Joseba Sarrionandia cumple los años el 13 de abril.
Joseba Sarrionandia nació el día 13 de abril de 1958.
La edad actual es 66 años. Joseba Sarrionandia cumplió 66 años el 13 de abril de este año.
Joseba Sarrionandia es del signo de Aries.
Joseba Sarrionandia Uribelarrea, Sarri, (Yurreta, Vizcaya, 13 de abril de 1958) es un escritor, poeta y traductor español en euskera que cursó los estudios de filología vasca y sociología. Con una cuantiosa obra de poesía, narrativa y ensayo en su haber, es uno de los escritores contemporáneos en euskera más prolíficos y conspicuos. En 1985 escapó de prisión, donde cumplía condena por ser miembro de ETA, permaneciendo en paradero desconocido durante más de treinta años, lo que no le ha impedido seguir publicando desde la clandestinidad. En 2016 reapareció públicamente en La Habana, donde habría fijado su residencia varios años antes, y en 2021 regresó a su localidad natal.
Joseba Sarrionandia nació en Iurreta en 1958. Tanto su adolescencia como su juventud coincidieron con la última época del franquismo. Se licenció en Filología Vasca por la Universidad de Deusto y fue profesor de fonética en la UNED de Vergara. También dio clases en la Universidad Vasca de Verano.
Sus primeros escritos los publicó en Zeruko Argia y Anaitasuna, donde llegó a ser miembro de su consejo de redacción, y colaboró con revistas como Jakin, Oh Euzkadi, Ibaizabal, Xaguxarra y el diario Egin. Formó parte, junto con Bernardo Atxaga, Jon Juaristi, Manu Ertzilla, Joxemari Iturralde y Ruper Ordorika, de la banda literaria Pott, el grupo de escritores que más influyó en la literatura vasca de la década de 1980. Pott se fundó en Bilbao en septiembre de 1977 en torno a este núcleo heterogéneo y a partir de marzo de 1978 comenzó a editar la revista del mismo nombre; se disolvió dos años después, tras haber publicado seis números.
El primer libro publicado de Sarrionandia fue el poemario Izuen gordelekuetan barrena (A través de los escondites de los miedos), que tuvo gran repercusión e influyó a muchos nuevos escritores, hasta el punto de que su primer poema, Bitakora kaiera (Cuaderno de bitácora),
fue tomado a modo de manifiesto. El 13 de noviembre de 1980, con 22 años de edad, fue detenido por diversos delitos relacionados con su pertenencia a ETA. Ese mismo año ganó tres premios literarios con dos cuentos y el poemario anteriormente mencionado. En los años sucesivos pasó por los centros penitenciarios de Carabanchel, El Puerto de Santa María, Herrera de la Mancha y Martutene. Fue procesado en siete ocasiones y condenado en tres de ellas a varias penas de prisión, que la refundición de la condena dejó en dieciocho años de cumplimiento efectivo. Siguió escribiendo y publicando desde la cárcel, convirtiéndose en un escritor reputado en el ámbito de la cultura vasca.
El 7 de julio de 1985, se evadió de la prisión de Martutene con otro preso de ETA, Iñaki Pikabea, escondiéndose en sendos bafles tras un concierto del cantante Imanol Larzabal, sin que este lo supiera. La fuga, en cuya planificación participó el entonces crítico de teatro Mikel Antza, inspiró la famosa canción Sarri, Sarri del grupo vasco Kortatu. Desde entonces ha permanecido en paradero desconocido y al margen de las actividades de la organización terrorista, publicando libros y colaborando con diversos artistas, entre los que destacan Ruper Ordorika, Fermín Muguruza y Mikel Laboa.
Aunque diversas fuentes siempre le situaban en Cuba, hasta 2016 nunca hizo apariciones públicas, ni siquiera para recoger el Premio Euskadi de Literatura que le fue concedido en 2011, y solo se conocía su aspecto por algunas viejas fotografías anteriores a su fuga de 1985. En 2014 aceptó la invitación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Huhezi) de la Universidad de Mondragón para impartir unas conferencias en la localidad guipuzcoana de Escoriaza. Sin embargo, canceló el viaje porque no obtuvo los permisos de ida y vuelta que necesitaba. A principios de noviembre de 2016 se publicó que se haría cargo del lectorado en lengua y cultura vascas que el Instituto Etxepare inauguró en la Universidad de La Habana, responsabilizándose del contenido académico e impartiendo las clases. Sarrionandia accedió a este puesto después de un riguroso proceso de selección. El 20 de noviembre de ese mismo año fue publicada una imagen actualizada de él en cuatro medios de comunicación vascos (ZuZeu, Berria, Gara y Grupo Noticias), en una entrevista realizada por el periodista José Goitia en la que reveló que vivía en La Habana desde hacía algunos años.
El 20 de abril de 2021 regresó a su localidad natal.Euskaltzaindia, treinta años después de su nombramiento.
Al no tener causas pendientes con la justicia debido a que los delitos por los que fue condenado habían prescrito, sus motivos para no volver eran más de índole política. En junio de 2022 recibió el diploma de miembro correspondiente de«Nunca he tomado la decisión de ser escritor. Cuando di mis primeros pasos, escribir no se tenía por oficio; yo era estudiante, y la escritura, una forma más con la que la militancia generosa de aquella época abordaba los campos de la política y de la cultura. Desde algunas perspectivas profesionales actuales, quizás se recuerde aquella militancia como un sacrificio, e incluso dé lástima, pero vivíamos felices, como los amantes sin dinero.
»Luego seguí escribiendo en la cárcel, era presidiario de profesión y escribía para olvidar un poco aquella condición. Y después, de nuevo libre, de alguna manera libre, no he tenido más remedio que ser fugitivo de profesión, y nada ha estado ni está más presente en mi vida que la escritura.
»Pero no diría que soy escritor de profesión, al menos no todavía. De serlo, soy escritor en aquel otro sentido que le diera Thomas Mann, en la medida en que escribir me resulta tremendamente difícil y costoso».
Miembro correspondiente de Euskaltzaindia (la Real Academia de la Lengua Vasca) desde el 31 de enero de 1991, Sarrionandia es un traductor prolífico que ha traducido al euskera diversas obras literarias de hasta cincuenta lenguas distintas, destacando sus traducciones al euskera de autores como T. S. Eliot —del que es su principal traductor—, Samuel Taylor Coleridge, Manuel Bandeira y Fernando Pessoa.
En cuanto a su trayectoria literaria, Bernardo Atxaga la divide en cuatro etapas cronológicas, a lo largo de las cuales aprecia una evolución. En la primera, un joven Sarrionandia quería formar parte de la literatura vasca y lo hizo desde el vanguardismo a través de publicaciones como Pott, una revista literaria en la que ambos participaron junto a otros grandes escritores vascos. En la segunda etapa el poeta preso habló sobre el sufrimiento y las torturas en prisión, como en el crudo poema Literatura eta iraultza (La literatura y la revolución). En la tercera etapa, después de su fuga, sus temas fueron el exilio, la patria y los recuerdos familiares (Geografía, He llegado a casa casi a medianoche). La cuarta etapa, que Atxaga califica como la más luminosa de todas, es más serena y Sarrionandia recupera el sentido del humor y la ironía. Atxaga especula sobre una quinta etapa, basándose en el poema Bizitza heldu da eta zure begiak ditu (Ha llegado la vida y tiene tus ojos), donde la llegada de un hijo podría marcar el resto de su vida.
Junto a los géneros tradicionales (poesía, narrativa, ensayo), Sarrionandia gusta de experimentar y proponer textos híbridos representativos de una concepción innovadora de la literatura. Ni ez naiz hemengoa (Yo no soy de aquí), Marginalia, Ez gara geure baitakoak (No somos de nosotros mismos) y Han izanik hona naiz (De allí mismo vengo) son algunas de sus obras que tienden a la hibridación. Su prosa está llena de metáforas e imágenes sugerentes, una prosa poética que incorpora elementos fantásticos y referencias a leyendas y cuentos tradicionales que delatan las afinidades del autor con autores como Samuel Taylor Coleridge o Herman Melville, que rinden homenaje a narraciones del ciclo artúrico, que evocan ecos de escritores como T. S. Eliot, Constantino Cavafis, Jonathan Swift, Edgar Allan Poe, y de otros euskaldunes, por ejemplo Jon Mirande y Bernard Etxepare, y que Sarrionandia también explora con sus cuentos metanarrativos originales. En muchas ocasiones, además, las narraciones tienen varias lecturas, varios sentidos y, según afirma Aitzpea Azkorbebeitia, «los textos pueden resultarnos ambiguos, y a veces oscuros. Cada lector tendrá que darles su interpretación... Dado que nos ofrece textos llenos de implicaciones, estamos obligados a repensar lo que dicen».
Sarrionandia es además un reconocido poeta con un lugar destacado en el panorama literario vasco. Jon Kortazar destaca que Sarrionadia y Atxaga cambiaron los caminos de la poesía vasca con sus primeros libros, al situarla en una corriente vanguardista y de renovación continua, desde el dadaísmo y el expresionismo hasta la creación de una poesía personal y alegórica, después de transitar una senda culturalista. Según Mari Jose Olaziregi, «la lectura de sus libros de poemas nos revela que Sarrionandia es un viajero incansable de geografías literarias, un marino deslumbrado por un océano de ideas poéticas». Su poesía también ha sido fuente de inspiración para músicos y artistas de diferentes estilos (véanse los apartados de adaptaciones musicales y escénicas). En 2018 Angel Valdés, responsable de la discográfica Elkar, llegó a contabilizar «más de 145 grabaciones diferentes de canciones que utilizan sus poesías». Algunas de estas se reunieron en sendos discos-libros: en Hau da ene ondasun guzia (Esta es toda mi hacienda), coeditado por Esan Ozenki y Txalaparta en 1999 y que también incluía varios poemas recitados por el propio escritor; y en Gure oroitzapenak (Nuestros recuerdos), editado por Elkar en 2018 y que a la selección de canciones añadía otras especialmente creadas y grabadas para esta antología.
El exilio es un tema recurrente en su obra. En Hnuy illa nyha majah yahoo utiliza la primera persona del plural para afirmar que siempre seremos unos exiliados, que el regreso a casa es absolutamente imposible, pues la casa, la patria, tal y como la conocimos, tal y como la deseamos, no existe y que, pese a todo, también existe lo que no existe, pues casi todos los quehaceres los tenemos por hacer y los poemas más perfectos están por escribir («egiteko gehienak egiteke/ ditugu./ Poemarik behinenak izkiriatzeke/ daude.../ Ez diren gauzak ere/ badira»). La peculiaridad de su biografía ha influido notablemente en la recepción crítica de su obra hasta el punto de que son pocas las críticas de prensa en las que esta se omita a la hora de determinar sus textos; bien denunciando la distorsión que sobredimensiona su obra al mitificar al autor, bien valorando de manera positiva la influencia que la biografía del autor ha ejercido en su obra. Cada nuevo libro de Sarrionandia cobra gran repercusión mediática y comercial; sin embargo, el impacto de su biografía no siempre beneficia la difusión de su obra, siendo destacable que, pese a ser uno de los grandes autores de la literatura vasca contemporánea, apenas ha sido traducido al castellano y que incluso sus premios de carácter literario han sido objeto de polémica.
En varias ocasiones ha recibido el Premio de la Crítica de narrativa en euskera, otorgado por la Asociación Española de Críticos Literarios; en 1986, por Atabala eta euria (El atabal y la lluvia), una colección de relatos; y en 2001, por Lagun izoztua (El amigo congelado), su primera novela. Por este último premio, el presidente del jurado, Miguel García Posada, se vio obligado a dar explicaciones públicas.
En octubre de 2011 el Gobierno Vasco le otorgó el Premio Euskadi de Literatura en su modalidad de ensayo en euskera, por la obra Moroak gara behelaino artean? (¿Somos moros entre la niebla?), pero anunció que retendría la cuantía económica del premio hasta que el autor regularizase su situación. Si bien, la Fiscalía de la Audiencia Nacional constató que no tenía causas pendientes, por lo que finalmente recibió el premio en igualdad de condiciones que el resto de premiados. El jurado aseguró que la obra galardonada por unanimidad, un ensayo basado en el trabajo de Pedro Hilarión Sarrionandia, autor de la primera gramática del idioma bereber —que al autor le sirve como pretexto para reflexionar sobre las guerras coloniales, la literatura vasca y universal, los nacionalismos, la globalización, la migración, el multiculturalismo o las ansias imperialistas de las potencias occidentales, hasta llegar a la realidad política actual—, podría convertirse en un clásico de la cultura vasca ya que se trata de «un grito a la pluralidad cultural», abre muchas puertas y está muy documentado. La obra tuvo una versión extendida en castellano, ampliada por el propio autor, titulada ¿Somos como moros en la niebla?, que también sería traducida al catalán.
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