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La esfinge de los hielos



La esfinge de los hielos (Le sphinx des glaces) es una novela de Julio Verne publicada en la segunda serie del Magasin d'Éducation et de Récréation desde el 1 de enero (volumen 5, número 49) hasta el 15 de diciembre de 1897 (volumen 6, número 72), y como libro el 24 de junio de ese mismo año.

Trata de la busca del desaparecido Pym en el polo sur. Es la continuación de La narración de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe (1838), en un rendido homenaje de uno de sus discípulos y admiradores.[1]

Jeorgling, un enigmático y extraño estadounidense se encuentra en las islas Kerguelen realizando estudios que sólo él conoce. Al finalizar, busca regresar a los Estados Unidos por el medio que sea. El único barco que pasa por la zona es comandado por el capitán Len Guy, el cual se niega a llevarlo de vuelta a Tristán de Acuña u a otra isla. Sin embargo, el hecho de que Joerglin sea de Connecticut, cerca de donde vivió el famoso Pym, hace cambiar de idea al capitán.

El viaje de la "Halbrane" (es Haldbrane) comienza sin sobresaltos, pero después choca (no choca en ningún momento con este iceberg que se está derritiendo, solo ven una mancha negra, que al final de cuentas resulta ser Patterson, marino que acompañaba al hermano del Captián Len Guy, William Guy, capitán de la Jane con un bloque de hielo en el que el cuerpo de un sobreviviente de la "Jane" llamado Patterson" avisa de la existencia de sobrevivientes en la isla Tsalal, entre ellos el capitán del barco, Willian Guy, que es hermano del de la "Halbrane". Esta nave es reforzada para ir en busca de los sobrevivientes, y se contrata a nuevos marinos, entre ellos a un extraño mestizo de nombre Hunt.

Siguiendo el itinerario trazado por Pym, los personajes parecen destinados a ir fatalmente al Polo Sur. Hunt resulta ser un sobreviviente del viaje de Arthur Gordon Pym: el mestizo Dick Peters. Como en la novela de Poe, se produce una rebelión que se ve ferozmente acentuada al chocar el navío contra un iceberg tras haber pasado por las islas Aurora y haber observado los hundidos restos de la isla Tsalal. Tras el choque contra el iceberg, algunos de los amotinados escapan en un bote salvavidas. Los héroes logran escapar en una especie de paracota abandonada por los nativos siguiendo la corriente, y una fuerza misteriosa lleva a ambos grupos ineluctablemente hacia algún enigmático lugar en el Polo Sur. El punto de atracción y de enigma es una gran isla montañosa con un aspecto que recuerda al de una esfinge. Tal isla tiene semejanza con la Rupes Nigra: se trata de un colosal imán que atrae todo metal con hierro, y por eso provoca el desclavado y hundimiento de las naves. Allí, en ese punto, se encuentra el cadáver de Arthur Gordon Pym, quien fue arrastrado hasta el imán por llevar un fusil en la espalda. En ese punto, Dick Peters muere al encontrar a su fiel compañero.[2]

Ésta es una de las cuatro novelas en las que Verne hace un tributo a un escritor:

Esta novela es la continuación de La narración de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe, a pesar de que, anteriormente, en el estudio biográfico Edgar Poe y sus obras (abril de 1864), Verne hace mención de lo inconcluso de la historia y él mismo se pregunta: «¿quién será tan osado como para continuarla?» 33 años después, sería él mismo quien la continuase .

Verne entraba ya en su última etapa como escritor. Cuando parecía que los temas se empezaban a agotar, escribió una repetición de temas polares: El país de las pieles. Es raro que entonces se decidiera por otra historia polar, aunque ésta sería en el Polo Sur. Tanto Las aventuras del capitán Hatteras como El país de las pieles se desarrollaban en el Polo Norte. A diferencia de Poe, en La esfinge de los hielos Verne buscaría un desenlace lógico y científico a la esfinge y al misterio de las islas Tsalal. Verne logra darle lógica con el polo magnético de la isla, aunque de nueva cuenta parece repetir tema recordando en algo a Viaje al centro de la Tierra. A pesar de estas referencias, Verne presenta una historia bastante creíble, muy sencilla de leer y con un desenlace que deja satisfechos a los lectores de ambos autores.



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