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El Clásico



El clásico español, conocido entre los medios de comunicación y los aficionados como «El Clásico», es el partido de fútbol que enfrenta al Real Madrid Club de Fútbol y al Fútbol Club Barcelona.[2][3]​ Su relevancia ha crecido hasta convertirse en la rivalidad futbolística —y/o deportiva— más importante del ámbito español, situándose también como el encuentro entre clubes más seguido mundialmente del citado deporte, con aproximadamente 650 millones de espectadores de media entre 2012 y 2020,[4][5]​ logrando colocarse entre los tres acontecimientos deportivos más seguidos del mundo junto con la final de la Copa Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010 y de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 que llegaron a 700 y 600 millones de espectadores respectivamente. También fue posicionado por la prestigiosa revista World Soccer en el primer puesto de los "World Soccer’s 50 Greatest Derbies" como el clásico de fútbol más importante del mundo.[6]

Pese a que el término se ha establecido como el calificativo para dichos encuentros, cuando empezó a utilizarse hacía referencia al encuentro que más veces se había repetido entre dos clubes españoles a nivel nacional,[n. 3]​ correspondiendo históricamente a los «enfrentamientos entre el Athletic Club y el Real Madrid C. F.» quienes hasta el comienzo de la temporada 2011-12 se habían enfrentado 215 veces entre Liga y Copa.[7]​ A partir de entonces, fue superado por los enfrentamientos entre el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid Club de Fútbol, aunque bien es cierto que ya se le atribuía el calificativo a estos enfrentamientos desde hacía tiempo atrás debido a que en los últimos años fueron los equipos con mejores registros y éxitos de España.[8]​ En los últimos años del siglo xx estos encuentros fueron denominados como el partido del siglo en un énfasis de la prensa por dar aún más relevancia al enfrentamiento.[9]​ En 2021 fue presentado por LaLiga un logotipo e identidad visual propia del enfrentamiento para consolidar su imagen y reconocimiento a nivel internacional.

Hasta 1999 los encuentros eran emitidos por televisión en abierto para todo el país sin atender al carácter del evento. Desde entonces, y hasta 2012, estos partidos fueron perdiendo paulatinamente tal privilegio debido a la aparición en escena del sistema de pago por visión y los nuevos derechos audiovisuales en España, por lo que pasaron a ser de emisión privada, en un primer paso, para más tarde potenciarse la emisión codificada. Desde el año 2012, solo se emiten en abierto por imperativo legal los partidos que dilucidan algún título o eliminatoria de gran consideración de interés público.[n. 4]

La rivalidad entre ambos equipos comenzó a adquirir gran relevancia a mediados del siglo xx cuando el club madrileño dio un gran salto cualitativo y comenzó a dominar un deporte hasta entonces en manos de los catalanes. Desde entonces ambos clubes han dominado el palmarés de las competiciones oficiales de España, siendo los dos rivales a batir, destacando en consecuencia el enfrentamiento entre ambos. Señalados como una bandera no solo deportiva sino institucional de sus respectivas regiones, compiten por dominar un deporte en el que el paso de los años han sido pocos los equipos que han conseguido disputarles tal supremacía. Entre ellos, los vascos del Athletic Club —considerado «el tercer grande» del panorama nacional por historia y palmarés—[10]​ primer gran dominador del país ha visto como la diferencia de potencial con los dos clubes ha ido acrecenténdose. Pese a ello, en alguna ocasión han conseguido triunfos destacados, uniéndose al Valencia Club de Fútbol, al Club Atlético de Madrid y al Sevilla Fútbol Club como los equipos a disputarles los títulos a barcelonistas y madridistas.[10]

En la actualidad el balance es el más equilibrado que se recuerda en los más de cien años de historia de ambos contendientes. Las últimas décadas los catalanes consiguieron igualar la particular comparativa de títulos, que los madrileños dominaban históricamente desde la época dorada del «Madrid de Di Stéfano» en los años cincuenta y llegaron a empatar momentáneamente el balance de enfrentamientos.

Adicionalmente, se da la circunstancia de que cada uno de los equipos es quien más veces ha logrado vencer al otro. Es decir, el mayor número de derrotas que ha sufrido el conjunto madridista es frente al barcelonista, y al contrario, el equipo que más veces ha vencido a los culés es el madrileño. La rivalidad entre ambos a fecha de 2022 es la más disputada entre aquellas señaladas como más reconocibles del panorama futbolístico, y la única en la que ambos equipos tienen un mínimo de cinco Copas de Europa.[11]

El club catalán fue el decimoctavo club de España en ser fundado bajo el nombre de Foot-ball Club Barcelona,[n. 5]​ siendo en la actualidad el decano de los clubes catalanes tras desaparecer el Torelló Foot-Ball Association, el Palamós Foot-Ball Club y el Foot-Ball Club Catalá. En cuanto al conjunto madrileño, fue el vigésimo primer club más longevo del país en ser fundado bajo el nombre de (Sociedad) Madrid Foot-Ball Club,[n. 6]​ y el quinto club de Madrid por detrás del Cricket y Foot-Ball (Club) de Madrid —club pionero de Madrid—, la (Sociedad) Juegos al Aire Libre,[12]​ la (Sociedad) Sky Foot-ball —club del que se escindieron los madridistas—, y la Association Sportive Amicale, siendo el decano de la región en la actualidad tras la desaparición de esos cuatro primeros.

El suizo Hans Gamper, conocido en España como Joan, fue el fundador del club catalán en 1899 mientras que el club madrileño nació en 1900 tras una escisión en la (Sociedad) Sky Foot-ball donde se encontraban Julián Palacios y los hermanos barceloneses Juan y Carlos Padrós, considerados estos los fundadores de una sociedad que no se oficializó hasta 1902 ya que no lo creyeron necesario para practicar el nuevo deporte.[n. 7]​ La legalización de los catalanes no llegó hasta 1903.

Paralelamente a sus primeros enfrentamientos en la que fue la primera competición oficial a nivel nacional en España, la Copa del Rey —o Campeonato de España como era conocido en la época— mostraron una gran supremacía en sus respectivas comunidades. Regidos por la Federación Madrileña y por la Federación Catalana eran los equipos más laureados de sus respectivos campeonatos regionales, el Campeonato Regional Centro y el Campeonato de Cataluña —precursor de la Copa Macaya, primera competición existente en España—. Dicha supremacía se vio reflejada en el campeonato de Copa, donde junto al Athletic Club dominaron los primeros años de la competición. Finalizada la Guerra Civil, sin embargo, el Real Madrid atravesó una importante sequía de títulos.

La rivalidad entre ambos equipos comenzó a adquirir relevancia a mediados del siglo xx cuando el club blanco dio un gran salto cualitativo al fichar a Di Stéfano. [13]​ Nótese que, finalizada la temporada 1952-53, era el Atlético de Madrid el dominador del fútbol madrileño, pues había ganado el doble de Ligas que el Real Madrid (que no ganaba una desde hacía veinte años). Con una Liga más que los colchoneros se encontraban el F. C. Barcelona y el Athletic Club, dominadores en aquel momento de un palmarés liguero y copero respectivamente donde los merengues se situaban quintos, por detrás también del Valencia C. F. a nivel nacional. Desde ese entonces ambos clubes han dominado el palmarés de las competiciones oficiales de España y de Europa, siendo los dos rivales a batir, destacando en consecuencia el enfrentamiento entre ambos. Señalados como una bandera no solo deportiva sino institucional de sus respectivas regiones, compiten por dominar un deporte en el que a lo largo de los años han sido pocos los equipos que han conseguido disputarles tal supremacía, siendo de destacar los considerados como los otros «tres grandes» del panorama nacional:[10]​ los ya mencionados Athletic Club, Club Atlético de Madrid y Valencia Club de Fútbol.

El origen del término tuvo sus primeras referencias a principios del año 2000. El incipiente crecimiento de la rivalidad entre ambos conjuntos se hacía cada vez más patente, por lo que acabó por ser el encuentro más relevante en España. Si bien es cierto que en los orígenes de ambos clubes estos mantenían una rivalidad más fuerte con otros equipos,[n. 8][14]​ poco a poco sus disputas acabaron por resultar las más competidas del territorio. Fue entonces cuando los medios empezaron a acuñar calificativos para referirse a sus contiendas, utilizando las palabras «derbi»[15]​ —aunque la utilización de ésta es más correcta para designar enfrentamientos entre equipos de cercana localización,[16]​ caso del «derbi madrileño» o el «derbi barcelonés»— o «clásico».[16]​ El uso de este último cobró una significativa relevancia en la primera década del siglo xxi siendo desde entonces el calificativo usado para referirse al enfrentamiento.[16]​ Técnicamente su uso no era del todo correcto como así refleja la Real Academia Española (RAE) ya que no ofrece ninguna acepción para referirse a una contienda deportiva y o futbolística. Sin embargo, al ser uno de los enfrentamientos más repetidos en la historia del fútbol español, —tras los Real Madrid C. F. frente al Athletic Club, quedando estos ya en la actualidad por detrás de los Real Madrid C. F. y F. C. Barcelona— y al tratarse de los dos clubes más laureados y dos de los más longevos en la historia española, el término acabó por arraigar entre medios y aficionados por ser uno de los enfrentamientos más característicos y típicos del calendario, como así indica una de las definiciones del término.[17]

Con el calificativo de «Viejo Clásico» se hace referencia a los enfrentamientos entre el Real Madrid Club de Fútbol y el Athletic Club. Estos partidos fueron los más repetidos durante la historia del fútbol nacional en España hasta la temporada 2011-12 en la que se habían enfrentado 215 veces entre el Campeonato Nacional de Liga y el Campeonato de España de Copa.[7]​ Es por ello que recibían el calificativo que hoy reciben los enfrentamientos entre madrileños y barcelonistas, si bien se usa indistintamente para uno u otro según la ocasión.[18]​ Actualmente son el tercer partido más repetido, el segundo a nivel nacional con 242 partidos.[n. 9]

No en vano, dicha contienda sigue siendo el más repetido en la historia del Campeonato de España de Copa —hoy Copa del Rey—, que es la competición más antigua del país. En ella se han enfrentado un total de 58 ocasiones, correspondiendo nueve de ellas a la final.[19]​ En la Copa ambos guardan algunos de los mejores registros históricos, como el de mayor número de victorias seguidas.[n. 10]​ Ambos clubes fueron los dominadores de esta competición en su nacimiento. Dichas circunstancias hacen que en ocasiones se observe con nostalgia dichos encuentros históricos donde se disputaban la supremacía y poco dados en la actualidad,[20]​ pero que sin embargo aún guardan un gran interés.[18]

Curiosamente de dicha rivalidad deportiva nació el que es hoy otro de los grandes rivales del club madrileño, el Club Atlético de Madrid tras nacer en 1903 como una sucursal madrileña del club bilbaíno bajo el nombre de Athletic Club (Sucursal de Madrid).[21]​ Además, dichos encuentros entre vascos y capitalinos adquirieron con el paso del tiempo un aditivo más al salpicarle un cierto trasfondo extradeportivo como la política,[22]​ debido a las posturas históricas del panorama español, aunque siempre tuvieron una relación de respeto y deportividad unos con otros.[23][24]

La rivalidad ha trascendido en ocasiones a lo político debido a la rivalidad de las aficiones,[25]​ siendo una de las cuestiones que más fervor y fanatismo levanta entre las inquietudes de los aficionados. La repercusión de los dos clubes en los medios de comunicación y los aspectos culturales que rodean todo ello, se ven reflejados en el panorama político y a la inversa, siendo los clubes relacionados y utilizados como banderas de dichas cuestiones tan alejadas del ámbito deportivo.[26][27]​ En un investigación oficial realizada en 2002 se analizaba la dimensión territorial de la afición al fútbol y se llegaba a interesantes conclusiones acerca de los diferentes perfiles políticos y actitudinales que caracterizaban a los seguidores de los dos clubes más representativos del fútbol español, que se podrían sintetizar en un sesgo más izquierdista y descentralizador de los seguidores del Barça, frente a las posiciones más de derechas y centralistas de los del Madrid.[28]

Ya en la década de 1930 el club catalán había desarrollado una reputación como un símbolo de identidad catalana, que se opuso a las tendencias centralizadoras del territorio más cercano a la capital.[29]​ Tras el Golpe de Estado en España de julio de 1936 que condujo a la Guerra Civil Española y la caída de la Segunda República española, Francisco Franco comenzó una dictadura basada en el nacionalismo denominada franquismo.

Cataluña, considerada como vía de entrada y expansión de ideas revolucionarias en el país,[n. 11][30][31]​ perdió su foco poco a poco en detrimento de la capital. Su impulso modernizador y pujanza cultural pasaron a ser referentes de Madrid, la cual se había convertido en una de las ciudades más innovadoras del mundo, como lo reconoce el propio Plan Estratégico de Barcelona del año 88,[32]​ extendiéndose la idea de que desde Madrid se hostigaba y reprimía a Cataluña. Durante las dictaduras de Miguel Primo de Rivera y de Francisco Franco, todas las lenguas y las identidades regionales fueron mal vistas y contenidas abogando por una unión del territorio español. En este período, el F. C. Barcelona estableció su lema «més que un club» (Más que un club) por su conexión con las ideas progresistas y su papel representativo en Cataluña. Tanto a nivel de gestión como a nivel deportivo los blaugranas se convirtieron durante los años de mandato en uno de los equipos más laureados del país siendo el principal dominador —junto al Athletic Club— de la competición de Copa, denominada como Copa del Generalísimo,[33]​ Pese a que se ha intentado vincular históricamente a los madrileños como «el club del régimen»,[27]​ lo cierto es que fue uno de los pocos clubes que no se vieron favorecidos en representación, económica o socialmente por el régimen, al contrario que los barcelonistas, llegando incluso a ser salvado de la desaparición en varias ocasiones por el caudillo.[34][35]​ La relación patente es sin embargo que el régimen aprovechó los éxitos y proyección de los madridistas como autopromoción y expansión de imagen.[27]​ Es por ello que para la mayoría de los catalanes el club madrileño fue considerado favorecido erróeamente y a pesar del hecho de que los presidentes de ambos clubes Josep Suñol y Rafael Sánchez-Guerra sufrieron mismas represalias por ser contrarios al régimen.[29][36][37]​ Suñol fue fusilado en agosto de 1936 y Sanchéz-Guerra, que se negó a abandonar la ciudad, fue encarcelado tras la caída de Madrid y debió marchar después al exilio.[38]​ En 1936 y nada más comenzar la guerra, un incidente enturbió las relaciones de ambos clubes cuando, en vista de las dificultades insalvables que sufría el Madrid para competir dada la cercanía del frente, al exportero y dirigente del club Pablo Hernández Coronado, de acuerdo con el entrenador del Barcelona, Paco Bru, se le ocurrió la idea de inscribir al Real Madrid en el Campeonato de Cataluña. La propuesta contó con la simpatía general para un gesto que se interpretaba como expresión de solidaridad republicana por encima de otras consideraciones, y la apoyaron el sindicato de jugadores catalanes y todos los equipos con mínimas objeciones, pero la oposición del Barcelona finalmente hizo fracasar el proyecto.[39]

La imagen de ambos clubes se vio afectada además por la creación de los grupos ultras, algunos de los cuales se convirtieron en hooligans —anglicismo usado para referirse a seguidores de fútbol que en ocasiones provocan vandalismo y altercados—. Pese a ello, la gran repercusión que arrastraban ambos clubes conllevó a un seguimiento cada vez mayor hasta extenderse fuera de las fronteras del país.[34]​ Actualmente el encuentro es seguido por más de 650 millones de espectadores en todo el mundo,[5]​ teniendo en el año 2016, gracias al gran despliegue realizado por diversas cadenas privadas, alcance a más de 185 países de todos los continentes siendo el evento futbolístico con mayor cobertura y más seguido a nivel mundial, alcance que hasta el momento solo estaba a la altura de los Juegos Olímpicos y la Copa Mundial de fútbol.[4]

Entre sus reconocimientos destacan algunos que refrendan a ambos como dos de los equipos más destacados del panorama internacional, citando ejemplos a continuación.

Dentro de la cada vez más incipiente repercusión y desarrollo del fútbol femenino, y debido a la influencia de sus equipos masculinos, diversos medios refieren como «clásico femenino» o simplemente «clásico» a los enfrentamientos entre las secciones femeninas madridistas y barcelonistas,[47][48]​ cuando el equipo capitalino no había ni siquiera debutado tras su fundación en 2020. Pese a ello, en el fútbol femenino español —atendiéndose a los motivos por los que se conoce con el término a los enfrentamientos de los implicados—, están considerados como «clásico» los partidos entre las secciones del F. C. Barcelona y el Atlético de Madrid, al ser el enfrentamiento más repetido en la historia de las competiciones españolas.[49]

La primera vez que madrileños y catalanes se enfrentaron en un partido de fútbol, no oficial,[50][51]​ fue el 13 de mayo de 1902, cuando el Real Madrid Club de Fútbol contaba con dos meses oficiales de vida por casi dos años y medio del Fútbol Club Barcelona. El partido, correspondiente a la semifinal del Concurso Madrid de Foot-Ball Association —conocido popularmente como la Copa de la Coronación—,[52]​ dejó clara la notable superioridad de los catalanes, más rodados y con numerosos extranjeros en sus filas, ganando con un resultado de 3-1. Así lo recogieron las publicaciones de la época:[53]

Tras la competición se dio el produjo el primer traspaso de un jugador entre ambos clubes. El 23 de mayo Alfonso Albéniz, hijo del célebre compositor gerundense Isaac Albéniz, recaló en el club madrileño como así confirmó una publicación de la época.[54]​ En 1906 los madrileños realizaron su primera visita a Barcelona para jugar un partido amistoso. El partido estaba anunciado como un encuentro entre ambos clubes, pero los catalanes tenía muchas bajas y solo alineó a cuatro jugadores propios, mientras que el resto eran refuerzos de otros clubes, cinco de ellos del Club Español de Foot-Ball. Aunque el uso de otros jugadores en caso de necesidad era corriente en la época y las reseñas barcelonistas contabilizan el partido como victoria propia, tras el 5-2, realmente fue un encuentro frente a una selección de clubes barceloneses.[55]​ Cabe destacar sin ambargo, que en la época no existía aún la rivalidad ni la dimensión de repercusión que adquirieron posteriormente los partidos entre ambos clubes, es más, entre ellos existía aún un clima de cordialidad.[56]

Durante la década de 1910 se enfrentaron un total de quince ocasiones, de las cuales cuatro encuentros fueron en el Campeonato de España —actual Copa del Rey—, siendo el resto de carácter amistoso pues hasta la temporada 1928-29 no nacería la competición de Liga en España. Los citados cuatro enfrentamientos oficiales correspondieron a la misma eliminatoria de la Copa del Rey de la temporada 1915-16, siendo el primero de ellos el primer encuentro oficial entre ambos equipos. Tras repartirse las victorias por 2-1 para los barcelonistas y 4-1 para los madrileños,[57]​ hubieron de jugarse dos encuentros de desempate para dilucidar el vencedor del cruce. El primero de ellos finalizó con un empate seis goles en lo que es hasta la fecha el encuentro entre ambos con más goles, junto con el 11-1 ocurrido en las semifinales de 1943 y que quizá fue el detonante para que se hiciese ya patente una gran rivalidad entre los clubes más focalizada hasta entonces en una rivalidad interregional.[n. 14]​ En el definitivo partido de desempate que nos acontece, los madrileños se impusieron por 4-2 desequilibrando el balance oficial de enfrentamientos a su favor y siendo la primera vez que vivían un cruce eliminatorio.

Volvieron a cruzarse nuevamente en el Campeonato de España de Copa, en la edición de 1926, en unos encuentros que aún no ofrecían tanta repercusión. Pese a que las fuerzas se encontraban equilibradas, era el Athletic Club el equipo que dominaba el palmarés de la hasta el momento única competición oficial de clubes en España con nueve entorchados, por seis de los barcelonistas y cinco de los madrileños. El conjunto catalán fue el vencedor de los dos partidos y de la consiguiente eliminatoria, y darle la vuelta al balance. Se disputaron también algunos amistosos durante estos años, y finalmente los equipos se vieron las caras por primera vez en competición de Liga el 17 de febrero de 1929, acrecentando sus disputas.

Desde que se disputara la primera edición de la Liga española, en la temporada 1928-29, se vio el comienzo de una rivalidad que perdura hasta nuestros días. Aquella primera Liga fue un mano a mano entre ambos conjuntos, siendo los madrileños los primeros líderes históricos de una competición que dominaron casi en su totalidad hasta prácticamente el último momento. En su primer mano a mano ganaron los capitalinos por un 1-2 a domicilio en la segunda jornada; no obstante el equipo de la «ciudad condal» acabó la temporada alzando el primer título de Liga tras arrebatarle la primera posición al conjunto madridista en la última jornada merced a la derrota sufrida por estos frente al Athletic Club. El Real Madrid C. F. tuvo que esperar hasta la temporada 1931-32 para alzar su primer título de Liga, ganando el segundo de forma consecutiva. La edición de Liga 1934-35 dejó dos resultados históricos en la historia del clásico. El primero fue un 5-0 a favor de los catalanes —siendo la primera vez que alguno de los dos le endosaba ese resultado al rival—[n. 15]​ circunstancia que los madrileños devolvieron unas jornadas después el la que hasta la fecha era la mayor goleada vista en sus choques: un 8-2.

Durante la década de los años 30 disputaron un total de doce partidos de Liga, un partido de Copa y dos amistosos. Cabe destacar que el partido de Copa dipustado fue la final por el título de campeón que se jugó el 21 de junio de 1936, a menos de un mes del inicio de la Guerra Civil Española. El resultado de aquella final fue favorable para los madridistas por 2-1. Debido a la circunstancias políticas del país, se suspendieron los eventos deportivos de nivel nacional y hubo que esperar al final de la guerra, en la temporada liguera de 1939-40, para ver un nuevo enfrentamiento.

Hubo partidos con gran cantidad de goles durante esta década. La temporada 1942-43 fue la que dejó más goles en sus enfrentamientos tanto en Liga como en Copa. En campo visitante los blancos consiguieron sacar en Liga un empate a cinco, y una victoria por 3-0 en la capital, mientras que en la edición de Copa una victoria por 3-1 de los catalanes desataría las primeras rencillas entre ambos conjuntos.

Con el país viviendo una dictadura derechista basada en el nacionalismo denominada franquismo, el club catalán vio como el jefe de estado Francisco Franco suprimía anglicismos y lenguas en todos los ámbitos del territorio para castellanizar y unificar el Estado, circunstancia que afectó también al panorama deportivo. Así, el club barcelonista, afín a un propósito de autonomía de la región catalana, vio como su denominación y varios aspectos más sufrían un drástico cambio.

Entretanto se jugaron las semifinales de Copa de la citada edición de 1943, y en el partido de ida vencieron los catalanes por un claro 3-0 que se antojaba difícil de remontar. En esa época la animadversión entre unos y otros en las gradas empezaba a hacerse patente, si bien es cierto que llevaba más eco desde Barcelona que al revés, circunstancia que constataron los pitos que recibía el equipo madridista en sus visitas a Les Corts. Aquel día ocurrió de igual manera, como quedó reflejado en las publicaciones, y fue un hecho que en Madrid molestó en gran manera, de forma que el presidente barcelonista envió una misiva al club madrileño a modo de disculpa por la pitada:[58]

Sin embargo la prensa madrileña, que calificó el suceso como un insulto, propició que hubiese un ambiente hostil a la llegada del equipo catalán para disputar el partido de vuelta.[58]​ Desde su aterrizaje los jugadores visitantes sufrieron una intimidación que se vio posteriormente reflejada en el campo, llegando incluso a testificar de la presencia de las autoridades de la Seguridad Nacional y del Consejo de Deportes en su vestuario alertándoles sobre la imposibilidad de garantizar su seguridad para con el hostil público,[58]​ mientras que desde Barcelona se aseguraba que sufrieron aún más presión e intimidación por dichas autoridades. En cualquier caso, el partido finalizó con un sorprendente 11-1 favorable a los madrileños en la que es hasta la actualidad la mayor goleada conseguida por alguno de los contendientes y que provocó la dimisión del presidente Enrique Piñeyro. La reacción desde Barcelona no se hizo esperar, con una crónica de Juan Antonio Samaranch —periodista deportivo en la época para la Prensa del Movimiento Nacional, aficionado del Espanyol,[59]​ y que llegó a ser presidente del Comité Olímpico Internacional (COI)— que le supuso la retirada de su carné de periodista y el derecho a ejercer como tal:[58]

Mucho se ha debatido sobre las circunstancias que rodearon a aquel encuentro, donde las confusas palabras de Samaranch no ayudaron a aclarar los hechos.

En los sucesivos años se vieron diversas goleadas por ambos bandos, resaltando otro 5-0 de los catalanes o un 6-1 de los madrileños, cerrando la década con un empate a resultados y obteniendo ambos las mismas victorias. Durante estos años el C. F. Barcelona consiguió tres Ligas, una Copa y una Copa Latina por dos Copas del Real Madrid C. F. sin conseguir ningún campeonato de Liga, del que hacía ya diecisiete años desde su último título. A ellos habría que sumar un título para cada equipo de la Copa Eva Duarte, predecesora de la Supercopa de España.

Durante la década de los años cincuenta ambos conjuntos dominaron las dos principales competiciones de España. Mientras que los madrileños destacaron tanto en la Liga como en la Copa de Europa, los catalanes lo hicieron en Liga y Copa del Rey. En los primeros años era el conjunto barcelonista el que de la mano de su figura Ladislao Kubala llevaron la iniciativa hasta que se produjo uno de los hechos que más contribuyeron a la histórica rivalidad: el fichaje de Alfredo Di Stéfano.

El jugador llamó la atención de ambos clubes durante las Bodas de Oro del Real Madrid Club de Fútbol donde fue el jugador argentino fue la figura más destacada del triangular disputado entre madrileños, el Idrottsföreningen Kamraterna Norrköping sueco y el Club Deportivo Los Millonarios colombiano, equipo donde militaba el jugador. Desde ese momento se vivió uno de los casos más controvertidos en la historia del fútbol por la disputa de conseguir su contratación. Las diferencias siguen aún patentes hoy día sobre los hechos acontecidos en torno a los sucesos, donde hasta tuvieron que intervenir la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y el Consejo Superior de Deportes de España para intentar solucionar el fichaje. Ambos clubes reclamaban la potestad por el jugador al poseer cada equipo la mitad de su traspaso, adquiridos uno al Club Atlético River Plate —club del jugador antes de recalar en el conjunto colombiano y que aún poseía derechos sobre él— y otro al mencionado C. D. Los Millonarios, poseedor de la otra mitad. El Pacto de Lima que afectaba a los clubes sudamericanos agravó una situación que finalmente llegó a la resolución de que el futbolista jugase intercaladamente en ambos clubes. Ante los hechos, el enfado del club barcelonista le hizo renunciar a sus derechos vendiéndole su parte al club madrileño. Desde su contratación, el club madrileño se convirtió en el mejor club del panorama futbolístico, cambiando el rumbo de la entidad.

Con la llegada del jugador los madrileños consiguieron de forma consecutiva cuatro títulos de Liga, mientras que alzaron cinco Copas de Europa —también de manera consecutiva—, dos Copas Latinas y una Copa Intercontinental, resaltando dos dobletes de Liga y Copa de Europa en las temporadas 1956-57 y 1957-58, hazaña que solo ha vuelto a repetir en la temporada 2016-2017. Sin embargo, no sería hasta a partir de la siguiente década cuando se desmarcarían respecto a sus rivales. Hecho especial se produjo a finales de la década cuando los dos equipos se enfrentaron por primera vez en una competición internacional. En la citada quinta edición de la Copa de Europa ambos equipos disputaron un puesto para los cuartos de final, a la que accedieron los madrileños tras vencer los dos partidos de la eliminatoria por 3-1.

Por su parte, los barcelonistas consiguieron durante la década otras cuatro Ligas y cinco Copas, destacando tres dobletes nacionales en dicho período y una gran regularidad en sus participaciones además de dos títulos de la Copa Eva Duarte, uno de la Copa Latina y dos de la Copa de Ciudades en Feria, una competición que únicamente pudieron disputar las ciudades europeas que albergaran ferias de muestras internacionales y que fue años más tarde reconocida como competición oficial, no sin controversia aún latente ya que no fue organizada ni auspiciada por la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA) —entidad reguladora del fútbol europeo y sus competiciones—, además de comenzar como una disputa de combinados de fútbol,[60]​ en contraposición con otras competiciones que en la misma tesitura de estar organizadas bajo otros estamentos futbolísticos no gozaron del mismo reconocimiento.[n. 16]​ La primera edición fue disputada y ganada por un combinado de la ciudad de Barcelona frente a una selección de la ciudad de Londres en una competición que duró tres años y se le reconoció posteriormente al club catalán, y la segunda fue frente al Birmingham City Football Club en dos años de competencia.

Entre sus enfrentamientos más destacados resaltaron el correspondiente a la temporada 1950-51, cuando los catalanes vencieron como locales por 7-2, mientras que los madridistas vencieron también como locales por 5-0 en la temporada 1953-54 como mejores resultados para cada uno. Sus rendimientos en campo propio fue casi inexpugnable, destacando la racha de victorias de los madridistas en la competición de Liga, en la que durante dicha década contaron todos sus partidos por victorias.

Una curiosidad de esta época fue el ver como dos de los jugadores más emblemáticos de ambos clubes, Ladislao Kubala y Alfredo Di Stéfano, lucieron ambas camisetas. El primero, jugador del C. F. Barcelona, vistió la camiseta blanca en el partido homenaje concedido por los madridistas a su emblemático exjugador Luis Molowny.[61]​ El segundo, jugador del Real Madrid C. F., la vistió en con motivo del homenaje al primero tras su retirada.[62]​ Hechos sin embargo que no dejan de ser particularidades, ya que era muy habitual en la época la cesión de jugadores a otros clubes para disputas no oficiales o de carácter amistoso.[n. 17]

La igualdad vivida en la década anterior dejó a los madridistas como los demonadores del panorama. Sus actuaciones les valieron para ser denominados como «los vikingos» debido a la supremacía desplegada en su juego, llevándoles a dominar el panorama europeo y conquistando en esta década una sexta Copa de Europa.[63]​ La igualdad en las competiciones españolas se decantó también finalmente del lado de los madrileños, llegando a conquistar el título de Liga en ocho ocasiones por dos del campeonato de Copa —por ninguna y cuatro respectivamente de los barcelonistas—. Así, los éxitos logrados durante la segunda mitad de los años cincuenta y la década de los años sesenta consiguieron que los capitalinos lograsen distanciarse respecto al resto de equipos en materia de títulos y palmarés.

Pese al escaso bagaje de los catalanes, se produjo tras las primeras cinco Copas de Europa logradas por los madrileños la primera eliminación de estos en la competición. Fue en la edición de 1960-61 cuando el C. F. Barcelona se convirtió en el primer equipo en eliminar al Real Madrid C. F., no sin polémica, tras anulársele a estos últimos en el partido de vuelta tres goles y no concederles el árbitro de la contienda un gol fantasma, circunstancia que permitió finalmente a los azulgranas alcanzar su primera final en la competición en la que cayó derrotado frente al Sport Lisboa e Benfica portugués quien curiosamente vencería en la siguiente edición a los madrileños. Los catalanes iniciaron así una etapa decadente en este decenio, de la que no se recuperó hasta muchos años después.

Pese a las desavenencias entre ambos clubes, la grandeza que adquirió el club madrileño dejó una anécdota reflejada en un acto llevado a cabo por el entonces presidente Santiago Bernabéu y su mano derecha en el club Raimundo Saporta durante las navidades del año anterior. Ladislao Kubala entrenador y emblemático exjugador del C. F. Barcelona llevaba casi trece años sin ver a su familia debido a los conflictos políticos de los países del régimen comunista, entre los que se encontraba Hungría —su país natal—, y España —aún bajo la dictadura derechista—. Entre ellos, no estaba permitida la entrada en el país de ninguna persona que formase parte de los países comunistas.
En el acto deportivo en cuestión sucedido en Budapest, tras meditar unos segundos ante la petición de los presentes de que expresase un deseo que pudieran realizar los húngaros para honrarle, Bernabéu respondió:[64][65]

Pocos días después, su madre viajaba a España merced a un visado especial para pasar las navidades con sus nietos y su hijo, manifestando la filosofía del club en anteponer a las personas antes que las entidades.[65]

En las contiendas deportivas, los encuentros disputados entre ambos equipos en siguieron teniendo un predominio blanco, dejando en la historia una nueva polémica arbitral correspondiente a la final de Copa disputada en el Nuevo Estadio de Chamartín en 1968. Durante el mismo, «los blancos» reclamaron dos claros penaltis no concedidos por el colegiado Antonio Rigo, hecho que propició el lanzamiento de botellas desde la grada quedando desde entonces recordada como «la final de las botellas». Fue uno de los sucesos más recordados de sus enfrentamientos y uno de los que más marcó la rivalidad entre ambos,[66]​ y que propiciaron los sucesos de su siguiente eliminatoria de Copa en 1970. En ella, los barcelonistas protestaron un penalti concedido por el colegiado Emilio Carlos Guruceta a favor de los madrileños tras una falta producida fuera del área. Las protestas, acompañadas con amenazas de retirarse del partido sguió con el lanzamiento de almohadillas y botellas por parte del público local, alcanzando una al técnico visitante Miguel Muñoz, hechos que ocasionaron la suspensión del encuentro.[66]​ Lejos de arreglarse la ya fuerte rivalidad se incitó con declaraciones de los dirigentes señalando los errores arbitrales como uno de los focos también a tener en cuenta en los choques.

El balance entre ambos equipos se vio alterado durante los años venideros, no volviéndose a equilibrar hasta finales de siglo, tras superar el club catalán diversos problemas económicos y haber superado la sombra de una desaparición para retomar el rumbo de los éxitos que sin embargo no se empañaron del todo en la época con la consecución de un nueva Copa de Ciudades en Feria completando un palmarés total de tres entorchados, pero aún lejos de los éxitos madridistas.

Con la nueva década el equipo barcelonista comenzó una etapa mejor que las predecesoras, aunque pese a contratar para sus filas al jugador neerlandés Johan Cruyff —considerado posteriormente como uno de los mejores futbolistas de la historia— no pudo tampoco doblegar a los madrileños que sin embargo no ofrecieron un potencial tan abrumador como años atrás. Las fuerzas entre ambos se vieron equilibradas con la llegada de este futbolista, aunque se vieron los peores registros goleadores hasta la fecha en sus enfrentamientos. Los catalanes consiguieron el título de Liga en la temporada 1973-74 tras catorce años sin conseguir dicho trofeo. Además, al futbolista neerlandés también se debió la goleada endosada a los madrileños en el «Estadio de Chamartín» por 0-5. Al año siguiente, y para evitar otro resultado semejante, quedó para la historia el marcaje de José Antonio Camacho al jugador neerlandés dando con la victoria del equipo madrileño. En esta década «los blaugranas» también consiguieron dos Copas y una Recopa de Europa —una nueva competición que enfrentaba a los respectivos vencedores de los campeonatos domésticos de Copa—.

Por su parte «los blancos» consiguieron seis títulos de Liga y tres Copas en la época en la que surgieron varios significativos cambios generacionales antes de la que resultaría ser una de las más relevantes y significativas generaciones del club: la «Quinta del Buitre». Durante la época el club madrileño destacó por un gran trabajo en sus categorías inferiores, siendo la base de sus proyectos deportivos, viéndose coronado con la disputa de una final de Copa en la edición de 1979-80 en la que los madridistas se enfrentaron a su equipo filial, el Castilla Club de Fútbol.

Cabe destacar el cambio de tendencia en cuanto a rivalidad sufrida durante estos años. El reciente crecimiento futbolístico del Club Atlético de Madrid madrileño propició que durante este período los madridistas viesen en los rojiblancos al rival a batir —ya que no en vano siempre fue el verdadero rival histórico del Real Madrid C. F.— como así expresaron sus jugadores en más de una ocasión, como por ejemplo Pirri —jugador de la época—:[67]

En cambio, el F. C. Barcelona vio como sus enfrentamientos con su correspondiente rival histórico, el Real Club Deportivo Español, también se hicieron más aguerridos debido al fichaje de una de las promesas del club españolista: José Cano López Canito, a quien se le auguraba una magnífica proyección.[68]​ Desde ese momento, el club blanquiazul ha visto como la mayor repercusión y poderío del club barcelonista ha ido menguando no sin polémica de la cantera españolista de la que ha ido nutriéndose propiciando un aumento de la rivalidad entre ambos clubes.[69][70]

El dominio de los equipos vascos durante los primeros años de la década motivó que el F. C. Barcelona consiguiese un único título de Liga en la temporada 1984-85 mientras que el Real Madrid C. F., abanderado por una nueva generación de canteranos conocida como «La Quinta del Buitre», logró conquistar cinco títulos de manera consecutiva de la máxima competición de clubes en España —récord vigente y sin igualar a fecha de 2020—.

En cuanto al resto de competiciones, en la Copa del Rey los catalanes consiguieron levantar cuatro títulos, dos más que los madrileños que les permitieron a su vez lograr conquistar una y tres Supercopas de España respectivamente, pudiendo haberse incrementado en dos más en el caso de los madrileños, ya que no disputaron dos ediciones al no encontrar fechas para su celebración con el rival en cuestión. Los éxitos se cerraron con dos Copas de la Liga para los blaugranas y una para los blancos en la que fue una nueva competición a disputar entre los equipos participantes en la Primera División.[n. 18]​ Ocho y once títulos fue el balance de ambos conjuntos en su territorio, mientras que de nuevo ambos volverían a conquistar un título europeo no sin sendas decepciones antes: dos derrotas en la máxima competición de clubes en el Viejo Continente, la Copa de Europa.
En la edición de 1980-81 fueron los madrileños los que de la mano del equipo conocido como el «Madrid de los García» —generación anterior a la «Quinta del Buitre»— perderían primero frente al Liverpool Football Club por 1-0 y se quedaron a las puertas de una nueva final en la edición de 1987-88 tras sufrir una dolorosa eliminación en semifinales frente al Philips Sport Vereniging de Eindhoven en un partido que sería recordado en España como la «Noche negra de Eindhoven»; mientras, en la edición de 1985-86 fueron los barcelonistas los que cayeron derrotados por 2-0 en la tanda de penaltis tras el 0-0 final a manos del Fotbal Club Steaua București.

En cuanto a los éxitos, levantaron dos títulos cada uno: dos Recopas de Europa para el F. C. Barcelona —en 1981-82 y en 1988-89—, y dos Copas de la UEFA para el Real Madrid C. F. —en la temporada 1984-85 y en la 1985-86 siendo el primer club en revalidar el título—[n. 19]​ cerrando así la mejor década en cuanto a títulos para los capitalinos.

Durante esta década se produjo uno de los más sonados traspasos entre ambos clubes. El controvertido jugador alemán Bernd Schuster recaló en el club madrileño tras ocho años en Barcelona en los que dejó numerosas imágenes para la polémica entre ambos clubes, siendo la más recordada el corte de mangas dedicado a la afición blanca tras la consecución del gol definitivo para los barcelonistas en la final de Copa de la temporada 1982-83 dejando sin títulos a los madrileños esa temporada, motivo por el que se le recordó como el de los «cinco subcampeonatos» tras quedarse a las puertas en las cinco competiciones disputadas.[71][n. 20]​ Otro nombre a ser destacado junto con el del alemán en el tinte de la polémica entre ambos clubes fue el del delantero mexicano Hugo Sánchez, quien tras vencer en el partido de ida de la Supercopa de España de 1990 en el Camp Nou dedicó un polémico gesto a la grada provocando un gran enfado en la cúpula barcelonista.[72]

Respecto a los partidos disputados, por vez primera desde los primeros años del fútbol español el F. C. Barcelona consiguió cambiar la tendencia doblegando a los madrileños en el particular enfrentamiento directo. Sin duda la llegada de nuevo al club catalán del neerlandés Johan Cruyff —esta vez como entrenador— marcó un antes y un después en la historia del club por la cosecha de títulos que conseguiría a lo largo de su etapa al frente del equipo y por la filosofía que acabaron adoptando y que continúa presente en la actualidad.[73][74]

La primera mitad de la década de los años noventa tuvo color azulgrana. El apodado como «Dream Team» —en referencia a la selección estadounidense de baloncesto, de quien tomó el seudónimo— consiguió al fin proclamarse campeón de Europa en temporada 1991-92 tras el gol de Ronald Koeman en la prórroga frente a la Unione Calcio Sampdoria siendo el momento más glorioso del club hasta entonces como así escribieron algunos de los más reconocidos periodistas de la «ciudad condal»:[75]

Al éxito se sumaron cuatro Ligas consecutivas, tras las cinco logradas por los madrileños, aunque dejaron anécdotas y dudas en la comparativa para el recuerdo al ser logradas tras una sucesión de carambolas.[n. 21]​ En el primero de ellos, los blancos realizaron el «pasillo de campeón» en su propio estadio a los barcelonistas;[76]​ en las siguientes dos, el Real Madrid C. F. fue el dominador de sendos campeonatos hasta la disputa del último partido. En ellos, el destino quiso enfrentarle repetidamente al Club Deportivo Tenerife quien tras vencerles en ambos encuentros, dieron con el título para el F. C. Barcelona quedando para la historia como «las Ligas de Tenerife» de doloroso recuerdo para los madridistas;[77]​ mientras que la última se dio de nuevo en la última jornada gracias al empate del Real Club Deportivo de La Coruña frente al Valencia Club de Fútbol tras fallar Miroslav Đukić un penalti.[78]
Sin embargo, el fútbol del equipo barcelonista evolucionó de la mano de Cruyff quien llevó a cabo sus planteamientos sobre el fútbol total —un juego basado fundamentalmente en el ataque y la vistosidad desarrollado tanto por la selección húngara conocida como los «Magiares mágicos», como por la selección neerlandesa conocida como la «Naranja mecánica» de la que Cruyff formó parte—.[79]​ Los resultados avalaron esta manera de entender el fútbol, y tuvo tal repercusión que a día de hoy el F. C. Barcelona siguió la estela marcada por esa filosofía. Antes de finalizar la década, consiguieron dos títulos más de Liga, dos Copas, cuatro Supercopas de España, una Recopa de Europa y dos Supercopas de Europa.

Mientras tanto el Real Madrid C. F. consigue una Copa, dos Supercopas de España, dos Ligas que sentaron las bases para la nueva etapa de oro del club madrileño. La llegada al primer equipo del joven canterano Raúl González, insignia y capitán del club durante los años venideros, invertiría los éxitos llevando al equipo a dominar nuevamente Europa. Tras treinta y dos años de espera, finalmente consiguieron levantar dos nuevas Copa de Europa —rebautizada como Liga de Campeones—, siendo bautizada la primera de ellas como «La séptima»,[80]​ de especial repercusión para los madridistas marcando un nuevo punto de inflexión en el club como así manifestó Fernando Hierro, uno de los capitanes y buques insignia del equipo:[81]

A ellas se sumó en la nueva década una tercera, mientras que también se conquistó una Copa Iberoamericana y una Copa Intercontinental llevando al club de nuevo a lo más alto del panorama internacional, gracias sobre todo a un protagonismo notorio de Raúl González, uno de los líderes del equipo. Especial repercusión tuvo el jugador en la historia de la rivalidad al convertirse por ejemplo durante su trayectoria en el segundo jugador que más goles endosó al rival en la historia de los enfrentamientos entre ambos equipos situándose tan solo por detrás de Alfredo Di Stéfano.

Entre los enfrentamientos directos en esta rivalidad, cabe destacar el 5-0 que endosó el equipo «culé» al Real Madrid C. F. en la temporada 1993-94, que fue devuelta justo un año después por un equipo «merengue» en el que militaban en aquel entonces Luis Enrique y Michael Laudrup, otros dos de los casos más sonados traspasos entre ambos clubes. En el caso del asturiano, terminó recalando en el equipo barcelonista tras un discreto rendimiento en la capital que le valió la no renovación de su contrato,[82]​ y finalizó en uno de los casos de mayor desdeña,[83]​ mientras que en el caso del danés, ídolo en Barcelona dejó el club para recalar junto a los madrileños y vivir en ambos bandos sendas goleadas.

Los buenos años cosechados al principio de la década por los barcelonistas no fueron suficientes para invertir el balance de títulos entre ambos. Pese a ello, en lo sucesivo se viviría la máxima igualdad entre ambos conjuntos en la histórica rivalidad que vio como a finales de los años noventa dejó dos nuevas imágenes que acrecentaron su rivalidad. Los jugadores Giovanni Silva y Raúl González protagonizaron dos polémicas celebraciones hacia el público rival tras marcar un gol. El primero dedicó un corte de mangas por el que fue sancionado por el Comité de Competición,[84]​ mientras que el segundo mandó callar a la afición barcelonista.[85]

Merced al historial cosechado durante sus casi cien años de existencia en el siglo xx los madridistas fueron galardonados por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) como el Mejor club del siglo —recibiendo un total de ochenta y tres votos de 196 posibles (un 42,35%)—, mientras que el conjunto barcelonista recibió once votos (el 5,61%) situándose en cuarta posición. Además, el club madrileño fue designado también por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) como el Mejor club europeo siglo XX con 563,50 puntos por 458 de los catalanes, que se situaron terceros; y también designado Mejor club del mundo del siglo XX según la IFFHS.

En la comparativa total antes del nuevo siglo, los madridistas dominaban el particular encuentro directo tanto en sus enfrentamientos directos como en el balance de títulos oficiales que continuó de tal forma merced a la patente la igualdad mostrada por ambos clubes en la nueva década en la que los madrileños conquistaron diez títulos[n. 22]​ por trece de los barceloneses[n. 23]​ en una de las etapas más igualadas que se recuerdan a lo largo de la ya histórica rivalidad, que vio en los primeros años como el Real Madrid C. F. continuó la senda de éxitos antes de ceder el testigo al F. C. Barcelona.

La década dejó un enfrentamiento de ambos en la máxima competición europea, la Liga de Campeones, quien no veía un duelo entre ambos desde hacía más de cuarenta años. Los blancos ganaron ambos encuentros correspondientes a las semifinales de la edición de 2001-02 teniendo especial mención la victoria lograda por 0-2 en Barcelona para un 3-1 total.

En cuanto a las competiciones domésticas resaltó notablemente durante la década la poca eficacia mostrada por ambos en la competición más antigua de España —la Copa del Rey—. Ambos clubes parecieron dar preferencia al resto de competiciones permitiendo que otros clubes pudieran luchar por inscribir sus nombres en el palmarés mientras que ambos protagonizaron recuerdos de poca gratificación para sus respectivas aficiones, como eliminaciones tempranas a manos de equipos de categorías menores, ya que no en vano son dos de los más laureados en la histórica competición. Por parte del club catalán los hechos se sumaron al hecho acontecido en la edición de 1999-00 en la que llegó todavía más lejos en su desafecto por el torneo tras retirarse del mismo alegando no disponer de los futbolistas necesarios para disputar una eliminatoria como así manifestó en un comunicado y antes del encuentro en cuestión,[86][87]​ a riesgo de una fuerte sanción que nunca llegó a producirse:[88]

La polémica entre ambos vivió uno de sus puntos más álgidos cuando a las puertas del nuevo decenio Luís Figo, capitán y emblema del F. C. Barcelona, firmó con el Real Madrid C. F. tras un acuerdo entre los clubes,[89][90]​ desatando las iras en los seguidores barcelonistas que llegaron a tildar al jugador de traidor,[91][92]​ sufriendo el futbolista sus iras en el partido de Liga jugado en el Camp Nou conocido como «la noche del cochinillo».[93][94][95]​ El jugador, insignia del apodado por los medios como el «Madrid de los galácticos» y por el que antes del polémico traspaso los clubes ya se disputaron su contratación,[96]​ fue uno de los artífices de otra de las grandes etapas del club madrileño antes de que los catalanes tomaran el relevo.

Con la llegada de Ronaldinho —otro caso de disputa por su fichaje entre los clubes— el F. C. Barcelona comenzó a escribir los mejores años de su historia, comenzando por relevar a los madrileños en los éxitos tanto en la máxima competición europea, llegándola a conquistar en dos ocasiones tras catorce años desde la primera, como en la máxima competición nacional en la que fueron los dominadores de los últimos años con la excepción de dos temporadas en la que los madrileños protagonizaron dos anécdotas para el recuerdo. En la primera de ellas bautizada como «La Liga del clavo ardiendo»[97]​ o la «Liga Cesarini»,[98]​ debido a la dura lucha por el título con el Sevilla F. C. y el F. C. Barcelona, los madrileños hicieron gala de la casta histórica que les caracterizó en los años ochenta, y sin perder la fe empezaron una escalada hacia el primer puesto caracterizada por las numerosas remontadas que llevó a cabo en los últimos instantes de cada partido, en la llamada "Zona Cesarini". El siguiente entorchado fue recordado por el día en el que los catalanes visitaron el Estadio Santiago Bernabéu para el correspondiente encuentro de Liga, en donde tras haberse proclamado campeones matemáticos, los barcelonistas les recibieron con el «pasillo de campeón» para finalizar a dieciocho puntos en la tabla.[n. 24]

En la temporada siguiente los honores recayeron del otro lado y en el mismo escenario. Con los equipos prácticamente igualados en la tabla se produjo una de las mayores goleadas de los barcelonistas en el feudo madridista. Un 2-6 decantó la Liga del lado de los primeros iniciando una etapa de dominio en España a manos del recién estrenado nuevo entrenador Pep Guardiola, mientras que los madrileños vieron acrecentada una crisis institucional en la que no levantaron ningún título en tres años. El entrenador catalán llevó al club a sus mejores registros,[99]​ además de contribuir como uno de los principales artífices a que fuese considerado como el Mejor club del nuevo siglo por la ya citada IFFHS tanto mundial como europeamente —relevando así a los madridistas, tercero en ambas nuevas designaciones—.[100]
Entre sus hazañas —las cuales le valieron el sobrenombre de «el Pep Team»— destacó uno por encima del resto al ser la primera y única vez que se dio hasta la fecha por un club español: la consecución del triplete (Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones),[101]​ siendo el quinto equipo europeo en conseguirlo.[n. 25]
Los éxitos no quedaron ahí llegando a conquistar junto con la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y la Copa Mundial de Clubes seis títulos de forma consecutiva siendo el único club en lograr tal hazaña y el segundo en ostentar a la vez todos los títulos posibles en disputa tras el ya citado A. F. C. Ajax neerlandés.[n. 26]

Asimismo, los barcelonistas doblegaban a los madridistas ya que se inició una racha en los enfrentamientos directos en la que los primeros contarían sus partidos por victorias llegando a endosar otra goleada a su rival por 5-0 pese a que los capitalinos consiguieron acercarse aunque no suficientemente para arrebatarle los títulos. La diferencia entre el F. C. Barcelona y el Real Madrid C. F. con el resto de equipos durante el último año de la década fue muy grande llegando a aventajar al tercer equipo en discordia (el Valencia C. F.) en un mínimo de veinticinco puntos en Liga. Con esa última Liga «los culés» sumaron su vigésimo título de la competición a su palmarés, habiendo conquistado diez entre las últimas dos décadas invirtiendo la tendencia con «los merengues».

Tras el ostracismo sufrido bajo el F. C. Barcelona en los últimos tres años, donde los catalanes se alzaron con la mayoría de los títulos disputados, el club madridista contrató como entrenador a José Mourinho —uno de los pocos que consiguió frenar al club barcelonista— para formar un sólido proyecto, primero desde hacía años con el objetivo de recuperar el crédito perdido. Con ambos clubes dominando el panorama español, dos jugadores acrecentaron esa diferencia respecto al resto: Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.

En su primera contienda los catalanes —con su habitual estilo de los últimos años— endosaron un 5-0 a los madrileños aún aclimatándose como equipo, siendo la quinta vez en la historia que repetían ese resultado.[103]​ Fue el primero de una sucesión de encuentros nunca producida, hecho que ocasionó que la rivalidad y piques entre ambos fuesen los más fuertes que se recuerdan en los últimos años.
La década continuó con cuatro partidos entre ambos en tan solo dieciocho días que se verían sucedidos en los años siguientes deparando un aumento en su historial de encuentros.[104]​ El balance se repartió firmándose dos empates, y una victoria para cada uno de gran significado. La de los madrileños supuso frenar una racha negativa de seis partidos consecutivos sin vencer a los catalanes, además de ser en la final de la Copa del Rey de la edición de 2010-11 y que supuso que se alzasen con el título tras dieciocho años.[105]​ La de los barcelonistas supuso alcanzar tras el cómputo general de la eliminatoria la decimoséptima final europea de su historia —por las veintiuna logradas por los madridistas— y equilibrar el balance de ambos en la máxima competición europea alzando además a la postre su cuarto título.[106]

El partido entre ambos correspondiente a la Liga 2011-12, jugado el 10 de diciembre de 2011, dejó el gol más rápido en la historia de sus enfrentamientos hasta la fecha. Karim Benzema anotó para los madridistas a veintidós segundos del comienzo del partido,[107]​ superando el anterior registro datado de 1941 y perteneciente a Chus Alonso cuando anotase a los cuarenta segundos.[107]​ Mientras, Cristiano y Messi se convirtieron a estas alturas en dos de los mayores goleadores de la historia del fútbol, superando los 500 goles en sus carreras.[108]

A partir del 2014, el Real Madrid invirtió la tendencia a su favor. Si bien el conjunto azulgrana logró su segundo triplete en el año 2015, el conjunto blanco logró convertirse en el primer club en revalidar el título y lograr una terna consecutiva de Liga de Campeones bajo su actual formato, cuarto título de la competición en cinco años, en una época en la cual el club azulgrana se encontraba en uno de los mejores momento de su historia en los que firmó la mayor cantidad de títulos y resultados de su historia,[109]​ el Real Madrid C. F. comenzó la considerada como segunda época dorada de su historia bajo la dirección de Zinedine Zidane.

El 28 de octubre de 2018 se produjo un enfrentamiento sin Messi ni Cristiano por primera vez en once años, donde el conjunto blaugrana venció por un contundente 5-1 al equipo blanco en el Camp Nou, tras tres años sin ganar un clásico como local. Dicho resultado significó la destitución del entonces técnico madridista, Julen Lopetegui, siendo sustituido de manera provisional por el hasta entonces técnico del filial, Santiago Solari,[110]​ hasta el retorno de Zidane como medida para paliar los malos resultados de los madrileños, quienes firmaron una de sus peores temporadas de sus últimas décadas, mientras que los catalanes sumaron su quinto clásico consecutivo sin perder y lograr igualar el balance de enfrentamientos después de 87 años, antes de decantarse del lado blanco antes de finalizar la década. En cuanto al apartado individual, Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta, dos de los más emblemáticos jugadores de los enfrentamientos abandonaron sus respectivos clubes.

Durante este período los madrileños conquistaron tres Ligas, dos Copas del Rey, tres Supercopas de España, cuatro Ligas de Campeones, tres Supercopas de Europa y cuatro Mundiales de Clubes, por seis Ligas, cinco Copas del Rey, cuatro Supercopas de España, dos Ligas de Campeones, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de Clubes de los barceloneses.

Marcada la actualidad por la pandemia global vírica del coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave de 2020,[111]​ la cual obligó a cancelar y posponer varias de las competiciones, afectando al plano económico,[n. 27]​ no hubo significativos refuerzos respecto a temporadas anteriores, afrontando una etapa austera ambos clubes con el mismo objetivo de lograr los mayores éxitos posibles.[112][113]​ Tras un irregular comienzo de temporada de ambos clubes, se enfrentaron por primera vez en la nueva década el 24 de octubre en el Camp Nou finalizando con un resultado de 1-3 favorable a los madrileños, victoria que repitió en la vuelta por 2-1. Entre los ya veteranos jugadores de ambos equipos destacaron nuevos talentos como Fede Valverde, Vinícius Júnior o Ansu Fati.

Al final de la temporada ambos capitanes, Sergio Ramos y Lionel Messi, referentes tanto de sus equipos como del fútbol español, finalizaron sus contratos y tras no renovar ninguno de los dos fueron contratados por el Paris Saint-Germain Football Club.[114]​ Ambos sucesos fueron dos de los movimientos que más controversia e interés suscitaron por la repercusión de los mismos al ser los líderes de sus respectivos clubes.[115][116]​ Ambos fueron quienes más clásicos disputaron con 45 encuentros cada uno.

Durante este período los madrileños conquistaron un Campeonato de Liga, una Supercopa de España, una Liga de Campeones y una Supercopa de Europa, por una Copa del Rey de los barcelonistas.

En esta tabla se resumen todos los encuentros disputados entre ambos equipos en todas las competiciones oficiales.[117][1]

Notas:

Sin conocer con exactitud el número de encuentros amistosos disputados, pudiendo ser estos un total de cuarenta según fuentes (incluyendo la Copa de la Coronación),[119][120][121][n. 28]​ el balance en esos partidos es favorable al club catalán con veinte victorias por seis de los madrileños y catorce empates.

Ambos clubes se han enfrentado para decidir un título un total de quince veces, con un balance de diez títulos para los madridistas, y cinco para los barcelonistas, siendo en la Copa del Rey —otrora Campeonato de España— y la Supercopa de España donde se ha repetido más veces el encuentro con siete finales disputadas en cada competición, con cuatro victorias del conjunto blanco y tres por parte del conjunto azulgrana en la primera, y con dominio 6-1 también a favor de los capitalinos en la segunda. El restante enfrentamiento corresponde a la extinta Copa de la Liga, favorable a los catalanes.

A continuación se detallan los resultados de dichos partidos desde el primero de ellos producido en 1936.

Nombres de equipos en la época. Indicados partidos de finales definitorios de un título.

El máximo goleador de los enfrentamientos es el argentino Lionel Messi con 26 goles, seguido del hispano-argentino Alfredo Di Stéfano y el portugués Cristiano Ronaldo ambos con 18 goles, siendo además los únicos jugadores en sobrepasar la barrera de los quince goles en la historia de dichos encuentros, jugando el primero para los barcelonistas y los segundos para los madridistas. Cabe destacar entre los goleadores al barcelonés José Samitier quien anotó un total de 10 goles jugando para ambos conjuntos.

En cuanto a los jugadores con mejor promedio anotador, es el albaceteño Santiago Bernabéu quien arroja mejores datos con una media de 2 goles por partido, seguido del 1,25 del ya citado Samitier y el 1,00 del pamplonés Jaime Lazcano.

En el Campeonato de Liga es nuevamente Messi el máximo anotador con 18 goles. Y en Liga de Campeones es el hispano-húngaro Ferenc Puskás con 3 tantos.

A continuación se resumen los máximos anotadores en la historia del clásico, desglosando los goles en partidos de Liga, Copas y encuentros internacionales.[122]

Nota: En negrita jugadores en activo. En caso de empate indicado en primer lugar el de mejor promedio goleador.

El sevillano Sergio Ramos del Real Madrid y el argentino Lionel Messi del F. C. Barcelona son los jugadores que más encuentros han disputado de la rivalidad con 45. El reparto de encuentros se divide entre las cinco competiciones oficiales en las que alguna vez se han enfrentado ambos clubes (nunca se han enfrentado en Supercopa de Europa ni Mundial de Clubes).

En cuanto a los máximos registros de cada equipo en el Campeonato de Liga —competición española vigente más importante— son los siguientes: con 31 partidos son el ya mencionado Gento, el madrileño Raúl González y el sevillano Sergio Ramos quienes acumulan más presencias por parte madridista y en total, por los 29 de Xavi Hernández y Messi por parte barcelonista.

Los jugadores en activo que acumulan más partidos son Karim Benzema por los blancos, con 38, y Sergio Busquets con 43 para los blaugranas.

A continuación se listan los jugadores que más veces han jugado el Clásico a lo largo de la historia de estos encuentros.[125]​ En caso de empate indicado en primer lugar el jugador que antes alcanzase la cifra.

Nota: resaltados los jugadores en activo.

Se expone una tabla comparativa del palmarés total de competiciones oficiales, nacionales e internacionales, ganadas por ambos clubes.[n. 29]​ No se incluyen competiciones de carácter amistoso o regional.

A esta lista no se añade la Pequeña Copa del Mundo de Clubes (precedente de la Copa Intercontinental) por haber sido organizada por una orginización privada de empresarios, sin estar amparada por ningún organismo nacional o internacional, así como los ninguno de los títulos de carácter regional, ni la Copa de oro Argentina (precedente de la Supercopa organizada por la Federación Catalana de Fútbol). Sí se contabilizan la Copa de Ferias, la Copa Latina (precedente de la Copa de Europa), y la Copa Iberoamericana al estar reconocidas por: la FIFA la primera, las federaciones de España (RFEF), Francia (FFF), Italia (FIGC) y Portugal (FPF) y la propia FIFA la segunda, y la CONMEBOL y la RFEF en el caso de la tercera.

La Copa Presidente FEF, fue un título oficial reconocido por la RFEF, disputado en una ocasión entre los años 1941-1947, no habiéndola conquistado ninguno de los dos clubes.

La Supercopa Ibérica (1935-2005 -descontinuado-) organizada por las federaciones española y portuguesa de fútbol (no siendo oficial por UEFA ni por FIFA debido al carácter de la misma), disputada por equipos que habían sido campeones de Copa de cada país, no fue conquistada por ninguno de los dos clubes (llegando los madrileños a la final en el año 2000).

Por otra parte, la Copa Intertoto de la UEFA (1962-2008, asumida en 1995 por la UEFA) fue una competición internacional de fútbol organizada para clubes europeos que no se habían clasificado para alguna de las principales competiciones de la UEFA (la Liga de Campeones y la UEFA Europa League) siendo clasificatoria para la Copa de la UEFA, y no siendo disputada nunca por ninguno de los dos clubes; del mismo modo no han participado en la Liga Europa Conferencia de la UEFA, creada en 2021. Tampoco la Supercopa de Campeones Intercontinentales (oficializada por Conmebol posteriormente).

En lo que se refiere a las seis competiciones vigentes de primer orden (Liga Española, Copa del Rey, Supercopa de España, Liga de Campeones, Copa Intercontinental/Mundial de Clubes y Supercopa de Europa) los blancos llevan la delantera 92 a 83.

Para resumir, si se desglosa en las 6 grandes competiciones ya mencionadas, el Madrid aventaja por 9, 9 y 4 a los azulgrana en Ligas, Copas de Europa y Mundiales de Clubes/Intercontinentales respectivamente; por otra parte el Barça lleva una ventaja de 12 y 1 en títulos de Copa del Rey y Supercopas de España respectivamente; por otra parte, ambos se encuentran empatados en títulos de Supercopas de Europa (5-5).

La siguiente tabla muestra los títulos conseguidos por ambos clubes organizados por décadas, indicándose a la izquierda los títulos obtenidos por el Fútbol Club Barcelona y a la derecha los conseguidos por el Real Madrid Club de Fútbol:

Nota: No se incluyen competiciones amistosas o regionales.
En negrita los títulos conseguidos hasta esa década, y en cursiva de color verde los conseguidos durante la década indicada

La repercusión de sus encuentros traspasa incluso las fronteras de España. Desde 2010 sus partidos se retransmiten en la mayoría de países del mundo,[132]​ y su audiencia ha ido creciendo de manera exponencial.

En 2011 el Ministro de Deportes de Omán junto con el apoyo del empresario y exjugador tinerfeño Rayco García,[133]​ y con el objetivo de promocionar el turismo deportivo en el país, intentó programar un encuentro entre ambos conjuntos. Ante distintas constricciones de realizar el partido con los jugadores en activo de los clubes, se produjo el primer clásico español fuera de España entre los respectivos equipos de veteranos o leyendas.[134]​ Dicho partido fue el primer paso en la creación del departamento de leyendas del club catalán, oficializado en 2016, a semejanza del del club madrileño, vigente desde 2008.

Fue en 1982 cuando ambos conjuntos disputaron el primer encuentro fuera de España durante el torneo amistoso Luis Herrera Campins, en Barquisimeto, Venezuela, y los madrileños vencieron por 1-0 con gol de Vicente del Bosque.[135]

En 2020, se pudo haber producido su primer encuentro oficial fuera de España, con motivo de la Supercopa de España de 2020, realizada en Arabia Saudita. Encuadrados por el sorteo en diferentes semifinales, el enfrentamiento se hubiera producido en la final. Sin embargo los barcelonistas perdieron su encuentro frente al Club Atlético de Madrid, que fueron los que se enfrentaron finalmente a los madridistas, y que supuso ser el cuarto derbi madrileño oficial fuera de España.[136]​ Sí lo hicieron en 2022 en la citada competición, correspondiente a las semifinales del día 12 de enero, en la que los madridistas se impusieron por 2-3.

A lo largo de la historia son varios los jugadores que han jugado en ambos equipos, algunos de los cuales pasaron inadvertidos para la afición rival, mientras que otros fueron el objetivo de la dura rivalidad de las respectivas aficiones.[137]
A continuación se listan tanto los jugadores como una breve descripción de sus casos.

Jugador del Club Atlético River Plate pasa en 1949 a ser jugador del Club Deportivo Los Millonarios colombiano debido a la huelga argentina. A finales de 1953 el Fútbol Club Barcelona llegó a un acuerdo con el club argentino pagándole la mitad de los derechos del jugador, sin llegar a un acuerdo con el club colombiano, poseedor de la otra mitad hasta 1954 debido al Pacto de Lima,[140]​ de modo que el contrato solo podría llevarse a cabo a partir de 1955, fecha en que los derechos del jugador volverían a pertenecer en su totalidad al club argentino. Al enterarse de esta situación el club barcelonista se puso en contacto con el club colombiano, quien ya había vendido sus derechos al Real Madrid Club de Fútbol quien conocedor de esta situación desde que en 1952 disputase frente a los colombianos el trofeo por las Bodas de Oro del club madrileño llegó a un acuerdo con el presidente colombiano por los derechos del jugador hasta 1954 —siendo por tanto ambos clubes poseedores de una mitad de los derechos del futbolista—.

El club madrileño viajó entonces a Argentina para hacerse con los derechos a partir de 1955, pero el 50% de estos ya han sido pagados por los barcelonistas. La circunstancia desencadenó en un viaje de los madrileños a Barcelona para ver al jugador, quienes tras ver que el jugador se sentía menospreciado por los catalanes le ofrecieron una pequeña cantidad como futuro integrante de la plantilla. Di Stéfano agradeció mucho el detalle ya que solo había disputado tres partidos amistosos con los barcelonistas hasta la fecha,[141]​ mientras el club se encontraba disputando la Pequeña Copa del Mundo de Clubes en Caracas. Poco tiempo después, el C. D. Los Millonarios y el Real Madrid C. F. sellaron oficialmente el acuerdo por lo que el F. C. Barcelona no pudo inscribir al jugador en la Federación Española, y viceversa. Este hecho hizo que los catalanes intentasen reconducir la situación con el club colombiano, pero ante la imposibilidad decidió entonces recuperar el dinero entregado al C. A. River Plate, hecho que los argentinos desestimaron rotundamente. El consiguiente enfado de la cúpula barcelonista hizo que intentaran vender su mitad de los derechos a la Juventus Football Club italiana, la cual se negó por no querer inmiscuirse en un fichaje al haber inhabilitado la FIFA a que el jugador militase en cualquier club español hasta que se resolviese el conflicto. Este hecho del club azulgrana terminó por indignar al jugador,[141]​ quien no tuvo dudas sobre el equipo a recalar ante la resolución del conflicto. Esta, ante la cercanía del cierre del mercado de fichajes —en el que además se había prohibido el fichaje de jugadores extranjeros— se complicó aún más con la intervención de la Federación Española de Fútbol quien anunció que de manera excepcional —involucrando a otros clubes españoles afectados— permitiría su inclusión tras un decreto de la Delegación Nacional de Deportes que aceptaba a jugadores extranjeros siempre y cuando las negociaciones hubiesen sido iniciadas antes de agosto de 1953. Resuelta la decisión de la FIFA, que dictaminó que el jugador jugase alternándose un año en cada club, dando con la negativa barcelonista y su renuncia a los derechos que vendió a los madrileños. El Real Madrid C. F. tras la dimisión del presidente barcelonista por los hechos acontecidos, inscribió pues finalmente al futbolista. Desde entonces el fichaje de Di Stéfano por los madridistas fue otro añadido más a la rivalidad entre los dos clubes.

La contratación terminó además por marcar un antes y un después en la historia del Real Madrid C. F., que inició poco después una época dorada de triunfos. La senda de títulos que se inició tras el fichaje del astro argentino les permitió superar a los dos clubes que poseían hasta entonces un mayor número de títulos, el Athletic Club y el mismo Fútbol Club Barcelona. La diferencia se hizo notable viéndose solo reducida en las últimas décadas por el F. C. Barcelona debido a la racha de títulos iniciada desde la década de los años noventa.[142]

Con la excepción del de Di Stéfano, Luís Figo fue el caso más polémico. El jugador, por quien ya se disputaron nuevamente su contratación ambos clubes cuando militaba en el Sporting de Lisboa, llegó como fichaje estrella al club catalán en el año 1995. Con su buen juego, goles y liderazgo en la cancha, se ganó a la afición «culé» llegando incluso a ser el capitán del equipo, y en donde tenían especial repercusión sus actuaciones frente al club madridista.

Con él, el club ganó la Liga en dos ocasiones, dos Copas del Rey, una Supercopa de España, una Recopa de Europa y una Supercopa de Europa. Cuando Florentino Pérez en el año 2000 se postuló candidato a la presidencia del Real Madrid C. F., prometió el fichaje del portugués, algo poco creíble y hasta desmentido por el propio jugador, y que en caso de no producirse pagaría las cuotas de todos los socios madridistas.[143]​ Pérez ganó las elecciones y logró fichar al astro portugués, con quien ya había firmado un precontrato debido al enfado del futbolista quien consideraba inaceptable la oferta de renovación recibida por los dirigentes barcelonistas,[144]​ y después de que estos hubieran de aceptar las condiciones del acuerdo pese a su inicial negativa. Fue el traspaso más caro de la historia hasta esa fecha: 10.270 millones de pesetas (61,9 millones de euros).

Desde ese momento Figo se convirtió en el personaje más odiado por la afición catalana y su apellido se utilizó como sinónimo de traidor. El Camp Nou se transformaba cuando el jugador regresaba vestido de blanco y fueron frecuentes los lanzamientos de objetos desde las gradas.[145]​ Desde aquel primer retorno a Barcelona, como vencedor del Balón de Oro, el jugador se identificó en adelante con los colores del club madrileño, cerrando cualquier tipo de vinculación o trato con los barcelonistas.[146]

Sin quererlo, se convirtió en el principal foco de atención en los enfrentamientos entre ambos conjuntos hasta que finalmente abandonó España en el año 2005 poniendo rumbo a Italia para jugar en el Football Club Internazionale. Años después del controvertido fichaje, el propio jugador manifestó que "fue una decisión importante y difícil, porque cambié de una ciudad que me daba mucho y donde estaba bien; pero cuando no sientes que eres reconocido por lo que estas haciendo, si tienes una propuesta de otro club lo piensas."[147]

Luis Enrique debutó en el cuadro merengue a inicios de los años 1990 donde tras cinco años jugando como titular en el club madrileño con un regular rendimiento, fue fichado por el F. C. Barcelona tras no renovar el club madrileño su contrato pese a que Míchel González, único jugador que le disputaba un puesto como titular, abandonó el club. El no sentirse valorado fue la circunstancia que le llevó a iniciar contactos con la entidad barcelonista —siendo tildado como traidor por la afición madrileña—, que vio la oportunidad perfecta para resarcirse de los casos de Michael Laudrup y Luis Milla, quienes pusieron el año anterior rumbo a Madrid.[148]

El jugador inició así un nuevo romance con la camiseta blaugrana y un desamor con los madridistas llegando incluso a mostrar gran desprecio por la que hasta hace poco fue su camiseta en clara acusación a la directiva madrileña. La situación creció en repercusión cuando el futbolista, al contrario que en su etapa en la capital, mostró un gran rendimiento futbolístico destapando una notable faceta goleadora hasta entonces desconocida, y que los blancos sufrieron en contadas ocasiones. En 2004 jugó su último partido con el club blaugrana pasando a ser posteriormente el entrenador de su equipo filial y como el entrenador del primer equipo en 2014 tras su paso por Roma y Vigo, haciendo revivir los pasados acontecimientos. Tras los casos de Di Stéfano y Figo —los casos más recordados en Barcelona— es el caso más polémico siendo al contrario que estos el más mencionado en Madrid, y el de más repercusión entre ambos clubes de un jugador español.

El 9 de julio de 2018, y ya en su carrera como entrenador,[149]​ comenzó a dirigir a la selección española —a la que retornó tras un breve receso por cuestiones personales en noviembre de 2019—,[150]​ donde continúa a fecha de 2021.[151]

En 1989 Michael Laudrup fichó por el F. C. Barcelona por expreso deseo del entonces entrenador barcelonista Johan Cruyff. En el club catalán vivió los mejores momentos de su carrera deportiva, que se relanzó hasta situarlo en la cúspide del fútbol mundial.

A ello contribuyeron los éxitos del club con el que conquistó la Copa de Europa en 1992 y cuatro Ligas consecutivas. Laudrup era uno de los pilares indiscutibles del equipo y uno de los tres jugadores extranjeros de aquel equipo denominado como el «Dream Team», en alusión al afamado equipo de Estados Unidos de las Olimpiadas de 1992. La llegada de un cuarto extranjero en el once titular —circunstancia no permitida en el fútbol español— complicó su situación llevándole a ser un habitual del banquillo y principal damnificado futbolísticamente, deteriorando notablemente su relación tanto con el entrenador como con el club propiciando su salida de la entidad en el verano de 1994 tras la decisión del entrenador Cruyff de no renovarle el contrato ya que no entraría en los planes de la nueva temporada.[152][153]

Tras los acontecimientos fichó por el Real Madrid C. F., para ganar la Liga de 1994-95 tomándose su particular venganza con Cruyff al contribuir a la goleada por 5-0 a los catalanes y mostrar que aún tenía clase suficiente para ser titular en un equipo de primer nivel europeo. Curiosamente, la temporada anterior, Laudrup había contribuido a que el Barcelona también derrotase por 5-0 a los madrileños siendo el único futbolista que ha vivido una «manita» al eterno rival con ambos conjuntos. Militó como blanco dos temporadas hasta que abandonó España en 1996 rumbo a Japón y retirarse posteriormente en el Amsterdamsche Football Club Ajax neerlandés en 1998.

El camerunés Samuel Eto'o llegó muy joven a las secciones inferiores madridistas. Aunque subió pronto al primer equipo, nunca tuvo minutos en los que demostrar su potencial empezando un carrusel de cesiones por distintos clubes españoles que tampoco terminaron de confiar en su potencial hasta recalar en el Real Club Deportivo Mallorca, club con el que se convirtió en un destacado delantero.

Tras su evolución, los madrileños estuvieron lentos al tratar de reincorporarlo a sus filas mostrando poco interés y sin llegar a confiar en él plenamente, y el malestar del futbolista con los madrileños empezó a crecer ya que quería triunfar como madridista y la dirigencia no terminaba de verle como un buen activo,[154]​ pese a que incluso en algún partido frente al Real Madrid C. F., ante el que siempre cuajó buenas actuaciones, manifestó públicamente ese deseo.[155]​ hasta que finalmente acabó por llegar a un acuerdo con el F. C. Barcelona en el verano de 2004 tras ver el jugador un mayor interés de estos en sus cualidades que el club madrileño. Pese a que los blancos aún contaban con el 50% de sus derechos, no igualaron la oferta presentada por los catalanes a los mallorquines ya que además tenían cubierto ya el cupo de extranjeros, circunstancias que terminaron por llevarle a Barcelona.[156]

Su titularidad, acontecida por unas actuaciones que resultaron ser unas de las mejores del club en toda su historia, no fue discutida hasta la llegada de Pep Guardiola al mando del equipo, hasta que en 2009 fue traspasado al F. C. Internazionale por notables diferencias entre ambos.[157]

El futbolista brasileño Ronaldo Nazário llegó procedente de los Países Bajos al F. C. Barcelona como una futura promesa. El jugador, quien ya deslumbrase con su técnica y goles a pesar de su juventud, conquistó en su primera y única temporada como barcelonista una Copa del Rey y una Recopa de Europa además de proclamarse «pichichi» y Balón de Oro en 1997 acaparando toda la atención mediática del fútbol. Sus desacuerdos con el club, quien le ofreció una mejora del contrato bastante insuficiente acorde con su rendimiento y por el que el brasileño no se sintió valorado, dieron con su salida tras apenas un año para recalar en Italia tras pagar el F. C. Internazionale su cláusula de rescisión en un caso no exento de polémica.[158]

En el año 2002 tras ganar la Copa Mundial de 2002 y haberse recuperado de dos importantes lesiones de rodilla que hicieron dudar de su rendimiento y su inminente futuro, fue fichado por el Real Madrid C. F. proclamándose de nuevo a final de año como Balón de Oro y durante los cuales manifestó una mayor cercanía y afición por los madrileños.[159]​ Permaneció en la disciplina madrileña por cuatro años convirtiéndose en uno de los máximos goleadores de la historia del club antes de abandonarlo en el invierno de 2007 debido al notable descenso en su rendimiento por unos problemas de hipotiroidismo que arrastraba desde hacía tiempo —y que fueron conocidos más adelante con su retirada como profesional—.[160]

Junto a Di Stéfano y Figo, forma el trío de casos de mayor relevancia por repercusión y trayectoria, tanto por sus niveles de rendimiento como por los títulos y distinciones logradas en sus carreras.

Nota *: no incluidos los casos de Alfredo Di Stéfano, Enrique Normand, Charles Wallace, ni los canteranos.[n. 30]



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