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Policía Foral



La Policía Foral de Navarra (en euskera, Foruzaingoa) es el cuerpo de policía autonómico de la Comunidad Foral de Navarra, en España. Fue creada por la Diputación Foral de Navarra en 1928, inicialmente con el nombre de Cuerpo de Policía de Carreteras. El jefe del Cuerpo es el comisario Juan Carlos Zapico, y cuenta con 1076 agentes en la actualidad (2016).[1][2]

La Policía Foral de Navarra es una institución relativamente moderna y cuenta con escasos precedentes en el pasado, pero desde la Edad Media se conoce la existencia de instituciones que en Navarra cumplían funciones policiales: merinos, alcaides, prebostes, almirantes, bailes, jurados, Hermandad, etc.

Fue creada por la Diputación Foral de Navarra el 30 de octubre de 1928, con el objeto de actuar como policía de carreteras, vigilar la circulación e inspeccionar los impuestos provinciales.

Inicialmente se dedicaba al control del tráfico de vehículos por las carreteras de Navarra (la vigilancia y ordenación del tráfico era competencia de la Diputación Foral de Navarra desde su creación en 1841, por sucesión en las competencias que había tenido la antigua Diputación del Reino de Navarra; estas competencias se han conservado en virtud de dicha reducción foral de 1841).

El 24 de enero de 1941 la Diputación Foral aprobaba el reglamento del "Cuerpo de Policía de Carreteras y Recaudadores de Arbitrios", aunque la unión de los dos cuerpos en uno no se llevaría nunca a efecto de una forma completa, ya que se quedó dividido en dos secciones que tendieron a seguir funcionando de forma autónoma.

Por acuerdo del 11 de diciembre de 1951 la Diputación Foral dispuso la separación plena de los Policías de Carreteras y de los Recaudadores de Arbitrios, reconociendo que en la práctica se había puesto de manifiesto que las dos secciones, carreteras y recaudación, eran independientes, heterogéneas de hecho y sin una necesaria unidad, por lo que el Cuerpo de Carreteras pasaría a depender de la Dirección de Caminos.

Ya en 1954 y debido a las exigencias de edad de algunos de sus miembros, en el Cuerpo se crearon dos grupos: el propio de la Policía de Carreteras y un segundo denominado "Cuerpo Auxiliar", que vigilaría la estación de autobuses de Pamplona y realizaría la tramitación de denuncias.

En 1958 y a causa del aumento de tráfico en las carreteras navarras, se llevó a cabo una nueva estructuración que la dotaría de una mayor cantidad tanto de miembros como de medios.

Tras la aprobación por las Cortes Españolas del proyecto regulador de las competencias en materia de tráfico, serían enviados a Navarra en 1960 miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil con el fin de desempeñar esta misión, por lo que el Cuerpo de Policía de Carreteras quedaría solamente autorizado a intervenir en materia de transportes, supeditando el resto de actuaciones en materia de tráfico a la Guardia Civil.

En 1964, la Diputación Foral reorganizó el Cuerpo de Policía de Carreteras, cambiando su denominación al de "Policía Foral de Navarra" y pasando a depender directamente del Vicepresidente de la Diputación. A la vez se aumentaron sus funciones de forma significativa, se le atribuye la competencia de regulación del tráfico (en colaboración con la Guardia Civil), así como la capacidad de asegurar el cumplimiento de todas las disposiciones jurisdiccionales de la Diputación. En 1966, el personal del cuerpo sobrepasó por primera vez las veinte personas.

Con esta renovación, la Policía Foral pasó a ser un Cuerpo de Policía con funciones genéricas de vigilancia, protección y ejecución, un cuerpo de policía armada de carácter civil (regulado por el Reglamento de 1941 y las disposiciones generales de funcionarios de la Diputación).

A partir de esa fecha, las funciones se fueron diversificando, y así se haría cargo de la protección de los edificios dependientes de la Diputación Foral, la coordinación de las ambulancias, la custodia de las entidades bancarias de la Caja de Ahorros de Navarra, la protección de personalidades y la expedición de permisos para transportes especiales, entre otras funciones.

Tras la reinstauración de la democracia, la Ley de Amejoramiento (que en Navarra cumple las funciones de los "Estatuto de Autonomía" de las otras Comunidades Autónomas) fue promulgada tras la entrada en vigor de la LOAPA en 1981, lo que en la práctica significó que la Policía Foral no pudiera constituirse de modo integral como la policía vasca (Ertzaintza) o la catalana (Mozos de Escuadra), cuyos Estatutos son anteriores a la LOAPA.

Hasta 1985 no tendrá lugar una nueva reestructuración orgánica en torno a la Policía Foral, en la que de nuevo se ampliará la plantilla: se suprimen algunas de las funciones que llevaba a cabo (ambulancias y vigilancia en la estación de autobuses) y se asumen otras nuevas, como la del control del juego y espectáculos públicos.

Posteriormente y mediante la aprobación de la Ley Orgánica 2/1986 del 13 de marzo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (que se remite al Amejoramiento del Fuero) no se introdujeron novedades en el régimen de la Policía Foral, únicamente quedarán definidas las funciones que se atribuyen a las policías autonómicas, dentro de las cuales la Policía Foral podrá ampliar sus funciones anteriores.

Ha diversificado sus funciones, sobre todo tras la aprobación de la Ley Foral de Cuerpos de Policía de Navarra de 1987.

Hoy día, aunque se encuentra en proceso de desarrollo, junto con la de Cataluña (Mozos de Escuadra), la del País Vasco (Ertzaintza) y el Cuerpo General de la Policía Canaria es una de las cuatro policías autonómicas que existen en España integrando todo su proceso de creación, pues hay otras policías autonómicas que se forman adscribiendo miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

Cuando la Guardia Civil arrebató a la Policía Foral la competencia de tráfico en 1964, tanto los propios policías forales como el Gobierno de Navarra protestaron contra su retirada. A partir de la década de 1980, se produjo una "gestión compartida" de la competencia, por la cual ambos cuerpos la asumían conjuntamente. Sin embargo, era la Policía Foral la que, pese a tener menos efectivos, realizaba más acciones previstas por esta competencia. Durante la década del 2000, todos los partidos del Parlamento de Navarra estaban a favor de la transferencia completa de las funciones de tráfico al Gobierno de Navarra, para que lo asumiera en exclusiva la Policía Foral. En el año 2002, el gobierno de Unión del Pueblo Navarro presidido por Miguel Sanz hizo la exigencia parlamentaria propia, reclamando al estado su transferencia. Para ello, se propuso establecer una pasarela para todos los guardias civiles que prestasen la función de tráfico y que quisiesen permanecer realizando dicha función, para que se integrasen en la Policía Foral. El resto sería reubicado a otras provincias o a otras áreas dentro de Navarra.[3]

Pese a la negativa del gobierno español, y eso que la transferencia ya se había consumado durante la década de 1980 a Euskadi y Cataluña, los sucesivos ejecutivos de UPN siguieron insistiendo en ello, calificándola de "irrenunciable".[4]​ En 2015, con la elección de Uxue Barkos (Geroa Bai) como nueva lehendakari del Gobierno de Navarra, continuó haciendo presión en este asunto. Barkos anunció el 31 de octubre de 2018 que los gobiernos navarro y español habían llegado a un acuedo para transferir a Navarra la competencia de Tráfico y Seguridad Vial.[5]​ El Estado Español se comprometió entonces a nombrar a sus representantes para la comisión mixta de transferencias antes de diciembre de 2018 y poder empezar la negociación en 2019, pero la convocatoria de elecciones anticipadas en enero de 2019 frustró toda esperanza para la líder navarra, ya que, en palabras del entonces Delegado del Gobierno, "no existe tiempo material" para realizarla en cuatro meses en funciones.[6]​ No obstante, y pese al enfado de la mayoría de partidos navarros, esta vez no hubo unanimidad para exigir de nuevo el traspaso de la competencia: UPN se desmarcó del resto de partidos, postulándose en contra de la transferencia que siempre defendieron.[7]

Tras las elecciones de 2019, el mando del Gobierno de Navarra pasó a la socialista María Chivite, aunque incluyó en su gobierno a miembros del antiguo ejecutivo de Barkos. La exigencia de tráfico siguió siendo uno de los temas principales. Inicialmente se anunció para abril de 2020 la celebración de la Comisión Mixta de Transferencias, que posibilitaría la transferencia, pero esta fue retrasada primero a octubre de 2020, luego a marzo de 2021 y, finalmente a diciembre de 2021.[8][9]

Durante todo este proceso, y especialmente tras los anuncios de reunión de la comisión bilateral, los partidos conservadores en el Congreso de los Diputados, principalmente Partido Popular, Ciudadanos y Vox, se mostraron en contra de este traspaso, anunciando acciones en contra si se consumaba finalmente. A ellos se les unió UPN, antes defensor del traspaso, poniendo el énfasis en lo que ellos consideraban que sería "la salida de la Guardia Civil de Navarra", pese a que ambas partes habían aclarado en multitud de ocasiones que los efectivos de tráfico en la comunidad foral representan un 20% y que la Guardia Civil ostenta competencias intransferibles a las policías autonómicas.[10][11][12]​ El Gobierno de Navarra explicó que el proceso sería progresivo (5 años) y que los agentes de tráfico tendrían tres opciones: ser reubicados a otras comunidades y seguir en el área de tráfico, ser trasladados a otras áreas dentro de la Guardia Civil en Navarra y ser integrados en la Policía Foral a través de una "pasarela".[13]​ Aún así, las asociaciones de representantes de guardias civiles calificaron el traspaso como "destierro" y afirmaron sentirse "moneda de cambio", reprochando al minstro del Interior una supuesta "falta de información", pese a que el gobierno foral ya anunció que los detalles se darían a conocer tras la trasferencia.[14][15]

Corresponde al Gobierno de Navarra, ejercido a través de su presidente, el mando supremo de la Policía Foral. El consejero competente (actualmente el consejero de Interior) ejercerá la superior dirección del cuerpo de la Policía Foral de Navarra.

Dentro de la Policía Foral existe una jerarquía que, por orden de grado e insignias (colocadas en el brazo izquierdo generalmente) que presentan en los uniformes, será el siguiente (las denominaciones cambiaron con la aprobación de la Ley Foral 8/2007 que sustituyen a las del Decreto Foral 213/2002):

La Policía Foral se estructura, según el Decreto Foral 72/2016 de 21 de septiembre, en cuatro grandes bloques operativos jerarquizados:

Las áreas son cinco y a su vez se subdividen en diversas divisiones:

Las áreas y las divisiones tienen naturaleza de órganos centrales y se ubicarán en Pamplona.

Las Comisarías tienen naturaleza de órgano territorial y son constituidas por las Brigadas y/o Grupos ubicados en una zona policial. Son dirigidas por Comisarios que dependerán del Área de Mando. En la actualidad la Policía Foral dispone de siete Comisarías en Navarra:

En el año 1998 contaba con 447 agentes y su presupuesto ascendía a 14 millones de euros.[23]​ En el 2003 su coste fue de 24 millones de euros,[24]​ En 2010 el coste es de 53 millones de Euros (fuente http://www.navarra.es/home_es/Gobierno+de+Navarra/Accion+del+Gobierno/Presupuesto+y+gasto+Publico/presupuestos/).

La Policía Foral cuenta con las siguientes competencias reguladas en la Ley Foral 8/2007 de 23 de marzo (sustituyendo al anterior Decreto Foral 213/2002 de 14 de octubre):

La Policía Foral ha aumentado considerablemente su plantilla en los últimos años. En la actualidad existen más de 900 Policías Forales en activo con la condición de funcionarios. El 26 de noviembre de 2007 se incorporaron 101 nuevos agentes pertenecientes a la XVIII promoción de la Policía Foral, con lo que el número de Policías Forales en activo supera la cifra de 900 agentes en estos momentos.

El 7 de marzo de 2008 apareció publicado en el BON Nº31 del año 2008, la convocatoria de 100 nuevas plazas para agentes de la Policía Foral, que corresponderá a la XIX promoción de dicho cuerpo. Esta nueva promoción debería estar operativa para finales de octubre-noviembre de 2009.

El 14 de agosto de 2009 aparece publicado en el BON Nº100 del año 2009, la convocatoria de 115 nuevas plazas para agentes de Policía al servicio de Navarra. Esta convocatoria es ligeramente distinta a las anteriores ya que introduce el término Policías de Navarra, ya que de las 115 plazas, 111 son para agentes de Policía Foral y 4 para diversos cuerpos de Policía Local (en este caso 3 para la localidad navarra de Estella y 1 para la localidad de Tafalla). Asimismo esta convocatoria supone cambios importantes a la hora de evaluar la oposición con respecto a las anteriores, y la reducción de estaturas aprobadas en el Parlamento de Navarra.

Este amplio despliegue atiende a la necesidad de asumir nuevas competencias, mejorar la presencia en todas las zonas de Navarra y dar un mejor servicio al ciudadano. Las previsiones a medio plazo son las de intentar alcanzar la cifra de 1200 Policías Forales en activo para el año 2011.[25]

A finales de 2018, el número de efectivos era de 1090, y se espera que se incremente en otros 17 agentes más procedentes de la OPE de 2017 que actualmente se encuentran el proceso de formación.[26][27][28]

El salario de los Policías Forales está totalmente regulado por ley al ser funcionarios públicos dependientes del Gobierno de Navarra. En el caso de la Policía Foral los niveles son de tres tipos:

Toda la regulación de los sueldos y salarios se hace mediante el Decreto Foral 1/2005 del 10 de enero. Un policía foral podrá cobrar los siguientes conceptos (pero no otros distintos):

La Policía Foral cuenta con diversos colectivos sindicales, atendiendo a su importancia en número de votos recibidos están los siguientes:

A pesar de ser la policía que está mejor valorada dentro de la Comunidad Foral de las cuatro existentes (Policía Foral, Guardia Civil, CNP y Policía Local), ha recibido una serie de críticas tanto externas como internas, entre ellas cabe citar:



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