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El Bonillo



Vista de El Bonillo

El Bonillo es un municipio español situado al sureste de la península ibérica, en la provincia de Albacete, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, ubicado en La Mancha, al norte de la comarca del Campo de Montiel, a una distancia de 69 km de la capital provincial. En 2020 contaba con 2723 habitantes, según los datos oficiales del INE. Formalmente incluye la pedanía de Sotuélamos, aunque en la actualidad se encuentra prácticamente abandonada y no hay habitantes censados en ella.

El término municipal limita al norte con los municipios de Villarrobledo y Munera, al este con el de Lezuza, al sur con los de Alcaraz, Robledo (un pequeño pico, casi no hay contacto), El Ballestero, Viveros, de nuevo con Alcaraz, y al oeste con los de Villahermosa y Ossa de Montiel.

Se caracteriza fundamentalmente por inviernos fríos, con medias invernales muy bajas, registrándose temperaturas por debajo de 0 ºC. Son frecuentes las nevadas a lo largo del período invernal.

Sus veranos suelen ser calurosos y secos, en los que se superan ampliamente los 30 °C.

Con una pluviosidad no demasiado acusada se registran aproximadamente 400-600 mm. de media anual.

Otra de las particularidades climatológicas es la gran presencia que el viento tiene en la localidad, no en vano han sido instalados varios parques eólicos dentro de su término.

El municipio de El Bonillo se sitúa entre cabeceras fluviales, justo en la divisoria hidrográfica de las cuencas de los ríos Guadiana (Guadiana Alto), y del río Lezuza (afluente libre hacia el Júcar). En él se sitúa la segunda cumbre más alta del Campo de Montiel, Los Barreros, de 1.102 msnm, que es el sector de la recarga principal del sistema acuífero 24, y donde se sitúan los nacimientos de algunos de los ríos esteparios montieleños y de la alta llanura, como el Córcoles, o el citado Lezuza; pero también como zona principal donde se originan las primeras fuentes de cabecera del Guadiana Alto, más arriba de las mismas Lagunas de Ruidera, como el arroyo Alarconcillo, el cual aporta las primeras aguas a estas en los periodos lluviosos.

Hacia la zona oriental, próximos al límite con el término municipal de Lezuza, se ubican una veintena de pequeños navajos o esteros, algunos de más de 50 ha, que componen un único complejo torcal ligado a un mismo origen por hundimientos de disolución del zócalo calizo-dolomítico, tipo dolinas de Karst, que reciben ciertos nombres topográficos como: Laguna de Navalcudia (que da el nombre genérico al complejo), Navajoluengo, Nava Redonda, Los Melchores, Navajo Guijoso, etc. Estos enclaves, aunque secos en buena parte del año, debido en parte a que son centros de percolación de aguas, como magníficos higrohumedales para la conservación de la biodiversidad local, a pesar de lo erróneo que se declara en las fichas técnicas sobre los humedales del Complejo de El Bonillo, del costoso y exuberante Plan-ficción Especial del Alto Guadiana, 2008-2027 (de más de 5.000 millones de €); las cuales, contrariamente a lo que allí se dice, ni carecen, ni mucho menos, de valor ecológico, ni pueden ser destinadas de modo natural a retener agua, ya que su cometido ecológico fundamental es la de servir de centros de recarga hídrica al acuífero Campo de Montiel (cuya agua se transmite hidrodinámicamente posteriormente a otros hábitats).

En el triángulo comprendido entre El Bonillo, Viveros y El Ballestero se censa una población de 181 avutardas, en primavera y 130 individuos en verano. En las llanuras de El Bonillo, además, se puede ver sisón común, alcaraván común y una gran población de perdiz roja, además de otras aves esteparias. ZEPA de Aves Esteparias de El Bonillo La ZEPA (Zona de Especial Protección para Aves) de Esteparias de El Bonillo agrupa una amplia extensión de zonas cultivadas sobre todo con cereal de secano, leguminosas y girasol, intercaladas con zonas de eriales (denominadas en El Bonillo “liegos”) o pastizales mediterráneos xerófilos (de zonas secas), que han dado como resultado un hábitat privilegiado para una interesante comunidad de animales adaptados a la vida en las estepas, como es el caso de la Avutarda, o la Alondra ricotí, ambas especies amenazadas. Otras especies que se pueden encontrar en este espacio perteneciente a la Red Natura 2000 son el Alcaraván, el Cernícalo vulgar, el Sisón común, la Ganga ibérica, el Aguilucho cenizo, la Cogujada común o el Busardo ratonero. Las labores tradicionales de agricultura de secano y ganadería sobre todo de ovino han configurado a los largo del tiempo estos paisajes. No se entenderían por tanto sin esta labor de las gentes del campo. Sin embargo la reducción de la cabaña ganadera en los últimos años, y nuevas formas de entender la agricultura con parcelas de grandes extensiones de monocultivo, y la roturación de los eriales y pastizales (en estos momentos totalmente prohibidas) son las principales amenazas de este espacio protegido. En la ZEPA de Esteparias de El Bonillo encontramos la mayor población de Avutardas de la provincia de Albacete, y una de las más grandes de Alondra ricotí.

Cerca se pueden visitar las Salinas de Pinilla (de origen romano), también como microrreserva creada por la JCCM (Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) por sus interesantes especies de flora, aunque no menos interesante es su avifauna acuática, destacando las avocetas comunes, cigüeñuelas comunes, ánades azulones, garzas reales e insectos que viven en el medio salino. Microreserva Natural de las Salinas de Pinilla Las Salinas de Pinilla se encuentran situadas en los términos municipales de Alcaraz y El Bonillo, y a escasa distancia de Viveros, junto a la pedanía de Pinilla. La declaración como Microrreserva Natural tuvo lugar en el año 2005. Tienen una extensión de 50 Ha. y abarcan la propia zona de explotación de sal, el arroyo que pasa junto a ella y unas pequeñas lagunas que se forman más adelante. La importancia de este lugar, y lo que hizo a la administración decantarse por protegerlo es la concentración de sal que hay en toda la zona y que ha hecho que allí se encuentren animales y plantas halófilos (que viven en zonas con concentraciones de sales superiores a lo normal). En efecto, la extracción de sal desde tiempos pasados hasta casi la actualidad han hecho que las sales se fuesen concentrando en los alrededores, llegando al río de Pinilla y a las lagunas que forma un poco más adelante. Igualmente con el paso del tiempo animales y plantas que sólo gustan de vivir en zonas con altas concentraciones salinas fueron colonizando la zona, hasta llegar a la actualidad, que encontramos diversidad de comunidades vegetales, desde praderas sumergidas de diversas plantas, briófitos, fanerógamas acuáticas, pastizales, albardinales y almarjales. En el caso de los animales hablamos de pequeños insectos que prácticamente sólo se encuentran en contados enclaves acuáticos con altas concentraciones de sal. Además las lagunas son un importante lugar de concentración de aves acuáticas, y en los alrededores resulta sencillo observar aves tan emblemáticas como la avutarda.

En 1212 tiene lugar la batalla de Las Navas de Tolosa, y tras esta victoria cristiana, el rey castellano Alfonso VIII se dirige a la fortaleza de Alcaraz, y tras un azaroso asedio, conquista la plaza y entra en ella el 23 de mayo de 1213. Establece en todo el territorio conquistado un extenso alfoz, que coincide con todo el oeste y el sur de la actual provincia de Albacete, dotándolo de un fuero, basado en el de Cuenca y que incardina en él a El Bonillo, repoblando su territorio con colonos castellanos traídos por la Corona.

La tradición popular afirma que el término municipal, en época medieval, estaba compuesto por infinidad de núcleos poblacionales (como demuestran los restos de iglesias y ermitas) distando poco entre sí (ermita de Pinilla, ermita de -hoy Sotuélamos-, iglesia gótica en Cerro Bueno -la actual iglesia de Santa Catalina-, ermita de la Magdalena, Santa Ana, convento de los agustinos, ermita de San Roque, ermita de la Pura), aunque los más importantes eran la aldea de Sotuélamos (Soto de Álamos), San Miguel de Susaña y Santa Catalina (cerca de las Salinas de Pinilla). Estas, a caballo entre los siglos XII y XIII, se unieron en Cerro Bueno formando lo que hoy es El Bonillo, en el sitio donde se encontraba una pequeña iglesia de estilo gótico.

La explicación del proceso parece confirmada arqueológica e históricamente. Sin embargo, los topónimos trasmitidos no tienen ninguna confirmación etimológica y apenas sentido. Lo más plausible es que Sotuélamos y El Bonillo, procedan de términos latinos trasmitidos y deformados a través del árabe y el mozárabe, y que los pretendidos Soto de Álamos y Cerro Bueno, no sean más que explicaciones populares a posteriori sin fundamento.

Se dice que la unión tuvo lugar porque estos tres núcleos de población se hallaban situados en vaguadas que, en época de lluvias, eran de fácil inundación y porque en El Bonillo había mucha caza y buenas tierras. Poco después, en 1538 se le concede la segregación del Alfoz de Alcaraz.

De estas tres aldeas originales se conserva:

- Sotuélamos: la ermita y la propia aldea, que actualmente se sigue utilizando, y donde hasta hace pocos años había un núcleo permanente de población, siendo pedanía de El Bonillo. En esta pedanía construyó su casa palaciega, y donde descansan sus restos mortales, don Alberto Bosch y Fustegueras, alcalde de Madrid, Ministro de Fomento y diputado por la provincia de Albacete en 1843.

- Complejo Lagunar de Navalcudia-Susana: se compone de varias lagunas endorreicas que aparecen en épocas de importantes lluvias y a las que acuden aves migratorias.

- San Miguel de Susaña: data de la época romana y se conservan las ruinas de una antigua posada actualmente conocida como Casa Redonda (el nombre hace referencia a su especial construcción) y vestigios de una calzada romana que iba desde la antigua Libisosa (hoy Lezuza) hasta Laminio (Alhambra). Todavía se conservan la espadaña de la iglesia y el cementerio, aunque este último en terrenos de propiedad privada. En los terrenos cercanos a la aldea los labradores habían encontrado recipientes de cerámica y monedas romanas. En las proximidades se ha instalado un mirador de aves esteparias ya que toda la zona está declarada como zona de especial protección de aves (ZEPA).

- Santa Catalina: era una aldea sujeta al convento de los Templarios, de estilo románico, habitado por los caballeros de la Orden del Temple. Se conservan las pinturas en el artesonado, tapado por las bóvedas (entre el tejado y estas). Santa Catalina estaba cerca de las Salinas de Pinilla, que son de remotísima antigüedad. Parece ser que los romanos las aprovechaban y prueba de ello son los restos de un campamento romano descubierto en las inmediaciones de las lagunas, llamadas de las Salinas. Pasaron a ser en 1620 propiedad real, llamándoselas El Real Saladero de Pinilla. Con la desamortización de Mendizábal pasaron a manos privadas.

Formado el pueblo, absorbiendo a la población circundante, El Bonillo formaba parte de la jurisdicción de Alcaraz.

En marzo de 1475 Alcaraz se rebela contra el marqués de Villena, poniéndose de parte de los Reyes Católicos; los habitantes de El Bonillo también se alzaron en armas y solicitaron la ayuda del concejo alcaraceño. Estos enviaron sus tropas que, engrosadas con las reclutadas en El Bonillo, se pusieron en marcha para liberar al pueblo de Munera del dominio del marqués, dando así inicio a la Guerra de Sucesión Castellana.

El 27 de noviembre de 1532 la emperatriz Isabel le concede facultad para sentenciar sus propias causas civiles, siempre que no excediesen de los 400 maravedíes. La misma emperatriz Isabel, el 11 de enero de 1534 le cedía la propiedad de la Dehesa Nueva. Posteriormente el emperador Carlos I le otorga el título de Villa por una carta privilegio dada en Barcelona el 12 de febrero de 1538: «Haciéndole merced a la Villa de El Bonillo de eximirla de la ciudad de Alcaraz donde era sujeta, y hacerla villa de sí y sobre sí y darle jurisdicción civil y criminal (...) Y os damos poder y entera facultad para que podáis poner y tener, y pongáis y tengáis horca y picota (...)». Esta picota es el rollopicota, hoy conocido como Rollo de San Cristóbal, donde se ajusticiaba y exponía a los reos a la vergüenza pública.

El 20 de junio de 1566 Felipe II ratificó la concesión otorgada por Carlos I, y le amplió la jurisdicción «(...) Se le amplíe y acreciente de nuevo dos terceras partes de dos leguas vulgares que hay de término desde la Villa de El Bonillo hasta el mojón de Villarrobledo que es junto a la ermita de Sotuélamos (...) y que la misma ampliación se le de a la redonda y contorno de la dicha Villa de El Bonillo»..

La Población de hecho según las cifras que publicó el INE, ascendía el 1 de enero de 2017 a 2852 habitantes.

     Población de hecho según los censos de población del INE.[2]

En 2008 fue inaugurada una planta de energía termosolar capaz de suministrar electricidad a 800.000 habitantes, más del doble de la población en 2017 de toda la provincia, así como varias plantas de energía solar, entre las que destaca la situada en la finca El Guijoso, de 2,5 MW de capacidad.

Posee en su término varios parques de energía eólica.

También es conocida la zona por sus bodegas: en la mencionada finca El Guijoso se encuentra una de las más singulares de España, ya que tiene el reconocimiento de D.O. Pago Guijoso: Bodegas y Viñedos Familia Conesa,[3]​ que pertenece a la Asociación de Turismo Enológico de Castilla-La Mancha y es foco de atracción turística.

Otra bodega conocida en la zona es Finca Élez, que posee igualmente denominación de origen propia, D.O. Finca Élez[4]​ y que cuenta también con rutas enológicas.

La caza es otra fuente importante de ingresos, ya que el término cuenta con varias fincas de caza menor.

Sigue siendo un pueblo eminentemente agrícola con una destacable actividad ganadera (ovina, caprina, avícola y porcina) y de la construcción.

Existe un incipiente «proyecto de dinamización turística» basado en:

1.- La actividad cinegética.

2.- La posición geográfica, (Ubicación intermedia entre el parque natural de las Lagunas de Ruidera y la Sierra de Alcaraz).

3.- La producción artesanal de vino y queso, su difusión y puesta en valor.

4.- La conservación del pequeño casco antiguo de la Villa.

5.- La riqueza, calidad y amplitud del patrimonio gastronómico tradicional. (Alrededor de la actividad hostelera local).

Es interesante apuntar que el casco antiguo de la población mantiene una singular autenticidad cervantina en su estructura. (Calles estrechas y retorcidas, viviendas sin alturas, sus tejados romanos y sus encalados, sus enrejados de forja tradicional...etc).

Entre los monumentos destacar:

Sus fiestas más importantes son:

También destacan sus carnavales que cada vez tienen más auge.

En los últimos años se viene celebrando una Feria de Tradiciones, a finales de junio, en la que tienen lugar diversos actos como: comida popular, celebración de las bodas de oro de los matrimonios de la localidad y mercadillo con productos tradicionales, entre otras actividades.

El Certamen de Bandas y Cornetas (iniciado en el año 2004) se celebra el fin de semana anterior al inicio de la Semana Santa y en él actúan las bandas de la localidad y las invitadas por la organización.

Actualmente existe un campo de golf en las inmediaciones de El Bonillo donde se puede practicar este deporte.

El Campo de Golf La Lagunilla de El Bonillo es un campo de golf de 9 hoyos de reciente construcción, que fue inaugurado en junio de 2009. Es el primer campo de la provincia de Albacete y el único público de Castilla-La Mancha.

Está situado en el paraje La Lagunilla, en la carretera que va al Parque natural de las Lagunas de Ruidera. Cuenta con una cancha de prácticas, y mantiene un calendario anual de aproximadamente 20 torneos. Está homologado por la Real Federación Española de Golf.



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