x
1

Movimiento Democrático de China



El Movimiento Democrático de China (chino simplificado:中国民主运动 Chino tradicional:中國民主運動 pinyin: Zhōngguó Mínzhǔyùndòng) es un movimiento político de la República Popular China contra el gobierno continuado del Partido Comunista de China. El movimiento empezó durante la Primavera de Pekín en 1978 y cobró importancia en la Revuelta de la Plaza de Tiananmén de 1989. En la década de 1990, el movimiento experimentó un declive considerable en China y el extranjero, y en la actualidad se encuentra fragmentado y pocos analistas lo consideran una seria amenaza al poder del gobierno chino.

El origen del movimiento se encuentra en la breve liberalización conocida como la Primavera de Pekín, que tuvo lugar tras la Revolución Cultural. El documento que fundó el movimiento se considera su manifiesto, la Quinta Modernización autorizada por Wei Jingsheng, al que se le sentenció a quince años de prisión por la autoría del documento. En el documento, Wei sostenía que el traspaso de poder a las masas era esencial para la modernización, que el Partido Comunista estaba controlado por reaccionarios, y que la gente debía luchar para derrocarles mediante una larga y probablemente sangrienta lucha.

Durante la década de 1980, estas ideas ganaron popularidad entre los universitarios de China. Las protestas de Tiananmén aparecieron en respuesta a la creciente corrupción política, la dislocación de la economía, y la sensación de que las reformas en la Unión Soviética y la Europa del Este estaban dejando a China atrás. Estas protestas fueron reprimidas por las tropas del gobierno el 4 de junio de 1989. Como respuesta, algunos estudiantes fundaron fuera de China varias organizaciones para la democracia, y en occidente se produjo una considerable simpatía por el movimiento.

En la década de 1990, el movimiento democrático experimentó un declive, dentro y fuera de China. Parte de este declive fue a causa de las medidas represoras del gobierno chino contra el movimiento, con medidas estrictas para impedir que se mencionase la democracia en Internet o en otros medios. Además, tras los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, China ha aprobado leyes antiterroristas que muchos ven como una excusa para incrementar los poderes para descubrir a disidentes potenciales.

También hubo otras razones. Las dificultades de la Unión Soviética al transformar su economía al capitalismo se han usado para apoyar las opiniones oficiales del gobierno de que una reforma gradual era una política más sabia. Esto ha sido largamente debatido, pues China no ha mostrado señales de incremento de la generalización política. Además, empieza a haber un hueco generacional tras el ingreso en la universidad de los nacidos tras la Revolución Cultural. Estos estudiantes apoyan mucho más ardientemente al Partido Comunista y tienden a mostrar sentimientos nacionalistas contra Japón y Taiwán. Las disputas internas del movimiento sobre asuntos como la obtención del estatus de "most-favored nation" según la ley de comercio estadounidense dañaron al movimiento, así como la sensación de que algunos disidentes prominentes como Harry Wu y Wei Jingsheng no tenían contacto con la creciente prosperidad económica y la disminución del control político en China.

El gobierno toma una estrategia en tres frentes para luchar contra el movimiento. En primer lugar, los disidentes ampliamente conocidos en occidente como Wei Jingsheng, Fang Lizhi, y Wang Dan son deportados. Aunque la ley criminal china no prevé el exilio de ciudadanos, estas deportaciones se llevan a cabo condenando al disidente a grandes penas pero garantizando la libertad condicional. En segundo lugar, los líderes menos conocidos del movimiento disidente son identificados y se les condena a grandes penas. Por lo general, el gobierno se concentra en un pequeño grupo de organizadores que son cruciales para la coordinación y se les imputa el haber puesto en peligro la seguridad nacional o haber revelado secretos oficiales. En tercer lugar, los intentos gubernamentales de atajar las posibles quejas puntuales del movimiento, e impedir que protestas aisladas se combinen en una protesta general que pudiera amenazar el gobierno del Partido Comunista.

Ideológicamente, la primera reacción del gobierno al movimiento democrático fue un esfuerzo poco convincente en concentrarse en la conducta personal de los disidentes individuales y alegar que eran herramientas de poderes extranjeros. A mediados de la década de 1990, el gobierno empezó a emplear argumentos más efectivos, que estaban influidos por el Neoconservadurismo en China, y autores occidentales como Edmun Burke. El argumento principal era que la prioridad principal del gobierno era el crecimiento económico, lo que requería estabilidad política. El movimiento democrático fue tachado de promover radicalismo y la revolución, lo que pondría en peligro el crecimiento de China. En contraste con el argumento de Wei de que la democracia era necesaria para el crecimiento económico, el gobierno asegura que el crecimiento económico debe preceder a la liberalización política, comparándolo con lo ocurrido con los cuatro dragones asiáticos.

Sin embargo, muchos de los que apoyan la democracia han puesto de relieve que China ha superado con éxito muchos de los desafíos a los que se enfrentaba durante la transición de una economía socialista al socialismo de mercado, más liberalizado, así que no hay necesidad de prolongar la represión política. Las fuerzas democráticas no estancarían el crecimiento económico tras la transición, como asegura el Partido Comunista, y, lo que es más importante, la presencia de la democracia ayudaría a descubrir la corrupción y conseguiría una mejor distribución de la riqueza. Muchos creen que el Partido Comunista no tiene intención de ceder el poder aunque se alcancen todas las metas económicas. Se dice que China habría rechazado la entrada en la Organización Mundial de Comercio si los términos del acuerdo les hubieran obligado a mejorar en materia de Derechos Humanos.

En China, la mayor parte de las actividades de protesta se expresan en actos puntuales, que son en cierta medida tolerados por el gobierno, y mediante vías de escape pseudoreligiosas como Falun Gong. Algunas de las ideas del movimiento se han incorporado en la Facción Liberal China, que tiende a estar de acuerdo con los neocoservadores en que la estabilidad es importante, pero sostinen que la liberalización política es esencial para mantener dicha estabilidad. En contraste con los activistas del Movimiento Democrático, la mayoría de miembros de la facción liberal no piden el derrocamiento del Partido Comunista ni rechazan la posibilidad de reforma desde dentro del Partido. En consecuencia, los miembros de la facción liberal son más tolerados que los que se identifican con el Movimiento Democrático.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Movimiento Democrático de China (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!