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Señor de las Tribulaciones (Santa Cruz de Tenerife)



¿Dónde nació Señor de las Tribulaciones (Santa Cruz de Tenerife)?

Señor de las Tribulaciones (Santa Cruz de Tenerife) nació en Santa_Cruz_de_Tenerife.


La imagen del Señor de las Tribulaciones, también llamado Señor de Santa Cruz,[1]​ es una talla de busto que representa a Jesucristo de Nazaret en su representación del "Ecce Homo", que se venera en la Iglesia de San Francisco de Asís en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias, España).

El Señor de las Tribulaciones es la advocación más venerada a la vez que simbólica de Santa Cruz de Tenerife. Es invocado como protector de la ciudad, debido sobre todo a que salvó a la capital tinerfeña de una epidemia de cólera-morbo en 1893. Desde entonces ha estado unido íntimamente a la idiosincrasia y forma de ser de todo santacrucero.[2]​ Su hermandad es la Real y Venerable Cofradía del Señor de las Tribulaciones.

La imagen del Señor de las Tribulaciones fue donada en 1802 por Don José Carta (Tesorero General de las Reales Rentas) al Convento Franciscano de San Pedro de Alcántara (actual Parroquia de San Francisco de Asís), situado en el histórico barrio del Toscal, en pleno centro de la capital. Anteriormente la talla se encontraba en el Hospital de Dolores, en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Es un busto de Ecce Homo, de técnica mixta (desde pasta de maíz a telas encoladas).[3]

Durante mucho tiempo, tras la donación de la Familia Carta recibió culto en el retablo de la Consolación, en un nicho de plata repujada, hasta que pasó a ocupar la hornacina central del retablo de la actual capilla que lleva su nombre en una de las naves laterales de la iglesia, más concretamente en la nave de la Epístola. La Capilla del Señor de las Tribulaciones es popularmente conocida como la "Capilla de Los Franceses"[4]​ y esto se debe a que originalmente la capilla estuvo dedicada a San Luis Rey de Francia.

La popularidad y la devoción que durante mucho tiempo alcanzó la imagen del Señor de las Tribulaciones se debió a muchas razones, entre ellas; la devoción de los enfermos del antiguo Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados de la capital, quienes acudían para suplicarle la salud y las fuerzas necesarias para llevar la enfermedad. El milagro atribuido al Señor de las Tribulaciones que tiene lugar en la casa de la Familia Carta en Santa Cruz de Tenerife en la primavera de 1795, considerada como el inicio de la devoción popular a la sagrada imagen, en la cual el Señor de las Tribulaciones curó de una grave enfermedad a la esposa de Don José de Carta, llamada María Nicolasa Eduardo.

Pero sobre todo la tradicional vinculación del Señor de las Tribulaciones con la terrible epidemia del cólera-morbo asiática causada en 1893 por la presencia en el puerto de Santa Cruz de Tenerife del barco italiano Remo[3]​ y que asoló a toda la ciudad de Santa Cruz de Tenerife (especialmente al barrio del Toscal) y la posterior desaparición milagrosa de aquel mal de la capital santacrucera. Este milagro fue justamente atribuido al Señor de las Tribulaciones debido a que la propagación de la enfermedad paró poco después de realizarse la procesión de la imagen en rogativas por las calles de la ciudad.

En acción de gracias, los fieles aclamaron que el lugar exacto donde aconteció el milagro (la entonces calle de Oriente) pasase a llevar el nombre de "calle del Señor de las Tribulaciones", por lo que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife celebró el 4 de enero de 1894 un pleno en el que acordó grabar el nombre "en una lápida bajo una pequeña hornacina abierta, donde el arquitecto municipal crea más estético, para colocar en ella una reproducción fotográfica de la referida efigie".[5]​ La actitud del pueblo santacrucero durante la epidemia le valió a la ciudad el título de "Muy Benéfica" y la Cruz de Primera Clase de la Orden Española de Beneficencia.[6]

Aunque este puede ser el milagro de mayor repercusión social, casi un siglo antes destacó el extraño "sudor" de la talla. El 22 de junio de 1795, el administrador del Hospital de Dolores, en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, y que llegara a ser teniente coronel de Milicias Provinciales, Francisco Tolosa (héroe también de la victoria sobre Nelson, cuando era capitán) remite una carta al vicario de Santa Cruz en la que narra el extraño suceso ocurrido en la casa de la Familia Carta en Santa Cruz, a la que había sido trasladada la imagen para que curase a la esposa de Don José Carta, milagro que fue concedido junto con el de la sudoración de la imagen. Según el texto remitido al vicario de Santa Cruz de Tenerife: "se observó una erupción de varias partes del rostro de dicha escultura, al parecer como agua, según lo líquido y cristalino de las gotas que formaba. La recogieron en unos algodones, dejando rastro enjuto. Al poco rato, volvió a repetirse este hecho, por lo que citado José Carta llamó al teniente Pedro Ortiz, que volvió a enjugarla, al creer que el origen de este fenómeno se debía a la proximidad de la lámpara que estaba junto a la talla. Así, se retiró la lámpara y, sin embargo, sucedió lo mismo por tercera vez, ya en presencia de más testigos".[3]

Es a partir de ese momento cuando el Señor de las Tribulaciones comenzó a adquirir gran popularidad y devoción por parte de los habitantes de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, de tal manera que su propietario en ese momento, el presbítero Fernando de Fuentes, que lo guardaba celosamente en su casa, se comprometió a realizar un retablo en el desaparecido Convento de San Pedro de Alcántara (la actual Parroquia de San Francisco de Asís), para colocar en perpetuidad la sagrada imagen, como así ocurrió en 1802.[6]

El Señor de las Tribulaciones siempre ha gozado de una gran devoción entre los marineros de la ciudad,[7]​ hecho que se ve potenciado por la consideración de la Iglesia de San Francisco como "Iglesia del Puerto de Santa Cruz".[8]

En la actualidad la Real y Venerable Cofradía del Señor de las Tribulaciones es la encargada de la imagen cristológica y de su culto, actualmente cuenta con más de 155 componentes. En 2005, la Casa Real Española aceptó el nombramiento de Don Juan Carlos I de Borbón como Hermano Mayor Honorario, mientras que Doña Sofía de Grecia aceptó su designación como Camarera de Honor, según consta en el escrito remitido a la cofradía desde Madrid, el 26 de octubre de 2005.[9]​ De este modo la Cofradía del Señor de las Tribulaciones adquirió el título y la distinción de "Real".[10]​ Esta cofradía es una de las más importantes y señoriales de la Semana Santa de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y también de la isla de Tenerife. Actualmente el Señor de las Tribulaciones goza de gran devoción en el barrio de El Toscal y en Santa Cruz de Tenerife en general.

El 21 de noviembre de 2020, en la festividad de Cristo Rey, la imagen realizó una procesión claustral extraordinaria por las naves de la Iglesia de San Francisco para rogar por la finalización de la pandemia por coronavirus.

El año 2011 fue muy importante en la historia de la devoción a esta imagen, pues el Excelentísimo Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife declaró oficial el título hasta entonces popular de "Señor de Santa Cruz". Este título fue aprobado en pleno por parte del ayuntamiento capitalino el 28 de abril de 2011,[11][1]​ mientras que la ceremonia de entrega de dicho título se realizó el 23 de mayo de 2012.[12]

Dicha ceremonia fue llevada a cabo en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, y estuvo presidida por el alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez Esparza, al acto asistieron además los miembros del consistorio capitalino, así como distintos representantes del Gobierno de Canarias, de la Administración del Estado y otros estamentos regionales y locales. También estuvieron presentes el obispo de la Diócesis de Tenerife y miembros del clero.[13]

Con este reconocimiento se pone fin a una petición histórica tanto de los vecinos del barrio de El Toscal como de todos los santacruceros en general de ver declarado oficialmente a su venerado Cristo como "Señor de la ciudad",[4]​ siendo además la primera vez que se da un título de este tipo en Santa Cruz de Tenerife.[4]​ Con esta distinción se reconoce oficialmente al Señor de las Tribulaciones como una de las imágenes más importantes de la ciudad, conjuntamente con los santos patronos de Santa Cruz de Tenerife; Santiago el Mayor, la Santa Cruz y la Virgen de la Consolación.

Para celebrar este acontecimiento histórico en la historia de la ciudad se realizó una exposición en la propia Iglesia de San Francisco de Asís, de objetos y documentos relacionados con la historia y la devoción hacia el Señor de las Tribulaciones, como: las actas del Ayuntamiento de Santa Cruz donde se pone de manifiesto el fin del cólera,[4]​ la petición presentada ante el Consistorio para cambiar el nombre de la calle de Oriente (lugar en el que paró la epidemia) por el de Señor de las Tribulaciones,[4]​ así como también fotos antiguas y hasta un mapa de cómo era la ciudad en el momento en el que se manifestaron sus milagros.[4]​ La mayoría de estos documentos fueron cedidos por el Archivo Municipal de Santa Cruz de Tenerife.[4]

Según el cronista Manuel Hernández González en su descripción del templo franciscano que custodia la imagen: "En el retablo destaca el Señor de las Tribulaciones, obra ecuatoriana que podría emparentarse con el Jesús Nazareno del Padre Carlos de la escuela quiteña del siglo XVII. Fue esculpida con la técnica de la pasta extraída del corazón de la caña del maíz, como la de los indios tarascos de los cristos de Icod y Garachico".[14]

La imagen del Señor de las Tribulaciones es una representación del "Ecce Homo", es decir, Jesucristo flagelado, atado y con la corona de espinas, mientras el gobernador romano Poncio Pilato realiza la famosa frase bíblica: "He aquí el hombre" (Juan 19:5). Su advocación hace referencia al Salmo 80 del Antiguo Testamento: "En la tribulación me invocaste y te libré".[15]​ Como corresponde a muchas de las representaciones del Ecce Homo, la imagen del Señor de las Tribulaciones es de busto. La talla es de autor anónimo y existen varias versiones sobre su origen y procedencia, aunque mayormente se atribuye a la llamada escuela quiteña con influencias de la técnica tarasca de elaboración de los Cristos de caña de maíz. También se lo ha relacionado con la escuela sevillana, con influencias del arte italiano, ya que viene a representar el efectismo de las torturas físicas y el dolor.[5]​ Sin embargo el Doctor Don Jesús Hernández Perera deja abierta la posibilidad de que su autoría proceda de un taller americano, dada la utilización de pasta de maíz.[5]

La imagen del Señor posee varias túnicas de tela bordadas con hilo de oro de alta calidad textil, que le cubren los hombros y el pecho. Estas túnicas les son cambiadas varias veces al año, generalmente luce túnicas de color vino o rojas cuando se encuentra la imagen en su retablo durante todo el año y moradas (color penitencial), cuando se encuentra en su trono procesional en Semana Santa. A pesar de esto, la imagen es una talla originalmente concebida para mostarla sin mantos y túnicas de tela. El Señor de las Tribulaciones se encuentra coronado con un "solideo" un tipo de corona de oro muy característica en el arte sacro canario que imita los rayos solares. El Cristo posee pequeños regeros de sangre que le caen por las sienes, mientras del rostro brotan lágrimas que bajan hasta su boca entreabierta al mismo tiempo que sus ojos miran hacia el cielo.

La imagen se encuentra durante todo el año en la Parroquia de San Francisco en su capilla en un trono de madera ricamente labrado con motivos dorados, rodeado de un arco de medio punto estilizado también en madera que enmarca la imagen. Durante la Semana Santa la imagen es colocada en un trono similar aunque este es de plata noble, con el sol de ráfagas del mismo material que rodea y enaltece a la talla. El trono procesional estrenó en 2005 cuatro espléndidos faroles de plata procedentes de un taller de orfebrería sevillano.[9]​ Durante los días de celebración de la Semana Santa este espectacular trono preside el protagonismo del Altar Mayor de la iglesia con un magnífico dosel bordado en oro.

Previamente a los días principales de celebración de la Semana Santa se celebra en la Iglesia de San Francisco un Quinario dedicado precisamente al Señor de Santa Cruz como anuncio de la llegada del tiempo de Cuaresma. Durante estos días también se celebra una misa por los cofrades difuntos y se imponen las medallas a los nuevos cofrades de la Real y Venerable Cofradía del Señor de las Tribulaciones.[16]

Cada año la imagen del Señor de las Tribulaciones procesiona el Martes Santo por la noche por las calles del barrio del Toscal hasta la calle del Señor de las Tribulaciones para cumplir con el voto que hizo la capital en 1893 en gratitud por librarla de la epidemia del cólera, ya que, según la historia, por la presencia de la imagen en aquel lugar, paró el mal. Durante la procesión la imagen va acompañada por su cofradía, por el alcalde de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y demás representantes de distintas organizaciones de la capital tinerfeña. Al paso le acompaña la Banda de Música Municipal de Santa Cruz de Tenerife que interpreta la marcha fúnebre "El Adiós a la Vida" composición del italiano Giacomo Puccini. Es una procesión relativamente larga (aproximadamente cuatro horas) razón por la cual popularmente es considerada como la procesión de más duración de toda la isla de Tenerife. Es tradición que por las calles por donde pasa el cortejo se realicen alfombras con sal coloreada para recibir a la imagen, durante la procesión el Señor de Santa Cruz recibe los cantos de isas y una ofrenda floral de pétalos, que caen de los balcones y ventanas en forma de lluvia.

La imagen también procesiona el Viernes Santo por la tarde en la Procesión Magna de la Semana Santa de Santa Cruz de Tenerife presidida por el Obispo de la Diócesis de Tenerife[17]​ y por las máximas autoridades de la ciudad. El Cristo va acompañado por las imágenes de pasión de la Iglesia de San Francisco de Asís, entre ellas: la Santísima Virgen de la Amargura, San Juan Evangelista, el Cristo de la Buena Muerte, María Santísima de la Soledad e Insignias de la Pasión y la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén.[18]​ Estas y otras imágenes se integran en la Procesión Magna junto a otras tallas provenientes de diferentes iglesias de la ciudad y recorren las calles del histórico barrio del Toscal.[18]

Cada tercer viernes de mes, se lleva a cabo la conmemoración mensual al Señor de las Tribulaciones, con la celebración de la eucaristía. Finalizada la misma, veneración de la Sagrada Imagen del Cristo, plegaria y canto de su himno.

El Himno del Cristo expresa la devoción del pueblo santacrucero o chicharrero, así como el milagro de la salvación de la ciudad de la epidemia y su procesión anual:[19]

Una antigua y popular oración del Señor de las Tribulaciones dice así:[20]

El Señor de las Tribulaciones es, para la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, una devoción homónima del culto del Cristo de la Vera Cruz en Las Palmas de Gran Canaria, puesto que ambos representan las dos principales devociones cristíferas de ambas capitales canarias.[21][22]​ El Cristo de la Vera Cruz como patrono del ayuntamiento y de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, y el Señor de las Tribulaciones bajo el título de Señor de Santa Cruz en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.




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