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Lockheed T-33 Shooting Star



El Lockheed T-33 Shooting Star (o T-Bird) fue un entrenador a reacción subsónico estadounidense. Fue producido por Lockheed y realizó su primer vuelo en 1948. El T-33 fue desarrollado a partir del Lockheed P-80/F-80, comenzando por el TP-80C/TF-80C en desarrollo, para después ser designado T-33A. Fue usado por la Armada de los Estados Unidos inicialmente como TO-2, luego como TV-2 y, después de 1962, como T-33B. Su último operador, la Fuerza Aérea Boliviana, retiró el modelo en julio de 2017, tras 44 años de servicio.[1]

El T-33 se desarrolló a partir del Lockheed P-80/F-80, alargando el fuselaje un poco más de un metro y agregando un segundo asiento, instrumentación y controles de vuelo. Inicialmente fue designado como una variante del P-80/F-80, el TP-80C/TF-80C.[2]

Los trabajos de diseño en el Lockheed P-80 comenzaron en 1943, con el primer vuelo el 8 de enero de 1944. Tras el Bell P-59, el P-80 se convirtió en el primer caza a reacción en entrar en servicio con los escuadrones en las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos. Cuando reactores más avanzados entraron en servicio, el F-80 asumió otra función: entrenar a pilotos de reactores. El reactor biplaza T-33 fue diseñado para entrenar a pilotos ya estaban cualificados para volar en un avión propulsado a hélice.

Originalmente designado como TF-80C, el T-33 realizó su primer vuelo el 22 de marzo de 1948, con el piloto de pruebas de Lockheed, Tony LeVier, a los mandos. La producción de Lockheed discurrió entre 1948 y 1959. La Armada de los Estados Unidos usó el T-33 como entrenador en tierra a partir de 1949. Fue designado como TV-2, pero fue redesignado como T-33B en 1962. La Armada operó algunos P-80C ex USAF como TO-1, cambiado a TV-1 aproximadamente un año después. Lockheed desarrolló posteriormente una versión con capacidad embarcada de la familia P-80/T-33, que finalmente llevó al T2V-1/T-1A SeaStar de finales de los años 50 a los años 70. Los dos prototipos TF-80C se modificaron como prototipos de una variante de caza biplaza todotiempo que se convirtió en el F-94 Starfire. Se produjo un total de 6557 T-33, 5691 de ellos por Lockheed, así como 210 por Kawasaki y 656 por Canadair.

El T-33 biplaza demostró ser adecuado como entrenador avanzado, y ha sido utilizado para realizar tareas como director de aviones no tripulados y el remolque de blancos. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos comenzó a retirar gradualmente el T-33 de las tareas de entrenamiento de pilotos de primera línea en el Mando Aéreo de Entrenamiento a principios de la década de 1960, cuando los aviones Cessna T-37 Tweet y Northrop T-38 Talon comenzaron a reemplazarlo en el programa Entrenamiento de Pilotos de Pregrado (UPT). El T-33 fue usado para entrenar cadetes de la Academia de la Fuerza Aérea en Peterson Field (ahora Peterson Air Force Base en Colorado Springs). El T-37 reemplazó al T-33 en el entrenamiento de la Academia en 1975. El último T-33 utilizado en el entrenamiento avanzado fue reemplazado el 8 de febrero de 1967 en la Craig AFB, Alabama. Un reemplazo similar también sucedió en la Armada de los Estados Unidos con el TV-1 (también renombrado como T-33 en 1962), ya que aviones más avanzados, como el estadounidense North American T-2 Buckeye y Douglas TA-4 Skyhawk II, entraron en juego. Las versiones de la USAF y la USN del T-33 se incorporaron a las décadas de 1970 y 1980 como aeronaves utilitarias y entrenadores de competencia, y algunos de los antiguos aviones de la USN se usaron como blancos aéreos a escala real para realizar pruebas de misiles aire-aire desde aviones navales, y pruebas de misiles tierra-aire desde embarcaciones navales. Varios T-33 fueron asignados a las unidades de la USAF con McDonnell F-101, Convair F-102 Delta Dagger y Convair F-106 Delta Dart, hasta incluir unidades de la Guardia Aérea Nacional con similarmente equipadas, del Mando de Defensa Aeroespacial como instructores de competencia y aviones "enemigos" de prácticas. Otros pasaron luego al Mando Aéreo Táctico y a las unidades de la Guardia Aérea Nacional con F-106 y McDonnell-Douglas F-4, en un rol similar, hasta que finalmente se retiraron, siendo el último un modelo NT-33 retirado en abril de 1997.

Algunos T-33 conservaron dos ametralladoras para el entrenamiento de puntería, y en algunos países, el T-33 incluso se usó en combate: la Fuerza Aérea de Cuba lo usó durante la Invasión de Bahía de Cochinos, produciendo algunas bajas. La versión RT-33A, un avión de reconocimiento producido principalmente para su uso en países extranjeros, tenía una cámara instalada en el morro y equipo adicional en la cabina trasera. Los T-33 continuaron volando como entrenadores, remolques de aviones no tripulados, para entrenamiento de simulación táctica y de combate, aviones "mula", de contramedidas electrónicas, y de entrenamiento de combate y como plataformas de pruebas hasta bien entrados los años ochenta.

El T-33 ha servido en más de 30 países y continuó operando como entrenador en fuerzas aéreas más pequeñas. Canadair construyó 656 T-33 con licencia para el servicio en la RCAF/Fuerzas Canadienses como Canadair CT-133 Silver Star, mientras que Kawasaki fabricó 210 aparatos en Japón. Otros operadores incluyeron Brasil, Turquía y Tailandia, que utilizaron el T-33 ampliamente.

En la década de 1980, se intentó modificar y modernizar el T-33 como Boeing Skyfox, pero la falta de pedidos llevó a la cancelación del proyecto. Aproximadamente se retenía el 70% del fuselaje del T-33 en el Skyfox, pero estaba propulsado por dos motores turbofan Garrett AiResearch TFE731-3A.

A fines de la década de 1990, 18 T-33 Mk-III y T-33 SF-SC de la Fuerza Aérea Boliviana fueron a Canadá para ser modernizados por Kelowna Flightcraft. Se instaló nueva aviónica y se realizaron inspecciones y renovaciones detalladas del fuselaje y las alas. La mayoría de los aviones regresaron a principios de 2001, y permanecieron operativos hasta que el modelo se retiró oficialmente el 31 de julio de 2017, siendo el último operador militar.[3]

El 21 de junio de 1996, un T-33A-5-LO (entrenador TR-602) de la Fuerza Aérea Griega, pilotado por el Squadron Leader Ioannis Kouratzoglou, interceptó exitosamente a un F-16C turco que violaba el espacio aéreo restringido de Atenas, realizando maniobras a baja altitud y de altas g.[4]

Un número limitado de T-33 ha sido comprado por particulares, con dos aparatos utilizados por Boeing como aviones de seguimiento. En 2010, un T-33 propiedad de Boeing se usó como un avión de seguimiento durante el primer vuelo del Boeing 787.[5]​ El primer vuelo del Boeing 737 MAX-7, el 16 de marzo de 2018, también incluía un avión T-33 de seguimiento.[6]​ El primer vuelo del Boeing 777-9, el 25 de enero de 2020, también presentó un avión de seguimiento T-33, que despegó desde KBFI y se reunió con el 777-9 en KPAE, paró en KMWH y despegó de nuevo para seguir al 777-9 en su regreso a KBFI, volando alrededor del Monte Rainier, antes de aterrizar.[7]​ El actor y piloto Michael Dorn fue dueño de un T-33.[8]



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