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Igea



Igea es un municipio de La Rioja (España) situado en la zona de la sierra, región de la Rioja Baja, en la Comarca de Cervera.

Bañado por las aguas del Río Linares, pertenece a la comarca de Cervera del Río Alhama siendo esta la localidad predominante en la zona montañosa de La Rioja Baja.

El municipio es uno de los lugares más ricos del mundo en yacimientos paleotológicos, donde se encontró uno de los primeros restos óseos de Baryonyx.[2]

Pocos datos nos han dejado los historiadores del origen de esta población. Algunos filólogos se inclinan a pensar que la palabra "Igea" puede derivar de un topónimo vasco (como consecuencia de la presencia de los vascones en esta región, en época romana y quizás anterior), ETXEA que traducido al castellano sería "la casa".Parece ser que el nombre de la localidad Ejea de los Caballeros (provincia de Zaragoza) tiene el mismo origen. Existe una población en Italia con nombre homònimo Igea Marina pero no parece tener relación con los anteriormente citados. Se pueden rastrear vestigios eúscaros en la toponimia de Igea: la peña Mingalarre, o la palabra muga con el significado de frontera.

El pueblo recibió el nombre de "EXEA", con el que se conoció hasta mediados del siglo XVI. Con el tiempo el sonido que en castellano antiguo se representaba con X, y que representaba una sibilante, fue velarizándose hasta convertirse en el moderno J/G.

Hacia 1550 se fue cambiando su ortografía y se comenzó a escribir "YXEA". Un siglo más tarde, ya aparece castellanizado: "YGEA" y a comienzos del Siglo XVIII se escribe "IGEA" (a veces con H).

A 1 de enero de 2020 la población del municipio ascendía a 603 habitantes, 341 hombres y 262 mujeres.[3]

     Población de derecho (1857-1897) según los censos de población del INE del siglo XIX.      Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE.      Población según el padrón municipal de 2020 del INE.

Durante el periodo Cretácico inferior, formó parte de una llanura encharcada que se desecaba periódicamente, dejando atrás zonas fangosas en las que las huellas de dinosaurio quedaban marcadas a su paso. Con el tiempo éstas se secaban y cubrían con nuevos sedimentos cuyo peso prensaba las capas inferiores, haciéndolas solidificar en rocas con el paso de millones de años. La erosión ha ido desgastando las capas superiores, haciendo visibles muchas de estas formaciones rocosas, permitiendo observar las icnitas.

En el municipio se encuentra el yacimiento de "La era del peladillo" y un árbol fósil. El primero, de acceso fácil, contiene 1766 huellas de dinosaurio; haciéndolo el primero de Europa y el tercero del mundo en cuanto a número de huellas. Fue encontrado en 1988 y excavado entre 1990 y 1996.[4]​ Está dividido en 7 sectores en la ladera del monte. En el primer sector destaca una manada de herbívoros que andaban a dos patas y que tenían los dedos unidos por una membrana. Este tipo de icnitas no se había encontrado antes en ningún sitio, por lo que fueron bautizadas como Hadrosaurichnoides igeensis en honor de Igea. Posteriormente, aparecieron también en el yacimiento de "San Martín 1" de Santa Engracia del Jubera.

Desde el sector 2 hasta el 6 hay huellas de una manada de herbívoros cuadrúpedos en todas las direcciones y sentidos, además en el sector 2 hay huellas de carnívoros semi-plantígrados. En el sector 5 hay varios rastros de carnívoros, entre los que aparecen algunas huellas muy pequeñas, por lo que se piensa que era un grupo que cuidaba a sus crías. Una de estas huellas, de 9 cm, es la más pequeña de carnívoro encontrada en La Rioja. En el sector 6 hay un caos de pisadas de herbívoros que caminaban a cuatro patas que pisotearon el suelo levantando el barro, borrando casi todas las huellas que antes habían dejado otros dinosaurios herbívoros y carnívoros. En el sector 7 se distinguen huellas de carnívoros grandes y pequeños, además de un rastro de herbívoro cuadrúpedo.[5]

El yacimiento de la Era del Peladillo, se puede decir que es el tercero del mundo en cuanto al número de huellas que contiene y en los estudios que se están haciendo en él, hasta ahora se ha encontrado:[6]

Visita guiada del tronco fósil

Visita guiada de los yacimientos de huellas

Modelo de fósil de Hypsilophodon

Modelo de Baryonyx cazando

Modelo de un saurópodo y araucaria.

Yacimientos declarados como Bien de Interés Cultural el 23 de junio de 2000:[7]

Está situado en una zona privilegiada, debido a los numerosos y ricos yacimientos localizados alrededor; en muchos casos, de carácter único a nivel mundial. Muestra de esta gran riqueza, son los restos óseos de Baryonyx e Hypsilophodon que se exponen en el Centro. Entre ellos expone una pata entera de Baryonyx que fue encontrada en 2006, la cual la Dtra. del Departamento de Paleontología del Natural History Museum de Londres, Angela C. Milner, los examinó declarando que «los restos del dinosaurio Baryonyx de Igea son únicos».[8]

El Centro muestra un material muy completo e interesante para todas las edades, tanto niños que empiezan a conocer la historia geológica como adultos amantes de la paleontología.

El Centro abrió sus puertas el 15 de mayo de 2005, con la colaboración del Gobierno de La Rioja, las asociaciones Cultural Igeensis y Aranzadi, maestros y alumnos del colegio público de Igea y vecinos de la localidad, para ser un referente en geología y paleontología. Cumpliendo con una demanda cultural de colaboración y divulgación de los científicos, impulsando sus nuevos hallazgos y avances, llegando a ser un destino turístico de un sector tan apetecible como es, el mundo de los dinosaurios.

Paneles y maquetas del centro

Muestras de fósiles de huellas

Interpretación de un Iguanodon

Modelo de un Baryonyx

Una de las construcciones civiles más importante de toda La Rioja es el palacio del marqués de Casa Torre que data del siglo XVIII y es de estilo florentino. Fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento el 20 de abril de 1983.[7]

Juan José Ovejas y Díez (1682-1732) fue corregidor (en la frontera del Perú), de San Marcos de Arica (lugar conocido actualmente como Arica). Ciudad en la que amasó una gran fortuna gracias al comercio de la plata de Potosí a la ciudad de Arica, desde donde era embarcado luego al Callao, Panamá y finalmente a la metrópoli. Es su edificio más destacado en la actualidad.

Llegó a ser una autoridad del Perú dependiente de la corona española. Hizo fortuna y mandó construir un palacio en su pueblo natal, Igea. Cuando volvió para contemplar el resultado de su encargo quedó decepcionado porque le pareció poco adecuado a sus expectativas. Dice la tradición oral que el constructor había realizado una casa como no la había en el pueblo y lo que le pedía ahora el marqués era una obra de tal envergadura que sería muy difícil de costear. El señor Ovejas le puso un ejemplo: tome usted este pozal y llénelo en la acequia que pasa aquí abajo (la acequia del Rincón, que además del regadío de este término abastecía al trujal que se hallaba cerca de la iglesia parroquial). Cuando regresó con el caldero lleno de agua le preguntó si había notado que el caudal de la acequia hubiese disminuido, a lo cual contestó que no. El marqués le dijo que los gastos de ese palacio que había mandado construir afectaban a sus caudales lo mismo que el cubo de agua retirado de la acequia. Se dice que tras la primera impresión, el marqués exclamó: "Esto no es un palacio: es un cagatorio de perros". Posteriormente, se realizó la obra del palacio que todos conocemos hoy en día.

Cuentan que el rey de España elogiaba las riquezas del marqués diciendo. "Conozco ovejas, pero no con tanta lana" hay una leyenda que cuentan y dice así:el marqués, mientras se estaba construyendo el palacio, mando ocultar su gran tesoro. Cuenta la leyenda que está oculto en una de las cuatro esquinas del palacio de tal manera que si alguien llega a encontrarlo alguna vez y lo desea sacar el palacio caerá. Muchos lo han buscado y nadie lo ha encontrado con lo cual no se sabe de que se trata el tesoro, unos dicen que es un huevo de oro, otros un cofre lleno de monedas, pero hasta que no se encuentre no se sabrá si todo esto es cierto o solo una leyenda inventada como muchas otras.

Las fiestas patronales se celebran en honor de la Virgen del Villar, cuya ermita está situada cerca de la carretera hacia Cornago, desde el primer domingo de septiembre.



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