La Sinfonía No.5 en Re Mayor Op. 107, conocida como Sinfonía de la Reforma, fue compuesta por Felix Mendelssohn en 1830, y estrenada en noviembre de 1832, en Berlín. La sinfonía se compuso en honor al tricentenario de la presentación de las confesiones de Augsburgo, también conocidas como Confesión Augustana.
La Confesión Augustana es una obra que constituye la primera exposición oficial de los principios del luteranismo, y su presentación al emperador Carlos V en junio de 1530 fue un punto de inflexión en la reforma Protestante. En realidad, es la segunda de sus cinco sinfonías maduras para gran orquesta, pero fue publicada en 1868, 21 años después de la muerte de Mendelssohn, como Sinfonía No.5. Aunque no es muy interpretada, en la actualidad goza de mayor popularidad que durante la vida del compositor.
En diciembre de 1829, un año antes de que el rey Federico Guillermo III de Prusia anunciara la celebración del tricentenario de las Confesiones de Augsburgo, Mendelssohn comenzó a trabajar en la sinfonía n.º 5 "Reforma". La celebración se llevaría a cabo en junio de 1830, y tenía intención de terminar la obra en enero de este año. Sin embargo, problemas de salud le llevaron a tardar más de lo esperado: a finales de marzo, la sinfonía todavía estaba sin terminar, y en un giro desfavorable de acontecimientos, Mendelssohn enfermó de sarampión. Terminó la sinfonía en mayo, y por desgracia era demasiado tarde para que reconocieran la sinfonía para las celebraciones.
Algunas autoridades han sugerido, también, que el antisemitismo, cada vez más creciente en esta época, especialmente en Alemania, pudo haber jugado un papel decisivo en la ausencia de la sinfonía en las celebraciones. Pero, por otro lado, un compositor exitoso que empezaba a ser aclamado en Berlín, Eduard Grell, compuso una pieza para coro masculino que quizás coincidiese más con la idea de estas celebraciones que la extensa sinfonía de Mendelssohn.
Cuando Mendelssohn terminó la sinfonía, François-Antoine Habeneck planeó una interpretación de ésta en la primavera de 1832, pero también fue cancelada después de solo un ensayo. La razón fue que los músicos la encontraron intocable ("demasiado didáctica, demasiado fugato e insuficiente melodía"). Mendelssohn, humillado por esta experiencia, estaba decepcionado con la obra.
Al final, en 1832 se interpretó la sinfonía en Berlín, dirigida por el mismo compositor y después de haberla revisado. Tras esto, en 1838 declaró que era una obra que le gustaría destruir. En su mente, la obra estaba ligada por entero a la celebración para la que fue escrita, lo cual hizo que el compositor la abandonara una vez que pasó la ocasión, y nunca se volvió a interpretar durante su vida.
De esta forma, no volvió a interpretarse hasta 1868, el mismo año en que fue publicada (21 años después de su muerte) como 5ª sinfonía.
En realidad, tanto el número como el Opus de esta sinfonía son erróneos respecto a la posición cronológica de las obras de Mendelssohn. Debido a su muerte joven, muchas obras no habían sido publicadas y los números de las composiciones más allá del Op. 72 fueron fijados por otros por el orden en que se editaban tras su muerte. Así, en realidad esta sinfonía es la segunda de sus cinco sinfonías maduras para gran orquesta.
La tonalidad de la sinfonía aparece como Re mayor en la portada de la partitura autógrafa de Mendelssohn. Sin embargo, solo la introducción está escrita en Re Mayor, pues el tema principal y la fórmula cadencial del primer movimiento están en Re Menor. El mismo compositor se refería a dicha sinfonía como "Sinfonía en Re menor"
La sinfonía está compuesta para;
En esta sinfonía, Mendelssohn, incluye dos temas de manifiestos protestantes que normalmente no tendrían cabida en una sinfonía: el "Dresden Amen" y el coral "Ein' feste Burg ist unser Gott"
La sinfonía dura aproximadamente treinta minutos y consta de cuatro movimientos:
I. Andante – Allegro con Fuoco – Andante – meno Allegro
II. Allegro vivace
III. Andante
IV. Chorale: Ein’ feste Burg ist unser Gott. Andante con moto – Allegro vivace – Allegro maestoso
El primer movimiento es el que tiene mayor duración, seguido de cerca por el último. Los movimientos centrales son bastante cortos, especialmente el tercero.
El primer movimiento tiene forma de sonata. La obra comienza con una lenta introducción de tipo coral (Andante), que aparece casi como una fuga. El Amén de Dresde (una secuencia serena de subida de acordes que son familiares para los feligreses antes y ahora) se escucha dos veces en las cuerdas justo antes de llegar al Allegro.
También volverá a aparecer antes de la reexposición.
Cabe recordar que Mendelssohn estudió mucho a Johann Sebastian Bach, y precisamente fue su "redescubridor". Así, en los corales, fugas, contrapunto... vemos el estudio de la maestría del compositor barroco.
El segundo movimiento es la única parte de la sinfonía que refleja el estilo ligero y delicado de Mendelssohn. Tiene forma de scherzo, es decir, un ABA en 3/4, seguido por una breve coda. Está derivado (por inversión) del motivo del Dresden Amen. El movimiento comienza y termina en la tonalidad de Si bemol mayor, mientras que la parte central se encuentra en Sol mayor.
El tercer movimiento es un Andante en sol menor, en una medida de 2/4. El único problema con la tonalidad es la breve presencia de Si bemol mayor en los compases del 12 al 20. La forma recuerda más a la música vocal que a la música instrumental. Se compone de melodías alternadas y episodios, con una cuasi-aria insertada después del segundo episodio, y una coda para terminar. También podemos ver un sencillo formulario ABA, teniendo en cuenta que el primer y tercer episodios son del mismo material original de música, y el otro episodio, intercalado entre los dos, contrastando.
En el último movimiento, escrito en 4/4, Mendelssohn combina diferentes formas estructurales, la incorporación de elementos corales y variaciones de la forma sonata. Los elementos del coral de alguna manera están integrados aquí y allá la forma, por lo tanto, no es una forma de sonata tradicional. Para honrar a Lutero, en la obertura , un solo de flauta entona la melodía del himno de Lutero (Ein' feste Burg ist unser Gott; "Castillo fuerte es nuestro Dios", en castellano). Más tarde vuelve el himno en los metales, como un cantus firmus. La obra acaba con una manifestación plena del himno, armonizado a la manera coral.
La intención de Mendelssohn al hacer la sinfonía, incluyendo el "Dresden Amen", etc, lleva a pensar que la sinfonía “Reforma” de Mendelssohn es un caso más de música programática. Podríamos relacionar esto con la insatisfacción del compositor con esta sinfonía, pues encontramos detrás de esto la teoría de representación musical de A.B.Marx, que tan cercano era y tanto influenció a nuestro compositor. Así, la “reforma” estaba diseñada como una expresión musical de la teoría de Marx. Esta era: todos los grandes trabajos de música están basados en una idea fundamental, la música tiene la habilidad de expresar ideas o conceptos. De esta forma, un gran compositor podría incluso encapsular acontecimientos históricos dentro de una obra musical, todo el trabajo necesario era un título programático para indicar a la audiencia con qué se relaciona la música. Por consiguiente, la Reforma podría expresarse musicalmente. Mendelssohn comenzaría a ser escéptico con respecto a las ideas de su amigo, pensaba que una gran obra no necesitaría de un título. Pero el problema que encontró Mendelssohn es que la sinfonía, con sus citas de temas anteriores y litúrgicamente preexistentes, no es suficientemente comprensible sin algún tipo de clave hermenéutica (lingüística) para explicar estos procedimientos no convencionales. Esto parece ser una se las raíces de la insatisfacción del compositor con la obra.
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