Samadhi es el estado de conciencia que se alcanza cuando, durante la meditación, la persona siente que se está fundiendo con el universo. En varias tradiciones religiosas y místicas del Este de Asia ―como el hinduismo, el budismo, el jainismo, el sijismo y en el yoga― el samādhi se considera un estado de conciencia de meditación, contemplación o recogimiento en el que se siente alcanzar la unidad con lo divino.
El término sánscrito samādhi (en alfabeto devanagari: समाधि) proviene de sam o samiak: ‘completo’ y ādhi: ‘absorción [mental]’.
El objetivo último de la práctica meditativa del yoga, es el logro del samadhi.
El samadhi es un objetivo buscado tanto dentro del hinduismo como en el budismo.
Al Samadhi se llega principalmente a través de la meditación y existen algunos ejercicios cuyo fin es ayudar al cuerpo y a la mente a prepararse para alcanzarlo. El yoga es un camino hacia ese nivel de conciencia, otros pueden ser la contemplación, la pintura de un mandala, o la repetición de un mantra.
Diferentes tradiciones religiosas conciben el samadhi de manera diferente:
Para el hinduismo, el samadhi es una iluminación en la que el meditante trasciende la apariencia fenoménica y se libera así del samsara (el ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación). Se le considera así, junto con el supremo conocimiento o gñana, el momento del moksa o liberación.
Un estado en que la conciencia está tan disociada del cuerpo, que este permanece insensible. Es un estado de éxtasis en que la mente tiene plena conciencia, aunque el cuerpo no siente, y que al volver a su ordinario estado físico, trae consigo y recuerda las experiencias pasadas en el estado suprafísico. El hombre capaz de retirarse de su cuerpo, dejándolo insensible, mientras su mente se halla en plena conciencia, puede practicar el samadhi.
Las prácticas devocionales (bhakti) hinduistas más frecuentes para llegar al samadhi suelen ser la reiteración de mantras, yantras o la fijación de la atención en diagramas generalmente circulares (mándalas). Así, en diversas prácticas de origen hinduista se tiende a realizar la transcendencia de lo fenoménico mediante ritos y, especialmente, a través de la dhiana (meditación ascética).
En la práctica religiosa del budismo, el samadhi es el objetivo del óctuple sendero, así como de la liberación producida por el tantra.[cita requerida]
El escritor Mircea Eliade (1907-1986), en su estudio de las religiones orientales, ha evitado traducir la palabra samadhi como ‘éxtasis’, ya que afirma que el concepto del samadhi implica un «ensimismamiento» por el cual el sujeto se identifica con Dios; por ello ha elaborado el neologismo énstasis.[cita requerida] De modo semejante, otro estudioso occidental del yoga, Mason Oursel, ha traducido la palabra samadhi con el neologismo isolación ya que según su opinión el samadhi se logra a partir de un aislamiento (tanto «aislamiento» como el neologismo «isolación» tienen como origen la palabra italiana ísola: ‘isla’) del sujeto, aislamiento que le dejaría solo con Dios.[cita requerida]
El primer tipo es el savikalpa samadhi, un trance, visión o experiencia, aún involuntaria, que viene inesperadamente y se va también inesperadamente, pues no se tiene todavía el control. Tras muchos años más de práctica de meditación se alcanzaría el siguiente tipo.
En el nirvikalpa samadhi, existe un control voluntario del estado de samadhi, pudiendo entrar y salir del mismo a voluntad, con un mínimo de meditación.
Los gurúes aseguran que solamente se puede alcanzar el samadhi con la ayuda de un gurú.[cita requerida]
Para la meditación es necesaria la concentración en un objeto mental predeterminado.
«Mediante el uso de la precisa ciencia de la meditación —conocida durante milenios por los sabios y yoguis de la India y, también, por Jesús—, todo buscador de Dios puede expandir la capacidad de su conciencia hasta hacerla omnisciente y recibir dentro de sí la Inteligencia Universal de Dios».
Paramahansa Yogananda
En algunas escuelas de yoga, los practicantes escuchan música suave (especialmente música nueva era) para facilitar la tranquilidad de la mente y la concentración.
En cambio algunos escritores sostienen que no se puede practicar la meditación si intervienen los sentidos y el mundo exterior cita requerida]
.[De acuerdo a su profundidad, se distinguen varios grados de meditación:[cita requerida]
La repetición oral o mental de mantras tiene como objeto la concentración.
Se considera que el hatha yoga ―las posturas que flexibilizan el cuerpo y mejoran la salud, y que practican millones de personas, solos o en grupo― no tiene como objeto directo alcanzar el samadhi. Este yoga es una preparación del cuerpo para hacerlo mejor instrumento para la meditación. Pero se requiere de muchas horas de meditación efectiva para alcanzar el samadhi.
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