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Paul Ehrlich



Paul Ehrlich (pronunciación alemana: Acerca de este sonido /paʊ̯l ˈeːɐ.̯lɪç/ ; Strehlen, Silesia; hoy Strzelin, Polonia; 14 de marzo de 1854 - Hamburgo, Imperio alemán; 20 de agosto de 1915) fue un eminente médico y bacteriólogo alemán, ganador del premio Nobel de Medicina en 1908. Entre sus logros más prominentes estuvieron el de hallar una cura para la sífilis en 1909 e inventar la técnica precursora para la tinción de Gram de bacterias. Los métodos que desarrolló para tinturar tejido hicieron posible distinguir entre diferentes tipos de células sanguíneas, lo que llevó a la posibilidad de diagnosticar numerosas enfermedades sanguíneas.

Su laboratorio descubrió la arsfenamina (conocida entonces con el nombre de Salvarsan), el primer tratamiento medicinal eficaz contra la sífilis, iniciando y dando nombre al concepto de quimioterapia. Ehrlich popularizó en medicina el concepto de bala mágica, como un producto específico capaz de eliminar por completo un determinado organismo patógeno sin efectos secundarios relevantes.

También hizo una contribución decisiva en el campo de la inmunología con el desarrollo de un suero inmunológico para combatir la difteria y concibió un método terapéutico para la normalización de estos sueros.

En 1908, recibió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina por sus contribuciones a la inmunología.[1]​Fue el fundador y el primer director de lo que ahora se conoce como el Instituto Paul Ehrlich, un centro investigativo y cuerpo regulatorio médico que es el instituto federal de la nación dedicado a las vacunas y biomedicinas. Un género de la bacteria Rickettsiales, Ehrlichia, fue bautizado en su honor.[2]

Nacido el 14 de marzo de 1854 en Strehlen (Silesia, en lo que hoy es el suroeste de Polonia), Paul Ehrlich fue el segundo hijo de Rosa (Weigert) y de Ismar Ehrlich.[3]​ Su padre era un posadero y destilador de licores y el colector de lotería real en Strehelen, un pueblo de unos 5000 habitantes en la provincia de Baja Silesia, ahora en Polonia. Su abuelo, Heymann Ehrlich, había sido un exitoso destilador y tabernero. Ismar Ehrlich era uno de los dirigentes de la comunidad judía local.

Después de la escuela primaria, Paul Ehrlich asistió a la escuela secundaria Maria Magdalene Gymnasium de larga tradición en Breslavia (Breslau, actual Wrocław), donde conoció a Albert Neisser, que más tarde se convirtió en un colega profesional. Siendo todavía un escolar (inspirado por su primo Karl Weigert, que era dueño de uno de los primeros microtomos), quedó fascinado por el proceso de tinción de tejidos mediante sustancias colorantes para su observación microscópica. Conservó ese interés durante sus estudios médicos posteriores en la universidad.

Estudió en la Universidad de Breslavia y más tarde en las de Estrasburgo, Friburgo de Brisgovia y Leipzig, donde acabó sus estudios, doctorándose en 1878 con una tesis sobre la teoría y práctica de la tinción histológica. A él se debe la demostración de la existencia de la barrera hematoencefálica al tintar con anilina la sangre de un ratón y demostrar que esta sustancia no tintaba el cerebro.

Después de obtener un nuevo doctorado en 1882, comenzó a trabajar de ayudante en la clínica de la Universidad de Berlín a las órdenes de Theodor Frerichs, (el fundador de la medicina clínica experimental), centrándose en histología, hematología y tinciones. Fue nombrado profesor auxiliar de la misma en 1889 y al año siguiente catedrático de medicina interna. Fue director del Hospital de la Caridad, en Berlín, donde impulsó el campo de la hematología, desarrollando métodos para la detección y diferenciación de diversas enfermedades de la sangre.

Se casó con Hedwig Pinkus (entonces de 19 años de edad) en 1883 en Neustadt in Oberschlesien (hoy Prudnik).[4]​ La pareja tuvo dos hijas, Stephanie y Marianne.

Después de completar su formación clínica y habilitación en la prominente escuela de medicina y hospital de enseñanza Charité de Berlín en 1886, Ehrlich viajó a Egipto y otros países en 1888 y 1889, en parte para curar un caso de tuberculosis que había contraído en el laboratorio. A su regreso estableció un consultorio médico privado y un pequeño laboratorio en Berlín-Steglitz.

En 1891, Robert Koch invitó a Ehrlich para que se integrara al personal de su Instituto de Enfermedades Infecciosas en Berlín, del que se derivó en 1896 el Instituto para la Investigación y Ensayo Serológicos (Institut für Serumforschung und Serumprüfung), establecido para la especialidad de Ehrlich, quien fue su primer director.

En 1896 fue nombrado director del Real Instituto Prusiano de Investigaciones y Ensayos de Sueros, donde desarrolló diversos métodos de tinción de los tejidos con anilina para estudiar las reacciones microquímicas de las toxinas. Una de sus mayores innovaciones consistió en el uso de diferentes tintes (azules de metileno y de indofenol) como tintes selectivos para diferentes tipos de células. En este sentido, fue el primero en investigar las vías del sistema nervioso, inyectando azul de metileno en las venas de conejos vivos, obteniendo extraordinarios resultados experimentales al tratar con un derivado azoico a animales que sufrían la enfermedad del sueño. En 1904 curó un ratón infectado de tripanosomiasis, inyectándole en la corriente sanguínea el colorante hoy conocido como rojo de trípano.

Inmunología: Su principal contribución a la medicina fue la teoría de la inmunidad de cadena lateral, que establecía la base química para la especificidad de la respuesta inmunológica y que explica cómo los receptores de la parte externa de las células se combinan con toxinas para producir cuerpos inmunes capaces de combatir la enfermedad. Su teoría era que las células tienen en su superficie moléculas receptoras específicas (cadenas laterales) que sólo se unen a determinados grupos químicos de las moléculas de toxina; si las células sobreviven a esta unión, se produce un excedente de cadenas laterales, algunas de las cuales son liberadas a la sangre en forma de antitoxinas circulantes (lo que hoy se denomina anticuerpos).

Quimioterapia: También hizo importantes aportaciones en el campo de la quimioterapia, que incluyen el descubrimiento -en 1901- del 606 (por ser fruto de 606 experimentos), la que él mismo llamó bala mágica o salvarsán (arsfenamina), una preparación de arsénico orgánico empleada en el tratamiento de la sífilis y de la fiebre recurrente, y del neosalvarsán (neoarsfenamina). El neosalvarsán fue conocido durante mucho tiempo como «Ehrlich 914» por tratarse del 914º compuesto preparado por Ehrlich y su ayudante para combatir esas enfermedades.

Ehrlich llamaba «balas mágicas» a estos preparados, ya que eran los primeros compuestos sintetizados que se usaban en la curación de las enfermedades infecciosas causadas por protozoos y bacterias.

En 1899 su instituto se trasladó a Fráncfort y se renombró como Instituto de Terapia Experimental (Institut für experimentelle Therapie ), con Max Neisser como uno de sus colaboradores más importantes. En 1906 Ehrlich se convirtió en el director de la Casa Georg Speyer en Frankfurt, una fundación de investigación privada afiliada a su instituto. Aquí descubrió en 1909 el primer fármaco dirigido contra un patógeno específico: Salvarsan, un tratamiento para la sífilis, que era en ese momento una de las enfermedades infecciosas más letales en Europa. Entre los científicos extranjeros invitados que trabajaron con Ehrlich había dos ganadores del Premio Nobel, Henry Hallett Dale y Paul Karrer. El instituto fue renombrado Instituto Paul Ehrlich en honor de Ehrlich en 1947.

En 1908 compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con el bacteriólogo ruso Ilya Mechnikov en reconocimiento al trabajo de ambos en el terreno de la química inmunológica.

En 1914 Ehrlich firmó el controvertido Manifiesto de los Noventa y Tres, que era una defensa de la política militarista de Alemania en la Primera Guerra Mundial. El 17 de agosto de 1915 Ehrlich sufrió un ataque al corazón y murió el 20 de agosto en Bad Homburg. El emperador alemán Guillermo II escribió en un telegrama de pésame, "Yo, junto con todo el mundo civilizado, lloro la muerte de este investigador meritorio por su gran servicio a la ciencia médica y la humanidad sufriente; el trabajo de su vida le asegura la fama inmortal y el agradecimiento tanto de sus contemporáneos como de las generaciones de la posteridad."[5]

Paul Ehrlich fue enterrado en el Antiguo cementerio judío, Frankfurt (Bloque 114 N)[6]





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