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Quino



Joaquín Salvador Lavado Tejón,[1]​conocido bajo el pseudónimo de Quino (Mendoza, 17 de julio de 1932 - ibídem, 30 de septiembre de 2020),[2][3]​ fue un humorista gráfico e historietista argentino. Su obra más conocida fue la tira cómica Mafalda, publicada entre 1964 y 1973.

Sus padres eran españoles de la localidad de Fuengirola (Málaga) que emigraron a Argentina.[4]​Lo llamaron «Quino» desde pequeño para distinguirlo de su tío, el ilustrador Joaquín, quien fue el que despertó su vocación de dibujante a una edad muy temprana. En 1945 tras la muerte de su madre, empezó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza. Su padre murió poco después, cuando Quino tenía diecisiete años. Posteriormente abandonó la escuela, con la intención de convertirse en autor de historietas cómicas y pronto vendió su primera obra. Intentó encontrar trabajo en distintas editoriales porteñas, pero no tuvo éxito. Después de hacer el servicio militar obligatorio, en 1954 se estableció en Buenos Aires.

Publicó su primera página de humor en el semanario Esto Es, a partir de entonces empezó a publicar en muchos otros medios: Leoplán, TV Guía, Vea y Lea, Damas y Damitas, Usted, Panorama, Adán, Atlántida, Che, el diario Democracia, entre otros.

Desde 1954 publicó regularmente en Rico Tipo y luego en Tía Vicenta y Dr. Merengue. Poco después comenzó a hacer dibujos publicitarios. Publicó su primer libro recopilatorio, Mundo Quino, en 1963, tras lo que le encargaron unas páginas para una campaña de publicidad encubierta para la empresa de electrodomésticos Mansfield,[5]​ para las que creó el personaje de Mafalda. La campaña no llegó a realizarse, por lo que la primera historia de Mafalda se publicó en Leoplán, tras lo que pasó a publicarse regularmente en el semanario Primera Plana ya que el director del semanario era amigo de Quino. Entre 1965 y 1967 se publicó en el diario El Mundo; pronto publicó el primer libro recopilatorio y empezó a editarse en otros países, entre ellos Italia, España (donde la censura obligó a etiquetarlo como para adultos) y Portugal.

Tras abandonar la tira de Mafalda el 25 de junio de 1973, según él mismo por agotársele las ideas, Quino se exilió posteriormente a Milán, desde donde continuó realizando páginas de humor.

En 2008, con curaduría de Mercedes Casanegra y como parte del Programa de Nuevos Murales, la empresa Subterráneos de Buenos Aires comisionó un mural de azulejos con los personajes de Mafalda en el pasillo que une las estaciones Perú y Catedral.[6]

En 2009 participó con un original de Mafalda realizado para El Mundo en Bicentenario: 200 años de Humor Gráfico, muestra organizada por el Museo del Dibujo y la Ilustración que se realizó en el Museo Eduardo Sívori de Buenos Aires.[7]

El 21 de mayo de 2014 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades,[8]​ galardón que le fue entregado el 25 de octubre siguiente.[9]

Quino falleció el 30 de septiembre de 2020, tras estar internado a causa de un accidente cerebrovascular a los 88 años, un día después de haberse cumplido cincuenta y seis años de la primera publicación de su tira más emblemática, Mafalda.[10][11]

Los protagonistas de sus tiras cómicas suelen ser gente común, aunque Quino no renuncia a escenas surrealistas o alegóricas (como policías arrojando valium en las bocas abiertas de manifestantes) y a las reacciones caricaturescas.

Los contenidos de Mafalda suelen ser más cercanos y a la vez más adultos que en otras tiras similares. Mafalda se preocupa por la política mundial y Manolito está obsesionado con el dinero. A pesar de ello, estos personajes pueden ser vistos como niños reales con padres reales y no como "adultos en cuerpos de niño".

El humor de Quino es típicamente ácido e incluso cínico y ahonda con frecuencia en la miseria y el absurdo de la condición humana. Así, hace al lector enfrentarse a la burocracia, a los errores de la autoridad, a las instituciones inútiles o a la estrechez de miras. Otro recurso típico es la reducción al absurdo de situaciones conocidas.

Este enfoque pesimista de la realidad no impide que sus historias estén llenas de ternura y muestren una simpatía por las víctimas de la vida (empleados, niños, amas de casa, pensionistas, oscuros artistas, etcétera), sin ocultar sus fallos y limitaciones. Pero incluso en sus caricaturas de jefes opresivos y burócratas sin sentimientos se atisba cierta simpatía, por ser a su vez víctimas de su propia estupidez.

La óptica de Quino es probablemente producto de las vicisitudes de Argentina en los últimos cuarenta años; su mezcla de pesimismo y humanismo es posiblemente una de las principales razones de su gran éxito en toda Hispanoamérica y gran parte del mundo fuera de Hispanoamérica, lo que explica que sus historietas de tópico argentino aporteñado de las décadas de 1960 y 1970 hayan sido editadas y traducidas a muy distintos idiomas aparte del original español rioplatense.[cita requerida]

Nota: se detallan únicamente las obras publicadas originalmente en Argentina, ya que las ediciones de otros países suelen ser similares

La más conocida de sus obras, Mafalda, en un principio fue una publicidad para lavadoras. Quino intentó dejarla pero la historieta ya había tomado fuerza.




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