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Residencia de Wurzburgo



La Residencia de Wurzburgo (en alemán: Residenz o Würzburger Residenz) es una construcción perteneciente al Barroco situada en la parte antigua de la ciudad alemana de Wurzburgo (Würzburg); se inició en 1719 y se concluyó en 1780.

Su función era principalmente servir de residencia a los obispos de Wurzburgo. El castillo forma parte de las obras más importantes del barroco alemán con una importancia comparable, a nivel europeo, con el Palacio de Schönbrunn en Viena y el Palacio de Versalles en París.

La Residencia de Wurzburgo, jardines de la corte y Plaza de la Residencia fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en el año 1981.[1]​ Según la página web de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), este magnífico palacio barroco, uno de los más grandes y bellos de Alemania, y rodeado por maravillosos jardines, fue creado por el mecenazgo de los príncipes-obispos Lothar Franz y Friedrich Carl von Schönborn. Fue construido y decorado en el siglo XVIII por un equipo internacional de arquitectos, pintores (incluyendo a Tiépolo), escultores y estuquistas, dirigidos por Balthasar Neumann.[2]​ Se protegen dos lugares:

La construcción de la residencia se inició bajo el mando de Johann Philipp Franz von Schönborn en 1719 que falleció a los cuatro años tras el inicio de la obra y así nunca llegó a disfrutar de su conclusión. El encargo lo recibió del obispo Balthasar Neumann que en ese momento contaba con una edad de 33 años. La construcción, tras el fallecimiento de Johann Philipp Franz de Schönborn, fue concluida en el fin del año 1744 el hermano de difunto Friedrich Carl von Schönborn. A nivel interior de la obra participaron entre otros Giovanni Battista Tiepolo (1750-53), Antonio Giuseppe Bossi y Johannes Zick.

La decoración del interior pasó por tres etapas. La primera se inicia todavía bajo el mando de Friedrich Carl. Bajo el mando de su sucesor Carl Philipp von Greiffenklaus se encargan y terminan las pinturas más famosas del edificio. Con la muerte de Greiffenklaus como encargado se finaliza la etapa del Rococó y la decoración se continua con Adam Friedrich de Seinsheim en un estilo más sencillo, llamado Estilo Luis XVI. Finalmente se decoraron el cuarto conocido como "Ingelheimzimmer" (a partir de 1776) y el llamado "Cuarto verde" (a partir de 1778) en un estilo neoclásico. Esta última obra se llevó a cabo durante un periodo continuo de 60 años.

La construcción se realizó según un único plano, un hecho que es atípico para este tipo de construcciones. El plano surge de una síntesis que realiza Balthasar Neumann de las ideas y propuestas de una serie de arquitectos: Johann Maximilian de Welsch, Philipp Christoph de Erthal, Robert de Cotte, Gabriel Germain Boffrand, Anselm Franz y Johann Lucas de Hildebrandt. Especialmente este último ejerció una influencia enorme en los bocetos y planos del palacio.

Desde un punto de vista técnico se trata de una planta rectangular de aproximadamente 97x167 metros. La residencia cuenta con 400 salas y se le puede comparar con el palacio de Weißenstein en el espacio dedicado a las escaleras aunque a diferencia de dicho castillo no se desarrolla de forma central sino se extiende del vestíbulo hacia el norte. Por sus dimensiones inmensas también hay similitudes con el palacio de Caserta de Nápoles con el que también coincide en la estructura.

Otras dos salas que merecen ser nombradas son la llamada sala del emperador (kaisersaal) y el gabinete de espejos (Spiegelkabinett). La sala del emperador se terminó en la época de Balthasar Neumann y refleja muy bien el concepto decorativo de este. También la sala blanca, el gabinete verde, el cuarto veneciano y la iglesia son obras muy representativas del rococó del sur de Alemania.

El impresionante techo que cubre la zona de acceso y de las escaleras alberga la pintura al fresco más grande del mundo, de aproximadamente 670m². La pintó entre 1752 y 1753 el veneciano Giovanni Battista Tiepolo.

El tema: La representación del dueño de la casa, el obispo, a través de los cuatro continentes entonces conocidos. El boceto de este pintura realizado al óleo se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York.

Los muros se cubren con formas neoclásicas en un discreto blanco. Así se evita la sensación de sobrecarga en el muro, que muestra toda su belleza.

Desde otoño de 2006 se puede observar de nuevo las pinturas, tras tres largos años de restauración.

Cuando Balthasar Neumann logró convencer al obispo Johann Franz de Schönborn, de colocar la iglesia de la corte en la zona sur-este de la residencia se presentó un problema. Neumann quería mantener la apariencia exterior de la construcción y debido a ello el interior de la iglesia es más estrecho de lo normal. Para disimular este defecto Neumann hizo colocar unas columnas en la zona del coro y de acceso. De esta forma el defecto casi pasa desapercibido.

El tratamiento del color de la iglesia es fantástico. Destacan los tonos rosas y dorados junto al color mármol de las columnas. Las pequeñas capillas laterales son decoradas por más pinturas de Tiepolo.

La instalación del jardín se vio, al igual que la construcción misma, limitada por el antiguo muro de la ciudad. Balthasar Neumann tuvo la idea de incluirlo en la organización del jardín y hasta hoy en día dicho muro nos proporciona una excelente vista al mismo, al palacio y la ciudad Wurzburgo. Como acceso al muro se instalaron de manera simétrica dos escaleras. Además a mitad de tales se colocó una terraza.

La parte oeste del jardín se utilizaba para aguardar las esculturas y plantas de los antiguos dueños de la residencia. A día de hoy encontramos una enorme diversidad de tipos de rosas. También se pueden observar gran cantidad de bellos jarrones, esculturas, figuras y macetas que contribuyen a embellecer la instalación.

El jardín que situado al sur del castillo tiene forma rectangular y era la vista de la que gozaba el obispo desde su habitación privada. En su tiempo se encontraban aquí figuras del músico Wagner.

Durante la II Guerra Mundial el palacio sufrió graves daños. El grado de destrucción se publicó como de un 98% del total. Solamente se salvaron el vestíbulo, la sala del jardín, el espacio de las escaleras con los frescos de Tiepolo, la llamada Sala blanca y la Sala del emperador. Los tejados estaban muy dañados y fue David Skilton quien protegió las salas de manera provisional con telas, mantas u otros utensilios. Así se pudieron salvar tanto las pinturas al fresco de Tiepolo, como las decoraciones de Bossi de la sala blanca.

Otro logro fue la protección cautelar de objetos valiosos de la residencia como tapices, pinturas al óleo, espejos, mesas, sillas, bancos, etc. que gracias a ello se lograron salvar de los ataques.

Tres empresas de Wurzburgo fueron las encargadas de la reconstrucción del edificio. La restauración completa se finalizó en 1987 con el acabado del Gabinete de espejos que había quedado completamente destrozado tras los ataques. La restauración se realizó fiel al original, utilizando las mismas técnicas y materiales.

La iglesia de la corte también había quedado muy dañada debido a la guerra, lo que afectó a las pinturas al fresco de su interior como la de Rudolph Byss.



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