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Diego Garcia



La isla Diego García es un atolón del archipiélago de Chagos. La isla alberga una base militar estadounidense. Las instalaciones incluyen un aeropuerto, hangares, áreas técnicas, viviendas y otras infraestructuras civiles y un puerto de aguas profundas.

Políticamente la isla es disputada entre Mauricio y el Reino Unido. Este último es el administrador de la isla, la cual figura políticamente en el Territorio Británico del Océano Índico (BIOT), un territorio británico de ultramar, sin embargo la Corte Internacional de Justicia dictaminó en febrero de 2019 que el archipiélago de Chagos debe ser descolonizado y entregado por el Reino Unido.[1][2]​ El gobierno del Reino Unido desconoció el fallo y afirmó que continuará con la administración.[3]

El atolón se encuentra aproximadamente a 1800 millas náuticas (3300 km) al este de la costa oriental de África y a 2200 km al sur del extremo meridional de la India.

Diego García se encuentra en el extremo sureste de una larga cadena de arrecifes de coral, atolones e islas que comprenden Laquedivas, Maldivas y el archipiélago de Chagos, en el que Diego García está situado geográficamente. La hora local es GMT + 6 horas durante todo el año ya que no tiene cambios de horario.

Es la isla más grande del archipiélago de Chagos y actualmente la única habitada.

Se discuten los detalles del descubrimiento. Una de las versiones dice que la isla Diego García fue vista por primera vez en 1512 por el explorador y navegante portugués Pedro de Mascarenhas, oriundo de Mértola (Distrito de Beja, Baixo Alentejo),[4]​ quedando la isla posteriormente deshabitada, mientras que otra de las versiones dice que fue descubierta, en 1544, por el español Diego García de Moguer, al servicio de Portugal y natural de Moguer (España).[5]

Desde su descubrimiento hasta poco después de 1700 la isla perteneció, al menos formalmente, a Portugal, pero fue cedida a Francia, reclamada con el argumento de que se encontraba en la zona gestionada por la entonces colonia francesa de Île de France. El atolón estuvo deshabitado hasta el siglo XVIII,[6]​ cuando los franceses colonizaron el archipiélago de Chagos para trasladar esclavos africanos a la isla para trabajar en las plantaciones de coco a fin de cosechar el fruto y sus derivados, como el aceite de coco.[7][6][4]

Tras las guerras napoleónicas, Diego García quedó bajo dominio británico por el Tratado de París de 1814.[6][4]​ En 1838, la esclavitud fue oficialmente abolida. En 1859, tenía 338 habitantes. En 1895, se construyó la primera iglesia.

El atolón sirvió como un almacén de carbón para abastecer de este combustible a los buques británicos que navegaban entre Europa y Australia desde la apertura del canal de Suez en 1869.

En 1965, el Reino Unido separó la isla de la administración de Mauricio para que pudiera permanecer bajo dominio británico, tras la independencia de Mauricio del Reino Unido en 1968, manteniendo el archipiélago como colonia, y rebautizándolo como Territorio Británico del Océano Índico. Hasta 1971, el recurso económico más importante fue la producción de copra.

En 1966, el Reino Unido arrendó la isla durante 50 años a los Estados Unidos (hasta 2016 y prorrogado hasta 2036) para que instalasen una base en el Índico. Como condición previa al alquiler, EE. UU. había exigido al gobierno británico "sanear" las islas de su población nativa y animales, o sea expulsar a los nativos.[8][9][10]​ En los años siguientes, se expulsó forzosamente a toda la población nativa (unos 1800 habitantes) gradualmente hacia Mauricio y las Seychelles, al tiempo que se construían estructuras militares y de inteligencia.

A pesar de que el Tribunal Supremo británico sentenció que la expulsión fue ilegal y que la población tiene derecho a regresar, los distintos gobiernos británicos se han negado a cumplir la sentencia. El ministerio de Relaciones Exteriores británico (Foreign Office) continúa apelando ante la Alta Corte por la expulsión ilegal del total de los 1800 residentes de Diego García.

En los ataques estadounidenses contra Afganistán e Irak, la ubicación estratégica de la base en esta isla, desde la que se controla Oriente Medio y la mitad de Asia y África, fue vital como plataforma para los bombarderos de largo alcance B-52 y B-2.

Diego García sirvió para amenazar a la Unión Soviética y a China durante la Guerra Fría. Hoy en día sigue siendo indispensable para los intereses de los Estados Unidos en Oriente Medio y en países africanos, como Somalia, así como para vigilar las actividades de los nuevos actores mundiales, China e India, y puntos estratégicos como el estrecho de Ormuz, por donde pasan 17 millones de barriles de crudo al día.

La fuerza aérea de Estados Unidos tiene una pista de 3650 m para bombarderos y aviones de vigilancia AWACS; tiene oficinas del Mando Espacial para rastrear satélites y comunicación espacial. En la isla hay tres radares telescopio GEODSS para rastrear y localizar objetos hechos por el hombre en el espacio. También tiene una de las cinco estaciones de monitorización del sistema GPS (las otras cuatro están en Colorado Springs, Hawái, Kwajalein y Ascensión).

También sirve como puerto para 14 barcos del Escuadrón 2 posicionamiento. Estos barcos sirven para apoyar a las fuerzas de ataque con equipo, suministros, carros de combate ligeros, transporte armado de personal, municiones, combustible y un hospital móvil.

Para los estadounidenses, la isla se conoce como “Campo Justicia,” aloja unos 2200 soldados destacados permanentemente, tiene un puerto para 30 barcos de guerra, un vertedero nuclear, una estación de satélites espía, centros comerciales, bares y un campo de golf.

Además de su uso militar, el gobierno de Estados Unidos se ha visto acusado por organizaciones de defensores de los derechos humanos, respecto de que Diego García también se utiliza por el gobierno de ese país para la rendición extraordinaria de prisioneros (transferencia de un prisionero de un país a otro fuera del proceso jurídico de la extradición).[11][12]

Otra característica importante, además de su uso militar, es el hecho de que es la más importante de las cárceles flotantes de la CIA.

Las evidencias indican que la CIA ha estado utilizándola como: prisión secreta para sospechosos de pertenecer a Al-Qaeda,[13]​ como una base aérea de EE. UU. en el territorio británico de la isla Diego García y ha estado trabajando con el gobierno de Londres para impedir el regreso de los habitantes originales de la isla, que fueron forzados a abandonarla a fines de la década de 1960.[14][15][16][17][18]

El general estadounidense Barry McCaffrey ha indicado, dos veces, que Diego García fue utilizada para encarcelar a sospechosos de terrorismo, y afirmó en una entrevista televisiva: "Tenemos tras las rejas a unas 3000 personas repartidas en la Base Aérea de Bagram, Guantánamo, Diego García y unos 16 campos en Irak".[19][13]

Las fuentes de la denuncia incluyen a un senador suizo,[13][20]​ al relator especial para la tortura de la ONU,[21]​ detenidos anteriores y la ONG Reprieve del Reino Unido, que ha dedicado varios años a investigar las misteriosas detenciones en prisiones secretas[22][13][21][23][12]​. Los EE. UU. indican que si permiten su regreso a los isleños, éstos presentarían un “riesgo inaceptable” para su base.[cita requerida] Solamente han reconocido que en 2002 hubo dos vuelos que transportaron a un único detenido destinado a Diego García.

El senador suizo Dick Marty entregó información al Consejo de Europa sobre la utilización de la isla como prisión secreta de Estados Unidos, para procesarlos y después mandarlos a Guantánamo.[24]

Entre los detenidos que habrían pasado por Diego García se contarían, según varias fuentes:



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