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Copa de Campeones de Europa 1959-60



La Copa de Campeones de Europa 1959-60 fue la 5.ª edición de la Copa de Clubes Campeones Europeos de fútbol, conocida como Copa de Europa, organizada por la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA).[2]​ En ella participaron un total de veintiséis equipos, representantes de 25 federaciones nacionales diferentes tras retirarse antes de participar el representante de Finlandia.[2][3]

Se disputó entre los meses de agosto de 1959 y mayo de 1960, teniendo nuevamente España por cuarta vez consecutiva un segundo participante por la condición de campeón vigente del Real Madrid Club de Fútbol, acompañándolo esta vez el Club de Fútbol Barcelona, campeón español que hacía su primera aparición en la competición. Dichos conjuntos se cruzaron y pudo verse por primera vez en competición internacional el considerado años después como «clásico del fútbol español».

Nuevamente España, Italia e Inglaterra partían como las naciones a batir en una competición que dominaban con autoridad los primeros, con notables actuaciones por parte de todos sus integrantes, siempre presentes en la fase final del torneo. Finalmente y por quinta vez consecutiva, el Real Madrid C. F. se proclamó vencedor tras derrotar en Glasgow al Eintracht Fráncfort alemán. La final fue décadas después considerada como la mejor de todas las disputadas a lo largo de su historia, merced no solo al resultado por 7-3 —récord anotador de todas las finales—, sino por la superioridad mostrada por el conjunto español que le valió elogios y un gran reconocimiento por parte de medios, aficionados y equipos rivales alrededor de toda Europa.[4][5][6][7]​ Fue tras esta final por la que se le conoce desde entonces como el equipo «vikingo».[8]​ Las cinco Copas de Europa consecutivas se mantienen como la mejor actuación lograda nunca por un equipo en la historia de la competición. Además, en consecuencia del último título, el club obtuvo el privilegio de defender a Europa en una nueva competición internacional recientemente instaurada por la UEFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) de manera conjunta: la Copa Intercontinental.[9][10]

Se marcaron 218 tantos en 52 encuentros, arrojando una media de 4,19 goles por partido, mientras que once fueron los debutantes, de los cuales seis accedieron a la fase final y en donde destacó el Eintracht Fráncfort como el mejor entre los debutantes tras alcanzar las final del torneo, siendo hasta la fecha la mejor actuación registrada por un equipo en su primera participación, excluyendo la edición inaugural.

Cabe destacar la figura del español Miguel Muñoz, quien tras retirarse como futbolista al final de la temporada anterior se erigió en el entrenador del mismo club que hasta entonces defendía, y se convirtió tras el éxito del club madrileño en ser la primera persona en ganar el certamen como jugador y como entrenador.

Luxemburgo inscribía su nombre en la fase final de la competición gracias a la clasificación de la Association Sportive La Jeunesse d'Esch, en su segunda participación. A él se unieron el Fenerbahçe Spor Kulübü turco, el Sparta Rotterdam neerlandés, el Club de Fútbol Barcelona, el Boldklubben 1909 danés, el Eintracht Fráncfort alemán y el checoslovaco Telovýchovná Jednota Červená Hviezda Bratislava (en español, Unión de Educación Física del Estrella Roja de Bratislava),[n 1]​ tras lograr sus clasificaciones a la fase final del torneo. Un total de siete nuevos equipos.

Nuevamente el Futbollit Klubi Partizani —claro dominador de la liga albanesa con tres títulos consecutivos—, el Íþróttabandalag Akraness islandés, el Lillestrøm Sportsklubb noruego, y el Futbolʹnyĭ Klub Spartak Moskva soviético fueron los representantes de las federaciones ausentes.

Nota: indicados en negrita equipos que participaron en la fase final del torneo. Nombres y banderas según la época.

El Real Madrid, campeón de esta edición, tuvo el privilegio de ser el club representante de Europa en la primera edición de la Copa Intercontinental, denominada oficialmente como Copa Europea-Sudamericana. Esta fue disputada contra el Club Atlético Peñarol uruguayo, campeón de la primera edición de la Copa de Campeones de América, competición homónima de Sudamérica.[11]​ Establecida oficialmente entre las dos confederaciones, surgió como la competición que designase qué equipo había de ser considerado con el título honorífico de facto de "campeón del mundo".[12][13][14]

Con tal motivo se disputaron dos partidos definitorios a ida y vuelta, y un tercero en caso de empate. El primero fue jugado en Montevideo donde empataron sin goles y el segundo en Madrid donde los locales vencieron por 5-1 y se consagraron así como los primeros campeones intercontinentales.[15]

Con el título el club madrileño se convirtió en el club referente a nivel mundial, siendo el primero en ser campeón europeo y campeón interconfederativo. Desde entonces fue recordado como el «Madrid de Di Stéfano», gran referente del equipo, o como el «Madrid de las cinco Copas de Europa»,[16]​ catalogado por la UEFA como uno de los mejores de la historia.[7]

Notas:


El húngaro Ferenc Puskás fue el máximo goleador de la edición tras anotar doce goles en siete partidos, con un promedio de 1.71 goles por partido y ser además el máximo realizador del equipo campeón,[17]​ seguido del hispano-argentino Alfredo Di Stéfano con ocho y de Sándor Kocsis y Erwin Stein, ambos con cinco tantos.

Además, el citado jugador magiar anotó cuatro goles en la final —récord en la historia del torneo—, lo que unidos a los tres logrados por Di Stéfano les convirtieron en los únicos jugadores en la historia del torneo en anotar un hat-trick en la final.

Nota: No contabilizados los partidos y goles en rondas previas. Nombres y banderas de equipos en la época.




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