Rainiero III de Mónaco cumple los años el 31 de mayo.
Rainiero III de Mónaco nació el día 31 de mayo de 1923.
La edad actual es 101 años. Rainiero III de Mónaco cumplió 101 años el 31 de mayo de este año.
Rainiero III de Mónaco es del signo de Geminis.
Rainiero III de Mónaco nació en Montecarlo.
Rainiero Luis Enrique Majencio Beltrán Grimaldi (Montecarlo, 31 de mayo de 1923-ibíd., 6 de abril de 2005) fue un monarca perteneciente a la Dinastía Grimaldi, que ejerció como príncipe soberano de Mónaco desde el 12 de abril de 1950 hasta su muerte.
Antes ser príncipe soberano actuó como regente durante el reinado de su abuelo, el príncipe Luis II y tras su ascenso al trono de Mónaco se encargó de materializar el auge del Principado, convirtiéndolo en un centro turístico y empresarial de primer orden y en un ente reconocido internacionalmente, al lograr la integración del mismo a la ONU, OSCE, COE.
Famoso fue su matrimonio con la actriz estadounidense Grace Kelly, con quien estuvo casado hasta el trágico fallecimiento de la misma en 1982.
Raniero nació el 31 de mayo de 1923 en el Palacio del príncipe de Mónaco, siendo el primer hijo de la princesa Carlota de Mónaco y el príncipe Pedro, conde de Polignac.
Nació siendo el segundo en la línea de sucesión al trono de Mónaco, por detrás de su madre.
Su infancia fue infeliz y sombría, al punto de que Raniero llegó a comentar en una ocasión:
La educación temprana de Raniero se llevó a cabo en Inglaterra, en los prestigiosos colegios públicos de Summerfields en St. Leonards-on-Sea (Sussex) y más tarde en Stowe (Buckinghamshire).
Después de Inglaterra, Raniero asistió al Instituto de Le Rosey en Gstaad (Suiza) desde el año 1939 hasta continuar sus estudios en la Universidad de Montpellier en Francia donde obtuvo el grado en la licenciatura de Artes en 1943. Finalmente estudió en el Instituto de Estudios Políticos de París.
En 1944, al cumplir los 21 años, su madre la princesa Carlota, renunció a su derecho al trono de Mónaco y Raniero se convirtió en el príncipe heredero directo del príncipe Luis II.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Raniero se unió al Ejército de la Francia Libre, en septiembre de 1944, y sirvió a las órdenes del general Joseph Jean de Goislard de Monsabert como subteniente, viviendo la acción durante la contraofensiva en Alsacia.
Recibió la condecoración francesa Cruz de Guerra con la estrella de bronce (que representa una citación nivel de brigada) y se le dio el rango de Chevalier de los franceses en la legión de honor en 1947.
Durante los años 1940 y 1950, Raniero mantuvo una relación sentimental con la actriz francesa Gisèle Pascal, a quien conoció cuando era estudiante en la Universidad de Montpellier. La hermana de Raniero, la princesa Antonieta, deseando que su hijo ascendiera al trono de Mónaco, extendió rumores de que Gisèle era estéril. Los rumores junto con el rechazo acerca de los orígenes de la familia Pascal pusieron fin a la relación.
El 9 de mayo de 1949 su abuelo, Luis II, muere y Raniero se convierte en el príncipe soberano de Mónaco. Fue coronado el 12 de abril de 1950, a los 26 años.
Después de ascender al trono Raniero trabajó en recuperar el lustre de Mónaco. Según diversas noticias el príncipe subió al trono con un tesoro prácticamente inexistente.
En sus primeros años de reinado contó con la colaboración del magnate naviero griego Aristóteles Onassis que tomó el control de la Société des Bains de Mer (SBM) y convirtió a Mónaco como único lugar de juego. En 1964 Raniero consiguió el control de la SBM garantizando de forma efectiva que su visión de Mónaco se llevase a cabo.
Como príncipe de Mónaco también fue responsable de la nueva Constitución de 1962 que redujo significativamente el poder del soberano. Los cambios terminaron con el régimen autocrático, cediendo el poder del príncipe a un Consejo Nacional de dieciocho miembros elegidos.
Aprovechando la estancia de una compañía cinematográfica en Mónaco, el príncipe Raniero conoció a quien sería su esposa, Grace Kelly, en 1955, quien rodaba una película (Atrapa a un ladrón) en esas fechas. Quedó prendado de ella y la siguió incluso hasta EE.UU. hasta establecer un romance después de obtener el consentimiento de sus padres.
El 18 de abril de 1956 se casó civilmente en el Salón del Trono del Palacio de Mónaco con Grace Kelly, a partir de entonces S.A.S. la princesa Grace Patricia Grimaldi (nacida en Pensilvania, Estados Unidos el 12 de noviembre de 1929) de la que enviuda el 14 de septiembre de 1982. El 19 de abril de 1956 se casaron en la Catedral de Mónaco.
Los años que siguieron al casamiento fueron de continua felicidad para el príncipe Raniero, el principado además despegó económicamente al establecer franquicias de impuestos a magnates, navieros e inversionistas en turismo, donde la figura de la princesa Gracia era el aliciente para visitar Mónaco. El principado entonces comenzó a ser visitado por financistas y los negocios hicieron florecer al pequeño principado.
El 13 de septiembre de 1982, la princesa Grace y su hija Estefanía sufren un accidente en una de las curvas de una carretera de Mónaco, que comunica la residencia privada Roc Agel con el Palacio de Mónaco, la princesa Grace sufre daños severos y fallece 24 horas después, la princesa Estefanía resulta ilesa. Este fue un duro golpe para Raniero quien nunca se recupería de esta sentida pérdida e iría alejándose gradualmente de la sociedad para vivir aislado en palacio cediendo gradualmente las funciones regentes a su hijo Alberto y las de representatividad a la princesa Carolina.
Murió cuando estaba a punto de cumplir 82 años y fue sucedido por su hijo, el príncipe Alberto II de Mónaco. Su muerte casi coincidió con la del papa Juan Pablo II, que murió 4 días antes.
En el momento de su muerte era el segundo jefe de Estado con mayor antigüedad.
El príncipe está enterrado en la Catedral de San Nicolás junto con su esposa Grace.
El 18 de abril de 1956 se casó civilmente en el Salón del Trono del Palacio de Mónaco con la actriz Grace Kelly. Un día después, se casaron religiosamente. De este matrimonio nacieron:
Sus hijas fueron en su adolescencia un quebradero de cabeza para los príncipes, debido a su fuerte e independiente carácter y temperamento, y fueron el alimento para los paparazzi y prensa amarilla; no así el príncipe Alberto, quien se mantenía en segundo plano de la prensa amarillista.
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