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Oreste Corbatta



Orestes Osmar Corbatta Fernández (Daireaux, Buenos Aires; 11 de marzo de 1936-La Plata, Buenos Aires; 5 de diciembre de 1991),[2]​ también conocido como «El Loco», fue un futbolista argentino que se desempeñaba en la posición de puntero o wing. Es considerado por muchos cronistas e historiadores del fútbol argentino como uno de los mejores punteros derechos de la historia del fútbol argentino, junto con Carlos Peucelle, Mario Boyé, René Houseman y Raúl Bernao.

A lo largo de su trayectoria consiguió importantes logros deportivos tanto con la Selección Argentina como en dos de los considerados cinco grandes del fútbol argentino, Racing Club de Avellaneda y el Club Atlético Boca Juniors. Con la Selección Argentina fue internacional en numerosas oportunidades y consiguió las Copas América de 1957 y 1959, por entonces llamada "Campeonato Sudamericano de Naciones". Sus logros más importantes a nivel de clubes los consiguió jugando para Racing Club y Boca Juniors, donde conquistó dos títulos de la Primera División de Argentina en cada club.

Nacido en Daireaux, Corbatta era de una familia pobre de origen rural y tenía ocho hermanos. Su padre murió cuando era pequeño y al tiempo su madre, Doña Isabel, se mudó a La Plata con sus hijos. Sufría analfabetismo, hecho que lo avergonzaba y entristecía. Se sentía mal cuando sus compañeros comentaban noticias de diarios y revistas en las conversaciones. Cuando llegaba un periodista siempre tomaba un diario y fingía leer. Nunca le gustó hablar demasiado. "Ayer quise ir a comer a la Costanera. Llegué y me fui porque toda la gente me miraba", contó una vez.

A los 14 años de edad, Corbatta jugaba en las inferiores de Estudiantes de la Plata, pero quedó libre por un esguince de tobillo y en 1953 llega a Juverlandia de Chascomús para jugar la liga platense.

Un racinguista que se dedicaba a buscar jugadores lo vio jugar y en 1955 lo llevó a Racing Club, que le pagó a Juverlandia por 14.000 pesos por el pase. En Racing jugó en 195 ocasiones de 1955 a 1962 y marcó 79 goles. Este fue el equipo que le valió su lugar en la selección y fue protagonista de la mejor parte de su carrera futbolística.[4]

Debutó en "La Academia" el sábado 30 de abril de 1955 contra Gimnasia y Esgrima La Plata, de visitante. Racing formó con: Domínguez; Dellacha y García Pérez; Giménez, Cap y Sivo; Corbatta, Barrera, Maschio, Rodríguez y Cigna. "El lobo" ganó 1-0 con gol de Pentrelli. Corbatta hizo su primer gol ante Ferro Carril Oeste en mayo de ese año.

Salió campeón en 1958, marcando 10 goles. La base del equipo campeón fue Negri; Anido (desplazo a Dellacha) y Murúa; De Vicente, Cap y Gianella; Corbatta, Juan Jose Pizzuti, Manfredini, Sosa y Belén.

Con Racing también ganó el Campeonato de Primera División de 1961, cuando "La Academia" formaba con: Negri; Anido y Mesías; Blanco Peano y Sacchi; Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén.

En 1963, pasó al Boca Juniors, que lo compró por 12 millones de pesos, con los cuales Racing amplió su estadio en Avellaneda y construyó un complejo deportivo.

En Boca jugó en 18 ocasiones y marcó 7 goles de 1963 a 1965. Su debut ante Argentinos Juniors en la cancha de Atlanta fue muy auspicioso, al convertir dos goles de tiro libre, pero no brilló por su estado físico y por sus excesos de alcohol. Su primera formación con Boca fue: Roma; Dos Santos y Heredia; Simeone, Rattín y Orlando; Corbatta, Menéndez, Del Vecchio, Sanfilippo y Alberto Mario González.

En este equipo se recuerda un partido ante Vélez el 19 de mayo de 1963, en el que marcó los únicos 3 goles del partido en el estadio de Boca, el mismo día del debut de Ángel Clemente Rojas. Además, le marcó un gol a Independiente de tiro libre el 14 de julio de 1963 en condición de local.

Ganó los títulos de 1964 y 1965, además formó parte del plantel que perdió la final de la Copa Libertadores 1963 contra Santos.

En Independiente Medellín jugó de 1965 a 1969. No se tiene un registro de los goles, pero fue subcampeón en 1966 bajo la conducción de Pacho Hormazábal. En las filas de Independiente Medellín, el destino quiso que se enfrentara a Racing en la Copa Libertadores de 1967, en un partido donde Agustín Cejas le atajó un penal.

Los fieles del Independiente Medellín lo recuerdan con mucho afecto. Muchos hinchas del "Equipo Rojo" recuerdan una goleada 8-3 a Deportes Tolima en la cancha del Tolima el 25 de mayo de 1969, en la que Corbatta le marcó cinco goles al arquero local Silvio Quinteiro.

Pero en esas tierras sufrió el abandono de su mujer, la pérdida de casi todo su dinero y creció su adicción por el alcohol.

Al regresar a la Argentina jugó en equipos de menor categoría de los que antes había jugado.

En San Telmo jugó una temporada marcando 10 goles, a 2 del goleador máximo Carlos A. Pandolfi. Debutó frente a All Boys en el año 1970 a los 32 años de edad, marcando un gol de penal en un partido que terminó 2-2. Su último partido en San Telmo fue una derrota por 2-0 contra Ferro Carril Oeste en El Gasómetro de San Lorenzo de Almagro por el campeonato de Primera División B el 6 de diciembre de 1970.[5]

En 1971 jugó en equipos de la Liga Rionegrina y luego en General Roca en Italia Unida (1972) y en Tiro Federal (1973-1974).

En la Selección jugó de 1956 a 1962, marcando 18 goles en sus 43 presentaciones.

Ganó la Copa América de 1957 de Lima, por entonces llamada Campeonato Sudamericano de Naciones, en un equipo denominado “Los Carasucias”, en una delantera compuesta por: Oreste Corbatta, Humberto Maschio. Antonio Angelillo, Enrique Sívori y Osvaldo Cruz, al ganarle por 3-0 a Brasil. También ganó la de 1959 disputada en Argentina , una suerte de revancha por el fracaso del Mundial 1958 .

Corbatta fue uno de los pocos que se salvaron de las críticas después del Mundial de 1958, debido a que hizo 3 goles en 3 partidos en esta competencia. El primero lo hizo a los 2 minutos de juego, en la derrota contra Alemania Federal por 1-3.Otro lo hizo en la histórica goleada de Checoslovaquia por 6-1(único gol argentino) y en la única victoria albiceleste, contra Irlanda del Norte por 3-1.

(*) Incluyendo la selección

Según los cronistas de la época no tocaba la pelota, la acariciaba. Creaba jugadas insólitas, se decía que era el dueño de la raya de cal, ya que cuando el agarraba la pelota en ese sector era “casi imposible” pararlo o robarle el balón. Le gustaba arrancar de atrás, tener la pelota, para no aburrirse. Se pegaba el balón a los pies.

Tenía un estilo único muy difícil de igualar. Una gambeta exquisita, engaño para complicar a los rivales, inteligencia para resolver jugadas en un instante, un remate no potente pero de puntería exacta, una habilidad inigualable, casi una efectividad del 100 por ciento en la ejecución de penales o penaltis y la picardía con la que llevó a cabo innumerables anécdotas como arma fundamental.

Corbatta era un especialista en penales, tanto que por esos tiempos cuando jugaba en Racing los hinchas de “La Academia” cuando convalidaban un penal gritaban gol. Dicen[¿quién?] que la pelota en sus penales entraba para un lado y el arquero siempre iba para el otro.

Corbatta declaró una vez[cita requerida] a la revista El Gráfico, para explicar el éxito de sus penaltis:


Corbatta marcó 122 goles, 79 en primera (72 en Racing y 7 en Boca) y 18 en la Selección. No se lleva un registro de su actuación en el ascenso y en el Independiente Medellín. El mejor gol de su carrera[cita requerida] lo anotó el 20 de octubre del 57, en la cancha de Boca, jugando con la selección frente a Chile, por las eliminatorias al Mundial de Suecia. Primero gambeteó a dos rivales, enfrentó al arquero, lo burló, se detuvo, amagó, hizo pasar de largo a otro defensor y volvió a frenar. El público suspiraba. Amagó nuevamente y, al final, colocó el balón junto a un palo, tras dejar sentados a otros dos chilenos. Un golazo increíble. Tanto que la revista estadounidense Life, por entonces tal vez la más prestigiosa del mundo, publicó en su portada por primera y única vez una secuencia de fútbol con la foto de Corbatta.

Jugó en Cipolletti unos años y luego Don Roberto Aníbal Luquez, un amigo de la ciudad de Benito Juárez, provincia de Buenos Aires, lo llevó a jugar al Club Mariano Moreno, brindándole hospedaje y comida junto a toda su familia. En su decadencia, alcoholizado y sin hogar (pese a que se casó cuatro veces), Corbatta vivió sus últimos años en un camerino del estadio de Racing, donde trabajaba en las divisiones inferiores. Murió en la miseria más atroz el 6 de diciembre de 1991, a los 55 años.[6]

El diario La Nación de Buenos Aires tituló “Murió Corbatta, arquitecto de un fútbol que emocionó”, el periodista Jorge Llistosella escribió sobre Corbatta: “no habrá ninguno igual”, mientras Página 12 dijo "La muerte se pasó de la raya".[7]

Un par de años después de su muerte, las autoridades de Racing hicieron un pedido oficial ante las autoridades de la Municipalidad de Avellaneda para que se cambiara el nombre de la calle Cuyo, lindante a la cancha y sobre la cual se encuentra la pensión de Racing, por el de Oreste Omar Corbatta. El pedido fue aceptado y hoy en día los hinchas de La Academia lo recuerdan siempre cuando van al Estadio Presidente Perón.[8]

En 2006, 15.to aniversario de su muerte, se inauguró en el Salón de la Fama una estatua de bronce hecha por Daniel Zimermann.

Algunas de las razones por la cual lo llamaban Loco era por sus andanzas y por su forma de ser. Aquí se citan algunas anécdotas al respecto, algunas de ellas ya citadas en el artículo.




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