Una Congregación Mariana es una agrupación de fieles católicos que procuran formarse como cristianos íntegros y realizar apostolados de todo tipo. La primera Congregación Mariana data de 1563. Desde entonces, han existido Congregaciones en múltiples ámbitos (colegios, ciudades, parroquias, gremios….), la mayoría vinculadas a la Compañía de Jesús y a congregaciones religiosas femeninas de espiritualidad afín a esta (tales como las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús o la Compañía del Salvador)
Las Congregaciones Marianas fueron una especie de entidades creadas en los Colegios de las Compañías durante la Edad Moderna y compuestas por personas mayormente jóvenes. Estas asociaciones tenían como finalidad conseguir algunos de los objetivos propuestos para la Orden ignaciana, así como volver a recuperar algunos de los territorios que se cayeron durante el protestantismo para la Iglesia católica, rehacer la sociedad cristianan atendiendo a la espiritualidad de la Contrarreforma, evangelizar las tierras nuevas, etc. Por otra parte, cabe destacar una de las funciones principales que tenían dicha congregación, la cual era ofrecer indudablemente la función asistencia y caritativa a las personas más necesitadas. Asimismo, estas asociaciones experimentaron un gran y rápido crecimiento pasando a convertirse en un grupo de personas combatientes, activistas católicos, personas que se mostraban fiel al Papa y por supuesto, capaces de dar lo imposible por mantener y seguir construyendo el reinado social de Cristo.
En cuanto a una de las características principales de dichas congregaciones destacamos que suponían ser el medio más eficaz y más rápido para poder llegar a Cristo, y presentaban tres elementos básicos los cuales eran: reconocer el patrocinio de la Virgen sobre cada participante y sobre toda la asociación; la inclinación por la Virgen igual que la Iglesia y los cristianos, aunque distinta respecto a la intensidad; y, por último, dicha congregación era considerada como un donativo y no como un voto o una promesa.
Asimismo, es necesario resaltar que existieron diferentes tipos de congregaciones marianas, como por ejemplo la congregación "Prima, primaria" o "Santa Ana", cuyos nombres eran determinados básicamente por la especialización social de cada una. Aun así, la mayoría eran asociaciones estudiantiles que pretendían garantizar la formación intelectual a través de una educación cristiana en el ámbito moral de estos y por supuesto, una preparación para el futuro y para que fuesen capaces de transmitir los valores y las normas que ellos habían aprendido.
Las Congregaciones Marianas son asociaciones religiosas destinadas a fomentar en sus miembros una ardiente devoción, reverencia y amor filial a la Santísima Virgen María; y por medio de esta devoción y de su patrocinio, hacer de los fieles congregados bajo su nombre cristianos de verdad. Fue la primera asociación religiosa en donde la mayoría de los miembros eran laicos o seglares, adelantándose en muchos siglos al papel de los laicos que consagró definitivamente el Concilio Vaticano II. Los laicos congregantes tienen desde sus inicios su vocación a la santidad que se traduce en las acciones de todo tipo que realizan cada día.
El fundador de las Congregaciones Marianas fue el jesuita de origen belga Juan de Leunis, cuando en el año 1563, funda en el Colegio Romano de la Compañía de Jesús la Congregación de "la Anunciata", con la idea de formar en los Colegios de la Compañía grupos de selectos que sirvieran de fermento en medio de la masa, alentados por un espíritu de iniciativa y superación y con la ayuda de la Madre del Cielo, a quien debían honrar y venerar de un modo especial.
Desde entonces, tanto en Colegios de la Compañía de Jesús como en Colegios de otras congregaciones, tanto masculinas como femeninas, han existido Congregaciones Marianas. Asimismo, han existido en Parroquias o ámbitos familiares y profesionales. Todas ellas han dado un fruto abundante en tareas de evangelización y labores asistenciales.
Las Congregaciones Marianas han sido apoyadas fuertemente por distintos Papas. Pío XII promulgó la Bula Bis Seculari en donde definió muchas de sus funciones y características espirituales y organizativas. En ella se definió la triple misión de todo congregante: santificación propia, apostolado y defensa de la Iglesia (comunión con el Papa). La característica constitutiva de un miembro de una congregación mariana es su consagración perpetua a la Virgen María: una consagración que no tiene el carácter de voto religioso, pero que la Iglesia reconoce como un compromiso real, una palabra de honor que tiene valor permanente. El teólogo jesuita Karl Rahner es quien más ha profundizado teológicamente acerca de esta figura de la consagración a la Virgen en una Congregación Mariana.
A lo largo de su historia, ha habido muchos santos de la Iglesia que han sido congregantes marianos. El papa Pio XII era congregante mariano, así como el papa Benedicto XVI. A lo largo de los últimos siglos, además, del seno de algunas Congregaciones Marianas han nacido nuevas realidades como el Movimiento Shoenstatt en 1914 o la Asociación Católica de Propagandistas.
La Compañía de Jesús en plena crisis de su orden (décadas 1950-1980) evolucionó, transformando las congregaciones marianas bajo su influencia (la gran mayoría)en Comunidades de Vida Cristiana (CVX), y bajo la excusa de su actualización a los tiempos modernos, modificó sustancialmente sus fines y organización, eliminando por ejemplo la consagración a la Virgen. Como consecuencia, prácticamente todas las congregaciones marianas bajo su influencia (con directores espirituales jesuitas) languidecieron, y acabaron por desaparecer. Las CVX son ahora un movimiento con presencia mundial establecido en un centenar de países.
Algunas Congregaciones Marianas, no dependientes de la compañía de Jesús, que permanecieron fieles a su espíritu y organización original, han sobrevivido y aunque no muy numerosas, son pujantes allí donde existen.
En la actualidad, destacan especialmente las Congregaciones Marianas vinculadas a Colegios de religiosas de espiritualidad ignaciana, como la Compañía del Salvador. Precisamente en el Colegio Mater Salvatoris que ésta congregación tiene en Madrid, reside una de las Congregaciones Marianas más fecundas en la actualidad ().
Martínez Naranjo, F. J. (2003). Las congregaciones marianas de la Compañía de Jesús y su contribución a la práctica de la caridad (ss. XVI-XVIII). Revista de historia moderna, nº 21 (2003); pp. 211-238.
Martínez Naranjo, F. J. (2003). Las congregaciones marianas de la Compañía de Jesús y su contribución a la práctica de la caridad (ss. XVI-XVIII). Revista de historia moderna, nº 21 (2003); pp. 211-238.
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