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Inmortalidad biológica



La inmortalidad biológica se refiere a un índice de mortalidad estable o decreciente de la senescencia celular como función de la edad cronológica. Varias especies unicelulares y pluricelulares pueden lograr este estado, sea en cualquier momento de su existencia o luego de haber vivido un largo período de tiempo. Un ser vivo biológicamente inmortal puede de todas formas morir, por otras causas como por enfermedad o por heridas.

El término es también utilizado por los biólogos para referirse a células que no se someten al límite de Hayflick, que es el número de duplicaciones que puede sufrir una célula eucariota antes de entrar en senescencia.

Antes de la teoría de Leonard Hayflick, Alexis Carrel propuso la hipótesis que las células somáticas normales podían ser inmortales. El término "immortalización" fue aplicado primero a las células de cáncer que expresaban la enzima telomerasa, y por tanto evitaban la apoptosis.

Según la base de datos de longevidad y envejecimiento animal (Animal Aging and Longevity Database), la lista de organismos con una tasa de envejecimiento insignificante (junto con longevidad estimada en medio salvaje) incluye:[1]

Muchos organismos unicelulares envejecen: al pasar el tiempo, se dividen menos frecuentemente y finalmente mueren. Las bacterias y levaduras que se dividen de forma asimétrica envejecen también. Sin embargo, algunas bacterias y levaduras pueden ser biológicamente inmortales bajo condiciones ideales de crecimiento.[2]​ Bajo estas condiciones, cuando una célula se divide simétricamente produce dos células hijas, y el proceso de división celular puede restaurar la célula a un estado joven. Análogamente, células madre y los gametos pueden ser considerados como "inmortales".

Las hydras son un género del filo de los cnidarios. Todo los cnidarios pueden regenerarse, lo que les permite recuperarse de heridas y reproducirse asexualmente. Las hydras son animales sencillos de agua dulce que poseen simetría radial y no poseen células postmitóticas.[3]

La Turritopsis dohrnii, o Turritopsis nutricula, es una pequeña especie de medusas (de 5 milímetros o 0.20 pulgadas) que utilizan la transdiferenciación para reponer células después de la reproducción sexual. Este ciclo puede repetirse indefinidamente, volviéndolas biológicamente inmortales. Este organismo es originario del mar Caribe, pero actualmente se ha extendido alrededor del mundo. Otros animales biológicamente inmortales incluyen la medusa Laodicea undulata[4]​ y escifozoos Aurelia sp.[5]



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