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Masacre de chinos de Los Ángeles



La masacre de chinos de Los Ángeles fue una masacre racial que ocurrió el 24 de octubre de 1871 en Los Ángeles (California), cuando una turba de alrededor 500 personas blancas e hispánicas entraron en el barrio chino y atacaron, robaron y asesinaron a residentes chinos.[1][2]​ La masacre tuvo lugar en la «Calle de los Negros», también conocida como «Negro Alley». La turba se reunió después de oír que un policía había sido disparado y un granjero asesinado por un chino. Algunas fuentes del siglo XXI lo han descrito como el mayor linchamiento en masa de la historia de Estados Unidos.[3]

Se estima que entre 17 y 20 inmigrantes chinos fueron ahorcados por la turba en el transcurso de los disturbios, pero la mayoría ya había sido asesinada a tiros. Al menos uno fue mutilado, cuando alguien le cortó un dedo para conseguir su anillo de diamantes. Diez hombres de la turba fueron procesados y ocho fueron condenados por homicidio involuntario. Las condenas fueron anuladas en apelación debido a tecnicismos.

La discriminación había ido en aumento contra el creciente número de inmigrantes chinos que vivían en California. Se ha descrito como una de las causas fundamentales de la masacre.[4]​ Los residentes blancos y mestizos de Los Ángeles estaban resentidos con la expansión de la población china, considerándolos un grupo extraño. En 1863, la legislatura estatal había aprobado una ley por la que los asiáticos (definidos como chinos, mongoles, indios, etc.) no podían testificar ante los tribunales contra los blancos, lo que los hacía vulnerables al abuso y la injusticia, y los ponía fuera del alcance de la ley.[5]​ En 1868, Estados Unidos firmó el Tratado de Burlingame con el Imperio chino, estableciendo las condiciones para la inmigración. En este período, la mayoría de los trabajadores chinos que emigraron a Estados Unidos eran hombres, con la intención de quedarse solo temporalmente. La pequeña comunidad china en Los Ángeles contaba con menos de 200 personas, de las que el 80% eran hombres.

Otro factor fue la naturaleza fronteriza de Los Ángeles, que en la década de 1850 tuvo un número desproporcionadamente alto de linchamientos en comparación con su tamaño, y un apego a la «justicia popular» (este también fue un período de violencia en todo el país).[6]​ Atrajo a transeúntes de todo el país y el consumo de alcohol fue elevado entre la población, predominantemente masculina.

En Los Ángeles, en los días anteriores a los disturbios, dos facciones Tong, conocidas como las compañías Hong Chow y Nin Yung, habían iniciado un enfrentamiento a partir de una disputa por el presunto secuestro de una mujer china llamada Yut Ho (también documentada como Ya Hit), que se anunció en el periódico como casada. La mayoría de las mujeres de la comunidad trabajaban como prostitutas y básicamente habían sido vendidas como esclavas sexuales. Anteriormente, el departamento de policía había ayudado a los Tongs a mantener sus enfrentamientos por mujeres en el interior de la comunidad, en ocasiones capturando y devolviendo a las mujeres que habían escapado, a cambio del pago de los Tongs, pero en este caso, las cosas se descontrolaron. Dos hombres chinos fueron arrestados por dispararse entre sí y fueron puestos en libertad bajo fianza, pero la policía vigilaba el barrio de Chinatown que se había desarrollado a lo largo de la Calle de los Negros.[5][7]

La Calle de los Negros estaba situada inmediatamente al noreste del principal distrito comercial de Los Ángeles, recorriendo 150 metros desde la intersección de la calle Arcadia hasta la plaza. La calle, sin pavimentar, fue nombrada en época virreinal por los californios de tez más oscura (muy probablemente de ascendencia multirracial: español, nativo americano y africano) que originalmente habían vivido allí. El vecindario se había deteriorado hasta convertirse en un tugurio para cuando el primer barrio chino de Los Ángeles se desarrolló allí en la década de 1860.[5]

Harris Newmark, comerciante de Los Ángeles de principios del siglo XX, recordó en sus memorias que la Calle de los Negros era «un vecindario tan duro, de hecho, como se puede encontrar en cualquier parte».[8]​ El historiador de Los Ángeles, Morrow Mayo, lo describió en 1933 como:

Mientras un policía de Los Ángeles, Jesús Bilderrain, patrullaba la Calle de los Negros, estalló un altercado en el que resultó herido y por eso hizo sonar su silbato pidiendo refuerzos. Algunos civiles acudieron en su ayuda, incluido el ganadero Robert Thompson, un extabernero que persiguió a un chino hasta la puerta de una casa en el callejón, a pesar de las advertencias de otros. Allí dispararon a Thompson fatalmente y murió una hora después, a las 18:00, en una farmacia cercana.[2]

Los agentes de la ley, incluido el jefe de policía, Francis Baker, iban y venían mientras una multitud creciente se reunía en los límites del barrio chino, actuando como guardias para evitar que los chinos escaparan. Informado de la creciente multitud, el alcalde de tres mandatos Cristóbal Aguilar, un político con larga tradición en la ciudad, también examinó la situación y partió de nuevo. Cuando la noticia de la muerte de Thompson se extendió por la ciudad, junto con el rumor de que los chinos en Negro Alley «estaban matando a los blancos al por mayor», más hombres se reunieron alrededor de Negro Alley.[5]

Al final de la revuelta:

El historiador Paul de Falla escribió que le quitaron los pantalones para robar su dinero y le cortaron el dedo para robar su anillo de diamantes.[5]

La turba saqueó prácticamente todos los edificios ocupados por chinos en el barrio y atacó o robó a casi todos los residentes. Un total de 17 a 20 hombres inmigrantes chinos fueron ahorcados por la turba.[7][10]

Las siguientes personas fueron linchadas:[7][10]

Las siguientes personas fueron asesinadas a tiros en el edificio Coronel Adobe:[7]

La Associated Press envió un informe esa noche, a las 21:00, al San Francisco Daily Examiner, con un artículo escrito sobre el terreno. Calculó que la turba era de unas 500 personas, lo que habría constituido el ocho por ciento de la población de la ciudad de casi 6000 personas, incluidos todos los hombres, mujeres y niños.[5]

Las autoridades arrestaron y procesaron a diez alborotadores. Ocho fueron condenados por homicidio involuntario en el juicio y condenados a prisión en San Quintín. Sus condenas fueron anuladas en apelación debido a un tecnicismo legal. Los ocho hombres condenados fueron:[11]

El evento fue bien conocido en la costa este y los periódicos describían a Los Ángeles como un «Edén ensangrentado» después de los disturbios.[12]​ Un creciente movimiento de discriminación contra los chinos en California culminó con la aprobación de la Ley de Exclusión China de 1882.

La Calle de los Negros se incorporó a la calle Los Ángeles en 1877. El bloque de apartamentos de adobe donde ocurrió la masacre fue demolido a fines de la década de 1880. En el siglo XXI, el área es parte del Monumento Histórico El Pueblo de Los Ángeles, un distrito histórico nacional.[13][10]

L. P. Leung escribió sobre un personaje principal involucrado en la masacre de 1871 en The Jade Pendant (2013).[14]​ El libro ha sido adaptado como una película de producción china con el mismo nombre, que se estrenó en 2017 en Estados Unidos.[15]



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