El músculo platisma (del griego πλάτυσμα, literalmente lámina plana), llamado también músculo cutáneo del cuello, se encuentra en la región anterolateral del cuello, debajo de la piel y por encima del músculo esternocleidomastoideo. Se trata de una ancha lámina muscular cuadrilátera y muy delgada, que se extiende desde la parte superior del tórax hasta el borde inferior de la mandíbula, y se halla inmerso en el tejido celular subcutáneo del cuello (fascia cervical superficial).
Al igual que otros músculos faciales y del cuero cabelludo, el platisma tiene su origen a partir de una lámina muscular continua originada en el mesénquima del segundo arco faríngeo del embrión, el que está inervado por ramos del nervio facial (NC VII).
Su inserción distal se realiza en el tejido celular subcutáneo de las regiones infraclavicular y acromial, por medio de fascículos muy delgados y más o menos separados unos de otros.
Estos fascículos se dirigen en seguida hacia arriba y hacia adentro, atravesando oblicuamente la región del cuello para llegar al borde inferior de la mandíbula —inserción proximal—, donde terminan del siguiente modo:
El músculo cutáneo se encuentra comprendido en un desdoblamiento de la fascia cervical superficial.
Recibe pequeñas ramas de las arterias submentoniana y escapular superior.
El platisma, desde el punto de vista de la motilidad, está inervado exclusivamente por el nervio facial (NC VII) y recibe sus filetes nerviosos de la rama cervicofacial de este último. Las ramas nerviosas del plexo cervical superficial que atraviesan el cutáneo no son más que filetes sensitivos destinados principalmente a los tegumentos.
El platisma es la reproducción muy poco marcada, en el ser humano, del panículo carnoso de algunos mamíferos —el caballo, por ejemplo—, vasta capa muscular que envuelve a modo de manto la nuca, la mayor parte del cuello y casi todo el tronco. Es un órgano profundamente atrofiado y cuyo papel fisiológico resulta notablemente reducido.
Su acción depende del punto a considerar:
Existe mucha variación con respecto a la integridad —continuidad— de este músculo, ya que con frecuencia se presenta como una serie de fascículos musculares aislados.
Este artículo incorpora material de la 6.ª edición del Tratado de anatomía humana, de L. Testut, de 1912, que se encuentra en el dominio público.
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