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Real Regimiento de Talavera de la Reina



El Regimiento Talavera [1]​ fue un regimiento de infantería de línea del Ejército realista en América que participó en múltiples episodios de la emancipación hispanoamericana, en los actuales países de Argentina, Bolivia, Chile,( donde participó de la Reconquista de Chile) y en Perú, en la acciones finales en la Batalla de Ayacucho en 1824. El regimiento Talavera se trata de la primera unidad peninsular enviada desde España en 1813 hasta el frente del Pacífico, desde las declaraciones de las juntas revolucionarias americanas en 1810. El uso inapropiado del topónimo "Talavera de la Reina" para designar esta unidad militar es equivocado, aunque puede encontrarse en literatura y publicaciones de internet.

Talavera fue creado el 1 de octubre de 1813 en el arsenal de la Carraca en Cádiz en base a los restos de unidades destruidas en la guerra de independencia española contra Napoleón Bonaparte, y para completar su dotación de soldados se tomó cierto número de presidios españoles.[2]​ Su 1° batallón se compuso de 800 efectivos (teóricamente de 8 compañías con 1000 hombres) al mando de Rafael Maroto, y se tuvo que rearmar con los restos encontrados en los almacenes de la sitiada ciudad de Cádiz, y uniformarse con vestido a través de donativos de la ciudad. Además, dada la penuria económica provocada por la invasión francesa, los costes tuvieron que sufragarse a través de los consulados de América.

Fue enviado al Virreinato del Perú a través de la ruta del Cabo de Hornos en diciembre de ese año. Dada la ausencia de noticias se proyectó seguir a Panamá si ocurría el caso de haberse perdido Lima, arribando al Callao en abril de 1814.[3]​ Durante el trayecto se sucedieron varias muertes debidas al escorbuto y a los accidentes de navegación, reduciendo en 30% el número de efectivos reales que arribaron al Perú. Allí mismo dos compañías de preferencia se separan para organizar un segundo Talavera destinado al Perú, todavía se formará otro destinado al Alto Perú. Para la conformación de Ejército, Abascal solicitó el aporte de los curacas leales a la Corona Española, quienes en apoyo de la causa realista suministran tropas que se enrolan provenientes de diferentes puntos del Virreinato del Perú (territorios hoy de Perú y Alto Perú, después Bolivia), y se embarca a Chile.

Siendo su coronel Rafael Maroto, este regimiento fue enviado a Chile por el virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa para apagar la insurrección en Chile, fueron conocidos por su participación en la victoriosa Batalla de Rancagua, conocido en Chile como el desastre de Rancagua.

Durante las acciones de represión algunos de sus militares parece que fueron destinados de policía para guardar la seguridad de Santiago y como guardia del gobernador de Chile Mariano Osorio y después de Francisco Casimiro Marcó del Pont. Tras el desastre de Rancagua con los "talaveras" enviados Santiago al mando del sargento mayor Vicente San Bruno, el gobernador Osorio manda arrestar los patriotas implicados en la revolución, según sus delitos de sangre o no, son confiscados, deportados por barco al archipiélago de Juan Fernández o ejecutados. Se toma la antigua imprenta revolucionaria del periódico el Monitor Araucano y se sustituye por una publicación favorable al gobierno.

Por orden del general Joaquín de la Pezuela, otro batallón del Talavera, con 500 plazas, que completa sus filas con personal chileno, se traslada a reforzar el frente altoperuano, y participa en la campaña contrainsurgente de Francisco Javier de Aguilera contra el gobierno patriota de Ignacio Warnes en Santa Cruz de la Sierra. En setiembre de 1816, después de derrotar a Manuel Ascencio Padilla en La Laguna, Aguilera se encuentra marchando hacia Santa Cruz con el Batallón Fernando VII y el Talavera. Enfrentó al Ejército Patriota Cruceño el 21 de noviembre de ese año en la cruenta jornada de la Batalla de El Pari, donde sólo sobrevivieron 200 soldados del Talavera y su comandante Rocabado, de origen chileno, obteniendo una victoria para el Rey. Aguilera entró a la ciudad días después y fue acusado de reprimir a la población local.

En la batalla de Chacabuco muchos talaveras fueron tomados prisioneros o muertos en combate. Tras el triunfo patriota el batallón del regimiento Talavera se repliega al sur iniciando una serie de revueltas pero por poco tiempo ya que Ramón Freire acabó con las revueltas de los talaveras mientras que en Santiago el coronel Vicente San Bruno fue ejecutado. Una bandera capturada, atribuida a este regimiento, fue tomada por el Ejército de los Andes en Chacabuco, fue restaurada y se conserva en el Centro Cívico del Gobierno Provincial, en la ciudad de San Juan.[3]

El regimiento seguirá combatiendo a lo largo de Bolivia y Perú formando parte del ejército realista hasta la batalla de Ayacucho.



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