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Portillo (Valladolid)



Portillo es un municipio y localidad española de la provincia de Valladolid, en la comunidad autónoma de Castilla y León.[1]

El municipio pertenece a la comarca vallisoletana de Tierra de Pinares y está formado por dos distritos, Portillo y Arrabal. El primero se encuentra en lo alto de un cerro y el segundo a la falda del mismo. Del municipio destaca su excepcional castillo del siglo XV, más recordado por sus nobles prisioneros —como Álvaro de Luna— que por su participación en acciones de guerra. Junto a él, el «mirador de Portillo» permite obtener una buena panorámica de los distintos pueblos del entorno, del Cerro de San Cristóbal, de parte de la ciudad de Valladolid, del inmenso mar de pinares del valle del Duero y del castillo de Íscar que se distingue como un pequeño cubo que sobresale del páramo hacia el sur. Además, Portillo cuenta con parte de lo que fueron sus «murallas» de piedra del siglo XIII que aún conserva una de sus puertas de entrada, denominada popularmente como "Arco grande".

Portillo cuenta aún con tres de las siete iglesias que llegó a tener. La de Santa María, actual parroquia de Portillo, es del siglo XVI y en ella destaca una escultura de la Piedad de la escuela de Juan de Juni, así como el retablo mayor de principios del XIV. Las otras son la de San Esteban, de época medieval aunque reedificada en el siglo XVIII, y la de San Juan Bautista, del siglo XVI y actualmente convertida en bar. En Arrabal de Portillo, podremos contemplar la iglesia de San Juan Evangelista, construida en piedra en el siglo XVI y actualmente parroquia del barrio. Al lado de esta última, se encuentra la ermita del Ecce Homo y, a las afueras de Arrabal, en dirección a Valladolid, existe otra ermita, la del Santo Cristo, en piedra y de una sola nave, con una Cruz de piedra frente a la puerta de entrada.

Portillo resulta un pueblo acogedor, en el que poder pasar varios días disfrutando de su arte, su cultura y su entorno, ya que existen varios lugares de alojamiento y restauración en los que degustar los buenos platos de la cocina castellana. Mención aparte tienen los dulces artesanales elaborados en este municipio, entre los que destacan los mantecados de Portillo, los bollos blancos y las ciegas.

El ayuntamiento de Portillo es propietario de grandes extensiones de pinares que no solo se encuentran en su término municipal y que son una parte importante de su riqueza e ingresos.

Sobre el nombre de Portillo hay varias hipótesis. Una de ellas hace referencia a una de las cuatro puertas de acceso que tuvo el pueblo, la llamada "porta augusta". Otra hace referencia a "Nivaria" nombre de origen vacceo. A los habitantes del distrito primero, se los denomina "Portillanos", así como a los del segundo distrito "Arrabaleros".

Las primeras noticias sobre la villa aluden doña Sancha quien otorgó el lugar al obispo Ponce y los canónigos de Palencia. Hacia el 1460, Enrique IV de Castilla donó la villa al conde de Benavente Alonso Pimentel.

De tiempos pasados es el dicho popular Portillo grande tierra de reyes y altas torres, haciendo referencia a las torres de su castillo y los campanarios de las siete iglesias que llegó a tener (actualmente quedan tres) en contraste con la riqueza de sus habitantes que viven como reyes.

En 1971 por la belleza de sus pinares se otorgó a Portillo el "Premio Nacional de Turismo", que fue documentado en un reportaje a color del No-Do de 1972.[2]

Especial mención hay que hacer a los encierros del campo, ya que además de ser unos de los más antiguos de España su recorrido permite visionarlos casi íntegramente desde la salida de los toros del corral, pudiendo seguirlo desde lo alto sin correr riesgos a la vez que se disfruta del espectáculo

El ajo blanco autóctono tiene un lugar destacado y para divulgarlo se degustan diversos guisos elaborados a partir de este producto como torreznos fritos con ajos o sopas de ajo. En los puestos, que toman como escenario los alrededores del castillo, se puede observar el modo de enhorcar los ajos, cómo se realizan las cerámicas o conocer el modo de bañar los mantecados de Portillo, el rey de la repostería del municipio. Unas pastas que han tomado el nombre de la localidad y que también se dan a probar durante la feria. Los actos se completan con exposiciones de fotografía, charlas y coloquios, junto con la música y bailes populares. El ajo blanco es uno de los productos más típicos de esta localidad y es considerado el mejor de España.

El barrio del arrabal, marginado del resto de la urbe desde su origen, cuenta desde los inicios de la población con una tradición alfarera considerada por los etnógrafos como uno de los focos más activos de España, con cincuenta fábricas antes de la guerra civil española.[3][4]

En este municipio se encuentra el I.E.S. Pío del Río Hortega y además de servir de centro de estudios a los jóvenes del municipio, recibe alumnos de los cercanos municipios de Mojados, Aldeamayor de San Martín, La Pedraja de Portillo, Montemayor de Pililla, Aldea de San Miguel, Santiago del Arroyo, Camporredondo y San Miguel del Arroyo.

El Colegio Público, también se llama Pío del Río Hortega y recibe alumnos a su vez, de Camporredondo, Santiago del Arroyo y Aldea de San Miguel.

Entre los vecinos del pueblo, destacó Pío del Río Hortega (1882-1945) fue un médico e investigador nacido en Portillo. Destacó en el campo de la histología, especialmente en el estudio del sistema nervioso. Trabajó primero con Nicolás Achúcarro, y después, menos intensamente, con Santiago Ramón y Cajal. Después de Cajal es la figura más destacada de la llamada Escuela Histológica Española, conocido sobre todo por su descubrimiento de la microglía, llamada también "células de Hortega".



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