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Reservas internacionales



Las Reservas Internacionales consisten en depósitos de moneda extranjera controlados por los bancos centrales y otras autoridades monetarias. Estos activos se componen de diversas monedas de reserva, especialmente de Dólares y Euros.

La reserva internacional funciona, como indicador económico, mostrando los recursos que dispone un país para hacer compras en el extranjero, transacciones en las cuales solo son aceptables divisas fuertes como medio de pago. Estos activos son usados por los bancos centrales para dar apoyo a los pasivos, por este motivo, la reserva internacional es un indicador acerca de la capacidad del país para financiar sus importaciones, a la moneda local emitida, o a las reservas depositadas por los bancos privados, por el gobierno o por instituciones financieras. Adicionalmente existen otros tipos de activos, especialmente los formados por las reservas de oro y los Derechos Especiales de Giro o DEG.

Son los activos que quedan luego de pagar por sus importaciones, sus deudas e intereses afuera del país, enviar remesas y dividendos a los inversionistas extranjeros y cualquier otra transacción de salida de dinero al extranjero; y luego de recibir pagos por exportaciones o por servicios prestados, así como luego de recibir préstamos y remesas enviadas desde el exterior y de cualquier otra entrada de dinero.

Con el sistema del patrón oro las reservas estaban formadas únicamente por oro (en aquellos países que habían adoptado dicho sistema). Pero bajo el sistema de Bretton Woods, los Estados Unidos fijaron el tipo de cambio del dólar con el oro, y permitieron la convertibilidad de dólares a oro, a su vez el resto de Bancos Centrales utilizaron los dólares en vez de oro como reserva. Esto permitió crear la impresión de que, efectivamente, los dólares eran tan fiables y seguros como el oro. Sin embargo, debido al déficit presupuestario del gobierno estadounidense (especialmente debido a la guerra de Vietnam), el dólar acabó por dejar de ser convertible tras el Nixon Shock de 1971 debido a un gran aumento de la emisión de la moneda sin un aumento proporcional de las reservas de oro por parte de Estados Unidos, lo que minó su credibilidad. Pero tras este hecho el dólar permaneció estable como moneda fíat (o por decreto) y a su vez fiduciaria hasta la crisis hipotecaria y financiera mundial que comenzó a desatarse en 2007 y que entró en pánico en marzo de 2008 por lo que está dejando de ser la moneda de reserva más importante, hoy está aumentando el uso del euro como moneda de reserva tras su introducción y el oro.

En un sistema de tipo de cambio no fijo, las reservas permiten a un Banco Central comprar moneda emitida, intercambiando sus activos para reducir su pasivo. El propósito de las reservas es permitir a los bancos centrales reducir la volatilidad de la moneda emitida y de proteger al sistema monetario de un shock como por ejemplo el de ataques especulativos. La posesión de grandes reservas es vista como un indicador de la fortaleza de la moneda local, pues refleja el apoyo que hay detrás de la moneda. En cambio unas reservas que disminuyen o son pequeñas pueden ser indicativas de un inminente pánico bancario o de default.

En la literatura acerca del tema se hace referencia a las reservas internacionales como un seguro que garantiza los ajustes internos en una economía al enfrentar choques externos. El hecho de mantener reservas internacionales obedece a la necesidad de protección de un país al enfrentar choques en la balanza de pagos y a la posibilidad de blindaje ante posibles especulaciones contra la moneda.

El nivel de reservas internacionales que un país debe mantener es un tema que últimamente ha atraído la atención de un número importante de teóricos en el tema. En esta discusión podemos observar dos perspectivas diferentes: por una parte se encuentran quienes suponen que el costo de oportunidad de mantener reservas internacionales en exceso viene dado por el rendimiento potencial que estos recursos podrían generar si se invirtieran en la economía real.

En el otro extremo de la discusión, hay quienes sostienen que el costo en el cual se incurre por mantener elevados niveles de reservas internacionales es mínimo si se comparan con las consecuencias que se derivarían de una crisis provocada por no mantener este nivel de reservas internacionales.

Ante estas posiciones extremas debe existir una respuesta objetiva que solucione el problema, la justificación para mantener reservas internacionales actualmente se basa, en mantener un grado adecuado de liquidez internacional, que permita aminorar los costos de ajustes frente a desequilibrios externos y permita asegurara la viabilidad del sistema cambiario (F. Coronado 2008)

Por un lado, si un país desea tener un tipo de cambio influenciado por el gobierno, entonces la posesión de grandes reservas le da al país una mayor habilidad para manipular el mercado monetario. Por otro lado, la posesión de grandes reservas causa unos costes de oportunidad, debido a la diferencia entre los rendimientos de los activos en forma de deuda de los países emisores de la moneda de reserva y los rendimientos de la deuda del gobierno en el país del Banco Central. Además muchos gobiernos han sufrido grandes pérdidas por la gestión de la cartera de reservas debido a la aparición de una crisis monetaria y el consecuente de tus actos.

A finales del 2006, las principales monedas de reserva eran el Dólar con un 64,74% de cuota, el Euro con un 25,8%, la Libra con un 4,43%, el Yen con un 3,19% y el Franco Suizo con un 0,19% de cuota. [1].

Las autoridades monetarias con las mayores reservas internacionales (reservas en moneda más reservas en forma de oro):



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