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Rodrigo Caballero y Llanes



Rodrigo Caballero Yllanes (5 de agosto de 1663, Valverde del Camino- 11 de agosto de 1740, en la corte de Madrid[1]​) fue un militar y político, miembro del Real Consejo del Supremo de la Guerra de Felipe V. A él se debe el diseño del proyecto de la Nueva Superintendencia General de las Rentas, germen del sistema de Intendencias, en 1709, fue el padre del novedoso proyecto impositivo del Equivalente, en 1712. Es conocido por la construcción de la Plaza Mayor de Salamanca al tiempo que fue intendente general de Castilla en dicha ciudad. Ostentó los empleos de corregidor y capitán a guerra de Chiclana de la Frontera, alcalde mayor de Úbeda, gobernador y alcaide del Castillo de Lora del Rio, alcalde mayor de Jerez de la Frontera, corregidor de la villa de Huelva, alcalde mayor de Cádiz y gobernador de la plaza de armas de Ayamonte. Más tarde, en las altas magistraturas, logró los empleos de Oidor de la Sala del Crimen de Sevilla y de la Audiencia de Valencia, pasando a ser el primer intendente de ejército de la monarquía Borbónica en 1711. Fue corregidor de Salamanca, regidor perpetuo de Cádiz, Superintendente del Reino de Valencia y del Principado de Cataluña, Intendente General de ejército del Reino de Galicia y de Castilla, igualmente, Asistente de Sevilla e Intendente General de ejército de los cuatro Reinos de Andalucía. Como Mariscal de Campo y consejero de la guerra participó en la conquista de Cerdeña y Sicilia durante la Guerra de la Cuádruple Alianza, ya como Mariscal general de campo y Asistente de Sevilla colaboró en la organización de los ejércitos que lucharían en la guerras italianas en 1733.

Nació el 5 de agosto de 1663 en Valverde del Camino, siendo hijo de Juan Caballero e Hidalgo, y María de Llanes (o Illanes),[2]​ ambos de hidalguía de sangre. Con diez años salió de Valverde del Camino para entrar al servicio como fámulo del canónigo de la Colegiata de San Salvador don Diego de Espina y Aragón en 1673. En Sevilla, en 1681, se matriculó como manteísta en el colegio de Santa María de Jesús, Universidad de Sevilla. Tras ordenarse, en 1682, de corona y cuatro grados para continuar con la carrera eclesiástica, se graduó, en noviembre de 1684, como bachiller en Cánones y Leyes y días después se convirtió también en abogado de los reales Consejos. No obstante, finalmente se alejó de esta trayectoria dentro de la Iglesia para acercarse al duque de Medina Sidonia, su señor, logrando los empleos de capitán a guerra y corregidor de las villas de Chiclana y Conil de la Frontera. Desde 1690 hasta 1705, Rodrigo Caballero ostentaría los empleos de alcalde mayor de Úbeda, gobernador y alcaide del Castillo de Lora del Rio, alcalde mayor de Jerez de la Frontera, corregidor de la villa de Huelva, alcalde mayor de Cádiz, gobernador de la plaza de armas de Ayamonte y de nuevo alcalde mayor de Cádiz, donde lograría el grado de coronel de infantería en 1702 durante la Guerra de Sucesión Española. Los servicios prestados por Rodrigo Caballero a la Corona Española fueron premiados por el monarca español con su nombramiento como oidor de la Audiencia de Sevilla en 1705. En 1707, pasó a la Audiencia valenciana, lo que sería el preludio de su brillante carrera dentro de las Intendencias de ejército del Estado Borbónico durante el reinado de Felipe V[3]​ donde promovió con éxito el monopolio del tabaco por parte de la Corona.[4]

En 1709, Rodrigo Caballero diseñó el proyecto de la “Nueva Superintendencia General de las Rentas”, germen del sistema de las Intendencias. Este mismo año, Rodrigo Caballero recibió del rey el hábito de caballero de la Orden de Santiago.[5]​ En 1711 fue nombrado intendente del Reino de Valencia y en 1713 Superintendente del mismo. La crisis aguda en la recaudación del Cuartel de invierno, en tierras valencianas, y la falta de liquidez en la Intendencia precipitaron que Rodrigo Caballero diseñara el novedoso proyecto impositivo del Equivalente, en 1712, puesto en marcha en 1715: impuesto de enorme importancia en la fiscalidad y hacienda del Estado Borbónico durante todo el siglo XVIII. Este importante proyecto impositivo fue premiado por Felipe V con una plaza en el Consejo de Guerra, en 1714. Ya, en 1717, el enfrentamiento entre Felipe V y la Iglesia valenciana, a cuenta de la imposición del Regalismo borbónico en el reino de Valencia, provocó la excomunión de Rodrigo Caballero.

De 1717 a 1720 sirvió como superintendente del Principado de Cataluña, tiempo durante el cual participó en la conquista de Cerdeña y de Sicilia en el contexto de la Guerra de la Cuádruple Alianza. Dentro de la política revisionista de Alberoni, el cardenal y José Patiño idearon la toma del reino de Sicilia. Para ello, Patiño solicitó al rey, en 1718, contar con la experiencia y los conocimientos en hacienda y fiscalidad de Rodrigo Caballero. El valverdeño fue nombrado superintendente de las rentas del Principado de Cataluña y se convirtió en responsable de la organización de un ejército de 35.000 soldados y una armada de 570 embarcaciones, algo inédito hasta la fecha. Tras la conquista de Sicilia y la consiguiente guerra de la Cuádruple Alianza en 1719, Felipe V encomendó a Rodrigo Caballero la tarea de fortificar y abastecer la línea defensiva de Cataluña. Para lograr la financiación necesaria para un proyecto de esta magnitud, Caballero tuvo que rectificar los cálculos erróneos del Catastro elaborado por José Patiño e implantado en 1715. Tras la publicación de las ordenanzas de los intendentes de julio de 1718, se produjo un duro enfrentamiento entre el victorioso capitán general, el marqués de Castelrodrigo, y el superintendente Rodrigo Caballero. La protección de Felipe V hacia el milanés se reflejó en la sustitución del valverdeño por su enemigo José Pedrajas, siendo destinado Rodrigo Caballero a la Intendencia del reino de Galicia. Antes, Caballero dejó su impronta proto-ilustrada con el ofrecimiento a la oligarquía barcelonesa de la creación de una escuela náutica, en 1719, y un año después, una compañía comercial con las Indias.

Desde 1720, Rodrigo Caballero era intendente general del Reino de Galicia y corregidor de La Coruña y Betanzos, tiempo durante el cual trabajó arduamente en sentar las bases para acoger el primer astillero de Ferrol, que convertiría dicha localidad en uno de los centros de producción naviera y de asentamiento naval más importante del Reino. Rodrigo Caballero desplegó una inusual capacidad emprendedora e innovadora, que no fue entendida por la oligarquía y burguesía gallegas. Rodrigo Caballero diseñó una serie de iniciativas constructivas de enorme calado para el bien común e interés general de la vecindad coruñesa de corte reformista y proto-ilustrado, como fueron las canalizaciones, fuentes y el acueducto de San Pedro de Visma en la ciudad de La Coruña, el proyecto de la creación de una compañía comercial con las Indias y la construcción de la base naval y astilleros de Ferrol. Igualmente como en Barcelona, Rodrigo Caballero se enfrentó con los capitanes generales Risbourg, en 1721, y Caylús, en 1723, así como con el Arzobispado de Santiago. Cansado, Rodrigo Caballero solicitó un cambio de Intendencia.

En 1726, abandonó Galicia para tomar posesión de la intendencia general de Castilla y su frontera, así como del cargo de corregidor de Salamanca. La positiva actitud de la oligarquía y burguesía salmantinas propició que Rodrigo Caballero pudiera recrearse en una de sus mayores aficiones: la ingeniería civil y la arquitectura. La elocuencia y el emprendimiento de Rodrigo Caballero encontraron la aceptación de las clases privilegiadas y la Iglesia de Salamanca para promover, como bien se sabe, la Plaza Mayor de Salamanca, con diseño de Alberto de Churriguera.

Aparece también como Mariscal de campo.[6]​ Es reconocido por haber sido el que presentó una propuesta el día 9 de julio de 1728 ante el Ayuntamiento de Salamanca con la intención de crear una plaza mayor más organizada y dividir la existente plaza de San Martín (de gran tamaño y muy desorganizada) en tres secciones: "la Mayor" (que se convirtió en la actual plaza Mayor de Salamanca), "la del Mercado" (antes denominada del Carbón) y "la del Poeta Iglesias" (antes de la Lonja).[7]​ Entre las palabras que se recogen en los anales, que Rodrigo pronunció para convencer al Ayuntamiento de su propuesta, se recuerdan las siguientes de manera especial:

"Tan gran ciudad, centro de sabiduría, fábrica de eminentísimos hombres; sus ilustrísimos colegios mayores, fundaciones, comunidades religiosas, tan grandes seminarios; tanta grandeza obligaba a la erección de una Plaza Mayor, para ornato de la urbe, para decoro de su comercio e instituciones, para sus visitantes y para el público nativo, con pórticos cubierto”, urgían a su edificación..."

Su propuesta fue aceptada el mismo día, encomendándose su diseño y edificación al arquitecto Alberto de Churriguera, gran exponente del barroco dieciochesco. Durante este tiempo, Rodrigo Caballero tuvo un enfrentamiento con la poderosa Universidad de Salamanca a cuenta de los privilegios sobre las carnicerías.

En 1733, con la guerra en tierras italianas ya iniciada y por orden del rey, el asistente Caballero realizó unas contundentes campañas de prendimiento de vagabundos, ociosos, gitanos y maleantes que engrosarían los ejércitos españoles. En 1738 fue llamado a la Corte a ocupar su puesto en el Consejo de la Guerra, dejando la Asistencia de Sevilla e Intendencia de Andalucía. Rodrigo Caballero falleció en la corte de Madrid en el año de 1740. Está enterrado en la Iglesia de San Martín en Madrid.

La lápida de pizarra situada bajo la efigie de San Fernando reza así:

El 24 de noviembre de 1687 casó en Chiclana de la Frontera con Agustina Josefa Enríquez de Guzmán y Blandón, hija del capitán Sebastián Enríquez de Guzmán y de Guiomar Pinto-Suárez y Blandón,[8]​ y nieta del capitán Vicente Enríquez del Castillo y de Mayor de Guzmán y Perea, con quien tuvo los siguientes hijos:



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