Darío el Medo, según el libro bíblico de Daniel, fue rey en Babilonia tras la conquista de la ciudad por los persas. Se lo ubica entre el rey babilónico Belsasar, hijo de Nabónido, y el persa Ciro, conquistador de Babilonia. La única mención del personaje es el citado libro de Daniel, una obra escrita en el siglo II a. C., y textos derivados del mismo. Los historiadores consideran, por lo tanto, que Darío el medo es un personaje ficticio ya que todas las fuentes indican que Ciro sucedió a Belsasar . La mayor parte de los exégetas bíblicos acepta este hecho, señalando que el Libro de Daniel no es una obra histórica. Sin embargo, los autores fundamentalistas sostienen que Darío, el medo fue un personaje histórico, y proponen diversas teorías para explicar su ausencia en otras fuentes.
El relato bíblico proporciona la siguiente información sobre este personaje:
El Imperio medo se convirtió en una potencia importante del Cercano Oriente en 612 a. C. cuando colaboró con Babilonia en la destrucción del Imperio Asirio. Según las fuentes contemporáneas, textos babilónicos datados en 553 a. C. y 550 a. C., los medos fueron conquistados por el rey de Anshan; Ciro, lo cual también es mencionado en las fuentes griegas posteriores. Ciro extendió el Imperio medo - persa desde el Mediterráneo, con la conquista de Lidia, hasta el Asia Central. Asegurado su poder, se volvió contra Babilonia.
Las fuentes históricas datan la conquista de Babilonia a mano de los persas en el año 539 a. C. Entre ellas las más importantes y contemporáneas de la conquista, son la llamada Crónica de Nabónido (quien fue el último rey de Babilonia), el Cilindro de Ciro y el reporte en verso de Nabónido, probablemente redactado por indicación del mismo Ciro.
Según estos textos, Ciro comenzó su marcha contra Babilonia en 539 a. C., aprovechando las tensiones internas entre los sacerdotes de Marduk, el rey Nabónido y el príncipe heredero Belsasar El 10 de octubre de 539 a. C., Ciro derrotó a los babilonios en Opis y el 12 del mismo mes Ugbaru, el gobernador de Gutium, conocido como Gobryas en las fuentes griegas, se pasó al bando de los persas y entró en la ciudad (de Babilonia) sin combate. Pocos días más tarde, el propio Ciro ingresó a Babilonia por la Puerta de Istar y fue aclamado como Rey de Babilonia. Nabónido fue capturado y se le perdonó la vida, pero nada se dice en las fuentes sobre el destino de Belsasar.
El consenso de los historiadores especializados en los imperios del Cercano Oriente no considera al Libro de Daniel como fuente histórica y asigna la fecha de su composición a los tiempos de Antíoco Epífanes (175 a. C - 164 a. C.), por lo cual las menciones de dicho libro sobre la historia de Babilonia son anacrónicas.
En 1935, H. H. Rowley demostró en su estudio: Darius the Mede and the Four World Empires, que este personaje no podía identificarse con ningún soberano histórico en el tiempo y lugar asignado por el Libro de Daniel,relatos folklóricos basados en tipos propios de la literatura del Cercano Oriente, en sus giros lingüísticos y sus convenciones reiteran formas propias de los cuentos de la época. La narración de Daniel en el foso de los leones, por ejemplo, sigue de cerca el cuento llamado "Ludlul-bel-nemeqi", donde un cortesano sufre la envidia de sus compañeros y es reivindicado finalmente por obra de un dios; el foso de los leones, es una metáfora babilónica que indica los cortesanos rivales, el autor de Daniel hizo de ella, un suceso "real"
ya que los capítulos 5 y 6 de Daniel, sonEl capítulo 9 de libro se refiere a la duración del exilio, que Jeremías fijaba en setenta años, y lo interpreta en el sentido de semanas de años. Allí, en un contexto apocalìptico, se fija la profecía como dada en el primer año de Darío hijo de Asuero, un medo. Este rey ficticio es una figura compuesta sobre los reyes persas llamados Darío, que eran personajes poco conocidos para el autor, y el nombre Asuero (en hebreo אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ, 'ʼAḥašvērōš') que procede del antiguo persa Xšaya.āršan (en persa cuneiforme: 𐎧𐏁𐎹𐎠𐎼𐏁𐎠𐎴, ) que equivale al griego Xerxes (Ξέρξης) o sea Jerjes. Este último, ampliamente utilizado en la literatura apócrifa y legendaria, se volvió una especie de nombre estándar para los soberanos persas.
Si bien Darío el medo es considerado como ficticio,no han faltado intentos de identificarlo con figuras históricas,bien sea para demostrar la historicidad de Daniel o bien para rastrear el origen del personaje. Entre los intentos más conocidos están:
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