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Principado de Montenegro



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Flag of Montenegro (1905–1918).svg


El principado de Montenegro fue un Estado del sudeste de Europa que existió desde el 13 de marzo de 1852 hasta el 28 de agosto de 1910, cuando fue proclamado como reino por su príncipe Nicolás I, quien se convirtió en rey.

Su capital era Cetiña y el perper montenegrino fue su moneda a partir de 1906. El territorio del principado consistió aproximadamente en el área central del Montenegro moderno. El Estado era una monarquía constitucional, pero de facto absolutista.

En 1851, tras la muerte del intrigante obispo y príncipe Pedro II de Montenegro, que había participado en las infructuosas maquinaciones antiotomanas de los Gobiernos conservadores serbios, ascendió al trono del obispado su sobrino, Danilo.[1][2]​ Este separó[2]​ el cargo eclesiástico del civil y continuó la tarea de modernización del diminuto territorio; aprobó un código legal (1855)[2]​ y organizó un primer Ejército regular.[1]​ Por entonces Montenegro seguía siendo una tierra minúscula, habitada por unas ciento treinta mil personas, organizadas en una treintena de clanes.[1]​ Los montenegrinos cruzaban continuamente la frontera del territorio, aún dependiente del imperio aunque autónomo para los otomanos, en sus desplazamientos con el ganado y en sus incursiones.[3]

En 1853 el principado hubo de solicitar el auxilio de las potencias ante el avance del enérgico gobernador otomano Omar Bajá, que penetró en Montenegro tras el intento montenegrino de apoderarse de Žabljak.[2]​ Austria, que prefería como vecino de Dalmacia al pequeño principado antes que a los otomanos, puso fin a la invasión.[2]​ Por imposición austriaca, Montenegro no aprovechó la guerra de Crimea para arrebatar tierras a los otomanos, lo que desencadenó una nueva revuelta de algunos clanes contra el príncipe, que fue sofocada.[2]

En 1857 los montenegrinos participaron en la revuelta de la vecina Herzegovina contra los otomanos.[4][2]​ La zona era territorio habitual de las correrías montenegrinas.[5]​ La intervención de las potencias, en especial de Francia, permitió poner fin al conflicto con el Gobierno de Constantinopla y definir por fin los límites del principado, reconocido oficiosamente por entonces.[4][6]​ La contienda permitió asimismo la ampliación del principado hacia el norte, en torno a Grahovo.[6]

El asesinato de Danilo en 1860 entregó el trono principesco a su último señor, Nicolás I, de largo reinado.[4][6]​ Este colaboró también con Serbia, pero esperaba ser nombrado soberano si los dos estados serbios se unían.[4]

Entre 1876 y 1878, el principado se enfrentó nuevamente con los otomanos, durante la guerra ruso-turca.[7]

El Congreso de Berlín de 1878 reconoció la independencia del principado.[8][7]​ Le permitió además duplicar su superficie hasta los 9433 km²;[nota 1]​ los nuevos territorios contenían 116 000 habitantes (26 000 de ellos católicos y otros tantos musulmanes) y con ellos el principado alcanzó los 286 000 habitantes.[8]​ Las principales localidades que pasaron al principado fueron Nikšić, Kolašin, Podgorica, Cetiña —centro administrtrativo y económico y más adelante capital—,Antivari y Dulcingo.[7]​ Estas dos últimas le otorgaron además una salida al mar Adriático.[7]​ El principal centro económico de Montenegro era la población de Rijeka Crnojevića.[7]​ Pese a la aceleración del desarrollo económico que siguió al reconocimiento internacional de la independencia montenegrina, el país siguió siendo atrasado y pobre.[7]

El soberano siguió siendo Nicolás I, que gobernaba autocráticamente.[8]​ El nuevo país estaba casi rodeado por territorio del Imperio austrohúngaro que, además, había quedado encargado por las potencias de vigilar las reducidas costas montenegrinas para evitar que llegasen a ellas buques de guerra, posibilidad prohibida en Berlín.[8]

Pese a la influencia austrohúngara, el Gobierno siguió recibiendo subsidios rusos, que le permitieron extender la enseñanza primaria y reducir el analfabetismo masculino al 50 % en 1900.[8]​ Por entonces el país seguía siendo primordialmente rural: la población urbana, unas 31 400 personas, no suponían ni el 11 % de la población nacional.[9]​ Los universitarios montenegrinos se formaban principalmente en Belgrado y, en menor medida, en Zagreb.[10]

El principado sufrió la emigración de parte de su población a la vecina Serbia, donde se asentó principalmente en las regiones fronterizas abandonadas por los musulmanes.[10]

El 19 de diciembre de 1905,[11]​ Nicolás otorgó una Constitución que, en realidad, no cambió el hecho de que el poder siguió en sus manos, pese a la creciente oposición de la escasa intelectualidad formada en Serbia.[12]​ El gesto fue esencialmente una manera de mejorar su imagen en el extranjero y atraer inversiones.[12]​ La Asamblea Nacional, que se elegía en parte en voto público, fue disuelta en 1907.[12][11]​ La oposición política, perseguida por Nicolás, pasó a la clandestinidad.[12][11]​ El convencimiento del príncipe de que Serbia apoyaba a los opositores tensó las relaciones con el país vecino; muchos opositores, en efecto, se habían refugiado en Serbia, desde donde vituperaban al Gobierno montenegrido.[12][11]​ En octubre de 1907, la policía desbarató una confabulación para asesinar al príncipe; los tres detenidos portaban bombas del arsenal serbio de Kragujevac.[13]​ La detención originó otra ola de arrestos de opositores y tensó aún más las relaciones con Serbia, que no desmantelaba las sociedades secretas de los opositores montenegrinos refugiados en su territorio.[13]

El disgusto ruso por la situación entre los dos países balcánicos y la crisis bosnia desatada por la anexión austrohúngara de la región allanaron la mejora temporal de relaciones.[13]​ El aprecio mutuo de las dos casas reales era, empero, nulo, y las relaciones volvieron a enfriarse tras el descubrimiento de otra conspiración contra Nicolás en la primavera de 1910.[14]

Para celebrar el cincuenta aniversario de su ascensión al trono, Nicolás se proclamó rey en octubre de 1910,[14]​ transformando con ello el Estado de principado en reino.[15]​ Por entonces, el país contaba con 222 015 habitantes.[7]



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