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Selinonte



Selinunte (Selinus, griego (Σελινοῦς) en Torre dei Pulci; Silinunti en siciliano) es una antigua ciudad griega del sur de la isla de Sicilia, en la actual provincia de Trapani, en la costa sudoeste, en la desembocadura del río Selinunte, a unos 6 km al oeste del río Hipsa.

Selinunte, en el periodo clásico, fue un rico centro comercial de la Magna Grecia. Tuvo un conflicto permanente con Segesta, ciudad aliada de Atenas. Sin embargo, los atenienses fueron vencidos por los siracusanos y Segesta pidió ayuda a Cartago. Diodoro Sículo cuenta que el comandante cartaginés Aníbal Magón, en el 409 a. C., destruyó Selinunte después de un asedio que se saldó con 16.000 muertos y 5.000 prisioneros. La ciudad fue asediada durante nueve días por un ejército de 100.000 cartagineses. Después de este desastre, Selinunte volvió a ser habitada hasta que durante la primera guerra púnica, hacia el 250 a. C. los cartagineses trasladaron su población a Lilibea.

El sitio arqueológico, en el que destacan los restos de las fortificaciones y numerosos templos de orden dórico, se considera el más extenso de Italia y también de Europa.

Según el historiador ateniense Tucídides, Selinunte fue fundada, bajo la dirección de Pamilo, por colonos de Mégara Hiblea, una ciudad en la costa oriental de Sicilia, en el siglo VII a. C., unos cien años después de la fundación de la ciudad madre.[1]​ La fecha se fija hacia el 628 a. C., pero Diodoro Sículo la sitúa hacia el 650 a. C.[2]​ y Jerónimo de Cardia hacia el 654 a. C. La primera es la fecha más probable. Su nombre deriva de una planta endémica de la zona, el selinon (σελινον) o apio,[3]​ que figura en las monedas de la ciudad.[4]​ Por entonces era la colonia más occidental.

En 580 a. C. aparece la ciudad en guerra contra la vecina Segesta, que no era ciudad griega, la cual obtuvo la victoria gracias al apoyo de emigrantes de Rodas y Cnido, que después fundaron Lípari.[5]​ Las guerras con Segesta continuaron durante mucho tiempo.

El río Mazaros, a unos 20 km al oeste, era la frontera entre Segesta y Selinunte, y esta última tenía un emporio en su desembocadura. Por el otro lado se extendía hasta el Halicos (actual Platani), en la desembocadura del cual colonos de Selinunte fundaron Heraclea Minoa.[6]

De su historia interior se conoce poca cosa. Primero gobernada por oligarquías, pasó después a ser gobernada por tiranos y hacia el 510 a. C. estaba bajo el gobierno del tirano Pitágoras, que fue derrocado por el espartano Eurileonte que asumió el poder, pero fue derrocado a su vez por una revuelta popular.[6]

En 480 a. C. la ciudad abrazó el partido cartaginés durante la gran expedición de Amílcar.[7]​ El contingente de Selinunte ofrecido a los cartagineses llegó tarde. Vuelve a ser mencionada la ciudad en 466 a. C. ayudando a los siracusanos a derrocar a Trasíbulo.[8]

Es posible que en 454 a. C. estuviera otra vez en guerra con Segesta.[9]

Durante el siglo V a. C. Selinunte fue próspera y opulenta. Sus ciudadanos erigieron un tesoro en Olimpia[10]​ y Tucídides la describe en el 415 a. C. como una ciudad donde había muchas riquezas en posesión de particulares o acumuladas en sus templos.[11]​ Diodoro también habla de un largo período de tranquilidad y de una numerosa población en esta época.

En 416 a. C. la disputa entre Segesta y Selinunte —motivada según Tucídides por cuestiones matrimoniales y disputas de tierras— originó la expedición ateniense del 415 a. C.: Selinunte pidió ayuda a Siracusa y bloqueó a Segesta por tierra y mar. Los segestanos solicitaron apoyo a Atenas.[12]​ Seguramente los asediadores se retiraron a la llegada de los atenienses, ya que no se vuelve a hablar del asedio. Los atenienses obligaron a Selinunte a someterse en términos moderados, y dirigieron su principal esfuerzo contra Siracusa. Selinunte es mencionada como aliada de Siracusa, a la que proveyó de soldados.[13]​ Por otra parte, las fuerzas espartanas enviadas bajo el mando de Gilipo desembarcaron en la primavera del 413 a. C. en Sicilia y marcharon en ayuda de Siracusa junto con algunas tropas de Selinunte, Gela, Hímera y también sículos.[14]

La derrota de los atenienses dejó a Segesta en manos de Selinunte y sus aliados. Segesta cedió sin condiciones el distrito fronterizo objeto de disputa, pero Selinunte pronto se consideró insatisfecha e hizo nuevos ataques a Segesta, que hubo de recabar ayuda a Cartago.[15]​ Los segestanos y la fuerza expedicionaria cartaginesa derrotaron a Selinunte en una batalla (410 a. C.),[16]​ y a la primavera siguiente un gran ejército cartaginés dirigido por Aníbal Magón (nieto de Amílcar que había muerto en Hímera) desembarcó en Lilibea y de allí pasó a Selinunte. La ciudad no estaba bien preparada para la defensa, con las fortificaciones en mal estado, y no recibió ayuda a tiempo de Siracusa, Agrigento y Gela como esperaba. Selinunte hizo una defensa desesperada, primero en las murallas y después casa por casa, pero los cartagineses, después de 10 días de lucha, ocuparon la ciudad y buena parte de los defensores fueron ejecutados (unos 16.000 habitantes murieron, unos 5.000 fueron hechos prisioneros y sólo 2.600 pudieron escapar hacia Agrigento bajo la dirección de Empedión).[17]

Aníbal destruyó las murallas pero, tras la intermediación de Empedión, que antes del asedio había aconsejado a los selinuncios no hacer la guerra a los cartagineses, permitió a los supervivientes que volvieran a la ciudad como tributarios de Cartago.[2]​ Unos pocos miles de ellos se establecieron en la ciudad bajo la dirección de Hermócrates de Siracusa.[18]​ En 405 a. C. el tratado entre Cartago y Dionisio I de Siracusa confirmó a Selinunte como posesión cartaginesa, pero la ciudad ya no recuperó su antiguo poder. Se fijó el río Halicos como límite oriental.

En 397 a. C. Selinunte se declaró a favor de Dionisio I durante la guerra contra Cartago,[19]​ pero por el tratado de paz del 383 a. C. la ciudad volvió a Cartago y el Halicos fue confirmado como frontera oriental.[20]​ Poco antes de morir Dionisio la recuperó por las armas, pero fue una dominación efímera.[21]

Nuevamente en 314 a. C., en un tratado de paz firmado por Agatocles, Selinunte, Heraclea Minoa e Hímera fueron confirmadas como posesiones cartaginesas "como lo habían sido antes".[22]

En 276 a. C. durante la expedición de Pirro de Epiro a Sicilia, Selinunte se le sometió voluntariamente después de la conquista de Heraclea Minoa por el rey epirota,[23]​ pero a su salida, dos años después, Selinunte volvió a Cartago.

Era posesión cartaginesa al comenzar la primera guerra púnica y su territorio fue teatro de operaciones militares. Hacia el 250 a. C., cuando los cartagineses decidieron concentrar la defensa en algunos puntos concretos, los habitantes fueron llevados a Lilibea, y Selinunte fue destruida.[24]​ Probablemente nunca fue reconstruida.

Estrabón dice que era una ciudad extinguida.[25]Claudio Ptolomeo menciona el río sin nombrar a la ciudad. Las Thermae Selinuntiae mencionadas en tiempos de los romanos (más tarde, bajo el imperio citadas como Aquae Labodes o Labores), estaban a una gran distancia de la antigua ciudad (a unos 30 km al este) y corresponden a la moderna Sciacca.

En el sitio arqueológico de Selinunte se conservan los restos de varios templos de orden dórico en torno a la acrópolis (A,B,C,D,O,R e Y) y otros tres ubicados en la colina Marinela, hacia el este (E, F y G). Además, al oeste del río Selinunte, en la colina Gaggera, había una serie de santuarios entre los que destaca el santuario de Deméter Maloforos, donde se hallaron miles de figuras votivas.[26]​ Al norte de este, se encontraba el llamado templo M[27]​ y al sur un santuario de Hera.[28][29]​ Se ha sugerido que esta proliferación de templos es debida a un deseo de afirmación de la identidad de polis helénica ante la proximidad de la ciudad a territorios no griegos de la isla de Sicilia.[30]

Los templos de Selinunte se han designado por letras debido a que no se conoce con seguridad cuál era la divinidad a la que estaba dedicado cada uno.

El templo F, puesto que tenía cerrada la perístasis, se cree que estaba dedicado a un culto mistérico a Deméter o a Dioniso[32]​ aunque también se ha sugerido que podría haber estado dedicado a Atenea; por otra parte, el templo G era el más grande, no llegó a ser acabado y podría haber estado dedicado a Apolo o haber sido un templo de todos los dioses del Olimpo. Los templos A y O estaban situados de manera paralela. Estos templos, al igual que los templos B y D, están destruidos.

Se conservan restos de fortificaciones desde el siglo VI a. C. cuyos restos más impresionantes pertenecen al siglo IV a. C. entre los que destaca el sofisticado sistema defensivo que protegía la puerta norte, que incluía murallas de un grosor de casi 6 metros.[33]

En el Museo Arqueológico de Palermo se conservan multitud de objetos hallados en el sitio arqueológico, entre los que destacan varias metopas de los templos donde aparecen representadas figuras mitológicas en relieve[34]​ así como piezas de cerámica[35]​ y de terracota.[36]​ También se exhiben monedas de Selinunte, que fue una de las primeras ciudades de Sicilia en emitirlas, ya que las más antiguas pertenecen al siglo VI a. C.[37]

Otros objetos hallados se encuentran en el Museo Municipal de Castelvetrano, entre los que destaca una estatua de bronce del siglo V a. C. conocida como el Efebo de Selinunte. El iconólogo e historiador del arte Giuseppe Camporeale ha sugerido que esta estatua representa a Dioniso Yaco.[38]




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