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La Grande-Duchesse de Gérolstein



La gran duquesa de Gérolstein (título original en francés, La Grande-Duchesse de Gérolstein) es una opéra bouffe (un tipo de opereta) en tres actos con música de Jacques Offenbach y libreto en francés de Henri Meilhac y Ludovic Halévy. La historia es una crítica satírica al militarismo irreflexivo apenas tres años antes de la Guerra Franco Prusiana, siendo luego prohibida. Su protagonista es una joven y tiránica gran duquesa que aprende que no siempre se puede salir con la suya.

La gran duquesa de Gérolstein se estrenó el 12 de abril de 1867 en el Théâtre des Variétés de París, protagonizada por la diva Hortense Schneider coincidiendo con la Exposición Universal de 1867. A su estreno asistieron el emperador Napoleón III; Eduardo VII de Inglaterra, el zar Alexander II de Rusia , el emperador de Austria Francisco José y Otto von Bismarck de Prusia, entre otros. Fue estrenada en Londres meses después y en Nueva York. Después, se llevó a Nueva York y otros lugares, y aún es una obra que se representa y se graba.

La opereta volvió al escenario en 1978 con Régine Crespin en el papel titular, en el 2004 en el Teatro del Chatelet en París dirigida por Marc Minkowski y Laurent Pelly con Felicity Lott y en Los Ángeles con Frederica von Stade. Otras intérpretes fueron Huguette Tourangeau, Lucia Valentini Terrani e Isabel Vernet.

La gran duquesa de Gérolstein se representa poco; en las estadísticas de Operabase aparece la n.º 199 de las óperas representadas en 2005-2010, siendo la 24.ª en Francia y la séptima de Offenbach, con 14 representaciones en el período.

La gran duquesa, de veinte años, que ha sido criada por su tutor y chambelán de la corte Baron Puck para salirse con la suya, es encantadora, aunque una verdadera tirana. Ha sido prometida al cursi príncipe Paul pero no le gusta y, debido a su infelicidad sobre el asunto, el Baron genera una guerra para entretenerla. Ella decide pasar revista a sus tropas. Hay un redoble de tambores, y se oye el grito de que el enemigo está avanzando, pero resulta ser Su Alteza.

Esta visita es fatal, pues se enamora desesperadamente del viril y guapo soldado Fritz, cuyas principales pasiones en la vida son su amor por la bella Wanda y su odio por el General Boum. La duquesa inmediatamente lo nombra cabo, y está cada vez más y más encantada con él, con lo que Fritz asciende rápidamente a sargento, teniente y capitán. Finalmente, a pesar del general, ella le nombra comandante en jefe y lo envía a conquistar al enemigo.

Fritz gana la batalla fácilmente haciendo que todo el ejército enemigo se emborrache, con una artillería formada por 300.000 botellas bien llenas. Cuando regresa, coronado por la victoria, la duquesa encantada se siente más enamorada de él que nunca, y apunta a la posibilidad de que reciba otros honores. Sin embargo, luego encuentra que es muy bruto porque prefiere a su Wanda antes que tales distinciones, y él incurre en el enojo de la duquesa al pedir permiso para casarse con Wanda de una vez. Esto resulta ser un golpe mortal para la devoción de la duquesa, y conspira para asesinar a Fritz a la vuelta de la ceremonia nupcial.

Cuando todo está listo para la sangrienta misión, sin embargo, la duquesa cambia de opinión, que está ahora ocupada con un nuevo affair con el Baron Grog. Su vida amorosa parece que siempre será desdichada, pues su último romance se ve malogrado por la noticia de que su amado tiene esposa y cuatro niños. La duquesa se vuelve filosófica y decide casarse con su prometido original, el príncipe Paul, después de todo. Por citar sus propias palabras, «¿Qué puede hacer una? Si no puedes tener a aquellos a los que puedes amar, debes intentar amar a aquellos que puedes tener.»

En lugar de asesinar a Fritz, la duquesa diseña el castigo menor de ruidosas serenatas durante su noche de bodas, y luego lo asusta con una falsa alarma para combatir al enemigo. El enemigo demuestra ser un esposo celoso que lo confunde con otro hombre y le castiga con una palmeta. Fritz es privado de sus rangos militares, pero ahora puede abandonar el ejército, vuelve con Wanda, y se convierte en el maestro de escuela local, aunque uno bastante analfabeto. El general Boum es feliz por la restauración de su mando; Baron Puck es reinstalado en el favor real del que había sido privado mientras tanto; Baron Grog es enviado a casa, sano y salvo, con su mujer y sus cuatro hijos; y el príncipe Paul es felizmente restaurado como novio de la duquesa.[2]




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