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Cultura amonita



Los amonitas, cuyo territorio se conocía como Amón (en hebreo, עַמּוֹן‎, ʻAmmôn(tiberiano), Ammon, «pueblo»; en árabe, عمّون‎, ʻAmmūn; en griego, Ἀμμωνίται, Ammōnítai), eran una tribu semita que habitaba en la franja comprendida entre el desierto de Siria y el río Jordán, y entre los ríos Jabbok y Arnon, en la actual Jordania.[1][nota 1]​ La mayor parte de la información que se tiene sobre este pueblo proviene de la Biblia y la arqueología.[1]

El término hebreo עַמּוֹן (ʻAmmôn) significaba sencillamente pueblo y es probablemente de origen endónimo.[2][3]​Una versión alternativa, es la que se da en la Biblia: allí se narra que Ben-Amí (patriarca del posterior pueblo amonita) sería el segundo de los dos hijos (junto con su hermano Moab) que Lot habría tenido incestuosamente con sus propias hijas, que lo emborracharon al creerse en la obligación de tener relaciones con su padre para perpetuar la descendencia del nombre de su padre tras la destrucción de Sodoma y Gomorra.[1][nota 2]

De acuerdo con la Biblia, el territorio de los amonitas había estado previamente en posesión de los zamzummim o zuzim.[nota 3]​ Se tiene constancia de los amonitas desde el siglo XIII a. C., y fueron una nación independiente hasta el VI a. C..

La tierra de los amonitas era fértil y disponía de agua y pastos en abundancia. Su capital estaba radicada en Rabbat Amón, donde se han encontrado restos de un templo levantado en honor de Milcom, su dios principal, y una necrópolis de los siglos VIII y VII a. C.[4]​ En la Biblia se hace referencia a 20 ciudades del país, lo que da idea de que estuviera bastante poblado.[1]

Enfrentados en periódicas guerras con los israelitas, fueron vencidos en el siglo X a. C. y permanecieron sometidos hasta el año 721 a. C., cuando recuperaron su territorio tras la deportación de los israelitas a Babilonia.[nota 4]​ Al parecer fueron frecuentes sus alianzas con los moabitas para rechazar o atacar enemigos comunes.[1]

Durante los siglos VIII y VII a. C. hay varias menciones a los amonitas en fuentes asirias. Al parecer los asirios pedían tributo a los reyes amonitas y cambio ayudaban a proteger las rutas comerciales de los grupos nómadas.[5]​ Durante este periodo el reino de Amón extendió sus fronteras al oeste hasta el río Jordán, al norte hasta Gilead y al sur hasta Heshbon. Las principales ruinas halladas datan de este periodo, así como los sellos, inscripciones y estatuaria, todo ello indicando la prosperidad de la región.[5]

Aunque ayudaron a Nabucodonosor II en su campaña contra los israelitas,[nota 5]​ luego se rebelaron contra los babilonios, motivo por el que el territorio se anexionó a las provincias imperiales.[5]​ En época persa el término «amonita» se había convertido en meramente geográfico y se aplicaba sobre todo a los tribus árabes que se habían asentado en el territorio del antiguo reino de Amón.[5]

En el siglo I el territorio fue incorporado por los romanos en la provincia de Judea. La última mención a los amonitas data de tiempos de los macabeos, cuando Judas Macabeo se enfrentó a ellos en varias batallas.[nota 6]

El idioma amonita estaba estrechamente relacionado con el hebreo bíblico, hasta el punto de considerarse una variedad dialectal.[6]​ Del idioma amonita sobreviven solo algunos fragmentos. Destaca sobre todo la inscripción de la ciudadela de Amán, del siglo XI a. C.,[7]​ la botella de bronce de Tell Siran (siglo VII-VI a. C.) y unos pocos óstraca.

No se conoce apenas nada sobre su religión y cultos aparte de que su principal divinidad se llamaba Milcom (probablemente una variación de Moloch).[5]



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