Las lenguas mutuamente inteligibles son aquellas cuyos hablantes pueden entenderse entre sí, ya sea en su forma escrita o en la hablada, sin necesidad de tener estudios o conocimientos especiales de las otras lenguas; es decir, dos hablantes de variedades diferentes pueden comprenderse mutuamente sin haber aprendido previamente la variedad ajena. Se habla entonces de inteligibilidad mutua como una propiedad de esas variedades lingüísticas.
La inteligibilidad mutua existe entre muchas lenguas o variedades geográficamente cercanas y pertenecientes a la misma familia lingüística en el contexto de un continuo dialectal que son similares en gramática, vocabulario, pronunciación u otras características, a menudo es relativamente fácil para los hablantes respectivos lograr un cierto grado de intercomprensión.
La inteligibilidad mutua es una propiedad de las variedades lingüísticas o dialectos por la cual dos hablantes de variedades diferentes pueden comprenderse mutuamente sin haber estudiado o aprendido previamente la variedad ajena. Realmente se trata de una propiedad no muy bien definida, siendo que la inteligibilidad es cuestión de grados y subjetividad, y también depende de varios otros factores, como el nivel educativo y cultural del hablante, la habilidad lingüística del individuo, etc. Debido a la gradualidad y subjetividad, y las dificultades de definir exactamente las diferencias entre dialectos y lenguas, no hay consenso sobre qué lenguas cumplen el criterio.
Tradicionalmente se ha dicho que dos variedades dialectales mutuamente comprensibles en alto grado son dialectos de la misma lengua. Sin embargo, existen algunas dificultades:
La primera de estas dificultades, pone en problemas la descripción tradicional de que una lengua históricamente es el conjunto de sus dialectos inteligibles entre sí. La situación se da por ejemplo en las lenguas esquimo-aleutianas donde cada dialecto es inteligible con los más cercanos, pero no con los más alejados aunque los dialectos intermedios pueden ser inteligibles con los dialectos de los extremos de una cadena geográfica de dialectos o complejo dialectal.
Las dificultades que ocasiona el criterio de inteligibilidad mutua pueden verse en la situación geopolítica de las lenguas europeas. De un lado el sueco y el noruego son mutuamente inteligibles aunque por factores sociopolíticos se considera que son idiomas diferentes. De otro lado varias de las variedades rurales etiquetadas como alemán son inteligibles para hablantes de variedades de neerlandés pero no para hablantes de otras variedades de alemán[cita requerida].
Por otra parte, hay numerosas lenguas entre las cuales, aunque estrictamente emparentadas entre sí, no existe ni la mínima inteligibilidad mutua. Por ejemplo el húngaro y finlandés pertenecen a la misma familia y al mismo grupo lingüísticos, sin embargo sólo una docena de palabras básicas es común en las dos lenguas, ni hablar de las diferencias morfológicas entre sí a pesar de ser ambas aglutinantes con armonía vocálica.
Aquí presentamos unas lenguas que no son inteligibles a pesar de pertenecer a las mismas familias o grupos de lenguas:
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