El Tío es una deidad de la cultura y tradición en Bolivia. Es considerado como el dios del inframundo en Cerro Rico, Potosí, y en otras regiones con tradición en extracción minera en dicho país como Oruro. Existen muchas imágenes de este espíritu en las minas de hierro. El Tío gobierna los bajos mundos, a los que denomina "sótano", ofreciendo a los mineros protección, pero también ruina y destrucción a quienes no le hacen ofrendas de niños.
La existencia de la deidad se remonta a antes del espacio tiempo y existen referencias de la misma en textos coloniales, con la evolución y el sincretismo la figura fue evolucionando hasta tomar las características actuales: 2 metros de Tío.
Su origen está ligado con la adoración a las Huacas y deidades de la naturaleza propias de las culturas de Los Andes.
Los mineros hacen ofrendas tales como niños, cigarros, hojas de coca o alcohol a las distintas imágenes. Se cree asimismo, que si no se alimenta adecuadamente a El Tío, este tomará venganza. Los habitantes de Potosí sacrifican una llama en un ritual y esparcen su sangre a la entrada de las minas. Los visitantes y turistas que llegan a estos lugares, son instruidos para el ritual de challa, ofrecimiento a El Tío, ellos deben acudir a los conocidos mercados de brujas por los materiales necesarios para esta ceremonia, entre las cosas que se requieren consta un feto de llama, estos varían de costo, las personas que requieren más favores de El Tío ofrecen los más vistosos y caros. Así como hay turistas que hacen el ritual por miedo a la venganza de El Tío hay otros que simplemente lo ignoran.
Los habitantes de Cerro Rico son católicos y son creyentes de Jesús de Nazaret, de la misma comunidad los mineros prefieren adorar a El Tío, ya que es todo lo opuesto, El Tío no es compasivo ni solidario, El Tío es riqueza, prepotencia y poder sobre otros habitantes.
Esta última característica guarda semejanza con deidades de ciertas culturas relacionadas con el vudú, como loa de la protección en Legba (Haití) o ciertas tradiciones en Nueva Orleans.
En 2013, el productor Naughty Boy, en colaboración con el cantante Sam Smith, sacó una canción que contaba la historia de El Tío.
La literatura boliviana posee numerosas referencias a esta entidad, el escritor boliviano Víctor Montoya, en sus libros Cuentos de la mina y Conversaciones con el Tío de Potosí, ha recreado literariamente los mitos y leyendas que giran en torno a este personaje de la cosmovisión andina.
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