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La tentación vive arriba



The Seven Year Itch (La comezón del séptimo año, en México y Argentina, y La tentación vive arriba, en España)[1]​ es una película estadounidense de 1955 del género de comedia dirigida por Billy Wilder, basada en la obra teatral homónima de 1952, de George Axelrod. Esta protagonizada por Marilyn Monroe y Tom Ewell, quien repite su papel de la obra de Broadway.

En la 13.ª edición de los premios Golden Globe, ganó el Globo de Oro por mejor actor de comedia (Tom Ewell).[2]​ El American Film Institute la incluyó en su lista AFI's 100 años... 100 sonrisas como una de las mejores películas cómicas del cine estadounidense. [3]

La película se rodó entre el 1 de septiembre de 1954 y el 11 de enero de 1955, y fue la única película que Billy Wilder realizó con la productora 20th Century Fox.

Richard Sherman (Tom Ewell) es un ejecutivo de mediana edad que trabaja en una editorial modesta, un hombre simplón y confiado con una imaginación hiperactiva que se encuentra en medio de una crisis de madurez. Su esposa Helen (Evelyn Keyes), y su hijo, Ricky (Butch Bernard), pasan el verano en Maine, a la orilla del mar. Cuando regresa a casa una tarde con la pala de kayak que Ricky se había olvidado, se encuentra con una mujer (Marilyn Monroe), una actriz de publicidad y modelo que tiene alquilado el apartamento de arriba mientras trabaja en el rodaje de unos anuncios de pasta de dientes para televisión. Esa noche, mientras trabaja leyendo el manuscrito de un libro en el que el psiquiatra Dr. Brubaker argumenta que casi todos los hombres tienen una relación extramarital en el séptimo año de matrimonio (el ‘picor del séptimo año’ del título original). Sherman tiene una conversación imaginaria con su esposa, en la que intenta convencerla de que las mujeres le encuentran irresistible, incluida su secretaria, una enfermera y la madrina de boda de Helen, pero ella se ríe de la situación. En ese momento, una tomatera se estrella sobre su tumbona: la mujer del apartamento de arriba la ha hecho caer accidentalmente, y se asoma desde el piso superior para disculparse. Sherman aprovecha para invitarla a una copa.

Ella le hace esperar mientras se viste: guarda su ropa, incluida la interior, en el frigorífico para que esté fresquita, dado el calor que hace en la ciudad. Cuando llega al apartamento de Sherman, charlan mientras toman una copa; cuando ella ve el anillo en su dedo, él intenta una explicación pero ella se muestra indiferente, ya que no tiene especial interés en él, sino en su aire acondicionado. Sherman tiene una fantasía en la que su interpretación del Segundo Concierto para Piano de Serguéi Rajmáninov la hace caer en sus brazos, pero en realidad ella prefiere jugar al mikado. Abrumado por sus fantasías, Sherman la abraza e intenta besarla, con el resultado de que ambos se caen del banco del piano en el que están sentados. Él se disculpa, pero ella no le da importancia porque le pasa continuamente con los hombres. Avergonzado, Sherman le pide que se marche de su apartamento.

En los días siguientes, se siguen encontrando y pasando ratos juntos, y Sherman fantasea con que están intimando, pese a que ella se muestra inmune a sus encantos imaginarios. Su mujer le llama una y otra vez, pidiéndole que envíe de una vez la pala del kayak para que su hijo pueda usarlo, pero él continúa distraído con su imaginación. Su resolución para resistir el ‘picor del séptimo año’ es cada vez más débil, y su miedo a sucumbir ante ella crece día a día. Acude en busca de ayuda al autor del libro, al propio Dr. Brubaker, sin éxito. Su imaginación se desboca completamente: imagina a su vecina comentando con un fontanero que Sherman es ‘como el monstruo de la Laguna Negra’; el fontanero repite la historia a otros vecinos del edificio, entre otros a un tal McKenzie, a quien Helen ha pedido que se pase por su casa para recoger de una vez la pala del kayak. Sherman imagina a su esposa y a McKenzie divirtiéndose juntos, situación que él condimenta con sus celos, su paranoia y su culpabilidad.

Después de pasar la tarde juntos en el cine viendo El Monstruo de la Laguna Negra, Sherman y su vecina regresan paseando a casa y ella se para sobre una rejilla de ventilación del metro para sentir el viento que levanta su falda y refresca sus piernas. Cuando vuelven a casa, él le ofrece una habitación libre para que disfrute del aire acondicionado, y ella prácticamente se instala en la casa con él. La situación estalla cuando McKenzie pasa a recoger la pala para llevársela a Helen y Ricky: incapaz de soportar el sentimiento de culpabilidad, Sherman acusa a McKenzie de acosar a su mujer, le golpea y corre a coger el siguiente tren con destino a Maine para quedarse con Helen y Ricky.

La película incluye una de las escenas más recordadas del cine hollywoodiense, en la que el personaje de Marilyn pasa por encima de unas rejas de ventilación en la calle, y el aire que es expulsado hacia arriba levanta su vestido.

La escena del vestido de Marilyn en las rejas de ventilación tuvo que rodarse dos veces. La primera toma fue en la Avenida Lexington de Manhattan, en la calle 51. La segunda se hizo en un estudio. La escena que aparece en la película es la de esta segunda toma, ya que la primera resultó inservible, debido al ruido de la muchedumbre que presenciaba la filmación.

Aunque usadas en ediciones posteriores de la película, las escenas en las que el vestido de Marilyn se alzaba por encima de su cintura fueron borradas por las autoridades de la época, por considerarlas inapropiadas. Cuando se rodaba la película, Marilyn Monroe estaba casada con Joe DiMaggio, quien se enojó por la escena del vestido, lo que causó una discusión en la pareja. Pocos días después, Marilyn pidió el divorcio y arguyó «violencia psicológica».




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