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Tiara papal



La tiara papal fue una triple corona usada por los papas, líderes de la Iglesia católica, desde el siglo VIII hasta el XX. Fue utilizada, por última vez, por el papa Pablo VI.

El nombre de "tiara" se refiere a la totalidad del sombrero, sin importar cuantas coronas o diademas la hubieran adornado a través de los siglos;[1][2]​ mientras que su forma de tres niveles, que fue ideada en el siglo XIV, es también llamada el triregnum,[3][4]​ triple tiara,[5][6][7]​ o triple corona.[8]

De 1143 a 1963, la tiara papal se colocó solemnemente en la cabeza del papa durante su ceremonia de coronación. Las tiaras papales supervivientes poseen todas el triregnum, siendo la más antigua la de 1572, y el resto no anteriores al año 1800.

Una representación del triregnum, combinada con las dos llaves cruzadas de San Pedro, continúa siendo utilizado como un símbolo del papado y aparece en sus documentos, edificios e insignias.

La tiara papal nace a partir del gorro frigio cónico o frigium.[9][10]​ Con la forma de un extintor de vela, la tiara papal y la mitra episcopal eran idénticos en sus orígenes.[9]

Los nombres usados por la tiara papal en los siglos VIII y IX incluyen «camelaucum», «pileus», «phrygium» y «pileum phrygium».[9]

Un aro de lino o tela de oro en la base de la tiara fue convertido en una corona de metal, que hacia el 1300 se convirtió en dos coronas. El primero de ellos apareció en la base del tradicional casco blanco papal en el siglo IX.[11][12]​ Cuando los papas asumieron el poder temporal en los Estados Pontificios, la corona basal fue decorada con joyas para asemejarse a las coronas de príncipes.[11]​ La segunda corona habría sido añadida por Inocencio III (1198-1216) significando tanto su poder espiritual como temporal, declarando que Dios le había puesto sobre reyes y reinos; sino por Bonifacio VIII.[13]​ Sin embargo, un fresco en la Capilla de San Silvestre (consagrada en 1247) en la iglesia de los Cuatro Santos Coronados de Roma parece representar al Papa llevando una tiara con dos bandas y con orejeras.[14]​ La adición de una tercera corona se atribuye tanto a Benedicto XI (1303-1304) como a Clemente V (1305-1314), y uno de estas fue incluida en un inventario del tesoro papal en 1316.[9]​ Los primeros años del siglo XVI vieron la añadidura de un pequeño globo y una cruz en la punta superior de la tiara.[15]

La tercera corona se añadió a la tiara papal durante el Papado de Aviñón (1309-1378), dando lugar a la forma llamada triregnum.[16][17]​ esta sería usada, luego de Clemente V, hasta el papa Pablo VI, en 1963.

Lord Edward Francis Twining escribió sobre una tiara del papa Bonifacio VIII, conocida como la tiara de San Silvestre:

Bonifacio VIII fue sucedido en 1303 por Benedicto XI, quien llevó la tiara a Perugia. Después de su muerte en 1304 hubo un período de once meses antes de que un nuevo Papa lo pudiera suceder. El arzobispo de Burdeos fue elegido y se llevó el título de Clemente V. Sacó la sede papal de Roma y la llevó a Aviñón y la tiara fue llevado a Lyons, desde Perugia, para su coronación el 14 de noviembre de 1305. En el inventario realizado en 1315-16, la tiara de Bonifacio VIII es vuelta a describir, y puede ser identificada por la mención del gran rubí, que se registra como desaparecido. Se describe teniendo tres aros corona quae vocatur, regnum cum tribus circuitis aureis. Por lo tanto, debe haber sido entre la toma de los dos inventarios, en 1295 y 1315, que se añadieron el segundo y tercer aros a la tiara. Fue durante este período que la flor de lis se utilizó para decorar las diademas. La tiara se mantuvo en el tesoro papal en Aviñón hasta Gregorio XI la llevó de vuelta a Roma, donde entró el 17 de enero de 1377. En 1378 Roberto de Ginebra fue elegido antipapa, tomando el título de Clemente VII, y se llevó la tiara de Aviñón. Cuando el español, Pedro de Luna, fue elegido antipapa en 1394 autonominándose Benedicto XIII, tomó la tiara de Aviñón a España, donde permaneció hasta que Alfonso V de Aragón fracasó en su intento de renovar el cisma, y con la retirada del apoyo del antipapa Clemente VII en 1419, la tiara fue devuelta a Roma (...).[18]

Twining también toma nota de los diversos significados alegóricos atribuidos a las tres coronas de la tiara papal, pero concluye que parece más probable que el simbolismo tenga relación con la idea que tomó forma en los siglos XIII y XIV, que el emperador fue coronado con tres coronas (la corona de plata de Alemania en Aix-la-Chapelle, la corona de hierro de Lombardía en Milán o Monza y la corona imperial de oro en Roma) y, por tanto, el Papa, también, debe usar tres coronas.[20]

Al igual que la mitra de un obispo, una tiara papal posee dos ínfulas,[21][22][23][24]​ llamadas en latín caudae o infulae.[13]​ estas son, por lo general, adjuntas en la parte trasera de la tiara, de la misma forma que las mitras, aunque el mosaico del papa Clemente VIII, en el que lleva el triregnum, los muestra delante de los oídos. Todas las tiaras existentes las han colocado en la parte trasera.

El papa Pablo VI abandonó el uso de la tiara papal en el Concilio Vaticano II, colocándola de forma simbólica sobre el altar de la Basílica de San Pedro, y donando su valor a los pobres. Sin embargo, en su Constitución Apostólica de 1975, Romano Pontifici Eligendo, donde detalla la forma de elección del papa, aún prevé que sus sucesores serían coronados.

Su inmediato sucesor, Juan Pablo I, decidió ir en contra de una coronación, reemplazándolo con una Misa de inauguración del pontificado. Después de la repentina muerte de este, en 1978, Juan Pablo II dijo a la congregación en la inauguración solemne de su pontificado:

Aunque no es usado actualmente como parte del ajuar papal, su simbolismo permanece en el emblema de la Santa Sede y la bandera de la Ciudad del Vaticano. Hasta el pontificado de Juan Pablo II la tiara fue también parte del escudo de armas papal. En una ruptura con la tradición, en el escudo personal del papa Benedicto XVI se reemplazó la tiara con una mitra, la que posee tres niveles que recuerdan a los de la otrora corona.[26]​ La mitra fue mantenida en su escudo por el actual pontífice Francisco, elegido en 2013.

Al igual que con los papas anteriores, Pablo VI fue coronado con una tiara en la ceremonia de coronación papal, y como ocasionalmente ocurría, se utilizó una nueva corona. esta había sido donada por la ciudad de Milán, donde fue arzobispo antes de su elección. Muy diferente a tiaras anteriores, no estaba cubierta de joyas y piedras preciosas, y la forma cónica era muy llamativa. Era también, claramente, más pesada que la tiara palatina, utilizada previamente.[27]

Al finalizar la segunda sesión del Concilio Vaticano II en 1963, Pablo VI colocó la tiara sobre el altar como gesto de humildad y signo de la renuncia a la gloria y el poder humano, en armonía con el espíritu renovado del Concilio. Desde entonces, ninguno de sus sucesores ha usado una tiara. Se anunció que la tiara sería subastada y el dinero obtenido se daría en caridad. Esta tiara fue comprada por católicos estadounidenses quienes la conservan actualmente en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D. C.[27]

Algunos católicos tradicionalistas consideran altamente grave el hecho del abandono, por el papa Pablo VI, del uso de uno de los símbolos más llamativos del papado, y se mantuvieron en campaña para su reincorporación.[28]​ Incluso, se le ha llamado «antipapa», argumentando que ningún papa propiamente tal haría entregar la tiara papal.[29][30]

Históricamente, se tiene referencia de variadas tiaras papales, aunque solamente veintidós han llegado indemnes a nuestros días. Muchas de las coronas anteriores (sobre todo las del Papa Julio II y las atribuidas al Papa Silvestre I) fueron destruidas, desmanteladas o robadas por los invasores (sobre todo por el ejército francés de Louis-Alexandre Berthier en 1798), o por los mismos papas: Clemente VII fundió todas las tiaras e insignias papales para pagar el rescate de 400.000 ducados exigidos por el ejército de Carlos V, en 1527, durante el Saco de Roma. La tiara más antigua existente es del siglo XVI, usada por Gregorio XIII, y única sobreviviente al saqueo y ocupación de Roma por Berthier. Por ello, el cónclave de 1799-1800 debió ser celebrado en Venecia, donde Pío VII, el nuevo papa, fue coronado con una tiara de papel maché, realizado con joyas donadas por damas venecianas.

Muchas tiaras fueron donadas al papado por los líderes mundiales o jefes de Estado, entre ellos la reina Isabel II de España, Guillermo I de Alemania, el emperador Francisco José I de Austria y Napoleón I de Francia. La tiara proporcionada por este último fue realizada a partir de los elementos de las antiguas coronas robadas, y fue dada a Pío VII como un regalo de boda, para marcar el propio matrimonio de Napoleón con la emperatriz Josefina, en vísperas de su coronación imperial. Otras eran un regalo para un Papa recién elegido, o con ocasión del jubileo de su ordenación o elección.

La mayoría de las tiaras papales sobrevivientes tienen la forma de una colmena circular, con un núcleo central de plata. Algunas eran marcadamente cónicas, otras bulbosas. A excepción de la de Pablo VI, todos estaban ricamente enjoyadas. Las tres coronas estaban marcadas por decoraciones de oro, a veces en forma de cruces, a veces en forma de hojas. La mayoría está coronada por una cruz fijado por encima de un globo, en representación de la soberanía universal de Cristo. Cada tiara tenía unida a la espalda dos orejeras, tiras muy decoradas de tela bordadas con hilos de oro, con el escudo de armas.

Las dos tiaras más inusuales son la de papel maché, hecha en 1800 para Pío VII, elegido y coronado fuera de Roma; y la de Pablo VI, hecha en 1963, similar a la forma de una bala, con pocas joyas y, en lugar de ser adornada por tres coronas, está marcada con tres círculos paralelos y tiene una corona de doble escalonado en su base.

La tiara dada al Papa Pío IX en 1877 por la Guardia Palatina en honor a su jubileo, es muy similar en diseño a la tiara de Gregorio XVI. Fue una corona particularmente popular, usada por también por Pío XII y Juan XXIII.

A excepción de la tiara de papel maché, la tiara más ligera fue la realizada para el papa Juan XXIII en 1959. Pesaba poco más de 0,9 kilogramos, al igual que la tiara de Pío XI, de 1922. En contraste, la tiara en forma de bala de Pablo VI pesaba 4,5 kilogramos. La tiara papal más pesada de la colección papal es la donada por Napoleón Bonaparte a Pío VII en 1804, con un peso de 8,2 kilogramos, por lo que nunca fue usada, además de que, según se decía, era muy pequeña para que el papa pudiera siquiera colocársela.

Una serie de papas deliberadamente pedía nuevas tiaras, ya que las que poseían en su haber eran muy pequeñas o pesadas, o ambas. Gregorio XVI, Pío IX y Pío X tuvieron esos problemas. Sin embargo, ya para el siglo XX, la creación de tiaras más ligeras y anchas, como las de 0,9 kilogramos mencionada anteriormente, significó que el número de coronas bajó abruptamente.

No hay unA certeza real sobre qué simbolizan las tres coronas de la tiara papal. Algunos la relacionan con la autoridad del Papa como «pastor universal» (corona superior), «juez eclesiástico universal» (corona del medio) y «gobernante temporal» (corona inferior)[31]​ Otros lo interpretan como el significado de «padre de príncipes y reyes, gobernador del mundo, vicario de Cristo».[15]​ Las palabras utilizadas en la ceremonia de coronación, Accipe tiaram tribus coronis ornatam, et scias te esse patrem principum et regum, rectorem orbis in terra vicarium Salvatoris nostri Jesu Christi, cui est honor et gloria in saecula saeculorum, es posible referenciarlas con la última descripción mencionada.[32]

Otros asocian la triple corona a Cristo, como «sacerdote, profeta y rey»;[33]​ o como «maestro, legislador y juez».[34]​ Otra interpretación tradicional hace referencia a la «Iglesia militante en la Tierra», la «Iglesia sufriente luego de la muerte y antes del cielo», y como la «Iglesia triunfante en la eternidad».[35]​ El arzobispo Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, quien diseñó el escudo papal de Benedicto XVI, lo interpretó como «orden, jurisdicción y magisterio»;[36]​ mientras otra teoría lo relacionaba a los «mundos celestial, humano y terrestre».[37]​ Lord Edward Francis Twining sugirió que fue para asimilarse a los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, que eran coronados tres veces, en honor a ser reyes de Alemania, de Italia y como emperadores romanos.[38]

La tiara papal nunca fue usada en celebraciones litúrgicas, como la Misa. En tales funciones el Papa, al igual que otros obispos, llevaba una mitra. Sin embargo, era utilizada durante las procesiones solemnes, y era colocada en el altar durante la Solemne Misa Pontificia.

Durante las bendiciones tradicionales Urbi et Orbi, de Navidad y Pascua, el papa solía utilizarla.

La ocasión más famosa en que se utilizó la tiara fue para la coronación de los papas, en una ceremonia de seis horas, que comenzaba con la llegada del Papa a la Basílica de San Pedro[39]​ en la silla gestatoria, en una procesión que incluía individuos con flabelos que secundaban al pontífice. Las ceremonias de Pío XII y Juan XXIII fueron celebradas en el balcón central de la basílica, mientras que la de Pablo VI fue realizaba en la explanada, y con una duración muchísimo más corta a la tradicional.

La ceremonia era simbólica, ya que el papa se convertía en tal al aceptar su elección en el cónclave. Desde 1978, con Juan Pablo I, se optó por una simple misa de inicio de pontificado.

Dentro de la Iglesia católica, sólo el Patriarcado de Lisboa tiene el privilegio del uso de una tiara en su sello, y el titular del patriarcado del uso de mitra adornada con tres coronas, aunque este último privilegio no sea habitualmente mostrado por los patriarcas, como ocurría durante el gobierno del cardenal Manuel González Cerejeira.[40][41]

A su vez la ciudad española de Reus tiene el privilegio de coronar su escudo con una tiara, privilegio dado a la ciudad por el antipapa Benedicto XIII.[41]

Las cartas medievales de tarot incluían una carta que mostraba una mujer que llevaba una tiara papal, conocida como la Papisa o Suma Sacerdotisa. El significado y el simbolismo de la tarjeta es incierto. La mujer coronada diversamente ha sido identificado como la Papisa Juana (una mujer que, según una leyenda medieval, se habría disfrazado como hombre y fue elegida Papa), como María, madre de Jesús, o incluso como Cibeles, Isis, o Venus. Aquellas cartas, producidas durante la Reforma protestante, han sido vistas como un intento de ridiculizar al papado y la fe católica. La tiara papal, sin embargo, desapareció de representaciones posteriores, y se le mostró con un tocado medieval estándar.[42]



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