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Renèe-Pélagie de Sade



¿Qué día cumple años Renèe-Pélagie de Sade?

Renèe-Pélagie de Sade cumple los años el 2 de diciembre.


¿Qué día nació Renèe-Pélagie de Sade?

Renèe-Pélagie de Sade nació el día 2 de diciembre de 1741.


¿Cuántos años tiene Renèe-Pélagie de Sade?

La edad actual es 282 años. Renèe-Pélagie de Sade cumplirá 283 años el 2 de diciembre de este año.


¿De qué signo es Renèe-Pélagie de Sade?

Renèe-Pélagie de Sade es del signo de Sagitario.


¿Dónde nació Renèe-Pélagie de Sade?

Renèe-Pélagie de Sade nació en Francia.


Renée-Pélagie Cordier de Launay de Montreuil. (Francia, 2 de diciembre de 1741 – Echauffour, 7 de julio de 1810). Esposa del marqués de Sade, casada mediante una boda de interés acordada por ambas familias. Sigue a su esposo por las diferentes cárceles en las que es encerrado. Permanece junto a él durante su largo encierro en el Torreón de Vincennes y en La Bastilla, y se separa una vez este consigue la libertad. El matrimonio tuvo dos hijos, Louis-Marie y Donatien-Claude-Armand, y una hija, Madeleine-Laure.

Hija de Claude-René de Montreuil y Marie-Madeleine Masson de Plissay. De su padre se sabe que en 1763 es presidente honorario de la Cour des Aides de París, hombre de carácter tranquilo. De su madre, a su vez es hija de Antoine Masson, escudero, consejero y secretario del rey, se conoce un carácter enérgico y autoritario. Pertenecen a la nueva nobleza, muy desacreditada por la considerada vieja nobleza, pero gozan de una excelente situación social gracias a las influencias que la madre de Renée, conocida como la presidenta Montreuil, mantiene en la corte. El matrimonio Montreuil tuvo 6 hijos y 3 hijas, siendo Renée la mayor de las hermanas.

Se desconoce todo sobre la infancia y la adolescencia de Renée. Tenemos noticia de ella a raíz del acuerdo de su boda con Sade. Por entonces tiene 21 años, dieciocho meses menos que él. Se cuenta con una brevísima descripción de su persona por una carta que el padre de Sade, en el momento de conocerla, envía a su hermano el abad de Sade:

Las dos familias acuerdan el matrimonio de ambos a través de un intermediario (oficio común en aquella época). Para los Montreuil emparentar con los Sade significaba ascender en la escala social; los Sade pertenecían a la vieja aristocracia y la madre de Donatien, de sangre borbónica, estaba emparentada por vía colateral con el Rey. Los Montreuil aportaban a la unión una sólida posición económica, una dote sustanciosa y, aunque pertenecientes a la pequeña aristocracia, contaban con influencias en la corte, como ya se ha dicho, gracias a la presidenta Montreuil. En la siguiente carta, el padre de Donatien cuenta las ventajas de la boda a su hermano el abad de Sade:

Pero el gran inconveniente es el propio Donatien, está dispuesto a casarse por amor, lo ha planteado ya en al menos dos ocasiones y al parecer ahora se niega a casarse. En el verano de 1762, en Heslin, durante su estancia en el ejército, Sade se ha enamorado y ha comunicado a su padre sus deseos de casarse, pero pronto es persuadido de sus deseos. El Coronel de su regimiento, el duque de Cossé, envía una carta a su padre:

Donatien le escribiría a su padre en estos términos:

El 1 de mayo de 1763, en Versalles, se formaliza el contrato matrimonial, firmado por las dos familias y refrendado por el Rey. El gran ausente es Donatien. Donatien y Renée se verán por primera vez dos días antes de la boda que se celebra el 17 de mayo, también en Versalles y ante la presencia de la familia real.

Sade mantuvo numerosas amantes en los primeros cuatro años de matrimonio, hasta el escándalo de Arcueil, y no dejó de ser un buen cliente de los prostíbulos, como lo atestigua el caso de Marsella. Sin embargo, Renée se constituyó en su más férrea defensora. De su correspondencia con Sade mientras este se encuentra confinado en Vincennes se desprende que lo amaba.

Para entender a Renée hay que pensar en la sociedad de aquella época y lo que para la aristocracia significaba el matrimonio. Sade en La filosofía en el tocador escribiría:

Un testimonio de la época comenta: "Hubo un tiempo cuando un buen cristiano no podía dormir las tres primeras noches con su esposa. Ahora son las únicas noches que le dedica".[1]​ El matrimonio entre aristócratas, basado en alianzas económicas y sociales, se circunscribía a un mero acuerdo para conseguir descendencia; estaban educados para satisfacer su apetito sexual fuera del matrimonio.[2]​La madre del regente Duque de Orleans tachaba de vulgaridad amar a la propia esposa: "Todavía se encuentran parejas fieles entre las capas inferiores, pero entre personas de altura, no conozco ni un sólo ejemplo de afecto mutuo o fidelidad".[3]

Renée, como mujer de su época, no podía esperar gran cosa de su matrimonio. No obstante, tenemos algunos testimonios que obligan a pensar que su relación fue cordial. Su madre, la presidenta, escribía al abad de Sade semanas después de la boda:

Durante el primer arresto que sufrió Sade, pasados unos meses de su matrimonio, y que le mantuvo preso durante quince días, pide ver a Renée en estos términos:

Se sabe, también, por los reproches de la presidenta, que se tuteaban, algo que entre la aristocracia se consideraba vulgar y que daría pruebas de una complicidad mutua.

Sade pasó gran parte de su vida confinado en diferentes fortalezas. Renée permaneció junto a él hasta el final de su largo confinamiento en Vincennes y La Bastilla.

Inmediatamente después de los sucesos de Arcueil en la Pascua de 1768, Sade es encerrado en diferentes cárceles. Sade apenas pasó 15 días en Saumur siendo trasladado posteriormente a la prisión real de Pierre-Encize, cerca de Lyon, donde permaneció encerrado siete meses.

Renée, como pasará en otros confinamientos de Sade, se convierte en su principal valedora. No se conservan sus cartas, pero sí la correspondencia de los cargos públicos que respondían a estas. Por esas cartas, se conoce que Renée rogó insistentemente por la libertad de su marido. También, dejó a su hijo con su madre y se desplazó a Lyon desde donde visitaba regularmente a su marido, consiguiendo un régimen de visitas excepcional. En esos meses la pareja engendró un hijo.[4]

Alcanzada la libertad, los cuatro años siguientes son de tranquilidad para la pareja, pasan temporadas en París, pero principalmente viven en La Coste. Allí Sade ha hecho construir un teatro con capacidad para sesenta o setenta personas. Da representaciones regulares con actores aficionados y profesionales; Renée interviene en algunas de ellas. Sade aspiró a constituir una compañía profesional, contrató a 12 actores y actrices y programó 19 obras, recorriendo con la compañía las ciudades cercanas. Por una de sus cartas se sabe que al menos se llegó a representar una obra suya (En Burdeos).[5]

En el verano de 1772 Sade se desplaza a Marsella y tras un encuentro con cinco prostitutas es acusado de envenenamiento (caso de Marsella). Cuando se dicta su arresto Sade huye a Italia y Renée queda en Marsella encargándose de su defensa. Renée paga a las muchachas que le acusaron para que retiren la denuncia y recibe dinero de su padre para hacer frente a los gastos de su defensa (a Sade se le habían confiscado todos sus bienes). No obstante, Sade es condenado a la pena de muerte y ésta es ejecutada en rebeldía, se queman los monigotes de él y de su criado en una plaza pública. A partir de ese momento Sade deja de existir para el Estado francés y la patria potestad de los hijos y la administración de los bienes pasan a manos de Renée.

A finales de octubre Sade, bajo el nombre señor de Mazan, se encuentra alojado en una posada de Chambéry en Saboya después de haber recorrido varias ciudades italianas. Desde allí escribe una carta a su suegra creyéndola una aliada; por el contrario, la presidenta Montreuil utiliza sus influencias en la corte para que se solicite una orden de encarcelamiento. A la orden de encarcelamiento se acompaña la siguiente observación:

Lever y Pauvert sostienen la posibilidad de que esos papeles hiciesen referencia a la posible relación que Sade mantuviese con su cuñada, la hermana menor de Renée. De no ser así, se mantiene la incógnita del carácter de estos papeles, en todo caso, relacionados con la familia Montreuil.

Sade, el 8 de diciembre, es arrestado en secreto (como solicita la petición de París) y encarcelado en la fortaleza de Miolans con el siguiente exhorto de la corte de París: "No le dejaréis recibir visitas de personas que os resultaren desconocidas, y tampoco le permitiréis escribir ni recibir cartas de fuera, teniendo cuidado de guardar todas las que podrían dirigírsele hasta que, por las órdenes que reciba de la corte, pueda yo decidir otra cosa".[6]

Se conserva carta de la presidenta de Montreuil dirigida a la corte de París, al conde de la Marmora, fechada el 10 de enero de 1773:

En otra carta, también dirigida al conde de la Marmora, sigue insistiendo que "Todos los papeles manuscritos, cartas y otros, que debe de haber encuadernado en libros y que no son de su puño y letra. Se suplica a su excelencia el Sr. conde de La Tour que dichos papeles sólo sean confiados a ella y examinados sólo por ella. Como asimismo si se encontraran libros perniciosos para las costumbres".

Renée en esos momentos, una vez ha terminado el proceso en Marsella, se encuentra en París. Enterada del encarcelamiento de su esposo vuelve a La Coste. Su familia, sospecha que ese viaje encubre sus deseos de visitar a Sade, el gobernador La Tour recibe la siguiente advertencia de la corte de París: "Los parientes del conde de Sade [...] sospechan que su señora esposa, que ha partido de París con el pretexto de ir a sus tierras de Provenza, podría muy bien detenerse en este país con la idea de procurarse una entrevista con su marido, lo que, según ellos, tendría consecuencias funestas y sería de suma importancia impedir, según enigmáticas consideraciones cuyo verdadero motivo no es fácil adivinar".

Renée disfrazada de hombre bajo el nombre de hermano Dumont, en compañía de un criado, se dirige a Miolans. La Tour comunica a la corte de Saboya:

En la noche del 30 de abril de 1773, Sade se descuelga de una ventana de la fortaleza y, encontrando ayuda en su exterior, logra evadirse. Renée, el 10 de mayo solicita a la Tour los enseres que su marido ha dejado en la fortaleza y le informa que "el marqués sólo ha pasado veinticuatro horas en La Coste y ha vuelto a partir hacia un lugar desconocido para sus perseguidores, donde esperará hasta que hayan cambiado su manera de pensar". Hay que suponer que la ayuda que Sade encontró en su evasión bien podría haber sido proporcionada por Renée y que ambos se encaminarían hacia La Coste para, posteriormente, Sade huir a un lugar desconocido para sus perseguidores.

En esta época, Renée se instala en el Castillo de La Coste y contrata los servicios de seis adolescentes (cinco muchachas y un muchacho). Sade continúa su viaje a través de Italia y probablemente otros países, pudiendo haber alternado este viaje con estancias en La Coste. De esta época es el incidente de las adolescentes que figura en numerosas biografías de Sade.

Renée sigue intentando la casación de proceso de Marsella, en 1774 plantea una demanda en París, en su extenso memorando narra las muchas injusticias que se han cometido con su marido y acusa a su madre de perseguirlo injustamente:

Sus intentos, probablemente guiados por el propio Sade, no obtendrán resultado hasta 1778 que consigue que se reabra la causa y demostrándose numerosas irregularidades en el proceso, la sentencia es anulada. Para entonces, Sade ya llevaba más de un año encerrado en Vincenes, La presidenta Motreuil había conseguido una lettre cachet del Rey en contra de Sade para su confinamiento. Después de varios intentos, en febrero de 1777, fue detenido cuando llega a París para visitar a su madre moribunda.

Sade fue encerrado en la fortaleza de Vincennes. Aunque lo fue por una orden real, la lettre de cachet fue conseguida por la influyente Mme. Montreuil, su suegra. Esta orden pudo ser cursada ya en 1774 y renovada a la muerte de Luis XV. Renée y Sade permanecerían sin verse los cuatro primeros años de su encierro. A Renée se le ocultó el lugar de confinamiento de su esposo no llegando a conocer su paradero hasta pasados cuatro meses. Durante estos meses pensó que se hallaba en La Bastilla, posteriormente se le impidió visitarlo:

Dos días después de su encarcelamiento le envía su primera carta: "Aunque me dicen que estás bien, el dolor me abate. Sólo me alegraré cuando te haya visto. Mantén la calma, te lo ruego. [...] Tranquilízate, no empieces a pensar que intentan separarnos. Todos saben que eso sería del todo imposible". Le seguirán otras en parecidos términos: "Mi querido amigo, te ruego fervientemente que no sucumbas a tus depresiones. […]Adiós, mi buen niñito. Te beso". "Te amo y jamás dejaré de amarte. [...] Te beso con toda el alma".[9]

Renée permanecerá en París durante los catorce años de confinamiento de su marido, en principio instalada en el convento de las carmelitas donde ingresó la madre de Sade cuando este todavía era un niño; luego, en un convento modesto en compañía de Milli de Rousset, amiga del matrimonio a la que hace venir desde la Provenza. Mantendrá constante correspondencia con su marido y le proporcionará todas las comodidades que le sea posible. Le enviará ropa, alimentos y libros. Renée se convierte en el principal contacto con el exterior de Sade. En ocasiones, este, no le responde con cordialidad, recibiendo de él diferentes reproches relacionados con los pedidos que le hace y al parecer no son atendidos. También se muestra inquieto ante la posibilidad de que lo abandone. Mme. Montreauil intenta desde el primer momento separarlos. La presidenta suspende toda ayuda a su hija y Renée se ve obligada a vivir en condiciones muy humildes.

La actividad de Sade durante su encierro se centró en la lectura y la escritura. Su biblioteca llegó a alcanzar los seiscientos volúmenes. Biblioteca muy variada, se interesa por las obras de Rousseau, Voltaire y Montaigne, así como los clásicos o La Fontaine y Bocaccio. En este periodo escribe algunas de sus obras más importantes: Cuentos historietas y fábulas, La primera versión de Justine, Aline y Valcour y Los 120 días de Sodoma. Renée se constituyó en su consejera literaria, su amanuense y su documentalista. Sade le da sus obras para leer, Renée también se preocupa de manuscribirlas y de proporcionarle la documentación que le solicitaba. Se conserva una extensa carta de Renée en la que abunda en observaciones sobre la novela Aline y Valcour:

Sade, al final de su confinamiento se queja a Renée por la intromisión de su madre en la educación de sus hijos: "Espero, madame, que hayáis comunicado a vuestros padres el contenido de nuestra reciente conversación acerca del ridículo destino que han elegido para vuestro hijo. Os ruego que pidáis a vuestra madre que no se inmiscuya en la vida de mis hijos. No me hacen maldita falta sus pequeños aires. [...] Para alistar a mi hijo en el servicio militar lo único que necesito es recobrar la libertad"[10]​ Sade, al haber cumplido más de diez años de cautiverio, perdió la patria potestad de sus hijos y no pudo hacer nada para que estos siguieran los dictados de su abuela la presidenta.

En este tiempo se produce un acercamiento entre Renée y su madre, Sade sospecha que Renée ya forme parte de aquellos que se esfuerzan por mantenerlo encerrado. Renée le responde en una carta: "Me llevé los documentos y los paquetes confidenciales; abrí los que me dijiste que abriera; los que deseabas que no se abrieran permanecieron cerrados, listos para ti cuando salgas de la cárcel. En esos momentos serás más justo conmigo, estoy segura. [...] Cuando estés en libertad, te arrepentirás sobremanera de haber pensado que yo era uno de tus enemigos".[11]

El 14 de julio de 1789 se produce la caída de La Bastilla, Sade ya no está allí, unos disturbios que protagonizara días antes obligaron a trasladarlo y en esos momentos se encuentra en al manicomio de Charenton. Son tiempos convulsos especialmente delicados para la nobleza. Renée, en septiembre, huye de París:

El 15 de marzo de 1790 la Asamblea General deroga las lettres de cachet. Cinco días después, los hijos de Sade lo visitan en Charenton para darle la noticia. Tienen 20 y 22 años de edad, Sade ha pasado cerca de 14 años sin verlos.

El 1 de abril Sade queda en libertad, se dirige al convento donde se encuentra Renée, ella se niega a recibirlo, le ha pedido la separación. Se desconocen las causas y no se conserva la correspondencia que pudieran cruzarse durante esos últimos meses. Durante catorce años Mme. Montreuil ha intentado separar a Renée de Sade y ahora, cuando Sade está a punto de salir libre, lo consigue. En sus biografías podemos encontrar como posible causa de la separación el que Renée, en los tiempos tormentosos de la revolución, se acercase a su madre buscando seguridad para ella y sus hijos.

Renée cursa inmediatamente su petición de separación. A finales de mayo de 1790 Sade recibe la requisitoria considerando la motivación infamante: "Todas las infamias que se han dicho contra mí en las tabernas, en los cuartos de guardia, y compilado en los almanaques y diarios sensacionalistas forman la base de este bonito memorándum; contiene las indecencias más atroces, las calumnias más escandalosas. Es, en una palabra, un monumento de mentiras y de estupideces, tan grosero, tan confuso como vulgar y tontamente escrito".[14]​ El 9 de junio de 1790, se concede la separación y se condena a Sade a restituir la dote, 160.842 libras, cantidad elevada que no está en disposición de afrontar llegándose al acuerdo según el cual Renée mantiene una hipoteca sobre las propiedades de Sade y este se compromete a pagar 4.000 libras anuales. Renée no recibirá esa renta durante mucho tiempo, las propiedades de Sade serán saqueadas y sus tierras resultarán improductivas. Sade pronto se verá sumido en dificultades económicas.

A finales de 1795 Sade se encuentra en la indigencia. Sin poder disponer de sus bienes al estar hipotecados a favor de Renée, le propone que pasen a su propiedad a cambio de una renta anual. Renée rechaza el acuerdo reclamándole 367.000 libras (la dote más los intereses que no le ha pagado y otros conceptos), suma muy superior al valor de los bienes.

El 6 de marzo de 1801, Sade había sido detenido cuando visitaba a su editor Nicolas Massé para entregarle nuevos manuscritos. Sin que medie juicio, es encerrado en Sainte-Pélagie como "autor de la infame novela de Justine", siendo posteriormente trasladado a Bicétre, institución mitad manicomio mitad cárcel, conocida en aquel tiempo como la Bastilla de los canallas, donde alienados mentales, mendigos, enfermos de sífilis, prostitutas y peligrosos criminales convivían hacinados en condiciones infrahumanas. Renée y sus hijos solicitaron y consiguieron que fuese trasladado a Charenton, manicomio en el que los enfermos vivían en unas condiciones mucho más humanas. A Sade se le diagnosticó para su ingreso "demencia libertina" y allí permanecerá recluido hasta el momento de su muerte.

Renée se instaló en el castillo de su familia de Echauffour, en Normandía. Allí vive con su hija, teniendo alquilado un apartamento en un convento de París que habita en sus breves estancias en París. El 7 de julio de 1810 muere en Echauffour a los sesenta y nueve años de edad, inválida, sorda y con una incipiente ceguera.



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