Magdalena penitente (El Greco, Budapest)

La Magdalena penitente es una obra de El Greco, realizada entre 1576 y 1578, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Budapest.^[1]​ Se cree que fue pintada poco después de la Magdalena penitente (El Greco, Kansas). Por ello, se considera el prototipo del Tipo-III, dentro de esta temática, y compone el número 261 en el catálogo razonado realizado por el profesor e historiador del arte Harold Wethey, especialista en este pintor.^[2]​

Este lienzo es de la misma época que los prototipos del Tipo-I y del Tipo-II, pero difiere notablemente de ambos. En el presente caso, la pared rocosa con la hiedra están en la parte derecha de la obra, la calavera en el centro, y el frasco de perfume se encuentra en lado izquierdo.

María Magdalena es una síntesis de tres personajes que el Papa Gregorio Magno ​reconoció como sola persona​:^[3]​

En la pintura de la Contrarreforma, María Magdalena es representada con dos iconografías distintas:

No se conoce ninguna obra del Greco de la primera variante. Todas sus obras representan a María Magdalena como a una ermitaña penitente.

La figura de Magdalena está representada de tres cuartos, sobre una roca donde crece una hiedra, y la entrada de la cueva donde vivió como anacoreta. Magdalena aparece envuelta en un gran manto azulado que deja sus hombros al descubierto. Con una calavera y los Evangelios en la mano, también lleva el aceite con el que ungió a Jesús de Nazaret. Su vista están dirigidas hacia el Cielo, pero sin embargo su hombro y su pecho desnudo dejan dudas sobre la sinceridad y la determinación de abandonar los deseos mundanos.^[6]​

El paisaje es muy bonito, pero totalmente diferente de las vistas de Toledo que El Greco pintó más tarde. En esta pintura, vemos un amanecer en una laguna, que es posiblemente una evocación de su estancia anterior en Venecia. También el cielo es totalmente diferente de los cielos tormentosos y amenazantes que El Greco pintó más tarde. En este caso, de los rayos del cielo brotan hacia Magdalena, tal vez indicando un momento de bienaventuranza, al mismo tiempo individual y cósmica.