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Formas de gobierno



     Presidencialismo pleno      Presidencialismo con gobierno vinculado al Parlamento      Semipresidencialismo      Parlamentarismo

     Monarquías parlamentarias en las cuales el monarca no posee ningún poder efectivo      Monarquías constitucionales en las cuales el monarca ejerce personalmente el poder ejecutivo en conjunto con otras instituciones

     Suspensión de las garantías constitucionales (p. ej., dictaduras militares)      Países que no se ajustan a ninguno de los sistemas anteriores, por ejemplo la Teocracia

Forma de gobierno, régimen de gobierno o sistema de gobierno,[nota 1]modelo de gobierno, régimen político o sistema político, son algunas de las diversas maneras de nombrar un concepto esencial de la ciencia política y la teoría del Estado o derecho constitucional.

Hace referencia al modelo de organización del poder constitucional que adopta un Estado en función de la relación existente entre los distintos poderes. La manera en la que se estructura el poder político para ejercer su autoridad en el Estado, coordinando todas las instituciones que lo forman, hace que cada forma de gobierno precise de unos mecanismos de regulación que le son característicos. Estos modelos políticos varían de un estado a otro y de una época histórica a otra. Su formulación se suele justificar aludiendo a muy diferentes causas: estructurales o idiosincrásicas (imperativos territoriales, históricos, culturales, religiosos, etc.) o coyunturales (períodos de crisis económica, catástrofes, guerras, peligros o "emergencias" de muy distinta naturaleza, vacíos de poder, falta de consenso o de liderazgo, etc.); pero siempre como plasmación política de un proyecto ideológico.

La denominación correspondiente a la forma o modelo de gobierno (además de referencias a la forma de Estado, que indica la estructura territorial) suele incluso incorporarse al nombre o denominación oficial del estado, con términos de gran diversidad y que, aunque proporcionan cierta información sobre lo que proclaman, no responden a criterios comunes que permitan definir por sí solos su régimen político. Por ejemplo: Estados Unidos Mexicanos, República Bolivariana de Venezuela, Reino de España, Principado de Andorra, Gran Ducado de Luxemburgo, Federación Rusa, República Popular Democrática de Corea, Emiratos Árabes Unidos o República Islámica de Irán. Entre los doscientos estados, solo hay dieciocho que no añaden ninguna palabra más a su nombre oficial, como por ejemplo: Jamaica; mientras que once solo indican que son "estados". La forma más común es república, seguida de la monarquía.

Hay muy distintas nomenclaturas para denominar las distintas formas de gobierno, desde los teóricos de la Antigüedad hasta la Edad Contemporánea; en la actualidad suelen utilizarse de forma habitual tres tipos de clasificaciones:

Estas tres clasificaciones no son excluyentes, sino que se complementan, de modo que una república puede ser democrática (Estados Unidos o Sudáfrica) o no democrática (China o Corea del Norte); una democracia republicana puede ser parlamentaria (Alemania o India), semipresidencialista (Francia o Portugal) o presidencialista (Turquía o Corea del Sur); y una monarquía puede ser democrática y parlamentaria (España, Reino Unido o Japón), no democrática (Arabia Saudita o Ciudad del Vaticano) o situarse en posiciones intermedias (Marruecos o Bután), muy habitualmente calificadas de forma más o menos anacrónica con términos propios de las formas históricas de la monarquía (monarquía feudal, monarquía autoritaria, monarquía absoluta).

El uso específico que se da al concepto de sistema político en la terminología de las ciencias políticas suele ser diferente al de régimen político, siendo este en cambio equiparable al de forma de gobierno. A partir de la Revolución francesa (1789), el uso de las expresiones «Antiguo Régimen» —absolutista, en determinados aspectos denominado feudal o señorial— y «Nuevo Régimen» —liberal— fue dando paso a la formación de numerosos conceptos en los que al sustantivo «régimen» se le aplicaron todo tipo de adjetivos —régimen comunista, régimen fascista, etc.—. Durante la dictadura de Francisco Franco en España (1939-1975), se utilizaba la denominación «régimen» —o «el régimen» por antonomasia— en expresiones como «oposición al régimen», «adhesión al régimen», «adicto al régimen», de modo que el término adquirió una específica connotación que no perdió totalmente con la Transición, a pesar de que la expresión «régimen dictatorial» también se usaba en contraposición con la de «régimen democrático» y la de «régimen de hecho», de facto, con la de «régimen de derecho», de iure. A ello pudo contribuir también el término regime en el idioma inglés, donde, aunque también significa «forma de gobierno»,[1]​ el uso moderno prefiere aplicarlo a las formas de gobierno autoritarias o no democráticas;[2]​ mientras que el uso académico contemporáneo es el de «an intermediate stratum between the government (which makes day-to-day decisions and is easy to alter) and the state (which is a complex bureaucracy tasked with a range of coercive functions)» («un estrato intermedio entre el gobierno, que toma decisiones cotidianas y es fácil de alterar, y el Estado, que es una burocracia compleja con un rango de funciones coercitivas»),[3]​ además de aplicarse a un concepto propio de las relaciones internacionales —agencias regulatorias más allá del control de los gobiernos nacionales (régimen internacional, teoría de régimen, Krasner), pudiéndose distinguir analíticamente entre «instituciones» y «regímenes» (institutions and regimes)—. Véase también Establishment.

Los términos forma de gobierno y modelo de gobierno son empleados usualmente, aunque de forma impropia, para referirse al concepto de forma de Estado o modelo de Estado: propiamente este último no solo comprende el poder, sino además el territorio y la población. Las distintas visiones clásicas de clasificar los tipos de Estado (federal, confederal, regional, unitario, etc.) también se suelen denominar formas de gobierno en los textos políticos y filosóficos por la contracción lingüística "forma de gobierno del Estado" y "forma política del Estado" en "forma del Estado".

Por su parte, la expresión forma política del Estado se utiliza incluso en textos constitucionales para designar la forma de gobierno.[4]

También se utilizan con ambigüedad estos términos frente al de sistema político que alude también a la estructura y funcionamiento de los poderes públicos. No obstante, mientras que una forma de gobierno (o sistema de gobierno o régimen político) es una manera de ejercitar los distintos tipos de poder por parte del gobierno, y una estructura de gobierno es la forma en la que se organiza dicho poder; un sistema político es el sistema en el que se encuentra inmerso dicho poder y en el cual ha de desenvolverse para conseguir su objetivo. Entendido así, el concepto forma de gobierno posee una connotación más estática y simple pues se refiere aisladamente a las instituciones de gobierno o al resto de actores políticos que inciden sobre ellas, y no a la interdependencia del conjunto (sistema político) y al proceso de toma de decisiones de gobierno, por su propia naturaleza más dinámico y cambiante.

Una particularidad especial en la organización política de los estados, y que puede determinar de forma trascendental su régimen político es la relación que se determine entre el poder político y lo que se llega a denominar poder religioso. Según se establezca tal relación, habrá un total laicismo (Estado laico o separación Iglesia-Estado); una total confesionalidad del Estado (Estado confesional que define una religión oficial con mayor o menor tolerancia religiosa hacia las demás confesiones o hacia las posturas no religiosas), que a su vez puede llegar a un control total de las autoridades religiosas sobre las políticas (la teocracia) o su inverso, un control total de las autoridades políticas sobre las religiosas (el cesaropapismo); o diversos grados de colaboración y reconocimiento de una, varias o todas las confesiones religiosas desde la aconfesionalidad de un Estado aconfesional. La imposición como política religiosa de un ateísmo oficial o de una forma particular de pseudo-religión pública se produjo durante algunas fases de las revoluciones francesa (que estableció el culto a la Diosa Razón), soviética (que establecía la libertad de culto y de propaganda antirreligiosa) y la china (especialmente durante la Revolución Cultural).

No ha habido históricamente acuerdo en la determinación de las diferentes formas de gobierno o de Estado, desde la antigüedad clásica hasta la Edad Contemporánea:[5]

el monárquico es aquel en que gobierna uno solo, pero con arreglo a leyes fijas y establecidas[...]

el despótico es aquel en que uno solo, sin ley ni regla, lo dirige todo a voluntad y capricho`[...]

la república en donde[...] el poder soberano está en manos de parte del pueblo[...] tiene una aristocracia[...]

En los Estados populares, es decir, en las repúblicas democráticas, se necesita el resorte de la virtud. La moderación es el alma de los gobiernos aristocráticos; mas entiéndase que me refiero a la que está fundada en la virtud, no a la que nace de la cobardía o pereza del alma[...] En cambio en las monarquías la política produce las mayores cosas con la menor virtud posible.

     República presidencialista      República semipresidencialista      República parlamentaria      República parlamentaria mixta con presidente vinculado al parlamento      Monarquía constitucional o parlamentaria con monarca ceremonial      Monarquía constitucional con monarca activo      Monarquía absoluta      Poder vinculado a un único movimiento político      No asociado a un ningún sistema de gobierno

Una república es la forma de gobierno en la que el jefe del estado no es un monarca, sino un cargo público cuyo ocupante no tiene derecho por sí mismo a ejercerlo, sino que lo ha obtenido mediante un procedimiento de elección pública directa o indirecta (nominado por un parlamento) y está sometido al escrutinio público –ambas cosas en teoría–, y su denominación es compatible con sistemas democráticos, unipartidistas, dictatoriales y totalitarios. Aunque el republicanismo identifica como valores republicanos los de la Revolución francesa (libertad, igualdad y fraternidad), no es posible identificar históricamente república con democracia o igualdad ante la ley o con la elección de todos los cargos de forma democrática. Desde el propio nacimiento del concepto en la Edad Antigua, con la República romana.

Las listas siguientes incluyen a todas las repúblicas según su régimen interno constitucional independientemente de que se hayan elegido democráticamente o no.

Se trata de sistemas en los que un presidente es la cabeza activa de la rama ejecutiva del gobierno y es elegido y se mantiene en el cargo independientemente de la legislatura. El presidente es a la vez jefe de Estado y jefe de gobierno. Los siguientes estados son repúblicas presidencialistas:

África

América

Asia

Europa

Oceanía

Se trata de sistemas en los que un presidente es la cabeza activa de la rama ejecutiva del gobierno, independientemente de la legislatura. No obstante nombra a un primer ministro para coordinar las tareas de gobierno sin necesidad de consulta o aprobación legislativa. El primer ministro puede tener diferentes funciones delegadas por la jefatura del Estado, esencialmente como jefe de gobierno (presidir el consejo de ministros, hacer cumplir el programa de gobierno, nombrar cargos civiles, etcétera), así mismo es responsable ante el Presidente. En tales casos, el jefe de Estado queda protegido en gran medida de una destitución desviada al primer ministro, aunque el primer ministro lo reemplazaría legalmente en caso de destitución o falta. Es el equivalente a un vicepresidente con poderes más específicos y predominantes que aquellos países que no regulan constitucionalmente el papel del vicepresidente más allá del no poder ser destituidos por el presidente y servir preponderantemente como reemplazo del jefe de Estado, que también es jefe de gobierno. Los siguientes estados tienen este modelo:

África

América

Asia

Europa

En sistemas semipresidenciales, hay por lo general tanto presidente como un primer ministro. En tales sistemas, el presidente, mantiene el cargo independientemente de la legislatura, tiene la autoridad genuina ejecutiva, a diferencia de en una república parlamentaria, pero parte del papel del jefe del gobierno es ejercido por el primer ministro que suele ser nombrado por el presidente pero es responsable ante la cámara legislativa. Los siguientes estados son repúblicas semipresidencialistas:

África

América

Asia

Europa

Una república parlamentaria es un sistema en el cual un primer ministro es el jefe activo del poder ejecutivo de gobierno y también el líder de la legislatura; por este motivo el presidente de la república solo tiene funciones representativas y ceremoniales. Los siguientes Estados son repúblicas parlamentarias:

África

América

Asia

Europa

Oceanía

En estos sistemas el poder ejecutivo está en manos del presidente y su gobierno elegidos al mismo que la legislatura. Sin embargo el presidente está sujeto a la confianza del parlamento (también pueden estarlo sus ministros o miembros del ejecutivo).

En Sudáfrica, el Presidente puede ser forzado a dimitir por el Parlamento.

En Kiribati, una moción de confianza exitosa contra el presidente, fuerza a una nueva elección presidencial.

En los Estados Federados de Micronesia, el congreso designa de 10 diputados de elección popular y 4 senadores (un senador por cada estado federado designado por sus legislaturas estatales) designa de entre los 4 senadores a su presidente y vicepresidente, que designa con autoridad total su gabinete y al mismo tiempo legisla en el congreso.

África

América

Asia

Europa

Oceanía

Las repúblicas unipartidistas son estados en los que un partido único tiene todo el poder en el gobierno o estados en que la estructura del partido es a la vez la estructura del gobierno y que no permiten la creación de otros partidos (o si existen otros partidos, tienen una representación muy limitada). Las siguientes son repúblicas unipartidistas:

América

África

Asia

En los estados apartidistas no existe ningún partido político, aunque pueda o no, estar permitido legalmente. Si bien estos Estados pueden ser monarquías o repúblicas, están enfocados principalmente a microestados y ciudades-estado.

Las monarquías son sistemas de gobierno en que la jefatura del estado es personal, vitalicia y designada según un orden hereditario (monarquía hereditaria), aunque en algunos casos se elige, bien por cooptación del propio monarca, bien por un grupo selecto (monarquía electiva -las monarquías de los pueblos germánicos o la primitiva monarquía romana-).

Las formas de monarquía, tal como se sucedieron históricamente en Europa Occidental entre la Edad Media y la Edad Moderna, fueron la monarquía feudal (durante la Plena Edad Media), la monarquía autoritaria (desde la crisis bajomedieval) y la monarquía absoluta (desde el siglo XVII). La crisis del Antiguo Régimen significó, en su aspecto político, su sustitución por repúblicas o por formas de monarquía con poderes limitados: la monarquía parlamentaria que se desarrolló con la Revolución inglesa y las monarquías constitucionales que se desarrollaron en el continente europeo. La diferencia inicial consistía en que mientras la monarquía parlamentaria inglesa –cuya tradición consuetudinaria determinó que no hubiera un único documento que pudiera denominarse constitución escrita– ponía el poder esencial en manos del parlamento, en la monarquía constitucional los textos constitucionales determinaban más o menos explícitamente la cuestión de la soberanía, pudiendo atribuirla sin más a la nación (soberanía nacional) o al pueblo (soberanía popular) o establecer un cierto grado de soberanía compartida entre el rey y el parlamento. En cuanto a la institución parlamentaria, tanto en las monarquías parlamentarias como en las constitucionales, era elegida inicialmente mediante sufragio censitario por un cuerpo electoral de definición cada vez más amplia, hasta llegar al sufragio universal masculino a finales del siglo XX. El fortalecimiento del control parlamentario de la actividad del gobierno e incluso de su mismo nombramiento fue haciéndose indistinguible en ambas monarquías, de modo que desde el siglo XX no hay diferencias significativas entre ellas; al tiempo que se han reducido en importancia las diferencias existentes con los sistemas republicanos democráticos.

En las monarquías constitucionales el monarca que ejerce el cargo de jefe de Estado ocupa también el cargo de jefe de gobierno reteniendo el poder ejecutivo mientras el parlamento o congreso retiene el poder legislativo.

En las monarquías parlamentarias, el monarca, aun manteniendo su posición como el jefe de Estado, tiene poderes muy limitados o meramente simbólicos o ceremoniales. El poder ejecutivo es ejercido en su nombre por el gobierno, dirigido por un jefe de gobierno, primer ministro o presidente del gobierno. Este es nombrado a través de procedimientos fijados por la ley o la costumbre, que en la práctica significan el nombramiento del líder del partido o coalición con mayor representación en un parlamento o cuerpo legislativo electo.

Las siguientes son monarquías constitucionales o parlamentarias:

África

Asia

Europa

Los reinos de la Mancomunidad (Commonwealth realms), son aquellos Estados que reconocen como jefe de Estado al monarca soberano del Reino Unido, actualmente el rey Carlos III, que toma en esos países el título correspondiente (p. ej. rey de Australia, rey de Canadá, rey de Nueva Zelanda, etc.).

Cabe destacar que la organización denominada Mancomunidad de Naciones, incluye Estados que no tienen al monarca británico como jefe de Estado, sin embargo, lo consideran como un jefe de Estado honorario dentro de la organización. Los embajadores entre estos Estados reciben la denominación de altos comisionados.

El monarca designa un gobernador general como su representante, para cada uno de estos Estados (excepto para el Reino Unido), con poderes ejecutivos limitados y ceremoniales.

El primer ministro es el jefe de Gobierno de la rama ejecutiva en cada uno de sus Estados, el cual proviene del cuerpo legislativo como líder del partido o coalición con más representación.

Son monarquías constitucionales y sistemas parlamentarios.

Los reinos de la Mancomunidad de Naciones son:

América

Europa

Oceanía

También llamadas monarquías semiconstitucionales porque, a pesar de regirse por un texto constitucional y poseer instituciones legislativas elegidas, judiciales con mayor o menor independencia y un ejecutivo dirigido por un primer ministro; el monarca conserva poderes significativos, que puede utilizar a discreción, y control sobre todos los poderes, de forma en cierto modo similar a como se ejercía el poder monárquico con una carta otorgada.

Son monarquías semiconstitucionales o constitucionales con fuerte poder regio:

África

Asia

Europa

Oceanía

Las monarquías absolutas son regímenes monárquicos en los que el monarca tiene el poder absoluto del gobierno. Las siguientes son monarquías absolutas:

África

Asia

Son gobiernos sin separación de poderes entre la autoridad política y la religiosa. Su cuerpo legislativo está supeditado a la legislación interna de la religión dominante, la sharia en el mundo islámico, o el derecho canónico para la Iglesia católica.

Gobiernos formados exclusivamente por altos mandos de las fuerzas armadas de su Estado.

Estados que tienen un sistema de gobierno que está en transición.



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