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Cristina Campo



¿Qué día cumple años Cristina Campo?

Cristina Campo cumple los años el 29 de abril.


¿Qué día nació Cristina Campo?

Cristina Campo nació el día 29 de abril de 1923.


¿Cuántos años tiene Cristina Campo?

La edad actual es 101 años. Cristina Campo cumplió 101 años el 29 de abril de este año.


¿De qué signo es Cristina Campo?

Cristina Campo es del signo de Tauro.


Cristina Campo, nom de plume de Vittoria Guerrini[1]​ (Bolonia, 29 de abril de 1923 – Roma, 10 de enero de 1977), fue una escritora, poeta y traductora italiana.

Nació en Bolonia, única hija de Guido Guerrini, compositor, oriundo de Faenza, y de Emilia Putti, quien fuera nieta de Enrico Panzacchi (poeta, crítico de arte y crítico musical), y hermana de Vittorio (notable cirujano ortopédico). Por una malformación cardíaca congénita, Cristina siempre padeció una salud precaria, creció aislada de sus compañeros y no pudo seguir estudios escolares de manera regular.

Hasta 1925 la familia Guerrini vivió en la residencia del profesor Putti, en el parque del Hospital Rizzoli de Bolonia. Más tarde la familia se mudó a Parma, y en 1928 a Florencia, donde Guido Guerrini fue convocado para dirigir el conservatorio Cherubini. El ambiente cultural florentino fue determinante para la formación de Cristina Campo, a partir de se amistad con el germanista y traductor Leone Traverso, apodado cariñosamente "Bul" por Cristina, y con quien tuvo una relación sentimental (la correspondencia entre ambos fue publicada por la editorial Adelphi con el título Caro Bul. Lettere a Leone Traverso 1953-1967). Fueron importantes sus encuentros con Mario Luzi y Gianfranco Draghi, que le hicieron conocer el pensamiento de Simone Weil, Gabriella Bemporad y Margherita Pieracci Harwell, la especialista que curaría la publicación de las obras póstumas de Cristina Campo.

Su naturaleza solitaria la llevó a alejarse de elogios y apreciaciones (prefería firmar con nombres ficticios los pocos trabajos publicados en vida), demostrando ser cada vez más indiferente a las estrategias y necesidades del mercado literario. Le gustaba decir de sí misma: "escribió poco, y le hubiera encantado haber escrito menos".[2]​ Su estilo personal, que se repite en los diferentes géneros literarios que practicaba, se caracteriza por una fuerte tensión para hacer coincidir la palabra con su significado más profundo, evitando todo lo que consideraba obvio o superfluo.

Cristina Campo fue una excelente traductora, especialmente de autores de habla inglesa, como por ejemplo Katherine Mansfield, Virginia Woolf, John Donne y William Carlos Williams. No concebía la traducción como simple reproducción del sentido, sino como un renacimiento, en su propio idioma, de la espiritualidad del autor. A lo largo de su vida se mantuvo fiel a una preferencia especial por Hugo von Hofmannsthal y Simone Weil, de quienes tradujo la tragedia Venezia salva y el ensayo Iliade Poema della forza.

A principios de los años cincuenta trabajó en la recopilación de una antología de escritores, Il Libro delle ottanta poetesse, concebido como "una colección nunca antes realizada de las páginas más puras escrita por la mano femenina a través de los tiempos". La antología, en la que Cristina Campo trabajó mucho, involucrando en las traducciones a varios amigos, no ha sido aún publicada.

En 1955 se trasladó a Roma, donde su padre fue nombrado director del Conservatorio de Santa Cecilia y el Colegio de Música. En esta ciudad hizo nuevos amigos, como Margherita Dalmati (seudónimo de Mary-Nike Zoroghiannide), Roberto Bazlen, María Zambrano. El Dr. Ernst Bernhard, el psicoanalista alemán que introdujo a Carl Jung en Italia, la curó de una persistente agorafobia. En 1958 sucede un encuentro fundamental para ella, con el estudioso y escritor Elémire Zolla, con quien vivió durante mucho tiempo. En los últimos años de vida tuvo un intenso intercambio de correspondencia con el filósofo Andrea Emo, que como vivía aislado su obra solo recientemente ha sido descubierta y publicada póstumamente.

En 1956 la editorial Vanni Scheiwiller de Milán publicó su primer libro, el poemario Passo d'addio. En 1962 Vallecchi publicó el volumen de ensayos Fiaba e mistero, en parte, se fusionó en el próximo libro, Il flauto e il tappeto, publicado en 1971 por Rusconi.

La última década de su vida estuvo marginada de la escena cultural y profundamente interesada en lo sagrado y la espiritualidad. Así Elémire Zolla recuerda aquellos años:

Su concepción del cristianismo fue ortodoxa y se opuso a la ola de reformas litúrgicas posteriores al Vaticano II. Cristina Campo estaba entre los que fundaron la primera asociación de tradicionalistas católicos, La Voz . También fue la inspiración de la Intervención de Ottaviani, firmado por los cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci, el denominado "Intervento Ottaviani" examen crítico de estas reformas, que tradujo del francés al italiano.[3]​ Su amor por la liturgia la acercó primero a la abadía benedictina de Sant'Anselmo sull'Aventino en Roma, en la que todavía cantan gregoriano, y más tarde al Colegio Russicum. En su forma de entender la espiritualidad cristiana veía en el rito bizantino una mayor fidelidad a los principios del cristianismo.

En la revista Conoscenza religiosa, dirigida por Elémire Zolla, se publicaron los últimos escritos de Cristina Campo, entre los que cabe mencionar el ensayo Sensi soprannaturali y los poemas de "poesie sacre" [4]​ inspirado en la liturgia bizantina.

Cristina Campo murió en Roma el 10 de enero de 1977, a los 53 años.[5]



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