico de la mente y sus procesos. Se trata de un campo interdisciplinario que examina la naturaleza, las tareas y las funciones de la cognición en un sentido amplio. Los científicos cognitivos estudian la inteligencia y el comportamiento, centrándose en la manera en que los sistemas nerviosos representan, procesan y transforman la información. Entre las facultades mentales de las que se ocupan estos científicos figuran el lenguaje, la percepción, la memoria, la atención, el razonamiento y la emoción. A fin de comprender estas facultades, la ciencia cognitiva recurre a campos tales como la lingüística, la psicología, la inteligencia artificial, la filosofía, la neurociencia y la antropología. La materia a cuyo análisis se dedica esta disciplina científica abarca muchos niveles de organización: desde el aprendizaje y la toma de decisiones hasta la lógica y la planificación; de los circuitos neuronales hasta la organización modular del cerebro. El concepto fundamental de la ciencia cognitiva es que «la mejor forma de entender el pensamiento es en términos de las estructuras representacionales de la mente y los procedimientos computacionales que operan en esas estructuras».
En pocas palabras: la ciencia cognitiva es el estudio interdisciplinario de la cognición en humanos, animales y máquinas, con la finalidad de entender los principios de la inteligencia, y con la esperanza de que así llegaremos a comprender mejor la mente y el aprendizaje, y a desarrollar dispositivos inteligentes. La ciencia cognitiva comenzó como un movimiento intelectual en los años 1950, al que a menudo se denomina la revolución cognitiva.
Si bien hay textos de Platón y Aristóteles, y posteriormente de David Hume, Immanuel Kant y Benedicto Spinoza, entre otros, que se ocuparon de la mente y la situaron en el ámbito filosófico, estos pensadores utilizaban herramientas y conceptos muy distintos a los que emplean los científicos cognitivos.
La preocupación por desarrollar investigaciones científicas y tecnológicas en torno a los fenómenos del comportamiento, de la mente y de la [inteligencia] está presente en muy diversos programas de investigación y enfoques desde finales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX. En los años 40, destacan Kurt Gödel, Alan Turing, Alonzo Church y John von Neumann como precursores de la ciencia cognitiva al sentar las bases de la teoría de la computación y los ordenadores.
Por eso, a mediados del siglo XX, surgen con relativa independencia enfoques con objetos de estudio convergentes, pero con metodologías divergentes. Esto se ve en los estudios de psicología cognitiva de Lev Vygotski, Aleksandr Lúriya, Jean Piaget y Jerome Bruner; de psicología de la Gestalt o de la forma, por parte de Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y Kurt Lewin; de cibernética de Warren McCulloch y Norbert Wiener; de psicobiología cognitiva de Karl Lashley y Donald Hebb. En este contexto a finales de la década de 1950 e inicios de la de 1960 surgen esfuerzos transdisciplinarios por lograr una convergencia teórica y metodológica. Un primer intento lo realizan un psicólogo, Allen Newell, y un economista, Herbert Simon, integrando investigaciones de psicología cognitiva con las incipientes técnicas de programación lógica, construyendo los primeros programas que juegan al ajedrez y demostradores de teoremas automáticos, que se convierten entonces en los primeros pasos de la disciplina que eventualmente John McCarthy, creador del lenguaje LISP, denominará inteligencia artificial (el primer modelo de inteligencia artificial fue de tipo funcionalista y se sustentó en la Tesis de Church-Turing). Newell y Simon ensamblarán el primer programa transdisciplinario de investigación en las ciencias cognitivas: «La hipótesis del sistema de símbolos físicos», que permite la modelación funcionalista de la mente y su emulación en plataformas de computación electrónica. Allen Newell y Herbert Simon presentaron en un simposio en el MIT, en 1956, con el título «La máquina de la teoría lógica», la primera demostración completa de un teorema realizado por una computadora. En el mismo simposio, Noam Chomsky esbozó «Tres modelos de lenguaje», donde presentaba su modelo transformacional de la gramática, y el psicólogo George Armitage Miller explicó su trabajo seminal sobre representaciones mentales, fragmentos de información que son codificados y descodificados en la mente.
Estos esfuerzos por lograr una convergencia teórica y metodológica, emprendidos por John McCarthy, Marvin Minsky, Allen Newell, y Herbert Simon, permitieron que surgiera la inteligencia artificial, que no solo es transdisciplinaria, sino que deshace las fronteras rígidas entre la ciencia, la tecnología y la filosofía.
De esta manera, emerge de manera incipiente la primera comunidad de tecno-científicos cognitivos; la cual permite a cada uno, desde sus respectivos ámbitos, dar cuenta de que la psicología experimental humana, la lingüística teórica y la simulación artificial de procesos cognitivos pueden integrarse transdisciplinariamente en una «totalidad de mayor rango explicativo» que cada una de las disciplinas por separado. Esta nueva comunidad tecno-científica, en los años posteriores, gradualmente integrará sus aplicaciones metodológicas, una jerga en común (términos teóricos y no teóricos), y así se consolidará un núcleo teórico de lo que eventualmente recibirá la denominación de «ciencias cognitivas».
Es posible ubicar los orígenes institucionales a mediados de la década de 1970, con la fundación de la Cognitive Science Society y la revista Cognitive Science, en la cual se han publicado algunos de los textos que se consideran clásicos de estas ciencias. Desde entonces se han diversificado los ámbitos de investigación cognitiva, los centros, institutos, grados y postgrados de estudios cognitivos alrededor de todo el mundo. Esto ha dado lugar a una alta densidad de resultados de investigaciones transdisciplinarias y una multiplicidad de publicaciones periódicas, libros y enciclopedias. Actualmente, existen programas de ciencia cognitiva en más de sesenta universidades de todo el mundo.
Son diversos los trabajos que han intentado dar cuenta del desarrollo de la complejidad multidisciplinaria de las ciencias cognitivas. Uno de los primeros intentos por describir, comprender y explicar integradamente a las ciencias cognitivas se debe a Howard Gardner en su célebre: The mind's new science. A history of the cognitive revolution(1985). A partir de entonces se ha producido una copiosa bibliografía, describiendo e interpretando las distintas etapas por las que han pasado las ciencias cognitivas. Cabe citar aquí la más reciente producción de Margaret Boden: Mind As Machine: A History of Cognitive Science(2006).
Las ciencias cognitivas son el producto de las investigaciones científicas transdisciplinarias entre ciencias y tecnologías como las siguientes:
Ciencias que se encargan de modelar objetivamente (analítico o experimentalmente) los procesos subjetivos, apelando a la validación intersubjetiva de la modelación (énfasis ontogénico).
Técnicas y procesos basados en modelos tecnológicos objetivos (validados intersubjetivamente), que intervienen y modifican las condiciones subjetuales (cognoscibilidad, emotividad, volitividad) de los sujetos.
Ciencias que permiten dar cuenta de los distintos estados de sujetos humanos en sus contextos socio-pragmáticos y de sus acciones pasadas, presentes y futuras (énfasis filogénico).
Teorías, modelos y sistemas explicativos sobre los encéfalos y sistemas nerviosos de los seres vivos incorporados, así como sus modelaciones artificiales.
El gradual refinamiento de tecnologías objetuales, de perfil ingenieril, permite diversas aplicaciones de modelos tecnológicos, sustentados en teorías cognitivas, referidos a la objetualidad natural o artificial. Algunos ejemplos de estas aplicaciones son las siguientes:
Entonces, sobre la base de cerca de medio siglo de investigaciones y resultados transdisciplinarios, es posible determinar que los modelos epistemológicos y metodológicos de las ciencias cognitivas se han construido por medio de «ensamblajes de procesos interteóricos» entre las ciencias «objetuales» (naturales) y las «subjetuales» e «histórico-subjetuales» (sociales), así como entre las «tecnologías objetuales» (ingenieriles) y las «tecnologías subjetuales» (sociales).
Resulta insoslayabe para dichas ciencias y tecnologías esclarecer las estructuras y dinámicas propias de los procesos cognitivos (subjetivos) previos; procesos que permiten ensamblar a partir de su validación intersubjetual sus modelos objetivos: teóricos, modelos de acción, ejecución o transformación. Los resultados interteóricos a partir de las ciencias cognitivas brindan los instrumentos comprensivos, interpretativos, explicativos e inclusive predictivos para dar cuenta de los procesos cognitivo-subjetuales involucrados en la construcción de los modelos objetuales de cada una de las otras ciencias y tecnologías.
Por medio de la praxis disciplinaria de las ciencias cognitivas se muestra que las fronteras entre las ciencias sociales y las naturales son ficciones metodológicas, en tanto representa una alternativa transdisciplinaria (inter y multidisciplinaria). De esta integración transdisciplinaria emergen propiedades disciplinarias que no están presentes en sus ciencias constituyentes y que han exigido una convergencia metodológica.
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