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Cristóbal de Licia



San Cristóbal (en griego Ἅγιος Χριστόφορος, Ágios Christóforos) es venerado por la Iglesia católica y la ortodoxa como un mártir asesinado durante el reinado de Decio (Decius), emperador de Roma (que reinó del 249 al 251) o durante el reinado del emperador romano Maximino Daya (Maximinus II Dacianus) (que reinó del 308 al 313). Se aprecia una confusión debida a la similitud de los nombres "Decius" y "Dacian".[5]

Su veneración solo aparece en las tradiciones cristianas tardías y no es ampliamente conocido en la iglesia occidental hasta la Baja Edad Media, aunque algunas iglesias y monasterios fueron nombrados en su honor en torno al siglo VII.

Su nombre significa "portador de Cristo", por lo que predice lo que haría en su vida adulta e indica que el personaje puede no tener un origen histórico preciso. Podría ser la misma figura que san Menas. Su famosa leyenda, que es conocida sobre todo en Occidente y podría haberse extraído de la antigua mitología griega (sería la cristianización de la barca de Carón), cuenta que él portó a un chico, al que no conocía, a través de un río antes de que el niño le revelase que era Cristo. En cualquier caso, es el santo patrón de los viajeros, y su efigie se lleva en medallas, brazaletes o en figuras para vehículos por parte de los cristianos.

El poeta del siglo XI Walter de Speyer dio una versión,[6]​ pero las versiones más populares de esta leyenda originaron la "leyenda áurea" del siglo XIII.[7]

De acuerdo con la leyenda de su vida, Cristóbal fue llamado inicialmente Reprobus.[8]

Era un cananita de 5 codos de altura (unos 2,3 metros) y con una cara aterradora. Tras servir en el reino de Canaan, se le ocurrió ir a servir "al mayor rey que existiese". Fue a servir al rey que tenía la reputación de ser el más grandioso pero un día vio que ese rey se santiguaba ante la mención del diablo. Por ello supo que ese rey le tenía miedo al diablo, por lo que partió a buscar al diablo. Él se topó con una banda de merodeadores y uno de ellos le declaró que era el diablo, de modo que Cristóbal decidió servirle. Pero cuando él vio que su nuevo amo se apartaba de la cruz y se dio cuenta de que tenía miedo de Cristo, él le dejó para preguntarle a la gente dónde estaba Cristo. Él conoció a un ermitaño que le instruyó en la fe cristiana. Cristóbal se preguntaba a sí mismo cómo podía servir a Cristo. Cuando el ermitaño le sugirió que se fustigara y rezase, Cristóbal replicó diciendo que él no estaba dispuesto a realizar ese servicio. El ermitaño le sugirió después que, a causa de su tamaño de su fuerza, podría ayudar a Cristo ayudando a la gente a cruzar un peligroso río donde la gente perecía en el intento. El ermitaño le prometió que ese servicio le complacería a Cristo.

Cuando Cristóbal ya había llevado a cabo ese servicio durante un tiempo, un niño pequeño le pidió que le hiciera cruzar el río. Durante la travesía, el río creció y el niño parecía tan pesado como el plomo, hasta tal punto que Cristóbal apenas lo podía llevar y se encontraba con una gran dificultad. Cuando finalmente alcanzó el otro lado, le dijo al niño: "Tú me has puesto en el mayor peligro. No creo ni que el mundo entero sea tan pesado en mis hombros como lo has sido tú". Y el chico respondió: "Tú no solo has tenido en tus hombros el peso del mundo, sino al hombre que lo creó. Yo soy Cristo, tu rey, a quien has servido en este oficio". Posteriormente, el niño se desvaneció.[9][10]

Cristóbal visitó posteriormente Licia y fue acogido por los cristianos, que fueron martirizados. Fue llevado ante el rey local, y se negó a realizar sacrificios a los dioses paganos. El rey intentó ganárselo con riquezas y enviándole a dos bellas mujeres para tentarlo. Cristóbal convirtió a las mujeres al cristianismo, como ya había convertido a cientos en la ciudad. El rey ordenó matarlo. Tras varios intentos fallidos, Cristóbal fue decapitado.[9]

El examen histórico de las leyendas sugiere que Reprobus (Cristóbal) vivió durante las persecuciones cristianas del emperador romano Decio, y que fue capturado y martirizado por el gobernador de Antioquía.[11]​ El historiador David Woods propuso que los restos de san Cristóbal habían sido llevados a Alejandría por el papa Pedro I de Alejandría, donde se identificó con el mártir egipcio san Menas.[11]

La leyenda de san Cristóbal recoge dos hechos importantes que caracterizan la historia de san Menas. El primero de ellos son las leyendas griegas y latinas de san Cristóbal identificándolo como un miembro del regimiento auxiliar romano Cohorte Tercera Valeria de los Marmantos (en latín, Cohors tertia Valeria Marmantarum), una unidad militar del norte de África en Marmarica (entre las actuales Libia y Egipto), reclutado por el emperador Diocleciano.[12][13]​ La segunda característica es que san Cristóbal fue martirizado en Antioquía.

El martirio de san Menas se corresponde al detalle con el de la leyenda de san Cristóbal. La teoría que identifica a los dos santos como la misma persona conluye que el nombre de Cristóbal, que significa "portador de Cristo", fue un título dado al valiente Menas, que murió en Antioquía. Como él no era nativo de esa tierra, su nombre no era conocido y simplemente se le conocía con su título: "Christophoros" o "portador de Cristo".[14]San Menas se convirtió en el patrón de los viajeros en la tradición copta,[14]​ lo que también establece una asociación con san Cristóbal, que es el patrón de los viajeros en las tradiciones griega y latina.

Parte de la historia de san Cristóbal tiene paralelos cercanos con la del argonauta Jasón, que llevó a través de un río embravecido a una mujer anciana que era más pesada de lo que debería haber sido y que, en realidad, era la diosa Hera disfrazada.

La iglesia ortodoxa oriental venera a Cristóbal de Licia con un día festivo el 9 de mayo. Las lecturas litúrgicas y los himnos se refieren a su encarcelamiento por Decius, que tentó a Cristóbal con rameras antes de ordenar su decapitación.[15]​ El himno Kontakion dice:

El martirologio romano lo recuerda el 25 de julio.[1]​ El calendario tridentino lo conmemoraba ese día solo en misas privadas. Por el calendario general romano de 1954 su conmemoración se ha extendido a todas las misas, pero esto se retiró en el calendario romano de 1970 como parte de la reorganización general del calendario del rito romano por el motu proprio Mysterii Paschalis. Se describe a esta conmemoración como no perteneciente a la tradición romana, por ser relativamente tardía (en torno al 1550) y por la forma limitada en la que fue aceptada dentro del calendario romano,[16]​ pero esta festividad continúa siendo seguida localmente.[17]

El museo de arte sacro de la iglesia de San Justino (Sveti Justina) en Rab, Croacia, dice que un relicario de plata dorada contiene el cráneo de san Cristóbal. De acuerdo con la tradición de la iglesia, un obispo enseñó las reliquias en la muralla de la ciudad en el 1358 para terminar con un asedio de la ciudad del ejército otomano.[18]

San Cristóbal es un santo muy popular, sobre todo para atletas, marineros y viajeros.[7][19]​ Es venerado como uno de los catorce santos auxiliadores. En España, san Cristóbal es el patrón de los conductores.

San Cristóbal es patrón de muchos lugares, incluyendo: Baden-Baden, Braunschweig y Mecklenburg (Alemania);[7]Barga, (Italia); Rab (Croacia); Roermond (Países Bajos); isla Saint Christopher (Saint Kitts); Burguillos, Jabaloyas,[20]Restábal, San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) y San Cristóbal de Tosas, San Cristóbal de Couso (España); San Cristóbal de las Casas (México); Mondim de Basto (Portugal); Agrinio (Grecia); Vilnius (Lituania); Riga (Letonia); La Habana (Cuba); Paete (Filipinas); Localidad de San Cristóbal (Bogotá, Colombia); San Cristóbal (República Dominicana); y San Cristóbal (Venezuela); Ciudad de Jayaque, La Libertad (El Salvador) y Distrito de Chepo (Panamá).

En la ciudad peruana del Cusco, cada año se celebra el Corpus Christi, con 15 imágenes de santos y vírgenes, provenientes de distintos templos de la ciudad. Una de ellas es el patrón San Cristóbal, que viene del templo del mismo nombre, en el barrio de San Cristóbal (antiguo Qolqampata). La imagen es llevada en procesión hasta la Catedral del Cusco, con su niño Jesús en brazos, y acompañado de San Antonio Abad, para las celebraciones centrales del Corpus Christi. Al finalizar, sube de nuevo a su templo, donde permanece hasta las próximas fiestas del Corpus.



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