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Otelo



Otelo: el moro de Venecia u Othello: el moro de Venecia (título original: The Tragedy of Othello, the Moor of Venice, La tragedia de Otelo, el moro de Venecia) es una obra teatral de William Shakespeare escrita alrededor de 1603.[1]Otelo es una tragedia, como Hamlet, Macbeth y El rey Lear. Shakespeare escribió Otelo probablemente después de Hamlet pero antes que las dos últimas. La primera representación de la que se tiene noticia se celebró el 1 de noviembre de 1604 en el palacio de Whitehall de Londres..

El personaje principal, Otelo, se presenta piadosamente, a pesar de su etnia. Esto era poco habitual en la literatura inglesa en tiempos de Shakespeare, la cual presentaba como villanos a los moros y otros pueblos de piel oscura. En esta obra Shakespeare evita cualquier discusión respecto del islam. Otelo se ha destacado por su gran profundización en la retórica y la tragedia.

La obra consta de cinco actos divididos en escenas:

El 1º Acto (3 escenas)

El 2º acto (3 escenas)

El 3º acto (4 escenas)

El 4º acto (3 escenas)

El 5º acto (2 escenas)

Además en la obra aparecen otros personajes de menor importancia: varios senadores, un marinero, un nuncio, un pregonero, alguaciles, músicos, criados, etc.

Yago se encuentra hablando con Rodrigo, quien confiesa que está enamorado de Desdémona y le reprocha a aquel que sus consejos han sido inútiles para acercarse a su amada. Yago, a su vez, está furioso con Otelo, porque no le ha nombrado su lugarteniente a él, sino a Casio. Rodrigo avisa a Brabancio, padre de Desdémona, que esta se ha escapado con Otelo. En otro lugar, poco después, Yago cuenta a Otelo que ha estado varias veces a punto de matar a Brabancio porque este hablaba mal de él. Llega Casio para llamar a Otelo ante el Senado veneciano para que reciba el mando de una expedición a Chipre contra los turcos. Estando allí, Brabancio le acusa de seducir engañosamente a su hija, pero Otelo cuenta toda su historia y hace llamar a Desdémona para que declare si no le sigue por su voluntad. Después, Yago incita a Rodrigo a reunir dinero y a seguir a Otelo para conseguir a Desdémona cuando esta se canse de su "moro", lo que, según afirma él, es inevitable.

En Chipre, una tormenta ha destruido la flota turca antes de que los venecianos combatieran contra ella. Casio ha desembarcado ya; aparece la nave de Otelo, tan esperada por Desdémona, Yago, Rodrigo y la mujer de Yago (Emilia), llegados antes en otra nave. Entre todos ellos se forma una conversación un tanto desvergonzada en sus alusiones nupciales. Aparece Otelo y se va con Desdémona. Yago convence a Rodrigo de que Desdémona, en realidad, está enamorada de Casio, y le incita a provocar a este para que le quiten su puesto de teniente de Otelo. Chipre está en fiestas: Yago quiere hacer beber a Casio, quien se marcha, pero vuelve con otros (entre ellos, Montano) que ya han conseguido que beba, y se va otra vez. Yago manda a Rodrigo provocar a Casio, que vuelve persiguiendo a Rodrigo. Casio, en lucha, hiere a Montano, que le quería retener. Aparece Otelo, para saber qué riñas son esas. Las hipócritas declaraciones de Yago contribuyen a que despida a Casio de su puesto de lugarteniente suyo. Quedan solos Yago y Casio; Yago le convence para que apele a Desdémona, y luego (ya solo) decide que Emilia también ayude a Casio en esa tarea.

Yago va a buscar a Emilia para que Casio hable con ella sobre cómo ver a Desdémona. Casio se entrevista con Desdémona, suplicándole que interceda ante Otelo para recuperar su puesto de lugarteniente. Se está despidiendo cuando llega Otelo y le ve irse. Desdémona intercede por Casio ante Otelo, pero este aplaza el asunto. Yago suscita celos en Otelo, a propósito de esa visita de Casio. Vuelve Desdémona, y encuentra perplejo a Otelo. Se le cae el pañuelo que le había regalado Otelo, con quien se va. Emilia recoge el pañuelo y se lo entrega a Yago, ya que este se lo había pedido reiteradamente y Yago lo deja caer luego en el cuarto de Casio. Vuelve Otelo, ya del todo celoso. Yago le dice que, aunque no pueda ahora probar sus celos, están bien fundados, y le promete pruebas. Desdémona, con Emilia, va a buscar a Casio. Aparece Otelo: Desdémona le dice que ha mandado llamar a Casio para que hable con él. Otelo le pide el pañuelo que, según Yago, habría regalado ella a Casio. Como Desdémona no lo tiene, se va, furioso. Entran Yago y Casio; este habla con Desdémona sobre la inutilidad de sus intentos de mediación. Casio, que tiene el pañuelo de Desdémona (sin saber que es de ella, por haberlo encontrado en su cuarto, dejado allí por Yago), se lo da a una mujer con quien tiene amores, Blanca.

Yago, con insinuaciones, aumenta los celos de Otelo, quien sufre un ataque. Yago hace que Otelo se esconda para observar su conversación con Casio, llevada por él malignamente. En realidad, habla acerca de Blanca, pero de modo que Otelo piense que se refiere a Desdémona. Blanca entra entonces y devuelve el pañuelo de Desdémona a Casio, quien se va con ella. Otelo queda convencido al ver el pañuelo: Yago impide que se incline a la compasión y al perdón, y le incita a estrangular a Desdémona. Entra Ludovico, de Venecia, primo de Desdémona, con una carta en que ordenan a Otelo volver a Venecia, dejando a Casio al mando de la flota. Otelo abofetea a Desdémona, ya entregado a sus celos, y le dice que se retire. Ludovico piensa que se ha vuelto loco. Otelo habla de sus celos con Emilia, quien niega toda culpa por parte de Desdémona. Entra esta, y también rechaza toda sospecha de Otelo. Él se va, y Yago le dice a Emilia que la excitación de Otelo está causada por sus responsabilidades de mando. Se queda solo Yago, y entra Rodrigo, quien le reclama que cumpla su promesa de conseguirle ver a Desdémona, a cambio de lo cual le había dado joyas y dinero. Yago le persuade para que mate a Casio, ya que así no se podrá marchar Otelo, llevándose a Desdémona. Luego, en una escena entre Emilia y Desdémona, esta canta la famosa canción del sauce, de tristes presagios y acepta su desvelo.

Yago acompaña a Rodrigo, situándole al acecho para que mate a Casio, pero este hiere a Rodrigo, aunque es herido por la espalda por Yago. Entra Otelo y alaba a Yago, creyendo que ha herido a Casio en atención a él mismo y a sus celos. Quedan gimiendo Casio y Rodrigo. Aparece Ludovico, con Graciano, pero no se atreve a acercarse. Entra Yago, en camisa, como si se hubiera acostado. Casio le dice que Rodrigo le ha herido, sin saber que es el mismo Yago quien lo ha hecho. Yago remata a Rodrigo para que no descubra su intriga. Llega Blanca, y se llevan herido a Casio, quien declara no conocer al hombre ya muerto (Rodrigo). Yago hace que le retiren. Llega Emilia, ante la cual Yago echa la culpa de la pelea a Blanca. Otelo entra a la habitación de Desdémona y la ahorca. Emilia aclara la situación, y acusa a Yago por lo que hizo. Finalmente, Otelo se suicida tras darse cuenta de que asesinó a su esposa en vano porque todo había sido obra de Yago.

Otelo es una adaptación del cuento del escritor italiano Giovanni Battista Giraldi (Cinthio) "Un Capitano Moro" de su Gli Hecatommithi (1565), una colección de cien cuentos al estilo del Decamerón de Boccaccio. [2]​ En vida de Shakespeare no se disponía de ninguna traducción al inglés de Cinthio, y los ecos verbales de Otelo están más cerca del original italiano que de la traducción francesa de Gabriel Chappuy de 1584. El relato de Cinthio puede haberse basado en un incidente real ocurrido en Venecia hacia 1508.[3]​ También se parece a un incidente descrito en el cuento anterior de "Las tres manzanas", una de las historias narradas en las Mil y una noches.[4]​ Desdémona es el único personaje con nombre en el relato de Cinthio, con sus otros pocos personajes identificados sólo como el "Moro", el "Jefe de Escuadra", el "Alférez" y la "Esposa del Alférez" (correspondientes a Otelo, Casio, Iago y Emilia de la obra). Cinthio extrajo una moraleja (que puso en boca de Desdémona) de que no es prudente que las mujeres europeas se casen con los hombres temperamentales de otras naciones.[5]​ El cuento de Cinthio ha sido descrito como una "advertencia parcialmente racista" sobre los peligros del mestizaje.[6]

Aunque Shakespeare siguió de cerca el relato de Cinthio al componer Otelo, se apartó de él en algunos detalles. Brabantio, Roderigo y varios personajes menores no se encuentran en Cinthio, por ejemplo, y la Emilia de Shakespeare participa en la travesura del pañuelo mientras que su homóloga en Cinthio no lo hace. A diferencia de Otelo, en Cinthio, el "Alférez" (el Iago de la obra) desea a Desdémona y se ve impulsado a vengarse cuando ella lo rechaza. Las escenas iniciales de Shakespeare son únicas en su tragedia, al igual que la tierna escena entre Emilia y Desdémona mientras la dama se prepara para acostarse. La desviación más llamativa de Shakespeare con respecto a Cinthio es la forma de la muerte de su heroína. En Shakespeare, Otelo inicialmente asfixia a Desdémona, y luego termina la tarea de alguna manera no especificada (diciendo "Así, así"),[7]​ mientras que en Cinthio, el "moro" encarga al "alférez" que mate a su mujer a golpes con una media llena de arena. En Cinthio se describe cada uno de los truculentos golpes y, cuando la dama está muerta, el "Alférez" y el "Moro" colocan su cuerpo sin vida sobre la cama, le rompen el cráneo y hacen que el techo agrietado que hay sobre la cama se derrumbe sobre ella, dando la impresión de que la caída de sus vigas ha causado su muerte. En Cinthio, los dos asesinos escapan a la detección. El "moro" echa entonces mucho de menos a Desdémona, y llega a aborrecer la visión del "alférez". Lo degrada y se niega a tenerlo en su compañía. El "alférez" busca entonces vengarse revelando al "jefe de escuadra" la implicación del "moro" en la muerte de Desdémona. Los dos parten de Chipre hacia Venecia y denuncian al "moro" ante la Señoría veneciana; éste es detenido, llevado a Venecia y torturado. Se niega a admitir su culpabilidad y es condenado al exilio. Los familiares de Desdémona acaban por encontrarlo y matarlo. El "Alférez", sin embargo, sigue escapando a la detección de la muerte de Desdémona, pero se involucra en otros crímenes mientras está en Venecia. Es arrestado y muere después de ser torturado. La "esposa del alférez" de Cinthio (la Emilia de la obra), sobrevive a la muerte de su marido para contar su historia.[8]

El "moro" de Cinthio es el modelo del Otelo de Shakespeare, pero algunos investigadores creen que el poeta también se inspiró en las varias delegaciones moras de Marruecos en la Inglaterra isabelina de la época de 1600.[9]

Otra posible fuente fue la Descripción de África de León el Africano. El libro tuvo un enorme éxito en Europa, y fue traducido a muchos otros idiomas,[10]​ permaneciendo como obra de referencia definitiva durante décadas (y hasta cierto punto, siglos) después.[11]​ Una traducción al inglés por John Pory apareció en 1600 bajo el título A Geographical Historie of Africa, Written in Arabicke and Italian by Iohn<! --Iohn en el original--> Leo a More... en la que Shakespeare pudo haberla visto y reelaborado pistas para crear el personaje de Otelo.[12]

Si bien suministraba la fuente de la trama, el libro no ofrecía nada del sentido del lugar de Venecia o Chipre. Para conocerlo, es posible que Shakespeare utilizara el libro de Gasparo Contarini La Mancomunidad y el Gobierno de Venecia, en la traducción de Lewes Lewkenor de 1599. [13][14]

Otelo es una obra que ha sido adaptada varias veces para la gran pantalla, podemos destacar películas como:

La tragedia de Shakespeare sirvió de inspiración para dos versiones operísticas, ambas tituladas Otello y compuestas por Gioacchino Rossini y Giuseppe Verdi. Por su parte, el compositor checo Antonín Dvořák compuso una obertura sinfónica a la que tituló Otelo, Op. 93.

Alfred Reed en 1977 escribe una Escena sinfónica para banda de concierto/ensamble de vientos dividida en 5 movimientos retratando cada escena, obra comisionada por el Ithaca college y dedicada al profesor y amigo de Reed, Walter Beeler.

En el año 2009 Pepe Cibrián Campoy y Ángel Mahler presentaron una adaptación a musical de la obra, titulada Otelo y protagonizada por Juan Rodó en Buenos Aires.[cita requerida]

Entre otras, pueden destacarse las siguientes:



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