Margarita Londoño Vélez (Bogotá D. C., Colombia, 23 de noviembre de 1951) es una escritora colombiana. Ha escrito cuentos, novelas, poesía y columnas de opinión. Recientemente, se mudó a una finca en Santander de Quilichao, municipio del departamento del Cauca en Colombia, donde actualmente trabaja en su tercera novela para adultos.un libro que ha escrito es Nicolás la rata y el ratón
Hija de Esther Vélez y Olmedo Londoño, una pareja paisa. La escritora es la séptima de ocho hermanos; seis mujeres y dos hombres.Todos se criaron entre el campo y la ciudad.
En 1991 tuvo que enfrentar dos grandes pérdidas. Su esposo, Pedro Supelano, y a su hijo de 10 años, Pablo, fallecieron en un accidente automovilístico. De ese matrimonio, conservó a su hija, Gabriela Supelano Londoño.
La relación cercana con su hijo Pablo y su gusto por contarle historias antes de ir a dormir fueron, de hecho, la fuente de inspiración para uno de sus libros más importantes:Tortuguita se perdió (1997). A su hija también le contaba y le leía historias. Ella, quien años después estudió literatura en la Universidad de Los Andes en Bogotá, ha sido y sigue siendo la primera lectora de sus trabajos.
Comunicadora social de la Universidad del Valle en Cali, Colombia. Terminó una especialización en administración de las comunicaciones en Boston y tiene una maestría en periodismo de la Universidad de Sao Paulo para la que escribió Las hojas del diario: un estudio de géneros periodísticos y cambios en Folha de São Paulo (1985), su tesis laureada.
Ha desempeñado la docencia, el periodismo y la política, pero sus verdaderas pasiones son la escritura, la caricatura y el contacto con la naturaleza. Se considera feminista, ambientalista y defensora de los derechos de los animales. Fue directora del Departamento de Gestión Ambiental de la ciudad de Cali.
Fue docente por más de diez años en la Universidad del Valle, donde dirigió el Plan de Estudios de Comunicación Social. Asimismo, dirigió Lunes de por medio, el primer periódico de la Universidad del Valle y colaboró con la creación del canal regional de televisión Telepacífico. Fue directora de medios de comunicación y columnista de varios periódicos como El Espectador, El Tiempo, El País y Occidente de Cali. También ha sido consultora en comunicación social, en áreas relacionadas con no violencia y comunicación para el cambio.
Tenía un blog de caricaturas en el portal del periódico El Espectador, pero su condición de salud (sufre de esclerosis lateral amiotrófica, ELA), no le permitió continuar con este trabajo. Actualmente, publica una columna de opinión en el portal Las2Orillas.co
Amante de la fábula, gran parte de sus publicaciones giran alrededor de las relaciones entre personajes animales. La escritora siempre quiso publicar una compilación de fábulas de nombre Los mundos imposibles, pero nunca se materializó. Esas fábulas que deseaba recopilar se han venido concretando en libros individuales a través de los años. A pesar de la idea moralizadora en la fábula, Margarita Londoño plantea sus historias de modo que sus lectores niños y niñas puedan cuestionar y discutir esa moraleja.
Textos como El pirata Pat Trax (2019) son muestra del gusto de la autora por la poesía y más exactamente por la rima. Para la escritora, los juegos con el lenguaje son un espacio enriquecedor para la infancia y la juventud. En libros como Rescate en internet (2014) se juega con la forma en la que las nuevas generaciones transforman el lenguaje para comunicarse por medio de un chat.
La escritora tiene claro que su objetivo al crear literatura infantil es acercar a los niños y niñas a su propia realidad por medio de la literatura que sea colombiana y no colombianista.
Su obra abarca temas diversos, la escritora no censura temas a la hora de escribir para niños, niñas y jóvenes. Sus textos tratan realidades como la pobreza y la infancia, la búsqueda de la identidad, el acoso por medio de redes sociales, la soledad que pueden llegar a sentir los hijos únicos, entre otros.
Hasta el momento ha publicado dos novelas para adultos: Esas ganas locas de matarlo (2010) y El día que llegó la ópera a Rosas (2018). Su carrera política la llevó a tener contacto con la vida y las historias de muchas mujeres encarceladas. Ese contacto fue esencial para la escritura de su primera novela. Para la segunda, que está ambientada en la construcción de la vía Popayán-Pasto a cargo del ingeniero Enrique Uribe White, tuvo que hacer una investigación exhaustiva de lo que ocurría en la época; además, incluyó información que le dieron personas cercanas al ingeniero, personaje principal en la novela.
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