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Vall de Uxó



Ayuntamiento de Vall de Uxó

Vall de Uxó[2][1]​ (oficialmente, y en valenciano, La Vall d'Uixó) es un municipio de la Comunidad Valenciana, España, situado en el sureste de la provincia de Castellón, en la comarca de la Plana Baja. Cuenta con 31.549 habitantes (INE 2021).

El municipio se halla situado junto a la costa mediterránea, lo que le hace gozar de unas condiciones climáticas típicas de esta zona, con inviernos suaves y veranos calurosos. Su temperatura máxima histórica sobrepasa los 40 °C, mientras que las mínimas se sitúan en torno a los -5 °C con heladas ocasionales. La tasa pluviométrica media es de 509,51 mm, distribuidos de forma irregular en los meses de otoño y primavera, y con la típica sequía estival mediterránea.

La Vall está rodeado de las siguientes montañas: Penya Migdia (550 m), Penya-Creuc (326 m), Ródeno (538 m), Pinyal (309 m), Font de Cabres (637 m), La Pitera (645 m), Penyalba (648 m), Pipa (591 m), El Frontó (621 m), Sants de la Pedra (585 m), El Castell (492 m), Sumet (450 m), La Balona (456 m), Penya Garrut (412 m) y Alto de Cerverola (492 m).

Dista unos 30 km de la capital provincial, Castellón de la Plana, y se encuentra a poco menos de 50 km de Valencia.

Es una ciudad de interior situada entre un valle y a muy pocos kilómetros, tan solo ocho, de las playas de la Costa del Azahar.

El acceso a esta ciudad se efectúa por carretera. Se accede desde la N-225, CV-230, CV-226 y Autovía A-7.

El término municipal de Vall de Uxó limita por el norte con los municipios de Artana y Nules; por el este con La Llosa, Moncófar y Chilches; por el oeste con Alfondeguilla y por el sur con los términos municipales de Almenara y Sagunto, este último en la provincia de Valencia.

La primera mención al término aparece en textos árabes, refiriéndose a él como Shûn. Las primeras menciones cristianas aparecen en el Llibre dels feits con el relato de la rendición de los sarracenos ante Jaime I de Aragón en 1238 junto a la torre forçada de Moncofa y hay varias teorías en torno al origen del término, si bien el origen árabe del topónimo es la que cuenta con más respaldo en la comunidad científica, que ha descartado totalmente un origen romance. Ha estado ocupada por grupos humanos desde la Prehistoria, básicamente alrededor de la "fuente de San José", actualmente el paraje del río subterráneo de San José.

El actual territorio de Vall de Uxó ha sido ocupado desde tiempos prehistóricos por diferentes grupos humanos. La cueva de San José y otras cuevas en los alrededores presentan los vestigios más antiguos, desde el punto de vista cronológico. Los trabajos arqueológicos en las cuevas han revelado que fueron ocupadas por cazadores del paleolítico superior, de acuerdo con la cronología del C-14, aproximadamente 16.000 años a. C. Allí, dos paneles rocosos se encontraron con representaciones de pinturas rupestres, dando una idea de la importancia del lugar.

La gente seguía viviendo en el valle durante el Neolítico y la Edad de Bronce. Durante la Edad de Bronce vio crecer aldeas situadas en las montañas, bien fortificadas con murallas y torres de vigilancia. Su ubicación estratégica les permitía controlar un vasto territorio y entrar en la sierra de Espadán. La época ibérica supuso una expansión considerable de la población, como lo demuestran los restos de la ciudad ibérica de La Punta d'Orleyl y Poblado de San José.

La Punta d'Orleyl ocupa una gran superficie y tiene cuatro líneas sucesivas de murallas y torres. Destaca su acrópolis, donde los restos fueron localizados en al menos dos grandes edificios públicos construidos con piedras cuadradas enormes. El Poblado de San José, que se encuentra en la parte superior de la colina del mismo nombre, constituye un buen ejemplo del urbanismo antiguo. Es pequeño pero tiene una pared, dos torres, las calles y las casas de las épocas ibérica y romana. Su momento de gloria fue durante las etapas ibéricas. Fueron ocupados durante el siglo cuarto, y al final del Imperio Romano.

Durante la época romana, la población evolucionó hacia la agricultura. Hace unos años se encuentran los restos de una necrópolis de inhumación, fechada entre los siglos VI y VII, próxima a la época visigoda. En total se encontraron los restos de 66 individuos con sus ofrendas funerarias.

La conquista árabe y el establecimiento de estas poblaciones no han cambiado demasiado el tipo de vida. A lo largo de este prolongado periodo se ha podido documentar la existencia de una docena de pueblos que se encuentran a ambos lados del río Belcaire. Se trata de Alcúdia, Zeneja, Benigafull, Benizahat, Zeneta y Benigasló. Cada uno era independiente y tenía su propia área industrial, así como su necrópolis.

La organización política y jurídica estaba bajo la presidencia del Castillo de Uxó. En 1250, recibió Vall de Uxo La Carta Puebla. Desde ese momento, se convirtió en una ciudad importante dentro del Reino de Valencia.

El rey Jaime I de Aragón, conquistó estas tierras durante la cuaresma del año 1238. Durante la Baja Edad Media, Vall de Uxó formó parte del dominio real, hasta que el rey Alfonso el Magnánimo concedió a su hermano Enrique (1436), varios lugares y villas, entre ellas, Vall de Uxó. Este pueblo se convirtió en lugar de señorío, situación jurídico-social en la cual vivió toda la Edad Moderna, hasta la abolición de los señoríos jurisdiccionales (1811-1823). En 1609 se producía la expulsión de los moriscos. La población fue sustituida por otra, íntegramente nueva y cristiana, originaria principalmente de los pueblos castellonenses del Maestrazgo, y que formó la base o núcleo originario de la población actual.

Durante la guerra de Sucesión, la localidad se mantuvo leal a Felipe V, por lo cual obtuvo varios privilegios. Durante las guerras carlistas, el lugar fue escenario de enfrentamientos bélicos.

Durante el siglo XVIII, la población de La Vall aumentó significativamente. Los seis pueblos unidos entre sí y crearon el Poble de Dalt y El poble de Baix. Desde el siglo XIX (1860), ambas pequeñas ciudades formaron una plaza central donde se encuentra el Ayuntamiento en el presente.

La característica general en los inicios del siglo XX será la de una crisis económica y social cronificada lo que producirá una emigración de las clases más desposeídas, especialmente hacia la ciudad de Barcelona. Lentamente, con el desarrollo de las industrias Segarra, la población experimentará un progresivo crecimiento que culminará en las décadas centrales de la centuria en las que la población se desarrollará como nunca lo había hecho, siempre al calor de los tres sectores de actividad: el industrial, con la dinámica actividad de la Fábrica de calzados Segarra ocupando a más de cuatro mil valleros; el agrícola, con la transformación del antiguo secano en fértil cultivo de cítricos y la exportación masiva de satsuma hacia los mercados europeos; y el turístico, con la explotación y desarrollo de las Grutas de San José, que a finales de los años sesenta ya atraerá a más de doscientos mil turistas cada año.

El municipio cuenta con 31.660 habitantes (INE 2019). Su evolución a lo largo de los años es la siguiente:

La actividad económica e industrial en la localidad desde siempre estuvo centrada en la actividad agrícola, con dos artesanías importantes: la alpargatería y la alfarería.

Progresivamente, la producción artesanal de la alpargata fue adquiriendo caracteres industriales, hasta que en la primera mitad del siglo XX, sobre todo con la creación de la empresa familiar Segarra y sus trabajos para el ejército, la industria del calzado se convierte en el sector punta del desarrollo económico de la población.

Este proceso de industrialización, basado fundamentalmente en la empresa Segarra, estuvo acompañado de la creación de numerosísimas empresas de calzado alrededor de esta. En ningún momento este hecho significó la pérdida del carácter agrícola de la ciudad. Se puede decir que las principales actividades en estos últimos tiempos han sido la industria del calzado y la producción agrícola, sobre todo de agrios, favorecida por el clima con que cuenta la localidad.

Esta carencia de diversificación industrial se vio afectada por la crisis del sector del calzado, que ha llevado a la desaparición de muchas empresas y, por lo tanto, a la pérdida de puestos de trabajo.

Vall de Uxó cuenta con tres bandas de música

Además existen varios coros y corales, grupo de danzas regionales, rondalla y grupos de dulzaina y tabalete. También hay grupos de teatro y de zarzuela.

El interior de la gruta también fue utilizado durante la Prehistoria por grupos humanos para establecer su hábitat.

Las últimas excavaciones arqueológicas efectuadas han dado como resultado el hallazgo de un yacimiento con una cronología superior a los 15.000 años. Así mismo, se han hallado pinturas rupestres de estilo esquemático, que adquieren gran valor por tratarse de la única muestra de este arte en la comarca de la Plana Baja.

El río subterráneo constituye un atractivo natural único por su navegabilidad y por su belleza. Desde el siglo XVIII se conocen estudios sobre la zona referentes a formaciones vegetales muy poco frecuentes, especies endémicas y geología excepcional en la que se puede apreciar el río subterráneo navegable más largo de Europa, y al mismo tiempo la Cueva valenciana de mayor recorrido.

A la entrada de la cueva, en cuya parte izquierda se pueden observar dos grupos de pinturas rupestres, encontramos un corredor flanqueado por bloques donde se encuentra el yacimiento arqueológico en proceso de excavación. Llegados al embarcadero, y surcando las aguas curso arriba, contemplaremos la "Sala de los Murciélagos", con una amplia playa de arena. Un corto pasadizo desemboca en otra sala, en cuyo comienzo se halla el lago de Diana, de gran profundidad. Más adelante, el Paso de los Sifones nos hace alcanzar el Lago azul, de 12 m. de profundidad. A partir de aquí el curso del río es más accidentado. Tras el lago del Diablo se accede a las Cañadas, amplios gravases que forman playas.

Celebran sus fiestas patronales en abril y en octubre. Las primeras en el año son las Fiestas patronales de San Vicente Ferrer, donde destaca la famosa "Feria agrícola, de maquinaria y comercial" que atrae a visitantes de toda la provincia; las segundas, son las fiestas de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo, que también atraen a muchos turistas por la feria medieval que realizan en octubre y también por sus bonitas y numerosas procesiones. Ambas están declaradas fiestas de interés turístico nacional y combinan la tradición taurina de los "encierros" ("bous al carrer") con el sentimiento religioso que dio origen a las mismas, pero entre ambas fechas hay hasta 20 fiestas de barrio entre las que se encuentran:

Junto a sus dos fiestas patronales, destacan también como fiestas mayores de la ciudad las Fallas de San José y las Peñas en fiestas. La Semana Popular Taurina de las Peñas en fiestas se celebra a principios de agosto, donde las más de 50 peñas de la ciudad disfrutan de una semana cargada de actos lúdicos y sobre todo taurinos; mientras que las Fallas de San José se celebran los días previos a la festividad del santo, contando con una gran participación popular y con su Junta Local Fallera y sus nueve comisiones falleras como protagonistas:

Los rasgos fundamentales de la cocina vallera son los mismos que los de la valenciana. Así, la paella es un plato que se guisa en todas las casas de la ciudad. No obstante, existen algunos guisos muy característicos de esta localidad. Entre ellos destacan:



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