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Una Voce



La Foederatio Internationalis Una Voce, o simplemente Una Voce, (latín para "Con un voz") es una Federación Internacional de Asociaciones Laicales Católicas, cuyos objetivos son garantizar la preservación del Santo Sacrificio de la Santa Misa según la Forma Extraordinaria del Rito Romano, de acuerdo a su última edición típica en 1962 por el Papa San Juan XXIII y de toda la Liturgia Gregoriana que se mantiene en la Iglesia Católica, como una de las dos formas de celebración litúrgica, y para salvaguardar y promover el uso del latín, la riqueza artística, el canto gregoriano y la polifonía sacra.

Asociación privada e internacional de fieles católicos, ordenada según el Código de Derecho Canónico y dependiente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. En las Asociaciones Privadas los mismos miembros la dirigen y administran, y tienen potestad para designar libremente a su Presidente y responsables según el Código de Derecho Canónico (véanse cánones 321 y 325) y sus propios Estatutos aprobadas por la Iglesia. Los recursos económicos y bienes adquiridos son privados (no eclesiásticos) de la Asociación y de sus miembros.

Es una institución perteneciente a la Iglesia Católica, constituida exclusivamente por fieles laicos católicos.

Su nombre proviene del prefacio del canon romano que al final reza: "Quam laudant Angeli atque Archangeli, Cherubim quoque ac Seraphim: quio non cessant clamare quotidie, una voce dicentes Sanctus, Sanctus, Sanctus."

Fue fundada en 1962 como consecuencia del llamamiento a los católicos interesados en la defensa y conservación del rico patrimonio litúrgico de la Iglesia Latina, que hiciera la Dra. Borghild Krane (1906-1997), una eminente psicóloga noruega de Oslo.[1]​ Como resultado de esa apelación una serie de asociaciones nacionales entraron en vigor entre 1964 y 1965, comenzando por Francia, donde, por una muy feliz inspiración, se le denominó: “Una Voce”. La Dra. Krane, su fundadora, falleció el 14 de octubre de 1997.

Delegados de seis asociaciones europeas se reunieron en Roma a principios de 1965, y la Federación Internacional se erigió oficialmente en Zúrich el 8 de enero de 1967, cuando delegados de las primeras 20 asociaciones aprobaron el proyecto de estatutos y eligieron el primer Consejo.

En el encuentro, el Dr. Eric de Saventhem fue elegido presidente en forma unánime. Siempre fue reelegido en forma unánime en todas las Asambleas Generales subsiguientes y, sería aún el presidente, de no ser por su decisión de declinar prematuramente por razones personales en enero de 1995. Michael Davies, de Gran Bretaña, fue elegido para sucederlo.

Gracias a la acción de Una Voce, en sus capítulos nacionales, sobre todo la asociación inglesa (The Latin Mass Society) la misa tridentina ya totalmente marginada, no pudo ser completamente proscrita, pero su defensa en el orbe católico resto fue dura.

Los que podemos llamar “años salvajes” del post-concilio (la década que va de 1970 a 1980) constituyeron la época heroica de UNA VOCE, que tuvo que luchar prácticamente sola (al menos en la primera mitad de los Setenta)contra la imposición arbitraria del Novus Ordo Missae y contra los graves e incontables abusos litúrgicos que se produjeron a vista y paciencia (y, a veces, hasta con la anuencia) de los obispos. El hecho de que numerosas personalidades del mundo cultural y artístico adhirieran a las iniciativas del movimiento a favor de la liturgia latino-gregoriana dio pretexto a que muchos de sus adversarios lo acusaran de diletantismo y desviaran así la atención del verdadero motivo de la resistencia a los cambios indiscriminados: la ambigüedad del rito de la misa, que lo hacía susceptible de una interpretación católica o protestante según se mirase, tal y como demostraban en sus escritos intelectuales católicos de la talla de Fabio Vidigal Xavier de Silveira, Louis Salleron y Jean Madiran.

A través de sus boletines, las distintas asociaciones documentaron la debacle litúrgica que se produjo entonces en el orbe católico y contribuyeron a divulgar los estudios más serios sobre sagrada liturgia. Curiosamente, Una Voce, con su paciente y difícil labor, dio cabal cumplimiento a uno de los propósitos del Vaticano II: el impulso del apostolado seglar en la Iglesia. Cuando la cuestión litúrgica saltó a la primera plana de la prensa internacional, gracias a la famosa “Misa de Lille” (29 de agosto de 1976) celebrada por monseñor Marcel Lefebvre, ya la Federación Internacional Una Voce, llevaba prácticamente diez años de actividades. El mérito del que fue llamado “el arzobispo rebelde” fue atraer los focos de la actualidad sobre un problema que se venía arrastrando desde hacía años, lo cual provocó que la Jerarquía Católica ya no pudiese ignorarlo o silenciarlo.

El triunfalismo de los fautores de la reforma litúrgica post-conciliar –triunfalismo que no reflejaba de ningún modo la realidad– quedaba así desacreditado de manera pública y dramática, aunque, como queda dicho, los seglares de Una Voce hubieran abierto el camino.[2]

Summorum Pontificum es el motu proprio de Benedicto XVI en 2007 que liberó la Misa tradicional. Es la justa satisfacción a los trabajos y esfuerzos por años de la FIUV, además de colmar las justas aspiraciones de todos los fieles católicos vinculados a la precedente edición del misal romano, y el creciente interés de las nuevas generaciones por la liturgia antigua, sin olvidar el puente que se tendía entre la Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Desde entonces será Una Voce la encargada de informar al Papa sobre su aplicación y cumplimiento, mediante un informe anual.

Dr. Eric María de Saventhem (1919-2005), primer presidente de Una Voce Internacional. Michael Davies (1936-2004), gran filósofo, escritor e ideólogo de Una Voce.

Cada asociación nacional es un organismo autónomo que se anima a hacer todo lo posible para alcanzar los objetivos de la Federación a nivel local, pero la Federación Internacional está mejor situada para representar a las preocupaciones comunes de los católicos en todo el mundo al más alto nivel del gobierno eclesiástico. La Federación es reconocida por la Santa Sede, sus puntos de vista son recibidos con cortesía y respeto por las Congregaciones Romanas pertinentes y, recíprocamente, los representantes de estas son también recibidos de la misma manera. Hacer conocer nuestras necesidades espirituales y deseos a nuestros pastores espirituales es un derecho que nos fue otorgado en la Constitución de la Iglesia Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II (nº37), y repetida en el Código de Derecho Canónico de 1983 (Canon 212).

La Federación Internacional Una Voce está presente en más de 30 países, con capítulos nacionales en: Argentina, Australia, Austria, Bielorrusia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Inglaterra y Gales, Francia, Alemania, India, Irlanda, Italia, Japón, Malta, México, Holanda, Nueva Zelanda, Nigeria, Noruega, Perú, Filipinas, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Rusia, Escocia, Sudáfrica, España, Ucrania y Estados Unidos.[3]

Después de las malas interpretaciones del Concilio Vaticano II y el ataque constante que ha sufrido la Tradición tanto el Magisterio como el arte y la cultura que la Iglesia Católica han cobijado, surge desde este movimiento para defender por parte de los laicos la riqueza y el tesoro que la Iglesia ha conservado y engrandecido durante siglos. El movimiento se propone en definitiva:

Cada dos años se convoca una Asamblea General, en Roma, y se efectúan elecciones para el Consejo y la Presidencia, se revisan los estatutos, se les da la bienvenida a las nuevas asociaciones miembros y se analiza el funcionamiento de la organización.

A ella acuden, todas las asociaciones miembros, por medio de la representación de un delegado, quien informa de los aportes y gestión en su país. El presidente actual es el Sr. James Bogle, nominado por Una Voce Australia. La admisión o incorporación de los fieles a Una Voce está dada por medio de los capítulos nacionales o regionales en cada nación.

El 25 de julio de 1996, el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigió a la Federación el siguiente mensaje: "La FEDERACION INTERNACIONAL UNA VOCE ha jugado un rol importante apoyando el uso de la edición de 1962 del Misal Romano en obediencia a las directivas de la Santa Sede. Por éste invaluable servicio expreso mi gratitud a los miembros de la Federación y les imparto mi bendición".

Una Voce ha recibido reconocimiento y apoyo de diversas autoridades católicas y de otras personalidades a través de sus años de existencia, tales como:cardenal Alfredo Ottaviani, cardenal Paul Augustin Mayer y cardenal Joseph Ratzinger, posteriormente Benedicto XVI, cuyo Pontificado estuvo casi todo dedicado a la Fraternidad San Pío X y las cuestiones relativas a la vida litúrgica de la Iglesia.

Los actuales prelados amigos y protectores son:

Una Voce es organización religiosa católica sin ánimo de lucro dado que su fin no es la consecución de un beneficio económico sino espiritual. Por lo tanto se sostiene de las contribuciones monetarias de sus miembros y de voluntarios aportaciones y donativos.



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