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Telerealidad



La telerrealidad o TV de vida real[1][2]​ (también conocido por el anglicismo reality show) es un género de televisión que se encarga de documentar situaciones sin guion y con ocurrencias actuales, en las cuales interactúa un elenco que hasta entonces es desconocido. Este género usualmente resalta lo dramático y conflictivo de la vida de los personajes, algo que lo compara con el género documental.[3]​ Utiliza diferentes elementos estandarizados como los confesionales donde el elenco expresa sus pensamientos, e inclusive sirven como narradores del programa. En competiciones basadas en telerrealidades, existe la parte de eliminación por episodio, un panel de jueces y el concepto de inmunidad de la eliminación.

La existencia de este género empieza a principios de 1991 con la serie neerlandesa Nummer 28, que fue el primer programa en juntar a desconocidos y grabar sus interacciones.[4]​ El fenómeno se retoma a finales de 1990 e inicios de los años 2000 con los grandes éxitos internacionales Survivor y Big Brother.[5]​ Estos últimos, junto a otros programas basados en competiciones, se volvieron franquicias globales con decenas de versiones en diferentes países. La telerrealidad se convirtió en un elemento para la programación televisiva. En Estados Unidos, varios canales se han especializado en la realización de programas de telerrealidad. El más famoso es MTV, canal nacido en 1981 como expositor de videos musicales, el cual cambió su formato a programas de realidad a principios del año 2000.

Hay ciertas áreas que se acercan a lo que puede ser clasificado como telerrealidad. Documentales, noticieros, programas deportivos, talk show y programas tradicionales de competencias que no se clasifican dentro del concepto de telerrealidad, aunque tengan elementos básicos del género, como situaciones espontáneas y a veces participantes desconocidos. Algunos programas que siguen al género son aquellos de cámara oculta, programas que buscan talentos, series donde se documenta la vida ordinaria de personas, programas con un gran concepto de juegos, programas de reparación o remodelación de hogares y programas de casos de la vida real.

Se ha criticado mucho este género desde el incremento de su popularidad. Mucha de esta crítica se ha centrado en el uso de la palabra «realidad» y cierto tipo de shows que se presentan como programas que hacen una crónica de eventos ocurridos. Se ha debatido que la televisión de realidad no presenta la realidad implícita (los participantes son presentados en situaciones artificiales o falsas) y la tachan de engañosa o incluso fraudulenta, por el uso de la técnica de la edición, porque se dice que los participantes son entrenados para comportarse y para saber qué decir, las historias son generadas con anterioridad y las escenas son coreografiadas para las cámaras. Otras críticas incluyen el querer humillar y explotar a los participantes (principalmente en programas de competencias), que hacen estrellas a quienes no tienen talento, cultura, ni son figuras públicas, que además no son de confianza y que embellecen la vulgaridad y el materialismo.

Los teóricos establecen una clasificación de los programas dependiendo de las funciones sociales que se han atribuido a la televisión que son las de formar, informar y distraer, de las cuales derivan, respectivamente, los programas educativos, informativos y de entretenimiento.

Son muchos los autores que coinciden en que este género no pertenece en exclusiva ni a lo informativo, ni a lo educativo, ni a lo espectacular, ni a lo real, ni a lo ficticio, sino que pertenece a todos, incluso a la política; la aparición de numerosos escándalos sobre el comportamiento de personajes públicos, los resultados de la crisis económica, el gran distanciamiento entre electores y elegidos, la inflación informativa, etc. Además, la convivencia entre los profesionales de los medios y los políticos habría creado una opacidad en la información que ha arruinado la autoridad y la legitimidad que poseían las instituciones.

El primer tipo de programa de telerrealidad fue la cámara escondida, la cual debutó con el programa estadounidense Candid Camera del año 1948. Le siguieron los programas de concursos televisivos originados en los años 50, cuyo primer exponente exitoso fue Miss America, un concurso de belleza tradicional trasladado a la televisión. Hoy en día, los concursos televisivos ya no se incluyen en el género del programa de telerrealidad ya que presentan un guion y son rodados en un ambiente artificial (un estudio de TV). Sin embargo, ocasionalmente se los incluye en el género.[6]

En España el primer programa de telerrealidad data del año 1948. Con el título "¿Quiere usted ser torero?", se grabaron y emitieron una serie de programas de prueba donde participaban aspirantes a torero, previamente seleccionados, faenando en diferentes plazas de Madrid.[7]

A mediados de los años 70 Estados Unidos vivió el primer boom del género, que fue generado por el programa de PBS, An American Family (1973) un programa en el cual la cámara seguía semanalmente la vida de una familia californiana de apellido Loud, cuyos integrantes se convirtieron en estrellas de televisión.[8]​ Varios programas en EE. UU., Canadá y el Reino Unido copiaron el concepto, aunque este primer boom no logró extenderse más allá del mundo anglosajón.

El segundo boom, que dura hasta hoy, se produjo a partir del año 1989, cuando salió al aire COPS, un programa que acompañaba a policías durante su trabajo. Este programa fue copiado y adaptado a varios otros oficios (por ejemplo, médicos) durante los años 1990 y la primera década del Siglo XXI. Por otra parte, surgieron los shows del tipo Encierro, cuyo origen se remonta al programa neerlandés Nummer 28 del año 1991, el cual fue adaptado un año más tarde por MTV en The Real World y complementado por elementos de game show en Big Brother en 1999.

Durante la segunda mitad de los años 1990 y los primeros años del nuevo siglo surgieron una gran variedad de variantes del concepto, muchos de las cuales tuvieron su origen en Japón. Sobre todo la mezcla entre programas de telerrealidad y programas de juego, sobre todo programas de concursos de canto (como Popstars) fueron muy populares en los años entre 2000 y 2005. Posteriormente hubo una leve decaída del género, sin embargo, este tipo de formatos siguen siendo populares.

En México, el primer programa de telerrealidad fue el que se dio a conocer en la década de 1980 gracias a la televisora pública IMEVISION, quien transmitió el programa Ciudadano Infraganti, donde su conductor Oscar Cadena salía a las calles de la ciudad de México y de otras ciudades del país con una cámara de televisión para entrevistar o evidenciar a los ciudadanos en su comportamiento cívico y social, como problemas de tránsito, problemas de basura en las calles, el maltrato ejercido por autoridades y burócratas, quejas y acusaciones vecinales, eventos masivos de espectáculos y de deportes fuera de los estadios como el mundial México 86, el concierto de Rod Stewart en Querétaro, y testimonios reales de tragedias como las explosiones de San Juan Ixhuatepec de 1984 o los rescates y las sobrevivencias de los terremotos de 1985. Todo acontecer era videograbado y evidenciado con intentos de entrevistas, agresiones, groserías, tal como ocurría, aún con censura, y todo esto con un sentido social, anticipando lo que vendría después en los noventas con los programas de opinión y debate (Y usted qué opina, te ke, Diálogos en confianza) y los talks shows (Cristina, Laura de América, María Laria, El Show de Cevcec). Años después Oscar Cadena ingresa a Televisa y produce Cámara Infraganti con un formato semejante a lo que fue Ciudadano Infraganti, enriqueciéndolo con concursos como Sopa de Videos, con el auge que tuvieron en su momento y que forman parte del fenómeno telerrealidad, como son los vídeos caseros espontáneos de situaciones chuscas y bromas pesadas, acusaciones y testimonios de problemas sociales y vecinales. Por la misma época también se hicieron populares los programas de vídeos chuscos (Ay Caramba, Que Cotorreo, Lente Loco, Solo Para Reír, la saga de películas La Risa en Vacaciones) y los programas dramatizados de testimonio real (Mujer, casos de la vida real, Lo que callamos las mujeres).

El concepto de Reality Show no era conocido en México, mucho menos los concursos psicosociales de encierros o aislamientos voluntarios, hasta que Televisa contrata los servicios de Endemol de Países Bajos y trae la concesión de Big Brother en 2002. En su primera emisión, con personas desconocidas, fue todo un éxito; tuvo dos emisiones más en los años siguientes, y después la versión Big Brother VIP con personalidades públicas (actores, conductores, periodistas, cantantes, deportistas y políticos) con un gran éxito mayor a la anterior, y de ahí en más 7 emisiones con éxito total. TV Azteca lanza meses después La Academia, superando a la versión mexicana de Operación Triunfo de Televisa, donde 14 jóvenes son preparados en una escuela de alto rendimiento para formar cantantes profesionales para la industria discográfica, quizás la telerrealidad de mayor aceptación y con mayor responsabilidad social que Big Brother. En los años siguientes se siguió realizando, y de allí salieron dos de los cantantes de Pop Mexicano de mayor éxito: Yahir en 2002 y Yuridia en 2006. También en su versión para niños La Academia Kids, misma temática pero ahora con las madres acompañando a los concursantes.

El colapso de Susan Boyle ha elevado el tono de las críticas de lo que se ha llamado el síndrome del Show de Truman (por la película The Truman Show protagonizada por Jim Carrey). Ese es el nombre dado a los problemas que sufren los participantes de telerrealidad después de ser eliminados o que el programa termina, y su fama desaparece. Se critica el exceso de una industria construida alrededor de lo que se ha llamado «personas desechables» (en inglés disposable people). [9]

Un estudio de la página web TheWarp.com en la semana del 6 de junio de 2009, mostraba que por lo menos 11 exparticipantes de programas de telerrealidad se habían suicidado en los últimos tiempos. En Estados Unidos existen psicólogos especializados en el tema. Jamie Huysman creó la organización AfterTVcare, que ha tratado a más de 800 exconcursantes.[9]

En México era muy poca la gente que conocía este concepto y sus contenidos sin censura (desnudos constantes y actos de exhibicionismo a las cámaras tipo spring breaker; masturbaciones, ligues, orgías y relaciones sexuales con sexo explícito heterosexual, homosexual y lésbico sin censura; muestra en vivo de necesidades fisiológicas en el baño como orinar, defecar, y bañarse desnudo; cambios de ropa expuestos; groserías, maldiciones y malas palabras permitidas por las autoridades; agresiones verbales y físicas; ingesta de bebidas alcohólicas y cigarro en exceso; borracheras; insultos; segregación y burla a religiones, grupos de convivencia, símbolos nacionales y religiosos e incluso actos de racismo). Esto provocó la protesta y la queja de muchos sectores por los daños irreversibles a la sociedad del carácter sanitario y moral de estos programas: la iglesia católica, las iglesias cristianas, los sectores educativos públicos y privados, los intelectuales, las organizaciones no gubernamentales, sectores políticos y de gobierno, algunos anunciantes de marcas comerciales y grupos conservadores como "A Favor de lo mejor" fueron los primeros en manifestar su repudio y rechazo a estos programas dando debate en la sociedad sobre el tema de la libertad de expresión y del manejo de las televisoras en sus contenidos. Años después se aprobó una nueva ley de radio, cine y televisión, donde se permiten la producción de algunos programas con contenidos diferentes o fuertes en ciertos horarios estratégicos para diversificar la demanda o la aceptación de un programa que genere índice de audiencia a las televisiones, aunque también está en debate el lujo de los contenidos de los programas de televisión abierta y de pago.[cita requerida]

Lo muy criticado también es el permitir que personas comunes y corrientes como cualquier ciudadano puedan participar en el cual su cuerpo, alma, espíritu, intimidad, su vida humana normal y común y el de sus familiares y amistades desde su nacimiento pueda ser utilizado y manejado como mercancía con derecho de perpetuidad de los ejecutivos, productores, televisoras y anunciantes a su antojo, dando al ser humano como un objeto insignificante y exterminable, esto es por la peligrosidad de estos concursos que no son más que experimentos psicosociales utilizados en manicomios, reclusorios, internados y campos de concentración y exterminio nazi, permitiendo ser tratado como animal de laboratorio experimental, que puedan llegar al individuo al estado de locura y lo peor, al suicidio, a la muerte, síntomas como cambios repentinos de comportamiento, efectos emocionales depresivos por el tiempo prolongado del encierro o aislamiento y efectos emocionales por incomunicación con familiares, con el público espectador en la T.V. y en el internet, y con la producción del programa y de la televisora, puedan afectar permanentemente a los concursantes, sin embargo, las lagunas médico-psiquiátricas y sobre todo las lagunas legales y penales han permitido que las televisoras, con el apoyo legal de barras de abogados al mejor postor, elaboren contratos a los concursantes haciendo su participación voluntaria, no se le obliga a participar con chantaje o amenaza personal, política, religiosa o de segregación al concursante dándole a conocer muchas veces los riesgos y la peligrosidad de estos programas, y la televisora se le deslinda toda responsabilidad en general de cualquier daño permanente a los concursantes y sus familiares, dando lugar a que por su participación gane fama, fortuna, reconocimiento, premios no muy cuantiosos, y reconocimiento momentáneo de su participación pero efímero, fácil, desechable y al olvido.Esto no hace más que confirmar la teoría Marxista donde el trabajador (personaje) en este caso tiene un valor que fluctúa de acuerdo con la oferta y demanda, se convierte así en un bien de consumo más, una mercancía.

Como Big Brother es la referencia histórica del fenómeno de las telerrealidades en México, también se cuestiona en el público el conocimiento de la existencia de estos programas, pero sobre todo, de la expectación y el gusto de parte de algunos sectores de la sociedad mexicana antes de iniciada al aire las transmisiones de estos programas en televisión como las clases sociales económicas altas, los juniors o fresas, los grupos de contracultura o tribus urbanas, la comunidad homosexual y de personas transgénero, algunos grupos intelectuales o artistas, el público de mente abierta y de amplio criterio y sobre todo tanto las élites corporativas, financieras y políticas como el público joven actual nacidos en los ochentas y noventas del siglo XX en México; donde tanto Endemol, empresa de medios holandesa creadora de este programa y algunas empresas globales, tienen el lineamiento de tomar en cuenta hacer programas únicamente para un público que oscilen entre edades de 12 a 25 años, dando con esto un problema grave en la sociedad como es la exclusión de otros sectores de la sociedad vulnerables a estos programas como los niños, los jóvenes menores de 12 años, los adultos mayores de 25 años, la gente de la tercera edad, los indígenas, las personas con capacidades especiales, algunas minorías religiosas, dando con esto un problema de discriminación, racismo, exclusión y división de la sociedad.

Los programas de telerrealidad se pueden clasificar en 3 grandes grupos:

Los elementos comunes que caracterizan los programas de telerrealidad son los personajes y sus historias presuntamente tomadas de la vida cotidiana. El protagonista, normalmente, se presenta como un ciudadano medio, gente corriente que está dispuesto a actuar como una estrella de las pantallas a cambio de hacer pública su vida privada. El sujeto anónimo de la gran masa se convierte en una "estrella" dado que una de las funciones de los medios de comunicación es otorgar estatus.

Un programa de telerrealidad incluye procedimientos semejantes a los informativos: noticias sobre determinados hechos, documentos, conexiones en directo, avances de agenda y enviados especiales o corresponsales en el extranjero. Actualmente se está desarrollando un género híbrido de telerrealidad llamado infoentretenimiento.

Este estilo también es conocido como "Fly On The Wall" o "Factual Television" en inglés. En diversos programas de telerrealidad, las tomas de la cámara y la edición dan al espectador la impresión de ser observadores pasivos al seguir a las personas en sus actividades diarias, sean personales o de trabajo. Los argumentos de las historias se construyen ocasionalmente gracias al montaje por edición o a situaciones planeadas, esto se asemeja a un serial televisivo pero con las características de un docudrama. En otras palabras, el Estilo Documental ofrece una observación más privada a la vida de los sujetos. Cabe mencionar que a pesar de tener características de un documental, estos programas son diferentes a ese género cinematográfico de no ficción.

El Estilo Documental se divide en diferentes subcategorías o variantes:

Big Brother es probablemente el ejemplo más conocido alrededor del mundo, con aproximadamente 50 versiones internacionales diferentes producidas. Otro ejemplo es The 1900 House, programa donde los miembros de una familia moderna trataban de vivir en la época Victoriana por tres meses en una casa modificada. Confianza Ciega fue un formato que ponía a prueba el compromiso de los integrantes de parejas sentimentales separándolos en dos casas diferentes. U8TV: The Lofters combinó las características del “entorno especial de convivencia” con el de “actividad profesional”; además, de que los miembros vivían juntos en un loft, cada uno de ellos fue contratado para participar en una programa de televisión para un canal de cable canadiense.

Este subgénero de la telerrealidad tiene como base casos o situaciones jurídicos reales. Se puede dividir en:

Otro subgénero son los programas de competencias, también llamados "shows de juegos", los cuales siguen el formato de concursos no-torneos de eliminación. Usualmente los participantes son grabados en competencia para ganar un premio mientras viven juntos en un ambiente confinados a puerta cerrada. En muchos casos, los participantes son eliminados hasta que una persona o un equipo es declarado el ganador; cada participante es eliminado uno por uno (o a veces dos una vez, esto sucede para que el episodio tenga un twist radical y se respete la duración dada al programa), por medio de votación de desaprobación o por votación al favorito a ganar. El voto es realizado por la audiencia, por los mismos participantes, por un panel de jueces o por la combinación de alguno de los tres. Un buen ejemplo de este subgénero es la telerrealidad global "Big Brother", en la cual los miembros viven juntos en la misma casa, donde los participantes desalojaban la casa en intervalos regulares por votación de la audiencia, o en el caso de la versión americana, por el voto de los participantes.

Existe desacuerdo en si los programas que buscan talentos como la serie Idol, la serie de Got Talent y la serie Dancing With the Stars son realmente acreedores a pertenecer a este subgénero. Aunque los programas involucran la búsqueda tradicional de talentos, siguen la convención de eliminar participantes uno por uno, y separan las actuaciones con vídeo clips mostrando la historias de sus participantes, sus pensamientos acerca de la competición, sus ensayos y sus momentos detrás de cámaras. En adición existe relación entre participantes y jueces.

Los de 'juegos' como ¿Quisiera ser Millonario?, se hicieron famosos en los 2000, sin embargo también mienten en ciertos aspectos. Algunos programas tradicionales, como Atinarle al precio, la acción sucede en un estudio cerrado de televisión en un corto periodo de tiempo; no obstante, tienen un costo de producción mucho más alto, música más dinámica y retos más difíciles donde se pone a prueba el físico o mentalidad del participante para ganar un premio o efectivo. Aquí la interacción se da entre conductor y participante, en ciertos casos también se elimina a uno o varios participantes.[11]

Han existido varias telerrealidades híbridas. Una muy conocida fue la Star Academy, la cual combinó Big Brother con el formato de la serie Idol. The Biggest Loser se combina con un formato de competencia para la mejora personal.

Algunas variantes populares del subgénero incluyen:

Un concepto pionero, y único, para las competencias es la idea de la inmunidad, por la cual cada concursante puede ganar la excepción a ser eliminado del programa. Este concepto fue propuesto por Mark Burnett, el productor de la versión estadounidense de Survivor, la cual tuvo su primera temporada en el año 2000. En Survivor las reglas para obtener la inmunidad cada vez se volvían más complejas mientras iba avanzando la temporada e iban quedando menos participantes en la telerrealidad.[12]​ En muchos programas, la inmunidad es el premio de varios retos y quien gana el reto es digno de la inmunidad. Esta es dicha públicamente y no puede regalarse a otro participante. Es utilizada principalmente en programas de concursos/juegos.[13]

Elemento básico en donde los participantes "confiesan" detalles de sus estrategias o de las situaciones ocurridas en el concurso.

Algunos programas cubren el momento donde un grupo de personas cambia la vida de alguien "mejorando" cierta situación de los participantes. Algunas veces el mismo grupo de personas cubren toda la temporada (como en The Swan y Celebrity Fit Club), pero usualmente debe de haber un nuevo objetivo para mejorar cada episodio. A pesar de las diferencias de los contenidos, este formato es casi siempre el mismo: empieza introduciendo a los sujetos o el ambiente o situación de mejora, después se presenta a los expertos quienes dan las instrucciones para mejorar y finalmente los sujetos son devueltos a su situación pero con cambios. Esta categoría integra: The Biggest Loser, Extreme Weight Loss y Fat March (pérdida de peso), Extreme Makeover (remodelación de domicilios), Queer Eye, What Not to Wear y How Do I Look? (estilo), Supernanny (cuidado de niños), Made (transformación de vida), Trinny & Susannah Undress y Bridalplasty (fashion y cambio cosmético), Tool Academy (construcción) y Charm School y From G's to Gents (mejoras de comportamiento). El programa Inglés Snog Marry Avoid?, presentado por Ellie Taylor muestra a miembros del público quienes usualmente llevan puesto un vestido extraño o sin sentido y les hacen un cambio de look para hacerlos "formales o presentables".

Muestra la renovación o el cambio de parte o de todo el espacio donde una persona vive, trabaja, o vehículo. La serie americana This Old House Fue la primera en esta categoría, debutando en 1979 y enseña el principio y fin de una renovación a diferentes casas a lo largo de la temporada; el crítico mediático Jeff Jarvis especula que este ha sido "uno de los más originales programas de telerrealidad".[14]​ En el programa británico Changing Rooms, comenzando en 1996, fue el primero en renovar a concursantes diferentes cada semana. Otros programas incluidos en esta categoría son: Extreme Makeover: Home Edition, Debbie Travis' Facelift, Designed to Sell, While You Were Out y Holmes on Homes. Pimp My Ride y Overhaulin' reconstruyen vehículos. Otros shows, como Restaurant Makeover y Ramsay's Kitchen Nightmares, muestran los pros y los contras de controlar un restaurante remodelado.

Otro tipo de programa es el de experimento social el cual produce drama, conflicto y a veces transformación. Wife Swap, el cual se empieza a transmitir en el 2003 en Channel 4, y el cual se transmite por 4 temporadas más en ABC, es un gran ejemplo. Personas con diferentes valores acuerdan vivir todos bajo el mismo techo por un corto periodo de tiempo. Otros programas en esta categoría incluyen Trading Spouses, The Bad Girls Club, Holiday Showdown y Secret Millionaire. Faking It fue una serie donde los participantes eran personas que aprendieron una nueva habilidad y que aprenden a ser expertos en eso. Shattered fue una serie muy controversial de Inglaterra en la cual los concursantes competían por descubrir quien podía pasar más tiempo sin dormir.

Otra categoría es la que implica la famosa cámara escondida la cual siempre está grabando a personas aleatorias en una extraña situación. Algunas variantes modernas Punk'd, Trigger Happy TV, Primetime: What Would You Do?, The Jamie Kennedy Experiment y Just for Laughs: Gags.

No todos asustan. Por ejemplo, en el programa Cheaters, se graba a sospechosos de infidelidad.[15]

Telerrealidades sobrenaturales y paranormales, como MTV's Fear, exponen a los participantes en situaciones terroríficas lo cual se envuelve alrededor de lo paranormal. En general, estos programas siguen un patrón estético de visión nocturna, y cámara a mano. También tienen ángulos extraños, subtítulos estableciendo lugar y tiempo, imagen distorsionada y banda sonora no melódica.

En esta tendencia toman lo paranormal a otra face, el editor cultural de New York Times Mike Hale [16]​ caracteriza la categoría de cazafantasmas como puro teatro y lo compara con lucha libre profesional o pornografía softcore por sus burlas.[17]

Un caso especial lo constituyen algunos programas de telerrealidad concebidos para el mundo árabe. Habida cuenta de las grandes diferencias culturales con occidente, se optó por un producto afín con la sociedad a la que estaba destinada: la poesía árabe. Así nació Million's Poet en una red televisiva emiratí.

Un gran número de trabajos de ficción desde la década de los 40, ha tenido elementos parecidos a la telerrealidad. Estos trabajos tienden a establecerse en un futuro distópico con sujetos que son grabados sin su autorización y ocasionalmente recurren a la violencia.



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