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Codpa



¿Dónde nació Codpa?

Codpa nació en Chile.


Codpa es una localidad ubicada en la comuna de Camarones, Provincia de Arica, que forma parte de la Región de Arica y Parinacota, en el norte de Chile.

Es una localidad de origen prehispano. Está ubicado en la sierra, en el alto curso de la quebrada de Vítor con clima templado y agua pura. Su angosto valle es de notable fertilidad, apto para todo tipo de frutales destacando la guayaba. Famoso es el vino pintatani, grueso y gustoso.

Hay tres versiones distintas del origen de la palabra "Codpa":

Los primeros hombres que se establecieron en el valle de Codpa, para consolidar la cultura prehispánica existente, precisamente no eran de raza blanca y venidos de España. Esta conclusión permite considerar que estos, más bien eran hombres mestizos y nacidos durante la consolidación del Virreinato del Perú. Por lo general estos eran altos, de figura maciza, rostros acanelados, rasgos finos y aguilados. Se distinguían por una activa religiosidad popular y un abundo conocimiento de las tareas agrícolas y comerciales, destacándose en ellos un dominio innato en las actividades de caballerías. [cita requerida]

Un segundo plano y que restablece la historia, son los hechos que ocurren a mediados del siglo XVII (cercano a 1781), cuando Codpa es testigo del único levantamiento popular encabezado por hombres mestizos e indígenas ligados al liderazgo del cuzqueño José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II). Estos, en un acto de rebeldía frente al colonialismo, son capaces de apoderarse de una parte considerable del valle, paralizando estratégicamente el movimiento comercial en casi toda la precordillera. Entre sus demandas exigían la restitución de las tierras usurpadas a los indígenas, los que habían sido expulsados a los sectores cordilleranos y del altiplano andino. En este revuelo de intereses y de profunda contradicción, entre los hombres que defendían la Corona de España y de aquellos que impulsaban la rebelión, en la plaza del poblado era decapitado el gobernador Diego Felipe Cañipa, quién profesaba la fe católica y la defensa del orden que imponía el virreinato. La muerte del gobernador Cañipa y el exilio de su familia a la quebrada de Livílcar, causa un profundo dolor y malestar a la Iglesia católica. Sin embargo esta tenía una enorme influencia sobre las autoridades de la época y el ejército leal a la Corona. Culminada la revuelta y normalizada la situación, por tropas provenientes de otras gobernaciones, nuevamente se restablece el comercio y se logran despejar las rutas más importantes que unían las principales localidades con el valle de Codpa.[cita requerida]

Los dramáticos sucesos durante aquella época, nos permite determinar fehacientemente que el valle era un importante centro de abastecimiento y contaba con una diversidad de rutas troperas que confluían indistintamente a lo largo. La actividad agrícola se caracterizada por los huertos y chacras donde relucían las parras con cepas traídas de los valles del norte del Perú, así como las arboledas subtropicales que producían cítricos, membrillos, peras de pascuas, guayabos, cuaresmillas, durazno blanco, etc. Esta actividad agrícola daba un valor fundamental al valle, lo que permitía abastecer las localidades vecinas, los puertos de Arica e Iquique y una buena parte del altiplano boliviano. No solo la producción de frutos era la principal actividad comercial, sino que además fueron los apetecidos vinos y mostos que lograron un prestigio en casi toda la región macro-andina. Esto permitió que la economía de algunas familias emergiera considerablemente.[cita requerida]

A partir de los primeros movimientos de emancipación, era posible destacar dos tipos de familias; las pudientes o dueños de predios de no más de 4 ha, y las familias de los lacayos o labriegos sin tierra; gente que provenía de los caseríos vecinos y de los sectores altos de la precordillera. De ninguna manera los que tenían más eran potentados terratenientes. El propio esfuerzo y su capacidad de llevar sus productos más allá de sus fronteras les permitía consolidar un mejor bienestar económico. Su trabajo como agricultores era complementado con el de arriero y a la vez de comerciante. Para poder mejorar sus ingresos o mantener su estabilidad económica debían estar alejados de sus familias por semanas o meses.[cita requerida]

Es un importante centro misional durante La Colonia. El actual edificio data del año 1668, siendo el segundo más antiguo de Chile, después del templo de Chiu Chiu. Está hecho en adobe con un portal lateral en piedra labrada,[5]​ era originalmente 7 metros más largo y fue cortado a fines del siglo XIX. En su interior existía un gran arco en piedra que delimita dos capillas laterales. Al fondo se destaca un precioso retablo en piedra de dos niveles y seis nichos, con imaginería y cuadros religiosos. La iglesia posee un interesante púlpito policromado de Martín de Tours con dos pilas bautismales en piedra.

El terremoto de Iquique del año 2014 generó daños en algunos muros que aún permanecen en pie, el muro testero se vio afectado y la capilla lateral del Evangelio.[6]​ El templo se encuentra actualmente en proceso de restauración por parte de la comunidad.[7]

La fiesta religiosa se inicia el día 09 de noviembre con el arribo de las bandas musicales y el aviso del mayordomo para concurrir a misa durante la noche con participación de un yatiri. Se realiza la procesión con la participación de bandas de bronce, ese mismo día la comunidad realiza ceremonias de origen aymara con el sacrificio de una llama y dura hasta el amanecer del día 10, con una comida comunitaria sobre la base de calapurca. Durante el transcurso del día 10 se hace una ceremonia con la recolección de velas y por la noche hay nuevamente una procesión. La fiesta continua el día 11 y concluye el día 12 de noviembre con una ceremonia en el cementerio del poblado y con la despedida de las bandas de bronce.[8]

A 5 km de la localidad de Codpa se encuentra el sector de Ofragía, donde se localiza un conjunto de más de 400 grabados en piedra que habrían sido realizados por pueblos originarios de la zona entre el año 1.000 y 1.400 d.C.[9]​. Este conjunto se encuentra compuesto por los yacimientos arqueológicos Ofragía 1 y Ofragía 2, y cuenta con distintas manifestaciones, donde destacan figuras de camélidos y otras de tipo antropomorfo. Desafortunadamente en las últimas décadas ha sido víctima de actos de vandalismo de diversa índole.[10]

Las diversas festividades religiosas, tanto de los poblados vecinos, como de las localidades más alejadas, permitían un importante consumo de vino producido en Codpa. Estos mostos eran reservados con un año de anticipación logrando ser vendidos antes de la cosecha y de su fabricación. Aquellos que no se lograban vender la producción del año, debían que buscar nuevos mercados, siendo las localidades más alejadas del valle. Es por ello, que los productores de vino contaban con un importante número de mulas y caballares, además, con varias docenas de envases, siendo las cuarterolas de roble las más usadas. Estas vasijas eran adquiridas en el puerto de Arica, específicamente del valle de Azapa.

Este desafío, tanto el viaje como la comercialización tenían diversas aristas que complicaba muchas veces los objetivos de los arrieros y sus acompañantes (porteadores indígenas). Los continuos asaltos, el frío, el calor, las enfermedades, el cansancio y la muerte de los animales eran costos altísimos, que a veces no recompensaban el sacrificio laboral y humano. Los regresos al terruño también tenían sus complicaciones, quizás por el dinero que manejaban los arrieros y las mercaderías como producto del trueque que se realizaba en los sectores altos. Más allá de las dificultades los viajes siempre fueron generosos y provechosos. La seguridad de los hombres siempre estuvo puesta en sus creencias y su religiosidad por la santísima Cruz y los patronos del valle, sus protectores espirituales.

Según antecedentes y que provienen a principios del siglo XVIII; desde los sectores de Pintatane, Calaunza, Bodega y Cachicoca, ubicados valle abajo, la producción vitivinícola era destinada al puerto de Arica y al valle de Azapa donde existía un consumo importante, especialmente en las comunidades de afroazapeños. El trayecto tenía una duración de 24 horas y era una de las más transitadas, ofreciendo mayor seguridad para los arrieros. Por el origen y la procedencia del vino en Arica y en el valle de Azapa, pasa a ser conocido como "vino de pintatane", que en la lengua aymara significa "límite".

Desde el sector alto de Colchane llegaban los marchantes (familias ganaderas) quienes eran importantes proveedores de carne de alpaca o de llama, quinua y papa chuño. Su principal actividad era el intercambio de sus productos por frutos frescos y secos, y los apetecidos vinos del valle. Este trueque se realizaba en el mismo valle o en los poblados vecinos. La venida de los marchantes provocaba un gran alivio para las familias más pobres del valle.

El prestigio del "vino de pintatane" y el alto grado alcohólico que contenía, hacía que muchos hombres de los sectores cordilleranos también lo apetecieran, especialmente en las festividades religiosas de los poblados. No fueron pocos los arrieros de Codpa que emprendieron viajes hacia las localidades cordilleranas, específicamente hasta la localidad de Putre, que durante aquella época tenía una población flotante sobre las 10 000 personas. En este circuito nunca quedaron fuera los poblados de Socoroma, Belén, Chapiquiña, Saxamar y Tignamar.

Culminada la Guerra del Pacífico, el valle de Codpa queda en la mira de las nuevas autoridades chilenas. Por tener un número destacado de habitantes y ser un importante centro agrícola y comercial, a mediados del año 1886 las autoridades acompañadas por tropas chilenas toman posesión definitiva del valle, quedando como autoridades políticas y administrativas los delegados y subdelegados de localidades. Estas autoridades comúnmente provenían del sur del país, o en su efecto eran distinguidos vecinos que habían adoptado la nacionalidad chilena.

Más allá de los cambios y los efectos que provocaba la "chilenización", la festividad religiosa en torno a la Virgen de las Peñas era creciente. Eran miles los devotos y promesantes venidos de distintos puntos de la región, considerando a una buena parte de ciudadanos peruanos. En este escenario el Santuario de las Peñas era un mercado importante para el consumo del "vino de pintatane". A pesar de estar prohibida su venta y consumo, por ser considerada "zona seca", las posadas y cocinerías se las ingeniaban para vender el conocido "tecito helado". Sin duda, esta festividad no solo permitía la venta del vino traído de Codpa, sino que también eran bienvenidos los aportes que dejaban los animales de carga y monta por los viajes que se hacían entre el paradero y el Santuario de las Peñas.

A principios del siglo XIX, en pleno auge del salitre, las oficinas salitreras eran vistas como importantes centros de consumo, entre ellos el alcohol y los frutos de la zona. No solo la experiencia y la osadía de los arrieros les permitiría llegar hasta estos centros laborales, sino que además debían contar una buena y sana tropa de caballares y mulas, lo que les permitía llegar sin mayores problemas a los principales destinos. El puerto de Pisagua fue testigo de la llegada de importantes cargamentos de vino. También lo fue la estación de ferrocarril Zapiga, donde los comerciantes se encargaban de la distribución hacia las diversas oficinas salitreras de la pampa. Esta actividad se destacó hasta fines de 1940; su término, se debió principalmente a la crisis del salitre y al cierre de numerosas oficinas salitreras.

A mediados de la década del 1950, se inicia un mejoramiento importante de las comunicaciones viales hacia la localidad de Codpa. Se construye el primer camino rural que llegaba hasta el Alto de Codpa. Esto permitió mejorar, en tiempo y servicio, el envió de los productos hacia la ciudad de Arica. A pesar de estos avances la situación de los productores de vino y de los agricultores en general pasaba de mal a peor. Las razones eran; la llegada masiva al puerto de Arica de vinos y frutos del sur del país. Además comenzaba una nueva etapa de oportunidades para la ciudad de Arica (puerto libre e industrialización), especialmente de trabajo y de un notorio mejoramiento de la educación pública. Esto generó la migración de las familias más jóvenes. A diferencia de Codpa, donde la carencia de trabajo y la falta de oportunidades hacían estragos en las vidas de las personas más jóvenes. Muchos de estos, después de cumplir con su Servicio militar obligatorio en la ciudad, nunca más volvían al valle, sino que se quedaban para aprovechar las bondades que les ofrecía la ciudad de Arica.

Por no existir o vislumbrarse mejores oportunidades fueron numerosos los propietarios que arrendaron y vendieron parte de sus predios. Otros los dejaron al cuidado de vecinos y familiares, lo que significó el desmejoramiento de las moradas y las bodegas. En esto radicó el envejecimiento y la pérdida de la principal infraestructura para la fabricación y guardado del vino: vasijas y toneles. Los últimos animales de carga, asnos y mulas fueron reemplazados por los primeros vehículos motorizados (camiones) que hacían viajes desde Arica hasta el Alto de Codpa. Los animales de carga sólo eran usados para sacar los productos desde los predios hasta el sector alto del valle.

Diez años más tarde el camino rural llegaba al mismo poblado de Codpa. Posteriormente serían terminadas las huellas que nos conduce hacia la localidad de Guañacagua (valle arriba), y más tarde hasta al sector de Ofragia (valle abajo).

Ni el tiempo ni la mano de hombre han podido borrar los caminos troperos llenos de historia, sacrificio y osadía. Las "rutas del pintatani" están allí, intactas.



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