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Conferencia de la Gran Asia Oriental



La Conferencia de la Gran Asia Oriental (大東亜会議 Dai Tōa Kaigi?) fue una cumbre internacional celebrada en Tokio (Japón) los días 5 y 6 de noviembre de 1943, en la cual Japón acogió a los jefes de Estado de los miembros de diversos componentes de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental. El encuentro también recibió el nombre de la Conferencia de Tokio.

La Conferencia abordó pocos temas de importancia, puesto que desde el principio estuvo destinada a ser un mero instrumento propagandístico, para ilustrar así los compromisos panasiáticos del Imperio japonés y destacar su papel como el "libertador" de Asia respecto del colonialismo occidental.[1]

Antes de que se celebrase la Conferencia de la Gran Asia Oriental, el Japón ya había hecho vagas promesas de independencia a los movimientos anticoloniales-independentistas de varios territorios que había ocupado y, a excepción de algunos títeres en China, estas promesas no se habían cumplido. Ahora, con el curso de la Guerra del Pacífico volviéndose contra Japón, los burócratas del Ministerio de Relaciones Exteriores y partidarios de la ideología panasiática en el gobierno y el Ejército impulsaron un programa para otorgar una rápida "independencia" de varias partes de Asia, en un esfuerzo para aumentar la resistencia local hacia el posible retorno de las potencias coloniales occidentales y para aumentar el apoyo local del esfuerzo de guerra japonés. En un principio la cúpula militar japonesa estuvo de acuerdo, aunque los grados de "independencia" que los militares tenían en mente para los distintos territorios eran incluso inferiores a los que disfrutaba Manchukuo.

Aun así, varios componentes de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental no estaban representados: Corea y Taiwán eran desde hacía mucho tiempo meros territorios externos del Imperio de Japón, y para ambos no había ninguna intención de otorgarles cualquier tipo de autonomía. Los representantes vietnamitas y camboyanos tampoco no fueron invitados a participar por temor a ofender a las autoridades francesas del régimen colaboracionista de Vichy, con las que el Japón estaba formalmente aliado. La cuestión sobre la Malasia británica y Indias Orientales Neerlandesas era compleja: Gran parte de su territorio eran simples ocupaciones militares por el Ejército Imperial Japonés o la Armada Imperial Japonesa, y los organizadores de la Conferencia de la Gran Asia Oriental estaban consternados por la decisión unilateral del Cuartel General Imperial para anexar esos territorios al imperio japonés, en lugar de concederles una independencia nominal; Esta acción socavó considerablemente los esfuerzos para retratar a Japón como el "libertador" de los pueblos asiáticos. No obstante los líderes independentistas de Indonesia, Achmed Sukarno y Muhammad Hatta, fueron invitados a Tokio poco después de la clausura de la Conferencia aunque no se les hubiera permitido participar en el encuentro.[2]

La intención y la implementación práctica de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental variaron ampliamente según el grupo y el departamento gubernamental involucrado. Los teóricos de la política que la concibieron, así como la gran mayoría de la población japonesa en general, vieron en ella sus ideales panasiáticos de libertad e independencia y el fin de la opresión colonial occidental. Sin embargo, en la práctica, fue corrompida por militaristas y nacionalistas, quienes vieron una vía política eficaz a través de la cual fortalecer la posición de Japón y afianzar su dominio dentro de Asia. Este último enfoque se reflejó en un documento político publicado por el Ministerio de Salud y Bienestar de Japón, Una Investigación de la Política Global con la Raza Yamato como Núcleo, que estableció la posición central de Japón dentro de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental[3]​ y promovió la idea de la superioridad japonesa sobre otros asiáticos.[4]

Durante el encuentro hubo seis participantes "independientes" y un séptimo asistente que acudió como observador.[5]​ Estos eran:

Estrictamente hablando, Subhas Chandra Bose estuvo presente solo como mero "observador", en tanto que la India continuaba estando bajo control británico. Por otra parte, el Reino de Tailandia envió al Príncipe Wan Waithayakon en lugar del Primer Ministro, Plaek Pibulsonggram, con la idea de enfatizar que Tailandia era un país que no estaba bajo la dominación japonesa; Lo cierto es que Plaek Pibulsonggram también temía que en el caso de salir de Tailandia corría el riesgo de ser expulsado del aparato de poder.[6]

Tojo les dio la bienvenida con un discurso alabando la "esencia espiritual" de Asia, en contraposición a la "civilización materialista" de Occidente.[7]​ El encuentro se caracterizó por el elogio de la solidaridad mutua asiática y la condena del colonialismo occidental, pero sin planes prácticos, ya fueran enfocados para el desarrollo económico o la integración política.[8]

Al final del encuentro, todos los asistentes hicieron una declaración conjunta en la que se señalaba que:

La conferencia y la declaración formal del 6 de noviembre constituyó poco más que un gesto de propaganda, destinada a conseguir apoyo regional para la siguiente etapa de la guerra, destacando unos supuestos ideales por los que se estaba combatiendo.[2]​ Sin embargo, este encuentro internacional marcó un punto de inflexión en la política exterior japonesa y las relaciones con otras naciones asiáticas: La derrota de las fuerzas japonesas en Guadalcanal y la creciente impresión sobre las limitaciones militares de Japón llevó a sus líderes políticos a darse cuenta de que un marco basado en la cooperación, en lugar de la dominación colonial, permitiría una mayor movilización de recursos humanos y en contra del resurgimiento de las fuerzas Aliadas. También marcó comienzo de los esfuerzos para crear un marco político que permitiera algún tipo de compromiso diplomático en caso de una derrota militar.[2]​ Sin embargo, estos movimientos llegaban demasiado tarde para salvar el Imperio, que se rendiría a los aliados menos de dos años después de la conferencia.



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