Leyendas de Bécquer nació en Madrid.
Las Leyendas son un conjunto de narraciones de carácter posromántico escritas por Gustavo Adolfo Bécquer y publicadas entre 1858 y 1865. Estas narraciones tienen un carácter íntimo que evoca el pasado histórico y se caracterizan por una acción verosímil con una introducción de elementos fantásticos o insólitos. Fueron publicadas en periódicos madrileños de la época como El Contemporáneo o La América.
Nace en Sevilla el 17 de febrero de 1836 y muere en Madrid el 22 de diciembre de 1870. Es conocido por su poesía y sus narraciones, y es un representante del Romanticismo, con influencias del romanticismo alemán. Como muchos otros artistas, Bécquer fue conocido en vida, pero hasta después de muerto no alcanzó la fama.
Su obra más conocida es Rimas y Leyendas, obra que une las Rimas, escritas a lo largo de su vida, pero que no fueron publicadas hasta después de su muerte, cuando un incendio casi acaba con ellas, y sus amigos deciden publicarlas; y las Leyendas, que al contrario que las Rimas, fueron publicándose durante su vida. En esta obra se recogen todas sus rimas, donde relata su vida, y algunas de las leyendas más conocidas.
Actualmente hay múltiples ediciones de Rimas y Leyendas. La primera edición fue en 1871, con un prólogo de Rodríguez Correa, y contaba con dos volúmenes; a partir de la quinta edición contaría con tres volúmenes.
El Romanticismo es un movimiento artístico que surgió en el siglo XVIII en Alemania e Inglaterra. Más tarde, en el siglo XIX, se expandió por toda Europa como consecuencia de la Revolución francesa y las Guerras napoleónicas y en contra de las transformaciones económicas y sociales surgidas a partir de la Revolución Industrial.
Este movimiento aparece como un cambio necesario en la sensibilidad y el gusto europeo, llegando a oponerse al Clasicismo y Racionalismo, basados en los patrones estéticos y filosóficos de la antigüedad clásica y en la importancia de la razón. Se rompe con el Neoclasicismo, con lo que se produce un enfrentamiento entre la razón neoclásica y la intuición y los sentimientos románticos.
Este movimiento se caracteriza por el amor a la libertad y la naturaleza, la defensa de los sentimientos y la exaltación del individuo y lo subjetivo. Imagen y sensibilidad sustituyen a la razón, por lo que se crea un nuevo gusto hacia lo pintoresco y se busca lo sublime, incluso acercándose a lo grotesco.
El artista se encuentra enamorado de la soledad y del ensueño, con lo que se produce una afirmación de su individualidad, se ve como un genio y aparece ‘’el triunfo del yo’’. No obstante, el individuo romántico se encuentra frustrado, ya que está atraído por un ideal que no puede llegar a alcanzar; esto provocará que intenten calmar la insatisfacción que sienten buscando otra realidad y evadiéndose al pasado de la Edad Media y al exotismo de Oriente. Algunos artistas, incapaces de llevar a cabo esta evasión del mundo, llegaron a la locura, y posteriormente, al suicidio (Mariano José de Larra). El espíritu romántico se caracteriza por el desprecio profesado al materialismo de la burguesía y la vida bohemia.
En Alemania, este movimiento surge a comienzos del siglo XVIII, pero después de mediados de siglo es cuando aparece con fuerza de la mano de Johann Wolfgang von Goethe con el movimiento Sturm und Drang (tempestad e ímpetu), que respondía a las sensaciones de rebeldía, juventud, pasión e intuición creativa propias. El Romanticismo alemán se caracteriza principalmente por el rechazo a la razón ilustrada, la reivindicación del genio creador (el ‘’yo’’) que representa su estado de ánimo en sus obras, admiración por la naturaleza y la inmensidad del mundo y la tradición y el folclore nacional.
A raíz de este movimiento surgen un primer y un segundo Romanticismo. El primero, formado por el grupo de los románticos alemanes (Novalis, Hoffmann y Friedrich Hölderlin).Se caracteriza por las bases históricas y la importancia del pueblo. El segundo, está formado por Grimm Wilhelm y Hoffmann. Se basa en la revolución en el teatro. (Georg Büchner, La muerte de Danton y Woyzeck)
Inglaterra, junto con Alemania, es la cuna de este movimiento que empezó en el siglo XVIII con Edward Young y Las noches, obra en la cual se observa por primera vez una ambientación nocturna y terrorífica. William Blake actúa como anunciante de este estilo cuando publica Canciones de la inocencia y Canciones de la experiencia, en las que representa la desilusión por la Revolución francesa, denuncia el egoísmo humano, lo perjudicial de las instituciones sociales y el individuo ante el cual el mundo siente indiferencia.
Este estilo se caracteriza por la belleza de la naturaleza como elemento mediante el que el autor se evade del mundo, las novelas históricas y la novela gótica o de terror.
Sus mayores exponentes son Lord Byron, con su inacabado ‘’Don Juan’’, Shelley y John Keats.
En Francia, el Romanticismo surge durante la época de la Restauración como reacción contra el Clasicismo y el Racionalismo francés. Este pensamiento comienza en 1750 y fragua en el siglo XVIII, donde se producen numerosas reacciones de los sentimientos contra la razón y contra la literatura nacional, que estaba dominada por el Clasicismo. Pero es en 1815 cuando el «yo» se establece como medida del universo.
Los románticos franceses son herederos del sensualismo, monárquicos y católicos. Su máximo exponente es Victor Hugo.
El Romanticismo también tuvo lugar en Portugal e Italia, aunque en menor medida ya que llegó tarde, cuando estaba empezando a aparecer el Realismo.
En Portugal podemos encontrar a Almeida Garrett, quien tuvo contacto con el Romanticismo inglés y alemán, y fue quien acercó este estilo a Portugal.
En Italia podemos encontrar como mayor exponente a Giacomo Leopardi.
En España, aunque tardío y breve, el Romanticismo dejó un gran legado. Se estableció en la segunda mitad del siglo XIX, junto con el Realismo. Podemos observar las primeras manifestaciones en Andalucía y Cataluña.
Surgen dos tipos de Romanticismo, uno tradicional, que defiende los valores tradicionales de la Iglesia y el estado; está representado por Walter Scott (Inglaterra), Chateaubriand (Francia) y José Zorrilla y el Duque de Rivas (España); y otro revolucionario o liberal, caracterizado por la búsqueda y justificación del conocimiento irracional, la dialéctica hegeliana y el historicismo; se representa con lord Byron (Inglaterra), Victor Hugo(Francia) y José de Espronceda (España). Del Romanticismo tradicional deriva el Costumbrismo, que solo aparece en España y se basa en el seguimiento de los hábitos contemporáneos, pero desde la perspectiva de las clases populares, es decir, mediante un lenguaje purista y castizo. Surgió a partir de un signo de melancolía por los valores y costumbres pasadas. Fue el antecedente de la decadencia del Romanticismo en España.
Aparece en un marco histórico de tensiones políticas entre la clase conservadora y las clases liberales y progresistas (España se encuentra en un estado de aparición del laicismo y las protestas anarquistas, huelgas y atentados por parte de la clase obrera).
Este movimiento se caracteriza en lo artístico por un gran rechazo al neoclasicismo, con lo que se produce una ruptura de la regla aristotélica de las tres unidades y una mezcla entre prosa y verso. Subjetivismo, ya que el autor vierte su alma exaltada e insatisfecha ante un mundo que frena y limita su vuelo. Atracción por lo nocturno y misterioso, que situará los sentimientos dolientes y defraudados del artista en lugares sobrenaturales, pero conocidos por parte del artista.
El Romanticismo tardío o Posromanticismo es el período en el que se data la obra de Bécquer, a quien —junto con Rosalía de Castro se le considera como epígono del Romanticismo—. Se sitúa en la segunda mitad del siglo XIX, en la transición entre Romanticismo y Realismo. Se caracteriza por ser más sentimental e intimista que el Romanticismo, dejando así, en segundo plano a lo histórico y legendario. La influencia de la poesía alemana de Heinrich Heine está muy presente, con lo que nos encontramos una poesía personal. Se crean nuevas rimas y formas métricas.
Gustavo Adolfo Bécquer es un autor de lirismo intimista, sencillo y refinado en la forma para que transluzca mejor el sentir profundo de su obra. Está muy influenciado por el Romanticismo alemán de Heine.
Su obra más importante fue Rimas y leyendas. Las leyendas fueron publicadas en su mayor parte entre 1857 y 1871 en El Contemporáneo y El Museo Uni.
La temática de las leyendas se puede dividir en tres: crimen y castigo, peligros del ideal y el poder de lo sobrenatural, todos caracterizados por la violación de un tabú para satisfacer el deseo propio, que provoca el desencadenamiento de la tragedia.
En el comienzo de cada obra se observa cómo el narrador es un personaje que en ocasiones le explica a otro la historia de la que trata el relato; con lo que se produce un cambio de narrador: en la introducción de la historia es un narrador testigo y más tarde, en el desarrollo de la leyenda, un narrador omnisciente. Así se da cuenta de que en el Romanticismo, el narrador, con frecuencia en primera persona, hace una referencia al autor, que es conocedor de todos los lugares y sensaciones del protagonista de sus obras..
Los personajes están definidos en pocas palabras, aunque en la mayor parte de las ocasiones se trata de hombres valientes y enamorados y mujeres hermosas y perversas. Ambos se caracterizan por el amor a la soledad y dar más importancia a lo espiritual que a lo material, principios del espíritu romántico. El lugar y el tiempo es creado mediante la descripción detallada de lugares, el uso de adjetivos, recursos literarios e introduciendo influencias del folclore europeo como estatuas que cobran vida, espíritus que regresan del más allá y seres fantásticos con apariencias de mujeres bellas, con lo que la influencia del sentimiento nacionalista está muy presente en las obras románticas.
La estructura argumental es común y se divide en una introducción —planteamiento— donde se describen exhaustivamente las situaciones anteriores a la tragedia, el cuerpo central —nudo—, donde se cuenta la historia, que sucede dentro de los personajes y es narrada por un narrador omnisciente y un epílogo -desenlace-, que se sitúa posterior en tiempo, en el que la atmósfera de misterio y terror se resuelve.
Las influencias del Romanticismo, el Costumbrismo y el Postromanticismo consiguen que estas leyendas tomen un tinte más oscuro, provocando así en el lector miedos escondidos que Bécquer intenta despertar. El fondo de estas historias es claramente característico del Romanticismo: un hombre que vaga por un mundo casi desconocido que lucha por lograr un ideal inalcanzable y cuando está en el punto más cercano a él, desaparece.
Bécquer publicó las leyendas en formato folletín o novela por entregas, en un margen de seis años, de 1858 a 1864, en varios periódicos madrileños de la época, como El Contemporáneo, en el que ejerció como redactor, o la Crónica de Ambos Mundos y La América. Ese tipo de difusión condicionó en gran manera la temática y el momento de publicación de cada una. El Monte de las Ánimas se publicó poco antes del día de Todos los Santos, Maese Pérez, el organista, en Navidad, y El miserere, en Semana Santa. Además, la publicación de algunos de ellos en varias entregas, como Rayo de Luna, hizo que su estructura variara un poco para mantener la intriga durante todo el relato.
Tras su muerte, sus amigos las publicaron junto con sus Rimas, que en un principio iban a ser costeadas por uno de los ministros del momento, Luis González Bravo, de Unión Liberal. La obra se editó en dos volúmenes con el título de Obras, en 1871, para ayudar a la viuda y sus hijos económicamente. En sucesivas ediciones se iría ampliando la selección, que a partir de la quinta la obra ya constará de tres volúmenes.
El poeta Gustavo Adolfo Bécquer perteneció a la corriente literaria del Romanticismo, una corriente cultural y artística originada en Francia y Reino Unido a principios del siglo XIX. Surge como una transformación de un estilo anterior, el Neoclasicismo.
Los términos romanticismo y romántico se usan a menudo para expresar una determinada actitud sentimental, generosa e idealista, y se aplica a la descripción de hechos y situaciones de todas las épocas.
El Romanticismo no surge tan solo como un estilo artístico, sino también como una actitud vital que afecta tanto al arte, la literatura y la música como la propia manera de vivir. Las raíces ideológicas del movimiento romántico se hunden en los grandes pensadores del siglo XVIII, especialmente en Rousseau y en la filosofía alemana vinculada al nacimiento del nacionalismo.
El Romanticismo en la pintura se basó en varias ocasiones en la literatura. Encontramos diversos ejemplos de la influencia de la literatura romántica en la pintura. Uno de ellos es el verso de Goethe “En todas las cumbres está la paz” que sirve de inspiración para la pintura de Caspar David Friedrich, El caminante sobre el mar de niebla. Otra muestra de ello es La muerte de Sardanápalo, una traducción pictórica de un poema de lord Byron.
Otros pintores románticos transportaron obras literarias al lienzo. Dante y Virgilio, con sus escritos sobre el infierno, inspiraron a William Blake para su cuadro Las puertas del infierno.
La literatura romántica sirvió de inspiración para muchos pintores. Para comenzar debemos señalar el retrato a Gustavo Adolfo Bécquer, realizado por su hermano Valeriano Domínguez Bécquer. Se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Algunas de las leyendas de Bécquer han sido transportadas a la pintura. Una de las más retratada es El Monte de las Animas. Incluso el propio autor también pintó esta leyenda.
Respecto al ámbito del cine, el director español John Gilling realizó la película La cruz del diablo. Este film de 1975, Se basa en tres leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer: El monte de las ánimas, La cruz del diablo y El miserere. La sinopsis se basa en un novelista inglés que sufre una pesadilla recurrente. Cuando decide viajar a España para visitar a su hermana, descubre que ha sido asesinada. Al no convencerle las explicaciones policiales, decide investigar por su cuenta, lo que le lleva a un misterioso lugar del que se cuentan muchas leyendas: La Cruz del Diablo.
Las leyendas de Bécquer también han sido llevadas al teatro por la Compañía Lírica Dolores Marco. El 7 de mayo de 2013 tuvo lugar el estreno en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid (España) sobre las representaciones de sus textos, entre ellos, La Rosa de Pasión y La Venta de los Gatos.
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