El Lockheed L-10 Electra fue un transporte ligero comercial bimotor de corto alcance construido íntegramente en metal por la Lockheed Aircraft Corporation en los años 30, para competir con el Boeing 247 y el Douglas DC-1.
El Electra era un monoplano de ala baja cantilever de construcción enteramente metálica (nótese que algunos de los diseños de madera de Lockheed, tales como el Orion habían sido construidos en metal por la firma Detroit Aircraft Corporation), con tren de aterrizaje retráctil del tipo rueda de cola y unidad de cola bideriva. Estaba propulsado por dos motores Pratt & Whitney Wasp Junior SB. El nombre Electra proviene de una de las estrellas de la constelación de las Pléyades. El prototipo realizó su primer vuelo el 23 de febrero de 1934 y fue seguido por 148 ejemplares de serie.
Las pruebas aerodinámicas del Electra en el túnel de viento fueron realizados en la Universidad de Míchigan, en gran parte por el becario Clarence Johnson. Este estudiante sugirió realizar dos cambios en el diseño: reemplazar la deriva simple por otra doble (sistema posteriormente patentado por Lockheed) y retirar los sobredimensionados carenados de unión de las alas. Ambas sugerencias fueron incorporadas a la línea de producción. Tras recibir su titulación superior, Johnson entró a trabajar en Lockheed llegando a liderar los Skunk Works de desarrollo de aviones como el SR-71 Blackbird.
El Electra comenzó a operar en 1934, inicialmente con Northwest Airlines, y a finales de los años treinta servía ya en ocho compañías estadounidenses.
La aviadora Amelia Earhart desapareció sin dejar rastro junto a su navegante Fred Noonan en un Electra 10-E bastante modificado mientras intentaba dar la vuelta al mundo en 1937.
Posteriormente en 1937, H.T. "Dick" Merrill y J.S. Lambie consiguieron realizar el considerado primer vuelo comercial de ida y vuelta sobre el Océano Atlántico, hecho premiado con el Harmon Trophy. En el viaje de ida llevaron noticias sobre el desastre del Hindenburg, y en el de vuelta, diferentes fotografías de la coronación del rey Jorge VI.
Cuando Estados Unidos entró de lleno en la II Guerra Mundial, pocos Electra seguían en las flotas de las empresas estadounidenses de transporte aéreo, pues la expansión del mercado había superado la escasa capacidad del modelo. Además de los aparatos construidos para las compañías domésticas, los Electra se exportaron a Argentina, Australia, Canadá, Chile, Colombia, Gran Bretaña, Japón, Nueva Zelanda, Polonia, Rumania, la URSS, Venezuela y Yugoslavia. Unos pocos ejemplares participaron en la Guerra Civil Española.
El gobierno de la República adquirió dos Lockheed L-10 Electra; un ejemplar comprado en Estados Unidos fue embarcado en el buque "Mar Cantábrico" con destino al puerto republicano de Santander. Este buque fue capturado en alta mar por el crucero "Canarias" de la Marina Nacional y este avión quedó encuadrado en la Aviación Nacional, siendo codificado como 42-2. El otro Electra comprado en México fue utilizado por la Aviación de la República, en misiones de enlace, siendo recuperado al finalizar la guerra y matriculado 42-4. Ambos seguían en servicio el 1 de marzo de 1940, y uno de ellos el 1 de febrero de 1946 con el nuevo código de identificación L.10; siguió en vuelo hasta 1953.
Muchos de los Electra y sus variantes (L-12 Electra Junior y L-14 Super Electra) fueron utilizados en tareas militares durante la Segunda Guerra Mundial con la denominación C-36 de las USAAF. Además este modelo sirvió en la RAF británica y en las Reales Fuerzas Aéreas de Canadá. El empleo del Electra por parte de pequeñas compañías aéreas prosiguió después de la guerra y algunos se conservaban aún en servicio a principios de los años ochenta.
El Electra fue producido en diversas variantes para usos tanto civiles como militares, con un total de 148 unidades.
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